Comentario de Lucas 9:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará.

9:24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; — Obsérvese la palabra “porque”. Lo que dice ahora se pone en contraste con lo que acaba de decir (GH). Negarse a sí mismo, tomar su cruz cada día, seguirme porque “Todo el que quiera salvar su vida” (la persona que no quiere negarse a sí mismo, no quiere tomar su cruz y no quiere seguir a Cristo) la perderá. Tal persona quiere “salvar” — usar, aprovechar — su vida para sí misma, pero al hacerlo no la salva sino que la pierde.

¿Cómo “salvan” su vida los que no quieren negarse a sí mismos, tomar su cruz y seguir a Cristo? (1) Algunos son como el rico de Luc 12:16-21. Viven para ganar más posesiones materiales; (2) otros se aferran al placer de toda clase; (3) otros se dedican a sus familias; su vida es su familia; (4) otros no se niegan a sí mismos porque no quieren llevar “la cruz tan pesada” de asistir a los servicios (para los tales la religión es pura carga pesada y el pensamiento de “tener que” levantarse el domingo y alistarse para ir al culto es un pensamiento nada placentero; quieren el día para sí mismos: para dormir o descansar, para pasearse, para visitar parientes y amigos o para una variedad de otras actividades; (5) otros no se niegan a sí mismos porque no quieren llevar la cruz de dejar de tomar una que otra cerveza con los amigos, o no quieren preocuparse si quieren de vez en cuando echar maldiciones, contar chistes sucios, en fin, no quieren tener que cuidar su habla; (7) a otros no les gusta la idea de controlar los corajes, pues les gusta enojarse y decir cosas o arrojar cosas para desahogarse un poco. En fin, “el que quiera salvar su vida” es la persona que quiere “estar libre” para hacer su propia voluntad. Estos no saben que en lugar de “estar libres” en realidad son esclavos del pecado (Jua 8:34).

Hay docenas de otros objetivos, razones y metas, pero lo que todos tienen en común es que substituyen a Cristo en la vida. Todos los que rehúsan negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguir en pos de Cristo quieren salvar su vida, es decir, usarla como ellos mismos la quieren usar. Quieren hacer su propia voluntad en lugar de hacer la voluntad de Cristo. (La misma actitud prevalece entre las iglesias establecidas por los hombres: quieren adorar y servir a Dios según sus propias ideas, siguiendo su propia voluntad, y luego esperan que el Señor les reciba como fieles seguidores).

La consecuencia muy triste es que todos estos que “salvan su vida” (la usan para sí mismos) la van a perder. Quieren usar su vida como ellos quieren por unos cuantos años, y luego tendrán que sufrir la consecuencia en el fuego del infierno no por cien años, ni por mil años, sino eternamente.

— y todo el que pierda su vida por causa de mí (la causa mía), éste la salvará. — 17:33; Mat 10:39. Véase la figura de Jua 12:24, “si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará”. Como grano de trigo Jesús murió para llevar mucho fruto. Nosotros también debemos “caer en la tierra y morir” para llevar fruto.

Perder la vida por la causa de Cristo significa dedicarse a su servicio, buscando primeramente su reino y su justicia (Mat 6:33), trabajando en la obra de la evangelización (Hch 8:4), edificación (1Ts 5:11) y benevolencia (Mat 25:35-40). Según Mar 8:35, Jesús dice, “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará”. ¿Estamos perdiendo nuestra vida por causa de Cristo y del evangelio?

De hecho salvamos la vida ahora. Aunque tengamos que llevar una cruz en esta vida, todas las pruebas obran a favor nuestro. Léanse con cuidado Rom 5:3-5; Rom 8:28; 2Co 4:15-18; 2Co 12:8-10; Stg 1:2-4, etc.

Pero sobre todo si somos fieles hasta la muerte, Dios nos dará la vida eterna con El en el cielo. De esta manera verdaderamente salvamos la vida.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Luc 17:33; Hch 20:23, Hch 20:24; Heb 11:35; Apo 2:10; Apo 12:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

No tiene sentido intentar salvar nuestra vida en la tierra sólo para perderlo todo cuando nuestra vida concluye rápida e inevitablemente. La actitud sabia está en invertir nuestras capacidades terrenales, nuestro tiempo, talento y riquezas, en lo que de verdad es eterno. Si incluso perdemos nuestra vida por amor a Cristo, esa inversión producirá dividendos por toda la eternidad (Luc 19:11-27; Mat 6:19-21; Mat 19:27-30).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

todo el que pierda su vida por causa de mí. Aparte del mandato «sígueme», este dicho se repite más veces en los Evangelios que cualquier otro dicho de Cristo. Cp. Luc 17:33; Mat 10:39; Mat 16:25; Mar 8:35; Jua 12:25. Vea la nota sobre Luc 14:11.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

9:24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; — Obsérvese la palabra “porque”. Lo que dice ahora se pone en contraste con lo que acaba de decir (GH). Negarse a sí mismo, tomar su cruz cada día, seguirme porque “Todo el que quiera salvar su vida” (la persona que no quiere negarse a sí mismo, no quiere tomar su cruz y no quiere seguir a Cristo) la perderá. Tal persona quiere “salvar” – usar, aprovechar — su vida para sí misma, pero al hacerlo no la salva sino que la pierde.
¿Cómo “salvan” su vida los que no quieren negarse a sí mismos, tomar su cruz y seguir a Cristo? (1) Algunos son como el rico de Luc 12:16-21. Viven para ganar más posesiones materiales; (2) otros se aferran al placer de toda clase; (3) otros se dedican a sus familias; su vida es su familia; (4) otros no se niegan a sí mismos porque no quieren llevar “la cruz tan pesada” de asistir a los servicios (para los tales la religión es pura carga pesada y el pensamiento de “tener que” levantarse el domingo y alistarse para ir al culto es un pensamiento nada placentero; quieren el día para sí mismos: para dormir o descansar, para pasearse, para visitar parientes y amigos o para una variedad de otras actividades; (5) otros no se niegan a sí mismos porque no quieren llevar la cruz de dejar de tomar una que otra cerveza con los amigos, o no quieren preocuparse si quieren de vez en cuando echar maldiciones, contar chistes sucios, en fin, no quieren tener que cuidar su habla; (7) a otros no les gusta la idea de controlar los corajes, pues les gusta enojarse y decir cosas o arrojar cosas para desahogarse un poco. En fin, “el que quiera salvar su vida” es la persona que quiere “estar libre” para hacer su propia voluntad. Estos no saben que en lugar de “estar libres” en realidad son esclavos del pecado (Jua 8:34).
Hay docenas de otros objetivos, razones y metas, pero lo que todos tienen en común es que substituyen a Cristo en la vida. Todos los que rehúsan negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguir en pos de Cristo quieren salvar su vida, es decir, usarla como ellos mismos la quieren usar. Quieren hacer su propia voluntad en lugar de hacer la voluntad de Cristo. (La misma actitud prevalece entre las iglesias establecidas por los hombres: quieren adorar y servir a Dios según sus propias ideas, siguiendo su propia voluntad, y luego esperan que el Señor les reciba como fieles seguidores).
La consecuencia muy triste es que todos estos que “salvan su vida” (la usan para sí mismos) la van a perder. Quieren usar su vida como ellos quieren por unos cuantos años, y luego tendrán que sufrir la consecuencia en el fuego del infierno no por cien años, ni por mil años, sino eternamente.
— y todo el que pierda su vida por causa de mí (la causa mía), éste la salvará. – 17:33; Mat 10:39. Véase la figura de Jua 12:24, “si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará”. Como grano de trigo Jesús murió para llevar mucho fruto. Nosotros también debemos “caer en la tierra y morir” para llevar fruto.
Perder la vida por la causa de Cristo significa dedicarse a su servicio, buscando primeramente su reino y su justicia (Mat 6:33), trabajando en la obra de la evangelización (Hch 8:4), edificación (1Ts 5:11) y benevolencia (Mat 25:35-40). Según Mar 8:35, Jesús dice, “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará”. ¿Estamos perdiendo nuestra vida por causa de Cristo y del evangelio?
De hecho salvamos la vida ahora. Aunque tengamos que llevar una cruz en esta vida, todas las pruebas obran a favor nuestro. Léanse con cuidado Rom 5:3-5; Rom 8:28; 2Co 4:15-18; 2Co 12:8-10; Stg 1:2-4, etc.
Pero sobre todo si somos fieles hasta la muerte, Dios nos dará la vida eterna con El en el cielo. De esta manera verdaderamente salvamos la vida.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Luc 17:33; Mat 10:39; Jua 12:25.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “vida”. Gr.: psy·kjén; J17,18,22(heb.): naf·schóh (de né·fesch). Véase Ap. 4A.

REFERENCIAS CRUZADAS

d 598 Mat 16:25; Mar 8:35; Jua 12:25; Hch 20:24; Rev 2:10

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

la perderá…la salvará. Véase coment. en Mt 16:25.

Fuente: La Biblia de las Américas

24 super (1) O, destruirá… destruya.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Luc 17:33; Jua 12:25; Mat 10:39.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, alma

Fuente: La Biblia de las Américas

g 17.33; Mat 10:39; Jua 12:25.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

Biblia Peshitta 2006 Notas:

[13] 9.24 Ver nota a Mar 8:35.

Fuente: Peshitta en Español