El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.
3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna (1Jn 2:25) ; pero el que rehúsa creer (no obedece, LBLA) en el Hijo no verá la vida, — Este texto muestra claramente que el creer en Cristo equivale a obedecerle. Además, los verbos pisteuon (cree) y apeithon (no obedece) son gerundios y, por eso, no expresan un solo acto, sino una manera de vida. La traducción de La Biblia de las Américas de la palabra apeithön es la correcta. Literalmente significa no persuasible. Compárese Luc 16:31. Pablo y Bernabé, «hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios» (Hch 13:43; Hch 19:8). Muchos judíos estaban «persuadidos de que Juan era profeta» (Luc 20:6). Aun el bautista A. T. Robertson dice: «El que rehúsa creer (ho apeithön). ‘El que es desobediente al Hijo'». ¿Qué significa creer en el Hijo? Para entenderlo pregúntese ¿cuál es lo opuesto de creer? Ser desobediente. Obviamente, pues, creer equivale a obedecer.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
el que cree en el Hijo. Jua 3:15, Jua 3:16; Jua 1:12; Jua 5:24; Jua 6:47-54; Jua 10:28; Hab 2:4; Rom 1:17; Rom 8:1; 1Jn 3:14, 1Jn 3:15; 1Jn 5:10-13.
no verá la vida. Jua 3:3; Jua 8:51; Núm 32:11; Job 33:28; Sal 36:9; Sal 49:19; Sal 106:4, Sal 106:5; Luc 2:30; Luc 3:6; Rom 8:24, Rom 8:25; Apo 21:8.
la ira de Dios está sobre él. Sal 2:12; Rom 1:18; Rom 4:15; Rom 5:9; Gál 3:10; Efe 5:6; 1Ts 1:10; 1Ts 5:9; Heb 2:3; Heb 10:29; Apo 6:16, Apo 6:17.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El verbo traducido tiene está en el tiempo presente. Aquel que cree tiene vida eterna como una posesión presente. Asimismo, aquel que rehúsa creer en Cristo tiene la ira de Dios sobre sí como una realidad presente.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
EL QUE REHÚSA CREER. El vocablo griego traducido «rehúsa» es apeiteo y quiere decir «desobedecer» o «no someterse», en contraste con «el que cree» (gr. pisteuo) al principio del versículo. Para Juan la incredulidad significa rechazar al Hijo o no obedecerlo. La fe y la obediencia a menudo se pueden emplear como ideas intercambiables (compárese Rom 1:8 con Rom 16:19 y 1Ts 1:8; también véase Rom 15:18). El evangelio se recibe como un don o regalo (Rom 5:15-16; Rom 6:23), pero una vez aceptado, no da rienda suelta para hacer todo lo que se desee. Exige que el creyente entre al camino de salvación ordenado por Dios y que se someta a la justicia de Dios (Rom 10:3, véanse Rom 1:5, nota, y el ARTÍCULO LA FE Y LA GRACIA, P. 1582. [Rom 5:21]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Esto constituye una culminación apropiada para el capítulo. Juan el Bautista presentó dos alternativas: fe genuina y desobediencia desafiante. Así puso en primer plano la amenaza real de un juicio inminente. Mientras Juan pasaba a segundo plano, ofreció una invitación a depositar la fe en el Hijo y expresó con claridad la consecuencia inevitable de negarse a creer en Jesús: «la ira de Dios».
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna (1Jn 2:25) ; pero el que rehúsa creer (no obedece, LBLA) en el Hijo no verá la vida, — Este texto muestra claramente que el creer en Cristo equivale a obedecerle. Además, los verbos pisteuon (cree) y apeithon (no obedece) son gerundios y, por eso, no expresan un solo acto, sino una manera de vida. La traducción de La Biblia de las Américas de la palabra apeithön es la correcta. Literalmente significa no persuasible. Compárese Luc 16:31. Pablo y Bernabé, «hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios» (Hch 13:43; Hch 19:8). Muchos judíos estaban «persuadidos de que Juan era profeta» (Luc 20:6).
Aun el bautista A. T. Robertson dice: «El que rehúsa creer (ho apeithön). ‘El que es desobediente al Hijo'». ¿Qué significa creer en el Hijo? Para entenderlo pregúntese ¿cuál es lo opuesto de creer? Ser desobediente. Obviamente, pues, creer equivale a obedecer.
En Hch 14:2 este verbo se traduce no creían (desobedecieron, LBLA, margen); Hch 19:9, no creyendo (desobedientes, LBLA); 1Pe 2:7, no creen; Rom 2:8, no obedecer; 11:30, 31, desobedientes; 1Pe 2:8; 1Pe 3:20, desobedientes; 1Pe 4:17, no obedecen; Heb 3:18, desobedientes (el ver. 19 habla de su incredulidad, es decir, los incrédulos — los que no creen — son desobedientes.
Cuando el pueblo de Israel se rebeló contra Dios, El dijo, «¿Hasta cuándo no me creerán?» Núm 14:11. «Me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz» (ver. 22). «No verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado (desdeñaron, LBLA) la verá» (ver. 23). Este texto claramente demuestra que la frase «no creer» significa no obedecer.
Otro ejemplo de lo mismo es Núm 20:8-13. Dios dio tres mandamientos a Moisés y Aarón: tomar la vara, reunir el pueblo, y hablar a la peña, pero Moisés tomó la vara, reunieron al pueblo y dijeron al pueblo, «¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? y entonces Moisés alzó la mano y golpeó la peña con su vara dos veces». Por su desobediencia Dios les dijo, «Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado». Véase Deu 32:48-52, «Sube… mira la tierra de Canaán… verás… la tierra; mas no entrarás allá». Ante los ojos de Dios el desobedecer equivale a no creer, y también significa no santificar a Dios, porque al golpear la peña dos veces (Dios había dicho, «hablad a la peña») y dejaron la impresión de que ellos mismos habían sacado el agua de la peña. Moisés «habló precipitadamente con sus labios» (Sal 106:33). ¿Cómo describe Dios su pecado? «No creísteis en mí» (Núm 20:12), «fuisteis rebeldes a mi mandamiento» (ver. 24); «pecasteis contra mí… no me santificasteis en medio de los hijos de Israel» (Deu 32:51).
Oramos, «Santificado sea tu nombre» (Mat 6:9), pero santificamos su nombre cuando escuchamos y obedecemos su palabra.
Compárese también la palabra hupekousan que aparece en Rom 10:16. Literalmente, esta palabra significa «no hacer caso, no tener en cuenta» (LBLA), pero se traduce (correctamente) no obedecer. El evangelio fue predicado al pueblo de Israel (véase Gál 3:8), pero no obedecieron al evangelio (no escucharon, no hicieron caso al evangelio, no prestaron atención al mensaje); eran rebeldes (ver. 21, la misma palabra; otra vez en 15:31); Heb 11:31, desobedientes.
En Hch 12:13, se traduce simplemente escuchar (así es su sentido radical); Mat 8:27, «aun los vientos y el mar le obedecen» (le escuchan, le hacen caso); Mar 1:27, «con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen» (le escuchan, le hacen caso); Hch 6:7; Hch 7:39; Rom 6:17; Efe 6:1; 2Ts 1:8.
Recuérdese el ejemplo de Abraham quien » creyó a Dios y le fue contada a (para) justicia» (Gén 15:6, VM). La palabra creer abarca la aceptación de la autoridad del Señor y la obediencia.
— sino que la ira de Dios está (permanece, LBLA) sobre él. — Rom 2:8; Apo 6:16; Apo 19:15. La ira de Dios permanece sobre los que no obedecen al evangelio de Cristo, simplemente porque «él es la propiciación por nuestros pecados» (1Jn 2:2). El evangelio es la misericordia de Dios, pero los que rechazan el evangelio rechazan también la misericordia de Dios y «la ira de Dios permanece sobre él».
Este texto suena como las palabras de Juan el bautista en Mat 3:10-12.
En cuanto a seguir a Cristo no hay término medio. Hay solamente dos categorías de gente: los que creen en Cristo (le obedecen) y los desobedientes. Hay solamente dos caminos (Mat 3:13-14), dos maneras de construir la casa de la vida (Mat 7:24-27) y dos destinos (Mat 25:31-46).
Fuente: Notas Reeves-Partain
El verbo apeithéo (ser desobediente) aparece únicamente aquí en el evangelio e implica no meramente actos de desobediencia, sino de rebeldía, rechazo e incredulidad. Algunas versiones expresan muy bien este sentido: se niega a creer, «el que rehusa creer» (RV60), «el que no quiere creer» (DHH). La consecuencia de esa desobediencia será que no verá la vida, «no tendrá esa vida» (DHH) o “no participará en la vida divina”, como en Jua 3:3.
Sino que la ira de Dios está sobre él. El presente del tiempo indica no sólo que la ira de Dios está presente sobre la persona que desobedece, sino que también la realidad del castigo de Dios continuará. Esta expresión aparece sólo aquí en Juan. Este semitismo hace alusión al juicio y al terrible castigo de Dios, y no a los sentimientos personales de Dios. Se puede traducir el aspecto durativo del verbo así: “continúa bajo el terrible castigo de Dios”. Aquí será importante no comunicar la idea de los castigos del infierno, sino de la desgracia de vivir alejado del conocimiento del Hijo, que es vida y luz.
Reflexión bíblica y pastoral
Sean estas palabras de Jesús, del Bautista o del evangelista, no pierden en nada el importante peso teológico que expresan. Jesús y su testimonio es veraz porque proceden de Dios, comunican las cosas celestiales que Jesús vio y vivió estando con el Padre. La historia de Jesús que narra el evangelista es una historia que inicia en el cielo y se continúa en la tierra. Por ello el Bautista, consciente de ese origen, es que ha dado tan claro testimonio a favor de Jesús.
El texto expresa que no todos reciben el testimonio, pero eso no impide que se siga testificando. El testimonio de la verdad siempre encuentra oposición, pero los únicos que pueden afirmar con certeza que ese testimonio es veraz son quienes lo han recibido. La aceptación de ese testimonio no es un acto primariamente intelectual, sino uno de apertura confiada. No se acepta el testimonio porque se ha comprobado que es veraz, sino que se puede atestiguar su veracidad después de que se le ha recibido. Y en esta transmisión y recepción el Espíritu juego un papel protagónico.
Este pasaje termina con una aseveración que sintetiza muy bien la teología juanina, al afirmar una vez más que “el que cree en el Hijo tiene vida eterna” (v. Jua 3:36). Pero para que sean muchos los que crean y tengan vida eterna es necesaria la tarea de la Iglesia de testificar, y este testimonio siempre bajo el impulso del Espíritu de Dios.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jua 3:15; Efe 5:6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
k 174 Hab 2:4; Rom 1:17
l 175 Jua 3:16; Jua 6:47; Heb 5:9
m 176 2Ts 1:8; 1Jn 5:12
n 177 Rom 2:8; Efe 5:6; Heb 10:27
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
el que no obedece. Es decir, el que no cree en Cristo.
la ira de Dios. El que rechaza al Hijo, la ira de Dios vendrá sobre él.
Fuente: La Biblia de las Américas
el que desobedece… → Heb 3:18.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
O, cree
Fuente: La Biblia de las Américas
g Heb 3:18.