Comentario de Lucas 22:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Los principales sacerdotes y los escribas estaban buscando cómo eliminarle, pues temían al pueblo.
22:2 Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo matarle; — Hch 8:33, “no se le hizo justicia”. Jua 11:47-53, “…desde aquel día acordaron matarle”; en este texto leemos la profecía de Caifás, sumo sacerdote, de que “nos conviene que un hombre muera por el pueblo”. Esta profecía era de Dios y tenía que ver con la muerte de Jesús como sacrificio por los pecados del mundo, pero Caifás la entendía desde el punto de vista político; es decir, viendo a Jesús como personaje peligroso, sería necesario ejecutarlo para el bienestar político de la nación. Para Caifás había solamente dos alternativas: acabar con Jesús, o de otro modo, ver la nación destruida, pero había otra alternativa, a saber, aceptar a Jesús como el Mesías y salvar la nación tanto política como espiritualmente. La ironía de este caso es lo siguiente: Caifás dice que Cristo tiene que morir para que la nación no sea destruida, pero la nación fue destruida en el año 70 precisamente porque los judíos rechazaron y crucificaron a Jesús. Según las palabras de Caifás Jesús ya estaba prejuzgado y condenado a morir mucho antes de ser juzgado por ellos. Por lo tanto, ¿qué se espera de ellos cuando “juzgan” a Jesús? En realidad, los que fueron juzgados en todo esto fueron los judíos y los romanos.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Luc 19:47, Luc 19:48; Luc 20:19; Sal 2:1-5; Mat 21:38, Mat 21:45, Mat 21:46; Mat 26:3-5; Jua 11:47-53, Jua 11:57; Hch 4:27.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
buscaban cómo matarle: Los líderes aún querían deshacerse de Jesús, pero les detenía su popularidad entre la gente que le seguía (Luc 19:47, Luc 19:48; Luc 20:19).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
los principales sacerdotes y los escribas. Vea las notas sobre Luc 19:47 ; Luc 20:1. porque temían al pueblo. Por esta razón conspiraban en secreto para asesinarlo después de la temporada de la Pascua, mientras Jerusalén no estuviera tan concurrida (cp. el v. Luc 22:6; Mat 26:4-5; Mar 14:1-2). Lo cierto es que estos acontecimientos ocurrieron según el plan de Dios y no el de ellos (vea la nota sobre Mat 26:2).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
22:2 Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo matarle; — Hch 8:33, “no se le hizo justicia”. Jua 11:47-53, “…desde aquel día acordaron matarle”; en este texto leemos la profecía de Caifás, sumo sacerdote, de que “nos conviene que un hombre muera por el pueblo”. Esta profecía era de Dios y tenía que ver con la muerte de Jesús como sacrificio por los pecados del mundo, pero Caifás la entendía desde el punto de vista político; es decir, viendo a Jesús como personaje peligroso, sería necesario ejecutarlo para el bienestar político de la nación. Para Caifás había solamente dos alternativas: acabar con Jesús, o de otro modo, ver la nación destruida, pero había otra alternativa, a saber, aceptar a Jesús como el Mesías y salvar la nación tanto política como espiritualmente. La ironía de este caso es lo siguiente: Caifás dice que Cristo tiene que morir para que la nación no sea destruida, pero la nación fue destruida en el año 70 precisamente porque los judíos rechazaron y crucificaron a Jesús.
Según las palabras de Caifás Jesús ya estaba prejuzgado y condenado a morir mucho antes de ser juzgado por ellos. Por lo tanto, ¿qué se espera de ellos cuando “juzgan” a Jesús? En realidad, los que fueron juzgados en todo esto fueron los judíos y los romanos.
Jesús fue “juzgado” (1) por Anás, el sumo sacerdote, según la ley de los judíos; (2) luego por Concilio con Caifás, el sumo sacerdote nombrado por Roma; (3) por Pilato; (4) por Herodes; y (5) otra vez por Pilato para la sentencia final.
— porque temían al pueblo. Según Mat 26:3 se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás. Los «principales sacerdotes» eran las cabezas de los veinticuatro cursos de sacerdotes que servían por turno en el templo. El sumo sacerdote (Caifás) era el presidente del concilio (sanedrín) que tenía autoridad para juzgar y condenar a los transgresores. Se reunieron para considerar cómo podrían destruir a Jesús, porque les había avergonzado públicamente (Mat 21:45; Mat 23:1-39). Reconocían que estaban perdiendo su control sobre la gente (Jua 11:48; Jua 11:53; Jua 12:10-11; Jua 12:19). La «entrada triunfal» de Jesús indicaba su gran popularidad (Luc 19:28-44). En varios argumentos Jesús les había dejado avergonzados, exponiéndoles como incapaces de defender su doctrina (Mat 21:1-46; Mat 22:1-46). No podían contestar palabra alguna cuando expuso su hipocresía (Mat 23:1-39). Por eso estaban muy resentidos y resueltos a matarlo. Mat 26:4-5, “Tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús (es decir, para prender a Jesús y condenarle antes de que el pueblo pudiera levantar oposición fuerte), y matarle. Pero decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo”.
Sin embargo, Jesús fue crucificado precisamente “durante la fiesta” de la Pascua, mostrando claramente que ni los romanos ni los judíos estaban en control de ese evento, sino que El mismo decidía todo. Cristo vino al mundo para dar su vida. Jua 10:1-42, “18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar”. Hasta que “su hora” llegara nadie podía hacer nada, pero ahora El mismo está listo a dar su vida, y siendo “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” iba a morir durante la Pascua.
La gente creía que Jesús era, por lo menos, un profeta importante (Mat 16:14) y algunos (mayormente los de Galilea) creían que era el Mesías. Los judíos de todas las naciones se reunían en Jerusalén para las fiestas anuales (compárese Hch 2:5-10). Se ha sugerido que hasta tres millones de judíos estaban presentes durante la pascua, y frecuentemente había tumultos entre ellos.
El temor de los líderes se expresa en Jua 11:48, pero ignoraban el plan de Dios y la actitud sumisa de Jesús. Si Jesús hubiera permitido que Pedro usara su espada para iniciar un tumulto, los temores de los líderes se habrían realizado, pero Dios había escogido precisamente esa pascua para ofrecer sobre una cruz al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo (Jua 1:29; Isa 53:10; 1Jn 2:2). Los judíos no querían ser responsables por un alboroto entre el pueblo, pero ¡estaban dispuestos a crucificar a su Mesías! (HLB). Estaban muy contentos cuando Judas ofreció entregar a Jesús y les fue conveniente llevar a cabo sus planes.
El temor al pueblo era el obstáculo principal para los líderes (Mat 21:46). Para los romanos la pascua era tiempo apropiado para ejecutar criminales para demostrar su poder sobre el pueblo.
Jesús había hablado frecuentemente a sus apóstoles acerca de su muerte que se acercaba: Jua 2:19; Jua 3:14; Jua 6:51; Jua 10:11; Jua 10:15; Mat 9:15; Mat 10:38; Mat 12:40; Mat 21:38. Abiertamente Jesús predijo su muerte: Mat 16:21-23; Mat 17:2; Mat 20:17-19. También, aunque los líderes dijeron, «no durante la fiesta», precisamente durante esa fiesta Jesús iba a morir. Al decir que sería crucificado indica que su muerte sería llevada a cabo no por los judíos sino por los romanos.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Luc 19:47; Mat 12:14; Mat 14:5.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
b 1291 Luc 9:22
c 1292 Mat 21:46; Mat 26:4; Mar 14:2; Luc 20:19
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
los principales sacerdotes…buscaban. Véanse coments. en Mt 26:3, 5.
Fuente: La Biblia de las Américas
R427 Τὸ πῶς ἀνέλωσιν es el complemento directo del verbo ἐζήτουν (el artículo se usa con una pregunta indirecta en los vv. 2 y 4: cómo -R766). [Editor. En esencia, estos dos comentarios tienen significado similar.]
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., El