Biblia

Comentario de Lucas 19:45 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 19:45 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Cuando entró en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían,

19:45 Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él, 46 diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. — Jesús hizo esto dos veces. Jua 2:14-22 registra la primera vez y los sinópticos registran esta segunda vez. Mat 21:12; Mar 11:15. No entró en el lugar santo. El templo (santuario) no era sitio donde la gente se congregara para adorar como lo hace la iglesia ahora. Solamente entraban en el lugar santo los sacerdotes; Jesús no entró porque no era sacerdote según el orden de Aarón, (era de la tribu de Judá). Tampoco entró Jesús en el lugar santísimo (solamente el sumo sacerdote entraba, y éste solamente una vez por año). En el templo había varios atrios, pero la palabra templo (HIERON) incluía los atrios y cámaras, etc., todo lo que estaba encerrado dentro de la muralla del templo. En el atrio de los israelitas solamente entraban varones israelitas. Había también atrio de las mujeres, y el atrio de los gentiles. El atrio de los gentiles era el sitio ocupado por los vendedores. En este atrio entraba cualquiera. Por lo tanto, los gentiles estaban completamente despreciados por el negocio escandaloso de los judíos avaros. Mar 11:16, Jesús “no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno”; esto indica que esta parte del templo había llegado a ser una vía pública para cargar utensilios de aceite, vino, etc. ¿Qué esperanza había de que los gentiles creyentes (p. ej., Cornelio) pudieran adorar a Dios?

Lev 14:22 explica el sacrificio que había de ser ofrecido por los pobres (Luc 2:24). Esta práctica comenzó como una práctica inocente de beneficio para los que venían de lejos al templo, y no era práctico traer animales y palomas, pero abrió la puerta para los avaros y llegó a ser una condición escandalosa como descrita aquí. Ahora en lugar de recibir beneficio, los pobres eran víctimas de la avaricia de los vendedores. El impuesto del templo era medio ciclo y los peregrinos tenían que cambiar su dinero para pagarlo.

¿Por qué los echó fuera? ¿Por qué volcó las mesas de los cambistas? Porque eran hombres fraudulentos (ladrones) que cobraban doble o triple por las palomas. ¿Por qué no las compraban en otra parte? Porque tenían que ser sin defecto, y los “inspectores” rechazaban las palomas que se compraban en otra parte, de esta manera obligándoles a comprar en el templo. Tenían que ofrecer sacrificios “autorizados” por los “ladrones”. Todos (los sacerdotes, oficiales del templo, comerciantes) estaban involucrados en la conspiración de robar la gente. Fue un verdadero monopolio.

Jesús entró, pues, en su propia casa y la limpió. Era la pascua y El quitaba la vieja levadura (1Co 5:8). En esto vemos el poder y autoridad de Jesús. Cf. Jua 18:6. Habló con voz de autoridad, voz de mando.

¿Por qué no lo resistieron? Jesús tuvo el derecho de hacerlo; la conciencia de los culpables les condenaba (si es que todavía tenía conciencia). También la gente apoyaba a Jesús (esto ocurrió después de la entrada triunfal), porque sabían que Jesús era, por lo menos, un profeta y creían que un profeta tenía mucha autoridad.

— Escrito está: — otra vez vemos la fuerza de las Escrituras. Jesús siempre citaba textos bíblicos. Esto indicaba que Dios Mismo era su autoridad.

— Mi casa es casa de oración (“mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos”, Isa 56:7) ; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. — Hay gran contraste entre “casa de oración” y “cueva de ladrones”. Compárense 2Co 2:17; Eze 34:2; 1Ti 6:5; 2Pe 2:3. Así es hoy en día. El mundo religioso hace mercadería del evangelio. Muchos pastores y evangelistas enfatizan lo material mucho más que lo espiritual.

La práctica de los judíos que profanaban el templo es repetida ahora por muchas iglesias: La Iglesia Católica Romana tiene sus reliquias sagradas, cintas con inscripciones, velas de colores, crucifijos decorados, botellas con agua santa (agua del Jordán). Los evangélicos (1) hablan sin cesar de ofrendas, de diezmos, de recaudar fondos para su salario y sus proyectos (tienen número incalculable de ofrendas especiales); en cuanto al diezmo, cualquier estudiante sincero (como los de Berea, Hch 17:11) sabe que el diezmo pertenece a la ley de Moisés (Lev 27:30-34; Núm 18:21; Deu 14:22-29, etc.) pero los líderes religiosos lo imponen sobre sus feligreses como si fuera ley de Cristo; (2) venden pasteles, tacos, tamales, ropa, etc. para sufragar gastos; (3) piden ayuda de los comerciantes (y de todos en la calle); (4) venden pañuelos y otros artículos “ungidos” (bendecidos) por el pastor; (5) los “televangelistas” animan a la gente a escribir sus enfermedades, etc. en un papel para enviárselos, siempre con su ofrenda, para que oren por ellos; (5) en las campañas usan tácticas psicológicas de las más vergonzosas para sacar dinero de la gente; (6) venden discos, casetes, y toda clase de literatura (como “Atalaya” y “Despertad”); (7) todos saben de los juegos de bingo y rifas de las iglesias católicas, pero los evangélicos tienen sus rifas también; (8) celebran fiestas y programas de toda clase con orquestas, coros y toda clase de diversión, compitiendo con el teatro mundano, etc. (la lista es interminable). (Algunos de estos puntos tomados del estudio “Mercaderes del sectarismo” por Dewayne Shappley H.).

Recuérdese siempre la actitud de Jesús ante tales actividades. Jua 2:1-25, “15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos”. Como Pablo dice en Rom 16:18, “no sirven a nuestro Señor Jesucristo sino a sus propios vientres” y como dice Jud 1:11, “se lanzaron por lucro en el error de Balaam”.

¿Qué enseña la Biblia? 1Co 16:1-24, “2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado”; 2Co 9:1-15, “7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. Léase 2Co 8:1-5 para ver el espíritu generoso que Dios quiere ver en sus hijos.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

y entrando en el templo. Mat 21:12, Mat 21:13; Mar 11:15-17; Jua 2:13-17.

los que vendían y compraban en él. Deu 14:25, Deu 14:26.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La entrada de Jesús a Jerusalén da comienzo a la sección final del Evangelio de Lucas. Jesús limpió el Templo con ira después de ver que el lugar de oración se había convertido en una excusa para el comercio corrupto. Los mercaderes vendían animales para sacrificio fuera del Templo (el atrio de los gentiles) a un precio exorbitante. Los cambistas de dinero sacaban demasiado provecho al cambiar monedas por los siclos del Templo. Juan registra la purificación del Templo en Jua 2:13-22, pero no está claro si ese hecho es el mismo que se registra aquí. Debido a que Juan coloca ese hecho en la primera parte del ministerio de Jesús, Él pudo haber limpiado el Templo en dos oportunidades. Los Evangelios sinópticos colocan la purificación del Templo en la última semana del ministerio de Jesús (Mat 21:12-17; Mar 11:15-19). Algunos suponen que Juan colocó a propósito la purificación fuera de un orden cronológico para probar de antemano el juicio de Jesús en las prácticas religiosas contemporáneas.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ECHAR FUERA A TODOS LOS QUE VENDÍAN. La purificación del templo fue el primer gran acto público del ministerio de Jesús (Jua 2:13-22) y también el último (cf. Mat 21:12-17; Mar 11:15-17). Con gran enojo, echó de la casa de Dios a los impíos, a los avaros y a todos los que estaban destruyendo su verdadero propósito espiritual. El haber purificado el templo dos veces en el espacio de tres años de ministerio indica cuán importantes son las siguientes lecciones espirituales:

(1) El mayor interés de Cristo es la santidad y devoción sincera dentro de su iglesia (cf. Jua 17:17; Jua 17:19). Él murió para «santificarla… a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia… santa y sin mancha» (Efe 5:25-27).

(2) La adoración dentro de la iglesia debe ser en espíritu y verdad (Jua 4:24). La casa de Dios debe ser un lugar de oración y comunión con Dios (cf. Mat 21:13).

(3) Cristo condenará a todo el que use la iglesia, el evangelio o su reino para ganancia, gloria o jactancia personal.

(4) El amor sincero a Dios y a sus propósitos redentores dará por resultado un «celo» consumidor por la justicia de la casa y del reino de Dios (Jua 2:17). Es decir, el que de veras quiera ser como Cristo no tolerará la injusticia dentro de la iglesia (cf. Apo 2:1-29 y 3).

(5) Es esencial que todos los verdaderos ministros cristianos protesten contra los que profanan y degradan el reino de Dios (cf. Rom 14:17; 1Co 6:9-11; Gál 1:6-10; Apo 2:1-29 y Apo 3:1-22).

(6) Si no se permite que Cristo entre en las congregaciones de los fieles para purificarlos del engaño, de la inmoralidad, de la secularización y de la profanación (véanse Apo 2:1-29 y Apo 3:1-22), más tarde, en su segunda venida y en juicio divino, Él purificará a sus iglesias de manera definitiva (véase Mal 3:2).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Esta fue la segunda vez que Jesús expulsó a los vendedores del templo, y es un incidente distinto al que se describe en Jua 2:14-16. Él cita de Isa 56:7. Vea la nota sobre Mat 21:12.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

19:45 Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él, 46 diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. – Jesús hizo esto dos veces. Jua 2:14-22 registra la primera vez y los sinópticos registran esta segunda vez. Mat 21:12; Mar 11:15. No entró en el lugar santo. El templo (santuario) no era sitio donde la gente se congregara para adorar como lo hace la iglesia ahora. Solamente entraban en el lugar santo los sacerdotes; Jesús no entró porque no era sacerdote según el orden de Aarón, (era de la tribu de Judá). Tampoco entró Jesús en el lugar santísimo (solamente el sumo sacerdote entraba, y éste solamente una vez por año). En el templo había varios atrios, pero la palabra templo (HIERON) incluía los atrios y cámaras, etc., todo lo que estaba encerrado dentro de la muralla del templo. En el atrio de los israelitas solamente entraban varones israelitas. Había también atrio de las mujeres, y el atrio de los gentiles. El atrio de los gentiles era el sitio ocupado por los vendedores. En este atrio entraba cualquiera. Por lo tanto, los gentiles estaban completamente despreciados por el negocio escandaloso de los judíos avaros. Mar 11:16, Jesús “no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno”; esto indica que esta parte del templo había llegado a ser una vía pública para cargar utensilios de aceite, vino, etc. ¿Qué esperanza había de que los gentiles creyentes (p. ej., Cornelio) pudieran adorar a Dios?
Lev 14:22 explica el sacrificio que había de ser ofrecido por los pobres (Luc 2:24). Esta práctica comenzó como una práctica inocente de beneficio para los que venían de lejos al templo, y no era práctico traer animales y palomas, pero abrió la puerta para los avaros y llegó a ser una condición escandalosa como descrita aquí. Ahora en lugar de recibir beneficio, los pobres eran víctimas de la avaricia de los vendedores. El impuesto del templo era medio ciclo y los peregrinos tenían que cambiar su dinero para pagarlo.
¿Por qué los echó fuera? ¿Por qué volcó las mesas de los cambistas? Porque eran hombres fraudulentos (ladrones) que cobraban doble o triple por las palomas. ¿Por qué no las compraban en otra parte? Porque tenían que ser sin defecto, y los “inspectores” rechazaban las palomas que se compraban en otra parte, de esta manera obligándoles a comprar en el templo. Tenían que ofrecer sacrificios “autorizados” por los “ladrones”. Todos (los sacerdotes, oficiales del templo, comerciantes) estaban involucrados en la conspiración de robar la gente. Fue un verdadero monopolio.
Jesús entró, pues, en su propia casa y la limpió. Era la pascua y El quitaba la vieja levadura (1Co 5:8). En esto vemos el poder y autoridad de Jesús. Cf. Jua 18:6. Habló con voz de autoridad, voz de mando.
¿Por qué no lo resistieron? Jesús tuvo el derecho de hacerlo; la conciencia de los culpables les condenaba (si es que todavía tenía conciencia). También la gente apoyaba a Jesús (esto ocurrió después de la entrada triunfal), porque sabían que Jesús era, por lo menos, un profeta y creían que un profeta tenía mucha autoridad.
— Escrito está: — otra vez vemos la fuerza de las Escrituras. Jesús siempre citaba textos bíblicos. Esto indicaba que Dios Mismo era su autoridad.
— Mi casa es casa de oración (“mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos”, Isa 56:7) ; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. – Hay gran contraste entre “casa de oración” y “cueva de ladrones”. Compárense 2Co 2:17; Eze 34:2; 1Ti 6:5; 2Pe 2:3. Así es hoy en día. El mundo religioso hace mercadería del evangelio. Muchos pastores y evangelistas enfatizan lo material mucho más que lo espiritual.
La práctica de los judíos que profanaban el templo es repetida ahora por muchas iglesias: La Iglesia Católica Romana tiene sus reliquias sagradas, cintas con inscripciones, velas de colores, crucifijos decorados, botellas con agua santa (agua del Jordán). Los evangélicos (1) hablan sin cesar de ofrendas, de diezmos, de recaudar fondos para su salario y sus proyectos (tienen número incalculable de ofrendas especiales); en cuanto al diezmo, cualquier estudiante sincero (como los de Berea, Hch 17:11) sabe que el diezmo pertenece a la ley de Moisés (Lev 27:30-34; Núm 18:21; Deu 14:22-29, etc.) pero los líderes religiosos lo imponen sobre sus feligreses como si fuera ley de Cristo; (2) venden pasteles, tacos, tamales, ropa, etc. para sufragar gastos; (3) piden ayuda de los comerciantes (y de todos en la calle); (4) venden pañuelos y otros artículos “ungidos” (bendecidos) por el pastor; (5) los “televangelistas” animan a la gente a escribir sus enfermedades, etc. en un papel para enviárselos, siempre con su ofrenda, para que oren por ellos; (5) en las campañas usan tácticas psicológicas de las más vergonzosas para sacar dinero de la gente; (6) venden discos, casetes, y toda clase de literatura (como “Atalaya” y “Despertad”); (7) todos saben de los juegos de bingo y rifas de las iglesias católicas, pero los evangélicos tienen sus rifas también; (8) celebran fiestas y programas de toda clase con orquestas, coros y toda clase de diversión, compitiendo con el teatro mundano, etc. (la lista es interminable). (Algunos de estos puntos tomados del estudio “Mercaderes del sectarismo” por Dewayne Shappley H.).
Recuérdese siempre la actitud de Jesús ante tales actividades. Jua 2:1-25, “15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos”. Como Pablo dice en Rom 16:18, “no sirven a nuestro Señor Jesucristo sino a sus propios vientres” y como dice Jud 1:11, “se lanzaron por lucro en el error de Balaam”.
¿Qué enseña la Biblia? 1Co 16:1-24, “2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado”; 2Co 9:1-15, “7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. Léase 2Co 8:1-5 para ver el espíritu generoso que Dios quiere ver en sus hijos.

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

w 1168 Mat 21:12; Mar 11:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

los que vendían. Véanse coments. en Mt 21:12, 13.

Fuente: La Biblia de las Américas

a echar fuera. Véase nota en Mar 11:15.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

‡ Hace referencia de manera particular a la venta de animales para hacer sacrificios.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento