Biblia

Comentario de Lucas 7:38 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 7:38 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y estando detrás de Jesús, a sus pies, llorando, comenzó a mojar los pies de él con sus lágrimas; y los secaba con los cabellos de su cabeza. Y le besaba los pies y los ungía con el perfume.

7:38 y estando detrás de él a sus pies, — La costumbre era reclinarse sobre cojines o lechos bajos alrededor de la mesa, apoyándose sobre el codo izquierdo con el brazo derecho libre para comer. Las piernas estaban estiradas hacia atrás; por eso, era fácil de que la mujer estuviera “detrás de él a sus pies” descalzos, pues las sandalias que llevaba se dejaban afuera al entrar. Comúnmente un sirviente lavaba los pies del visitante, pero en esta oportunidad ese acto de hospitalidad se descuidó.

— llorando, — “No habla, pero sus lágrimas, etc. son más elocuentes que el habla, y son entendidas por Jesús” (HAWM). Sus lágrimas expresaban su arrepentimiento y también su gratitud hacia Cristo. Sin duda esto indica “tristeza según Dios” (2Co 7:1-16, “10 Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación” porque ella estaba muy consciente de sus pecados y estaba muy arrepentida, pero Jesús describe sus acciones como muestra de amor; por eso, parece que sus lágrimas también expresaron gozo y gratitud.

— comenzó a regar (mojar; “humedecer” según Lacueva) con lágrimas sus pies, y los enjugaba (secaba, LBLA) con sus cabellos; — María de Betania hizo lo mismo (Jua 12:3). La mujer judía no desataba la cabellera en público, pero esta mujer, tan llena de amor y gratitud, no tomaba en cuenta esa costumbre. “Al emplear su cabello en esa forma, ella literalmente puso lo que constituye la gloria de una mujer (1Co 11:15) a los pies del Salvador” (GRB).

— y besaba (repetidas veces) sus pies, y los ungía con el perfume — no con aceite del oliva (como se usaba comúnmente), sino con perfume costoso y muy fragante. (Compárense Mat 26:7; Mar 14:3; Jua 12:3). Ella compartía el concepto de María de Betania de que Jesús merecía lo mejor. Esta mujer de Luc 7:1-50 no derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús (compárese Mat 26:7), sino solamente sobre sus pies.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

comenzó llorando a regar con lágrimas sus pies. Luc 6:21; Luc 22:62; Jue 2:4, Jue 2:5; Esd 10:1; Sal 6:6-8; Sal 38:18; Sal 51:17; Sal 126:5, Sal 126:6; Isa 61:3; Jer 31:9, Jer 31:18-20; Joe 2:12; Zac 12:10; Mat 5:4; 2Co 7:10, 2Co 7:11; Stg 4:9.

los enjugaba, los secaba con sus cabellos. Luc 7:44; Gén 18:4; Jua 13:4, Jua 13:5.

los ungía con el perfume. Luc 7:45, Luc 7:46; Ecl 9:8; Cnt 1:3; Isa 57:9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

LLORANDO. Debido a su amor a Jesús, esta mujer le moja los pies con lágrimas. Llorar puede ser una expresión de tristeza y aflicción o de amor agradecido a Cristo.

(1) Al llorar en oración y fe, el creyente le expresa a Dios lo que siente en el corazón; tales lágrimas son valiosas como ofrenda y servicio a Él (vv. Luc 7:37-50; Sal 126:5-6; Jer 9:1; Jer 14:17; Jer 31:15-16; Hch 20:19; Hch 20:31; 2Co 2:4; véase Neh 8:9, nota). De esta manera el creyente también participa en los sufrimientos de Cristo (2Co 1:5; Flp 3:10; 1Pe 4:13).

(2) Cristo mismo lloro mientras oraba, y fue escuchado (Heb 5:7); asimismo, el apóstol Pablo servía al Señor con muchas lágrimas (Hch 20:19; 2Co 2:4). Incluso hoy a los que lloran en Cristo se les considera bienaventurados (Luc 6:21). En el reino futuro de Cristo Dios enjugará toda lágrima de los ojos de su pueblo (Apo 7:17; Apo 21:4; con respecto a la oración y las lágrimas, léase 2Re 20:5; Sal 39:12; véase Sal 56:8, nota).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

estando detrás de él a sus pies. Él estaba reclinado al lado de una mesa cercana al piso, como era la costumbre. Habría sido un escándalo que una mujer de tan mala reputación entrara a la casa de un fariseo. Las comidas a las que se invitaban dignatarios con frecuencia eran abiertas a un público selecto de espectadores, pero nadie habría esperado que una prostituta asistiera. Ella tuvo mucha valentía para acudir a Jesús, lo cual revela con cuánta desesperación buscaba el perdón de Dios. El hecho de que estuvo «llorando» constituye una expresión de su arrepentimiento profundo.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

7:38 y estando detrás de él a sus pies, — La costumbre era reclinarse sobre cojines o lechos bajos alrededor de la mesa, apoyándose sobre el codo izquierdo con el brazo derecho libre para comer. Las piernas estaban estiradas hacia atrás; por eso, era fácil de que la mujer estuviera “detrás de él a sus pies” descalzos, pues las sandalias que llevaba se dejaban afuera al entrar. Comúnmente un sirviente lavaba los pies del visitante, pero en esta oportunidad ese acto de hospitalidad se descuidó.
— llorando, – “No habla, pero sus lágrimas, etc. son más elocuentes que el habla, y son entendidas por Jesús” (HAWM). Sus lágrimas expresaban su arrepentimiento y también su gratitud hacia Cristo. Sin duda esto indica “tristeza según Dios” (2Co 7:1-16, “10 Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación” porque ella estaba muy consciente de sus pecados y estaba muy arrepentida, pero Jesús describe sus acciones como muestra de amor; por eso, parece que sus lágrimas también expresaron gozo y gratitud.
— comenzó a regar (mojar; “humedecer” según Lacueva) con lágrimas sus pies, y los enjugaba (secaba, LBLA) con sus cabellos; – María de Betania hizo lo mismo (Jua 12:3). La mujer judía no desataba la cabellera en público, pero esta mujer, tan llena de amor y gratitud, no tomaba en cuenta esa costumbre. “Al emplear su cabello en esa forma, ella literalmente puso lo que constituye la gloria de una mujer (1Co 11:15) a los pies del Salvador” (GRB).
— y besaba (repetidas veces) sus pies, y los ungía con el perfume – no con aceite del oliva (como se usaba comúnmente), sino con perfume costoso y muy fragante. (Compárense Mat 26:7; Mar 14:3; Jua 12:3). Ella compartía el concepto de María de Betania de que Jesús merecía lo mejor. Esta mujer de Luc 7:1-50 no derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús (compárese Mat 26:7), sino solamente sobre sus pies.

Fuente: Notas Reeves-Partain

— detrás de Jesús: Según costumbre judía, los comensales se recostaban delante de la mesa con los pies descalzos; esta postura facilitaba la acción de la protagonista del relato.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

a sus pies. Los invitados se sentaban sobre cojines en posición casi diagonal a la mesa. Por eso, la mujer se acercó primero a los pies de Jesús.

los secaba con los cabellos. El soltarse el cabello en público produjo sorpresa y provocó el comentario del fariseo (vers. 39), ya que esto era socialmente impropio.

Fuente: La Biblia de las Américas

38 (1) El cabello es la gloria de la mujer ( 1Co_11:15), y está en la parte superior de su cuerpo. Con ésta ella enjugó los pies, la parte más baja del cuerpo del Salvador, amándole con la gloria dé ella.

38 (2) En amor.

38 (3) Indica el aprecio que la mujer tenía del gran valor y dulzura del Salvador. Aun los pies del Salvador eran queridos y agradables para el afecto de ella.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

R525 La preposición παρά tiene sentido locativo: a sus pies.

R533 Ταῖς θριξίν se usa como un dativo instrumental: con el cabello.

M86 Ὁπίσω se usa como un adverbio sólo dos veces en el N.T. (aquí y en Mat 24:18): estando detrás.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego