Biblia

Comentario de Lucas 8:40 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 8:40 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Al regresar Jesús, toda la gente le recibió gozosa, porque todos le esperaban.

8:40 Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban. — Dondequiera le esperaban, con la excepción de los gadarenos (8:37).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

que volviendo Jesús. Mat 9:1; Mar 5:21.

le recibió la multitud con gozo. Luc 5:1; Luc 19:6, Luc 19:37, Luc 19:38, Luc 19:48; Mar 6:20; Mar 12:37; Jua 5:35.

porque todos le esperaban. Pro 8:34; Hch 10:33.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

volvió: Según parece, Jesús se encuentra nuevamente en territorio judío.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

8:40 Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban. – Dondequiera le esperaban, con la excepción de los gadarenos (8:37).

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA CURACIÓN DE UNA HIJA ÚNICA

Lucas 8:40-42 y 49-56

Cuando volvió Jesús adonde había estado antes, toda la gente le recibió con mucha alegría, porque le habían estado esperando. Entonces llegó un tal Jairo, que era presidente de la sinagoga, y se echó a los pies de Jesús para pedirle que fuera a su casa a curar a su hija única, de unos doce años, que se le estaba muriendo. Cuando se pusieron en camino, todo el gentío iba apretujando a Jesús.

Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegó uno de casa del presidente, y le dijo:
-No molestes más al Maestro, porque ya es demasiado tarde: tu hija ha muerto.
-¡No tengas miedo! -intervino Jesús cuando lo oyó-. Tú ten confianza, que tu hija se pondrá buena.
Al llegar a la casa, Jesús no dejó que entraran con Él nada más que Pedro, Santiago y Juan, con el padre y la madre de la niña. Todos estaban llorando y haciendo duelo por la niña; pero Jesús les dijo:
No os pongáis así, que no está muerta, sino sólo dormida.
Todos se pusieron a reírse de Él, porque sabían muy bien que estaba muerta. Pero Jesús le cogió la mano a la niña, y- le dijo en voz alta:

-¡Niña, levántate!

Y al instante volvió a respirar y se puso en pie. Jesús dijo que le dieran a la niña algo de comer. Los padres estaban atónitos; pero Jesús les encargó que no le dijeran nada a nadie.

La desgracia de la vida de pronto se vuelve alegría. Lucas sintió en lo más íntimo la tragedia de la muerte de esta niña. Había tres cosas que la hacían tan terrible.

(a) Era hija única. Sólo Lucas nos lo dice. Se había apagado la luz de la vida de sus padres.

(b) Tenía unos doce años de edad. Es decir, estaba en el albor de la feminidad, porque en el Este los chicos se desarrollan antes que en el Oeste. Algunas chicas hasta se casaban a esa edad. Lo que debía haber sido la mañana de la vida se había convertido en la noche.

(c) Jairo era el presidente de la sinagoga. Es decir, que era el responsable de la administración de la sinagoga y de mantener el culto público. Había llegado a lo más alto en la estimación de sus semejantes. Sin duda tenía una posición desahogada. Parecía como si la vida, como sucede a veces, le hubiera dado generosamente muchas cosas, pero ahora estuviera a punto de quitarle la más preciosa. Toda la desgracia de la vida estaba en el trasfondo de esta historia.

Ya habían venido las plañideras. A nosotros nos parece algo repulsivamente artificial pero el alquiler de estas mujeres era una señal ineludible respeto a la persona muerta. Estaban seguros de que estaba muerta. Pero Jesús dijo que estaba simplemente dormida. Fuera como fuera, la verdad es que Jesús le devolvió la vida.

Debemos fijarnos en un detalle muy práctico: Jesús dijo que le dieran algo de comer a la niña en seguida. ¿Estaría pensando tanto en la madre como en la hija? La madre, con el dolor de la pérdida y la repentina alegría de la recuperación, debía estar a punto del colapso. En momentos así, el hacer algo práctico con las manos puede salvar la vida. Y es posible que Jesús, con esa amable sabiduría que le permitía conocer la naturaleza humana tan bien, estaba dándole a la madre agotada por la emoción algo que hacer para calmarle los nervios.
Pero con mucho el personaje más interesante de la historia es Jairo.
(i) No cabe duda de que era un hombre que podía tragarse el orgullo. Era presidente de la sinagoga. Para entonces, las puertas de la sinagoga se le estaban cerrando a Jesús a toda prisa, si es que no estaban ya del todo cerradas. Pero en su hora de necesidad, se tragó el orgullo y fue a pedir ayuda.

La historia de Roldán, el paladín de Carlomagno, es una de las más famosas en la literatura universal. Roldán estaba a cargo de la retaguardia del ejército, y los sarracenos le cogieron por sorpresa en Roncesvalles. Los franceses luchaban valerosamente en inferioridad de condiciones. Ahora bien: Roldán tenía un cuerno al que llamaba Olifante, que le había ganado al gigante Jatmund, cuyo toque se podía oír a cincuenta kilómetros, y era tan potente que las aves caían muertas en vuelo cuando su sonido cruzaba los aires. Oliver, su amigo, le pidió que tocara el cuerno para que lo oyera Carlomagno y viniera en su ayuda; pero Roldán era demasiado orgulloso para pedir ayuda. Sus hombres fueron cayendo uno tras otro hasta que se quedó solo. Entonces, con el postrer aliento, tocó el cuerno, y Carlomagno se apresuró en su ayuda; pero fue demasiado tarde, porque Roldán estaba muerto. Fue demasiado orgulloso para pedir ayuda.
Cuando todo va bien pensamos que podemos solos con la vida. Pero para experimentar los milagros de la gracia de Dios tenemos que tragarnos el orgullo, y confesar humildemente nuestra necesidad, y pedir ayuda. «Pedid y recibiréis»; pero no se recibe nada si no se pide.
(ii) No cabe duda de que Jairo era un hombre de fe firme. Sintiera lo que sintiera, no aceptó sin más el veredicto de las plañideras. Esperaba contra toda esperanza. No cabe duda de que, en su corazón, algo le decía: «Nunca se sabe lo que puede hacer Jesús.» Ninguno de nosotros lo sabemos. En el día más negro podemos seguir confiando en los recursos inagotables y en la gracia y en el poder inagotable de Dios.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

La hija de Jairo y la mujer con una hemorragia (ver Mat. 9:18-26; Mar. 5:21-43). Volviendo al lado occidental y judío del lago, Jesús encontró a un dirigente de la sinagoga que buscaba ayuda para su hija enferma. El recorrido de Jesús hasta su casa fue interrumpido por un incidente que pudiera haber ayudado a la fe de Jairo, pero que quizá simplemente hizo que se preocupara y se impacientara por el retraso. La hemorragia de la mujer la tornaba religiosamente impura y por eso tenía miedo de acercarse a Jesús abiertamente. Pero tuvo suficiente fe como para esperar que el mero contacto físico con él la sanaría. Podemos ser tentados a deducir que se trataba de una fe supersticiosa, pero Jesús no lo hizo. Su poder sanador no fluyó automáticamente de él por el toque de ella, pero estaba bajo su control. Respondió a la fe cuya presencia había captado. Entonces llamó a la mujer para que se dejara ver, de modo de poder completar su cura restaurando su autoestima y estableciendo una relación personal. De ese modo ella no podría mirarlo supersticiosamente como un sanador mágico.

El retraso parecía ser fatal, porque llegaron mensajeros con la noticia de que en el intervalo había muerto la hija de Jairo. Pero Jesús le aseguró que aquello no era el fin. Al llegar a la casa fue tranquilamente hasta donde estaba la muchacha muerta, y con una simple palabra la devolvió a la vida. El hecho de su recuperación difícilmente podía ser mantenido en secreto, pero Jesús quería que lo ocurrido lo mantuvieran en privado todo lo posible: nadie necesitaba saber exactamente lo que había ocurrido en el cuarto de la enferma o si la muchacha había estado realmente muerta. Jesús enfrentaba el peligro de que la gente desarrollara un temor supersticioso para con él como obrador de milagros en vez de poner la fe en él como Salvador que revelaba el amor de Dios por medio de acciones poderosas.

Notas. 41 El principal de la sinagoga planeaba los servicios de la misma y otras actividades; el trabajo concreto era hecho por un asistente (4:20). 42 Los intentos de negar que la muchacha estuviera realmente muerta van contra todo el espíritu del relato (cf. v. 49). 43 Lucas omite los detalles que da Mar. de que la mujer había consultado muchos médicos, pero en vano, posiblemente porque está abreviando la historia, pero también porque quería eliminar una posible crítica a los médicos. La frase aparece en versiones como la RVA, pero no en algunos mss. y versiones como la BJ. 52 Los ritos funerarios se realizaban prontamente en el Oriente de la antigüedad (cf. Hech. 5:5-7) y los plañideros alquilados debieron haber empezado en seguida que la niña había muerto. 55 El mandato de alimentar a la muchacha pudo haber sido simplemente para demostrar que estaba realmente viva y bien, pero también demuestra la compasión humana de Jesús.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

b 541 Mar 5:21

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

40 super (1) Véase la nota 1 super (1) de Mt 9.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro