En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
1:4 En él estaba la vida, — Los que están en pecado están alejados de Dios (Efe 2:12); los que obedecen al evangelio de Cristo tienen vida, es decir, comunión con Dios. «He venido para que tengan vida» (10:10); «Yo soy la resurrección y la vida» (11:25); «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida» (14:6); «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado» (17:3); «éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre» (20:31). — y la vida era la luz de los hombres. — Cristo ha traído al hombre la perfecta inteligencia y sabiduría. El es el Verbo (la Palabra) de Dios, la perfecta revelación del Padre, pues al ver a Jesús vemos al Padre (8:19; 12:45; 14:9). «Yo soy la luz del mundo» (8:12).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
en él estaba. Jua 5:21, Jua 5:26; Jua 11:25; Jua 14:6; 1Co 15:45; Col 3:4; 1Jn 1:2; 1Jn 5:11; Apo 22:1.
y la vida. Jua 1:8, Jua 1:9; Jua 8:12; Jua 9:5; Jua 12:35, Jua 12:46; Sal 84:11; Isa 35:4, Isa 35:5; Isa 42:6, Isa 42:7, Isa 42:16; Sal 49:6; Sal 60:1-3; Mal 4:2; Mat 4:16; Luc 1:78, Luc 1:79; Luc 2:32; Hch 26:23; Efe 5:14; 1Jn 1:5-7; Apo 22:16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Observe que no se dice que la vida haya sido creada, la vida existía en Cristo (Jua 5:26; Jua 6:57; Jua 10:10; Jua 11:25; Jua 14:6; Jua 17:3; Jua 20:31). Los humanos dependen de Dios para vivir. Nuestra existencia, espiritual y física, depende del poder sustentador de Dios. En contraste, el Hijo tiene vida en sí mismo por toda la eternidad. La vida, Jesucristo, es también la luz de los hombres. Esta imagen transmite el concepto de revelación. Como la luz, Jesucristo revela a Dios y el pecado a los hombres (Sal 36:9). Más tarde en este Evangelio, Cristo declara ser tanto la vida (Jua 11:25) como la luz (Jua 8:12). La muerte y las tinieblas huyen cuando la luz y la vida entran. Los muertos se levantan y los ciegos reciben la vista, tanto física como espiritual.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
LA VIDA ERA LA LUZ DE LOS HOMBRES. La vida verdadera y genuina se personifica en Cristo (cf. Jua 14:6; Jua 17:3). Su vida es la luz para todo el mundo, es decir, la verdad, el propósito y el poder de Dios se ponen a la disposición de todas las personas por medio de Él (Jua 8:12; Jua 12:35-36; Jua 12:46).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
vida … luz … tinieblas. Juan presenta aquí los temas paralelos que ocurren a lo largo de su Evangelio. La «vida» y la «luz» son cualidades del Verbo que no solo son intrínsecas y comunes a la Trinidad (Jua 5:26), sino que también se pueden extender a quienes responden al mensaje del evangelio acerca de Jesucristo (Jua 8:12; Jua 9:5; Jua 10:28; Jua 11:25; Jua 14:6). Juan emplea la palabra «vida» unas treinta y seis veces en su Evangelio, mucho más que cualquier otro libro del NT. No solo se refiere en un sentido amplio a la vida física y temporal que el Hijo impartió al mundo creado mediante su participación activa como el agente de la creación (v. Jua 1:3), sino de manera especial a la vida espiritual y eterna impartida como don divino a través de la fe en Él (Jua 3:15; Jua 17:3; Efe 2:5). En las Escrituras «luz» y «tinieblas» son símbolos muy familiares. En sentido intelectual, «luz» se refiere a la verdad bíblica y «tinieblas» a error o falsedad (cp. Sal 119:105; Pro 6:23). En sentido moral, «luz» se refiere a santidad o pureza (1Jn 1:5) mientras que «tinieblas» alude a pecado o maldad (Jua 3:19; Jua 12:35; Jua 12:46; Rom 13:11-14; 1Ts 5:4-7; 1Jn 1:6; 1Jn 2:8-11). El concepto de «tinieblas» tiene especial relevancia en relación con Satanás y sus legiones de demonios, los cuales ejercen dominio sobre el mundo presente de tinieblas espirituales (1Jn 5:19) como el «príncipe de la potestad del aire» (Efe 2:2) y «principados», «potestades» y «gobernadores de las tinieblas de este siglo» (Efe 6:12) que promueven la tenebrosidad espiritual y la rebelión contra Dios. Juan usa el término «tinieblas» en catorce ocasiones (ocho en el Evangelio y seis en 1 Jn.), el cual ocurre un total de diecisiete veces en el NT y podría decirse que es una expresión casi exclusiva de Juan. En este evangelio «luz» y «vida» tienen significado especial en su relación con el Señor Jesucristo, el Verbo de Dios (v. Jua 1:9; Jua 9:5; 1Jn 1:5-7; 1Jn 5:12; 1Jn 5:20).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:4 En él estaba la vida, — Los que están en pecado están alejados de Dios (Efe 2:12); los que obedecen al evangelio de Cristo tienen vida, es decir, comunión con Dios. «He venido para que tengan vida» (10:10); «Yo soy la resurrección y la vida» (11:25); «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida» (14:6); «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado» (17:3); «éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre» (20:31).
— y la vida era la luz de los hombres. — Cristo ha traído al hombre la perfecta inteligencia y sabiduría. El es el Verbo (la Palabra) de Dios, la perfecta revelación del Padre, pues al ver a Jesús vemos al Padre (8:19; 12:45; 14:9). «Yo soy la luz del mundo» (8:12).
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA VIDA Y LA LUZ
Juan 1:4
En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
En una gran pieza de música, el compositor a menudo empieza exponiendo los temas que va a elaborar en el curso de su obra. Eso es lo que hace Juan aquí. Vida y luz son dos de las grandes palabras básicas sobre las que se construye el Cuarto Evangelio. Son dos de los temas principales que el evangelio se propone desarrollar y exponer. Vamos a considerarlas en detalle.
El Cuarto Evangelio empieza y termina con la vida. En el mismo principio leemos que en Jesús estaba la vida; y en el mismo final leemos que el propósito de Juan al escribir su evangelio era «que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en Su nombre» (20:31). Esta palabra está continuamente en los labios de Jesús. Es Su sentido pesar que las personas no quieren venir a Él para tener vida (5:40). Es Su declaración que El vino para que los hombres tuvieran vida, y la tuvieran en abundancia (10:10).
Él testifica que les da vida a las personas y que no perecerán jamás, porque nadie las podrá arrebatar nunca de Su mano (10:28). Se proclama el camino, la verdad y la vida (14:6). En el evangelio la palabra vida (zóé) aparece más de treinta y cinco veces, y el verbo vivir o tener vida (zén) más de quince. Así pues, ¿qué es lo que quiere decir Juan con vida?
(i) Quiere decir sencillamente que vida es lo contrario de destrucción, condenación o muerte. Dios envió a Su Hijo para que todos los que crean en Él no se pierdan, sino tengan vida eterna (3:16). El que oye y cree tiene vida eterna, y no está sujeto a juicio (5:24). Hay un contraste entre la resurrección para la vida, y la resurrección para el juicio (5:29). Aquellos a los que Jesús da la vida no perecerán jamás (10:28). Hay algo en Jesús que le da a uno seguridad en esta vida y en la por venir. Hasta que aceptamos a Jesús y le tomamos como nuestro Salvador y le entronizamos como nuestro Rey no se puede decir que vivimos. El que vive una vida sin Cristo existe, pero no sabe lo que es la vida. Jesús es la única Persona que puede hacer que valga la pena vivir, y en Cuya compañía la muerte no es más que el preludio de una vida más plena.
(ii) Pero Juan está completamente seguro de que, aunque Jesús es el que nos trae esa vida, el que nos la da es Dios. Juan usa la frase el Dios viviente como el resto de la Biblia. Es la. voluntad del Padre que envió a Jesús que todos los que le ven y creen en Él tengan vida (6:40). Jesús es el que da la vida porque el Padre ha puesto Su propio sello de aprobación sobre Él (6:27). Él les da la vida a todos los que el Padre le ha dado (17:2). Dios está en todo ello. Es como si Dios estuviera diciendo: «Yo he creado a los seres humanos para que tengan la vida real; a causa de su pecado, han dejado de vivir y sólo existen; Yo les he enviado a Mi Hijo para hacerles saber lo que es la vida real.»
(iii) Debemos preguntarnos qué es esa vida. Una y otra vez el Cuarto Evangelio usa la frase vida eterna. Ya trataremos del sentido completo de esa frase más tarde; pero de momento notaremos esto: La palabra que usa Juan para eterna es aiónios. Está claro que, sea lo que sea la vida eterna, no es simplemente una vida que no se acaba nunca. Una vida interminable podría ser una maldición terrible; muchas veces hay personas que claman por una liberación de la vida. En la vida eterna tiene que haber algo más que su duración; tiene que haber también una calidad de vida.
No se desea la vida a menos que sea una cierta clase de vida. Aquí tenemos la clave. Aiónios es el adjetivo que se usa a menudo para describir a Dios. En el verdadero sentido de la palabra, sólo Dios es aiónios, eterno; por tanto, vida eterna es la vida de Dios. Lo que Jesús nos ofrece de Dios es la misma vida de Dios. La vida eterna es la que experimenta algo de la serenidad y el poder de la vida de Dios mismo. Cuando vino Jesús ofreciendo a los hombres la vida eterna, estaba invitando a todo el mundo a entrar en la misma vida de Dios.
(iv) Entonces, ¿cómo entramos en esa vida? Creyendo en Jesucristo. La palabra creer (pisteuein) aparece en el Cuarto Evangelio nada menos que setenta veces. » El que cree en el Hijo tiene vida eterna» (3:36). » El que cree -dice Jesús tiene la vida eterna» (6:47). La voluntad de Dios es que las personas vean al Hijo, y crean en Él, y tengan la vida eterna (5:24). ¿Qué quiere decir Juan con creer? Dos cosas.
(a) Quiere decir que debemos estar convencidos de que Jesús es real y verdaderamente el Hijo de Dios. Quiere decir que debemos hacer una decisión en relación con El. Después de todo, si Jesús no fue nada más que un hombre, no, hay razón para que Le demos la obediencia completa e implícita que Él demanda. Tenemos que pensarnos personalmente Quién era Jesús. Tenemos que mirarle, aprender acerca de Él, estudiarle, pensar en Él hasta llegar a la conclusión de que no es sino el Hijo de Dios.
(b) Pero es más que una convicción intelectual. Creer en Jesús quiere decir tomarle la palabra, aceptar Su programa como algo que nos obliga absolutamente, creer sin lugar a duda que lo que Él dice es verdad.
Para Juan, fe quiere decir la convicción de la mente de que Jesús es el Hijo de Dios, la confianza del corazón de que todo lo que dice es verdad y el fundamentar toda nuestra vida sobre la seguridad inquebrantable de que debemos tomarle la palabra. Cuando lo hacemos, dejamos de «existir» y empezamos a vivir. Nos enteramos de lo que quiere decir la Vida, con mayúscula.
LA VIDA Y- LA LUZ
Juan 1:4 (conclusión)
En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La segunda de las grandes palabras clave de Juan que nos encontramos aquí es la palabra luz. Esta palabra aparece en el Cuarto Evangelio nada menos que veintiuna veces. Jesús es la luz de los hombres. La misión de Juan el Bautista era señalar a los hombres aquella luz que estaba en Cristo. Dos veces se llama Jesús a Sí mismo la luz del mundo (8:12; 9:5). Esta luz puede estar en los hombres (11:10), de manera que pueden llegar a ser hijos de la luz (12:36). » Yo he venido -dijo Jesús- como la luz al mundo» (12:46). Veamos si podemos entender algo de esta idea de la luz que trae Jesús al mundo. Hay tres cosas que sobresalen.
(i) La luz que trae Jesús es la que hace huir al caos. En la historia de la creación, Dios se movió sobre el caos oscuro e informe que había antes que empezara el mundo, y dijo: » Sea la luz» (Ge 1:3 ). La recién creada luz de Dios derrotó al caos vacío al que vino. Así Jesús es la luz que brilla en la oscuridad (1:5). El es la única Persona que puede salvar la vida de convertirse en un caos. Dejados a nosotros mismos estamos a merced de nuestras pasiones y temores.
Cuando Jesús amanece en la vida, viene la luz. Uno de los miedos más antiguos del mundo es el miedo a la oscuridad. Hay una historia de un niño que tenía que dormir en una casa desconocida. Su anfitriona, creyendo ser amable, le ofreció dejar la luz encendida cuando él se acostara. Cortésmente declinó el ofrecimiento. «Creía -le dijo la señora- que podrías tener miedo de la oscuridad.» «Oh no -replicó el muchacho-, ¿sabe usted? Es la oscuridad de Dios.» Con Jesús la noche resplandece a nuestro alrededor como el día.
(ii) La luz que trae Jesús es una luz reveladora. La condenación consistió en que los hombres amaron más la oscuridad que la luz; y lo hicieron porque sus obras eran malas; y odiaban la luz porque no querían que expusiera sus obras (3:19s). La luz que trae Jesús es lo que revela cómo son las cosas. Despoja de los disfraces y de los embozos; muestra las cosas en toda su desnudez, en su verdadero carácter y en su valor real.
Hace mucho, los cínicos decían que la gente aborrece la verdad porque es como la luz para los ojos irritados. En el poema de Caedmon hay una escena extraña. Es un cuadro del último día, y en el centro de la escena está la Cruz; y de ella fluye una extraña luz rojiza como la sangre, y esa misteriosa calidad de luz es tal que muestra las cosas tal como son. Lo externo, los disfraces, las coberturas exteriores son descubiertos y despojados, y todo queda revelado en la desnuda y terrible soledad de lo que es esencialmente.
Nunca nos vemos hasta que nos vemos a través de los ojos de Jesús. Nunca vemos cómo son nuestras vidas hasta que las vemos a la luz de Jesús. Jesús a menudo nos conduce a Dios revelándonos a nosotros mismos.
(iii) La luz que trae Jesús es una luz que guía. El que no tiene esa luz anda en tinieblas y no sabe adónde va (12:36). Cuando uno recibe esa luz y cree en ella, ya no anda en tinieblas (12:46). Una de las características de las historias del evangelio que no pueden pasar desapercibidas es el número de personas que vinieron corriendo a Jesús para preguntarle: «¿Qué es lo que tengo que hacer?» Cuando Jesús viene a una vida, se acaba el tiempo del suponer y del andar a tientas, el tiempo de la duda y de la inseguridad y de la vacilación. La senda que parecía oscura se vuelve luminosa; la decisión que estaba envuelta en una noche de incertidumbre se ilumina. Sin Jesús somos como los que van a tientas por una carretera desconocida en un apagón. Con Él, el camino es claro.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
El Verbo es la fuente de vida. El poder que crea y sostiene la vida es el Verbo. El tema “vida” es central en Juan. El término tiene que traducirse dando a entender una cualidad de vida superior a la vida simplemente como vitalidad. Se puede traducir dando indicios de que es una vida permanente, completa o eterna, que se obtiene por seguir a Jesús, como se explicita en el propósito de este evangelio (cf. Jua 20:31). Una vida de cualidad superior a la común. La vida es la luz de las personas (v. Jua 1:4). El contexto inmediato obliga a traducir vida como el sujeto de la oración: la vida era la luz.
Se plantean aquí dos problemas: (1) Luz es una cualidad, no es la luz física o la iluminación del fuego o de la electricidad. En este sentido tiene cierta connotación metafísica. La vida es el resplandor, la guía, la revelación, es la brillantez de un estilo de vida. (2) “De los hombres” se debe entender como “de las personas”, “de la gente”, “de los seres humanos”. De los hombres no se refiere aquí solo a los hombres, excluyendo a las mujeres. El término es más genérico, para referirse a las personas, a los seres humanos: «nuestra luz» (TLA).
El concepto luz es también característico del cuarto evangelio. La luz es lo opuesto a las tinieblas, así como vida es lo contrario de muerte. Para Juan la luz es primordial, lo que en el Antiguo Testamento servía para designar la ley de Moisés. La ley era así la luz que iluminaba la práctica de las personas (cf. Sal 36:9; Sal 119:105; Núm 6:25). Juan propone, invirtiendo el sentido, que es la vida de Jesús la que ilumina a las personas. Los rabinos creían que la ley era la vida de las personas. Durante el período intertestamentario el concepto de luz tomó una nueva dimensión. Llegó a designar lo bueno que luchaba con las tinieblas o el poder de lo malo. La luz de la vida de Jesús ahora ilumina para una vida que no anda en tinieblas.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jua 1:5-6; Jua 3:19-21; Jua 9:5; Jua 11:9-10; Jua 12:35-36; Jua 12:46; 1Jn 1:5-7; 1Jn 2:8-10.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— humanidad: Los vv. Jua 1:2-4 admiten una puntuación un tanto distinta que resultaría la siguiente traducción: 2 Ya en el principio estaba junto a Dios, 3 y todo fue hecho por medio de ella. Nada de cuanto fue hecho se hizo sin contar con ella. 4 En ella estaba la vida y esa vida era luz para la humanidad.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) Los v. Jua 1:3-4 tienen la puntuación según WH, Vgww, UBS y Nestle-Aland.
REFERENCIAS CRUZADAS
h 7 Jua 5:26; Hch 3:15; 1Jn 1:2; 1Jn 5:11
i 8 Jua 8:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
vida. Este evangelio usa este término 36 veces. Aquí se refiere a la vitalidad y el vigor de la creación que está sujeta a Cristo, quien es la vida (14:6).
luz. Jesús se llama a sí mismo la luz del mundo (8:12), y Juan describe la misma esencia de Dios como luz (1 Jn 1:5). El término aquí describe la naturaleza divina de Cristo y su pureza libre de pecado.
Fuente: La Biblia de las Américas
4 (1) Ya que el v.3 se refiere a la creación que se menciona en Gn 1, aquí la vida debe de referirse a la vida representada por el árbol de vida en Gn 2.Esto se confirma por el hecho de que en Ap 22 Juan menciona el árbol de la vida. Puesto que la vida está en El, El es vida (11:25; 14:6), y El vino para que el hombre tuviera vida (10:10b). Este capítulo es la introducción de este evangelio; comienza con la vida (v.4) y concluye con un edificio (vs.42,51), es decir, con la casa de Dios (véanse las notas 42 (1) , 51 (2) y 51 (3)). Por lo tanto, es una introducción a la vida y la edificación.
4 (2) La luz de la vieja creación era la luz física ( Gén_1:3-5 , Gén_1:14-18). La luz de la nueva creación es la luz de vida aquí mencionada.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
vida…luz. Estas son dos palabras especialmente asociadas con Juan (Jua 8:12; Jua 9:5; Jua 11:25; Jua 14:6). «Luz», en Juan, implica una revelación que descubre la «vida» que está en Cristo y que lleva a juicio a quienes lo rechazan (Jua 3:19). «Vida» denota salvación y liberación, basados en la expiación hecha por Cristo.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
había vida… No lleva artículo.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R768 Cuando el artículo aparece con el sujeto y el predicado nominal, ambos son definidos, y se tratan como idénticos, y son intercambiables (comp. el v. 1): la vida era la luz.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, existía
Fuente: La Biblia de las Américas
había vida. No lleva artículo.