Biblia

Comentario de Lucas 7:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 7:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

En aquella hora Jesús sanó a muchos de enfermedades, de plagas y de espíritus malos; y a muchos ciegos les dio la vista.

7:21 En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. 22 Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: — Jesús no levantaba un ejército, no entrenaba a sus discípulos para la guerra contra los romanos, no recaudaba fondos para alguna revolución; más bien, había demostración de poder milagroso para aliviar las aflicciones humanas (HLB). Una demostración es mucho mejor que una mera explicación. Jesús habló de sus hechos que cumplieron la profecía de Isaías, para que Juan interpretara estos hechos para contestar su propia pregunta, pues ningún profeta había hecho lo que Jesús hizo. Por su propio poder y por su propia autoridad hizo estas señales; aun perdonó pecados por su propia autoridad (Mat 9:6, “el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados”). Jesús no contestó la pregunta de Juan con palabras, sino con hechos, hablando de las buenas obras que había de hacer “el Siervo de Jehová” (Isa 42:6 sig; 35:5,6; 61:1sig). No criticó a Juan por haber hecho esta pregunta. Más bien El simplemente apunta hacia las obras que según los profetas el Mesías haría. Jesús había hecho estas obras y ahora deja que Juan saque su propia conclusión para contestar su propia pregunta. La mejor respuesta a la pregunta de Juan era la obra de Jesús. Seguramente Juan conocía estas profecías y sacó la conclusión correcta.

Debemos aprender esta lección. Para convencer a los que dudan, los argumentos más convincentes son los hechos. Nos conviene, pues, juntar todos los hechos del caso como evidencia en concreto y dejar que el que duda a sacar su propia conclusión (FLC).

— los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, — Según Isa 35:5-6, estas buenas obras serían cumplidas por el Mesías.

— los muertos son resucitados, — V. 15, acabó de levantar al hijo de la viuda de Naín. Todo esto ocurrió “en esa misma hora” y probablemente al mencionar estos que fueron sanados, etc., Jesús podía apuntar hacia ellos; es decir, es como si El hubiera dicho, “Aquí mismo está mi respuesta, mírenlos”. ¿Pero qué tiene que ver esta respuesta con la pregunta de Juan? Las respuestas de Jesús casi siempre son muy indirectas. Me imagino que muchas veces al oír la respuesta de Jesús a sus preguntas los oyentes quedaron bien perplejos, frunciendo cejas y mirándose los unos a los otros y queriendo hacer otra pregunta para que Jesús aclarara su respuesta a la primera pregunta. ¿Por qué Jesús no contestó de forma más directa? Obviamente para hacernos pensar y razonar. El no nos trata como si fuéramos pajarillos con la boca abierta, sino como hombres creados a la imagen de Dios con la facultad mental como para entender asuntos de considerable importancia.

Al meditar en estas obras de Jesús los sinceros deberían recordar lo que los profetas decían del Mesías (Isa 35:5-6; Isa 61:1, etc.) Si Jesús hacía lo que, según los profetas, el Mesías (el que había de venir) haría, entonces ¿cuál es la conclusión lógica (la inferencia necesaria) acerca de la persona de Jesús? Por lo tanto, Jesús mismo citó a Isa 61:1-2 cuando enseñó en la sinagoga de Nazaret: Luc 4:1-44 : “16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor. 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.

— y a los pobres es anunciado el evangelio; — Isa 61:1, un punto culminante, ATR; una característica única y especial del Mesías. ¿Por qué se incluye la predicación a los pobres entre los milagros de Jesús? Se incluye y con buena razón, pues tiene mucho que ver con la identidad del verdadero Mesías. La literatura de varias naciones registra maravillas de varias clases (seguramente según 2Ts 2:9, “gran poder y señales y prodigios mentirosos”), pero es imposible fingir la simpatía por los desdichados y afligidos. La sincera preocupación por los pobres es una cualidad encontrada solamente entre los verdaderos discípulos de Jesús.

¿Cuántos grandes líderes mundiales se fijan en los pobres para servirles y ayudarles? Para muchos líderes de renombre los pobres no valen nada; son despreciados y hasta pisoteados. No había “evangelio” para los que no podían pagar (BWJ). Sólo valen para los propósitos egoístas de los grandes y famosos. No fue así con Jesús y no es así con verdaderos cristianos. Aquí está una marca de identidad del verdadero discípulo de Cristo: ama y sirve a los pobres.

Los hechos tienen poder para convencer. Compárense Mat 5:16; Jua 13:34-35; 1Pe 3:1-2, etc.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

enfermedades y plagas. 1Re 8:37; Sal 90:7-9; Mar 3:10; Mar 5:29, Mar 5:34; 1Co 11:30-32; Heb 12:6; Stg 5:14, Stg 5:15.

espíritus malos. [Pneuma (Πνευματα) G4151 poneros (������) G4190,] están aquí claramente distinguidas de enfermedades corporales.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

7:21 En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. 22 Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: — Jesús no levantaba un ejército, no entrenaba a sus discípulos para la guerra contra los romanos, no recaudaba fondos para alguna revolución; más bien, había demostración de poder milagroso para aliviar las aflicciones humanas (HLB). Una demostración es mucho mejor que una mera explicación. Jesús habló de sus hechos que cumplieron la profecía de Isaías, para que Juan interpretara estos hechos para contestar su propia pregunta, pues ningún profeta había hecho lo que Jesús hizo. Por su propio poder y por su propia autoridad hizo estas señales; aun perdonó pecados por su propia autoridad (Mat 9:6, “el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados”). Jesús no contestó la pregunta de Juan con palabras, sino con hechos, hablando de las buenas obras que había de hacer “el Siervo de Jehová” (Isa 42:6 sig; 35:5,6; 61:1sig). No criticó a Juan por haber hecho esta pregunta. Más bien El simplemente apunta hacia las obras que según los profetas el Mesías haría. Jesús había hecho estas obras y ahora deja que Juan saque su propia conclusión para contestar su propia pregunta. La mejor respuesta a la pregunta de Juan era la obra de Jesús. Seguramente Juan conocía estas profecías y sacó la conclusión correcta.
Debemos aprender esta lección. Para convencer a los que dudan, los argumentos más convincentes son los hechos. Nos conviene, pues, juntar todos los hechos del caso como evidencia en concreto y dejar que el que duda a sacar su propia conclusión (FLC).
— los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, — Según Isa 35:5-6, estas buenas obras serían cumplidas por el Mesías.
— los muertos son resucitados, — V. 15, acabó de levantar al hijo de la viuda de Naín. Todo esto ocurrió “en esa misma hora” y probablemente al mencionar estos que fueron sanados, etc., Jesús podía apuntar hacia ellos; es decir, es como si El hubiera dicho, “Aquí mismo está mi respuesta, mírenlos”. ¿Pero qué tiene que ver esta respuesta con la pregunta de Juan? Las respuestas de Jesús casi siempre son muy indirectas. Me imagino que muchas veces al oír la respuesta de Jesús a sus preguntas los oyentes quedaron bien perplejos, frunciendo cejas y mirándose los unos a los otros y queriendo hacer otra pregunta para que Jesús aclarara su respuesta a la primera pregunta. ¿Por qué Jesús no contestó de forma más directa? Obviamente para hacernos pensar y razonar. El no nos trata como si fuéramos pajarillos con la boca abierta, sino como hombres creados a la imagen de Dios con la facultad mental como para entender asuntos de considerable importancia.
Al meditar en estas obras de Jesús los sinceros deberían recordar lo que los profetas decían del Mesías (Isa 35:5-6; Isa 61:1, etc.) Si Jesús hacía lo que, según los profetas, el Mesías (el que había de venir) haría, entonces ¿cuál es la conclusión lógica (la inferencia necesaria) acerca de la persona de Jesús? Por lo tanto, Jesús mismo citó a Isa 61:1-2 cuando enseñó en la sinagoga de Nazaret: Luc 4:1-44 : “16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor. 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
— y a los pobres es anunciado el evangelio; – Isa 61:1, un punto culminante, ATR; una característica única y especial del Mesías. ¿Por qué se incluye la predicación a los pobres entre los milagros de Jesús? Se incluye y con buena razón, pues tiene mucho que ver con la identidad del verdadero Mesías. La literatura de varias naciones registra maravillas de varias clases (seguramente según 2Ts 2:9, “gran poder y señales y prodigios mentirosos”), pero es imposible fingir la simpatía por los desdichados y afligidos. La sincera preocupación por los pobres es una cualidad encontrada solamente entre los verdaderos discípulos de Jesús.
¿Cuántos grandes líderes mundiales se fijan en los pobres para servirles y ayudarles? Para muchos líderes de renombre los pobres no valen nada; son despreciados y hasta pisoteados. No había “evangelio” para los que no podían pagar (BWJ). Sólo valen para los propósitos egoístas de los grandes y famosos. No fue así con Jesús y no es así con verdaderos cristianos. Aquí está una marca de identidad del verdadero discípulo de Cristo: ama y sirve a los pobres.
Los hechos tienen poder para convencer. Compárense Mat 5:16; Jua 13:34-35; 1Pe 3:1-2, etc.

Fuente: Notas Reeves-Partain

— espíritus malignos: Ver notas a Mat 8:16 y segunda a Mar 1:23.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

r 448 Isa 53:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Lit. concedió ver.

Fuente: La Biblia Textual III Edición