Biblia

Comentario de Lucas 22:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Lucas 22:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.

22:14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. 15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! — ¡Esta fue la última pascua! En esta ocasión Jesús y sus apóstoles participaron de dos cenas, la fiesta de la pascua y la institución de la cena del Señor.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Deu 16:6, Deu 16:7; Mat 26:20; Mar 14:17.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Una comparación de este relato con el que nos ofrece Juan en Luc 13:1-30 sugiere que Lucas reordenó los acontecimientos de manera temática. Lucas señala la cena en primer lugar y luego, el discurso. En la narración de Juan, Judas ya se había marchado al momento de la cena. En Lucas no se menciona la salida de Judas. Además, Lucas menciona dos copas, mientras que los demás Evangelios sólo hablan de una. Una cena de Pascua consistía en cuatro platos y cuatro copas, por lo que es evidente que todos los Evangelios han resumido la cena. Las palabras sobre el pan y la copa de Lucas son muy similares a las de 1Co 11:23-26.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Cuando era la hora. Esto es, la puesta del sol que marcaba el comienzo oficial de la Pascua (vea la nota sobre el v.Luc 22:7). se sentó. Es decir, se reclinó.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

22:14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. 15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! — ¡Esta fue la última pascua! En esta ocasión Jesús y sus apóstoles participaron de dos cenas, la fiesta de la pascua y la institución de la cena del Señor.

Fuente: Notas Reeves-Partain

El significado de la comida (ver Mat. 26:20, 23, 24, 26-29; Mar. 14:17, 22-25, 20, 21; cf. Juan 13:21-30). El procedimiento normal en la Pascua incluía el tener una oración inicial y luego tomar la primera de cuatro copas de vino con un plato de hierbas y salsa. Entonces se recitaba el relato de la institución de la Pascua, se cantaba el Sal. 113 y se bebía la segunda copa. Después de dar gracias se comía el plato principal de cordero asado con pan sin levadura y hierbas amargas y, después de otra oración, se bebía la tercera copa. Entonces se cantaban los Sal. 114 a 118 y se bebía la cuarta copa.

Jesús comenzó la comida diciendo que pronto habría de sufrir y que había deseado comer la última cena sin ser molestado. Sería la última, ya que la ocasión siguiente para él sería el cumplimiento de la comida en el reino de Dios. Probablemente se hace referencia al banquete mesiánico más bien que a la observancia en la iglesia de la cena del Señor.

Entonces Jesús tomó una copa de vino (la primera o la segunda de la serie) y reafirmó que ésa sería la última ocasión en la cual podría beber antes de la venida del reino; en esa forma, claramente relacionó su muerte con la venida del reino. Esto es mi cuerpo manifiestamente quiere decir: “Esto representa mi cuerpo.” Jesús indicó que su cuerpo estaba a punto de ser entregado en una muerte a favor de los discípulos y les pidió que repitieran la ceremonia en memoria de él. La tercera copa de vino simbolizaba su sangre por medio de la cual el nuevo pacto fue inaugurado con un sacrificio (Exo. 24:8; Jer. 31:31-34). Finalmente habló de la inminente traición, reuniendo en una difícil expresión los hechos del curso divinamente ordenado que debía seguir y la libre responsabilidad y consecuente culpa de aquel que lo traicionaba.

Notas. 15-18 Lucas insertó la profecía de la traición, que Mar. ubica antes de la comida, después de ella; él antecedió el voto de Jesús. Aparentemente tuvo acceso a otras tradiciones de la comida aparte de la historia de Mar. Las palabras de Jesús parecen implicar que él no tomó parte de la comida o al menos en la cuarta copa de vino. 19, 20 La segunda mitad de los vv. 19 y 20 se omiten en un ms. griego (Codex Belzae D) y en varios mss. latinos y siriacos, lo que es seguido por algunas versiones modernas. Si la omisión es correcta, Lucas nos ha dado un relato de la cena en el cual la copa precedió al pan y que no tenía significado de sacrificios. Pero no hay evidencia de que jamás tal secuencia existiera en la iglesia en alguna época, y la evidencia textual para la omisión (un ms. aislado de entre 3.000 mil) es débil. El texto más largo, traducido en la RVA, debe ser preferido; está relacionado con la tradición que conocía Pablo (1 Cor. 11:23-26). Puede ser que el texto más corto aquí se deba a un malentendido, posiblemente a un deseo de “corregir” un relato que se refiere a dos copas en vez de a una.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

ñ 1304 Mat 26:20; Mar 14:17

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

se sentó a la mesa, y con El los apóstoles. Véase coment. en Mt 26:20.

Fuente: La Biblia de las Américas

Estos versículos contienen la relación que hace S. Lucas de la institución de la Cena del Señor. Este es un pasaje que todo cristiano verdadero leerá siempre con vivo interés. ¡Cuan sorprendente no es que una ceremonia que en su origen fue tan sencillamente bella haya sido enmarañada y confundida en un laberinto de invenciones humanas! ¡Qué prueba tan dolorosa de la corrupción humana no es el hecho de que una de las más acaloradas controversias que han sembrado la discordia en la iglesia de Dios, haya versado sobre el sacramento de la eucaristía! ¡Grande á la verdad es el ingenio que tiene el hombre para hacer degenerar los dones de Dios! Notemos, ante todo, que el objeto principal de la Cena del Señor es traer á la memoria de los cristianos la muerte expiatoria de Cristo. Al instituir la Cena, Jesús dijo á sus discípulos que lo que iban á hacer era en memoria de él. La Cena del Señor no es pues un sacrificio, sino esencial y únicamente un rito conmemorativo.
El pan que el comulgante come en la cena del Señor, sirve para traerle á la memoria el cuerpo de Cristo que fue ofrecido en la cruz por sus pecados; y el vino que bebe tiene por objeto traerle á la memoria la sangre de Cristo que fue derramada también por sus culpas. Con los dos elementos se anuncia en emblemas palpables á Cristo, como nuestro sustituto crucificado: ellos son, por decirlo así, un sermón visible que habla á los sentidos de los oyentes y enseña así la verdad fundamental del Evangelio, es á saber: que Cristo al morir en la cruz dio vida espiritual al hombre.
Bueno será que no perdamos de vista estas verdades. Cierto es que los que participen dignamente en la Cena del Señor recibirán bendiciones señaladas; pero que haya otro medio excepto la fe por el cual los cristianos puedan comer el cuerpo de Cristo y beber su sangre, debemos siempre negarlo. El que se cerque á la mesa con fe en Jesucristo puede esperar con confianza que su fe sea aumentada; mas no será así con el que lo haga sin fe: después de la comunión estará lo mismo que antes.
Notemos, en seguida, que la observancia de la Cena del Señor es obligatoria para todos los verdaderos cristianos. Los términos que nuestro Señor usó al referirse á este asunto son enérgicos y concluyentes: «Haced esto en memoria de mí.» No es pues válida, en manera alguna, la suposición que hacen algunos de que estas palabras no son otra cosa que un precepto dado á los apóstoles y á todos los ministros de la religión para que administrasen la Cena del Señor. Las palabras en cuestión indican claramente que el precepto fue dirigido á todos los discípulos.
Muchos hombres pierden de vista esta gran verdad. Hay millares y millares de miembros de la iglesia que jamás concurren á tomar parte en la Cena. é individuos que se avergonzarían tal vez de que alguno creyese que quebrantaban el decálogo, no se ruborizan de violar un precepto expreso de Jesucristo. Acaso crean que no cometan falta .alguna con abstenerse de comulgar; acaso olviden que si hubieran vivido en tiempo de los apóstoles no se les habría reputado como cristianos.
Ahora bien ¿qué hacemos nosotros sobre este particular? He aquí la cuestión que más de cerca nos concierne. ¿Dejamos de concurrir á participar de la Cena del Señor porque creemos que ese acto no es necesario? Si tal es nuestra opinión debemos abandonarla tan pronto como nos sea posible. No hay que burlarse así de un precepto que el Hijo de Dios nos ha dado de una manera tan terminante. ¿O es que no concurrimos porque no nos encontramos en aptitud para comulgar? Si así fuere, es preciso que sepamos que en tal caso no nos encontramos tampoco en aptitud para morir. El que no es digno de comulgar no es digno del cielo, ni está preparado para el día del juicio.
Observemos, por último, quiénes fueron los comulgantes cuando la Cena del Señor fue instituida. No todos ellos eran buenos, ni todos ellos eran creyentes. San Lucas nos informa que el traidor, Judas Iscariote, estaba presente, puesto que á las siguientes palabras de nuestro Señor no puede darse ninguna otra interpretación: «He aquí,» dice, «la mano del que me entrega está conmigo en la mesa..
La lección que de estas palabras se desprende es sumamente importante. Según ellas, no hemos de reputar á todos los comulgantes como verdaderos creyentes y siervos sinceros de Cristo. Los malos estarán junto á los justos aun en la celebración de la Cena. Nadie puede impedirlo. También se nos enseña que es insensatez dejar de asistir á la celebración del sacramento, porque algunos de los comulgantes no sean cristianos sinceros, ó abandonar la iglesia porque algunos de sus miembros sean malos. El trigo y la cizaña siempre crecerán juntos. Nuestro Señor mismo toleró que hubiese un Judas en la primera comunión que ha tenido lugar. ¿Por qué ha de ser el discípulo más rígido que el Maestro? Que examine su propio corazón y deje que otros contesten por sí mismos ante Dios.
Finalmente, si no somos comulgantes preguntémonos, al terminar este pasaje, ¿por qué no lo somos? ¿Qué razón podemos dar para desobedecer un precepto tan expreso? ¡Afortunados seriamos si no nos sintiésemos tranquilos hasta que hubiésemos reflexionado sobre estas preguntas!

Fuente: Los Evangelios Explicados

reclinó… Esto es, a la mesaMar 14:18.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., se recostó

Fuente: La Biblia de las Américas

g Mar 14:18.

Fuente: La Biblia Textual III Edición