Comentario de Juan 5:25 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

De cierto, de cierto os digo que viene la hora y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oyen vivirán.

5:25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es (4:23), cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios («mi palabra», 5:24) ; y los que la oyeren vivirán. — El hombre no nace muerto en pecado, pero todos pecan (Rom 3:23) y al pecar, mueren; es decir, están separados de Dios, pues la palabra muerte significa separación. Según el calvinismo los hombres nacen muertos y no pueden hacer nada hasta que el Espíritu de Dios les mueva para que puedan creer. Pero Jesús dice que los muertos pueden oír el evangelio y obedecerlo para ser vivos en lugar de muertos.

Por eso, obviamente los muertos tienen libre albedrío, y pueden aceptar o rechazar el evangelio. Muchos muertos rehúsan oír, porque no toman en serio lo horrible que es el pecado. No quieren pensar en la consecuencia de sus hechos. Muchos ya tienen la conciencia cauterizada y el corazón endurecido y, por eso, viven en pecado todos los días sin remordimiento ni arrepentimiento porque han perdido toda sensibilidad (Efe 4:19).

Muchos citan Jua 3:16 y otros textos que basan la salvación en la fe y la interpretan como si fuera salvación por la fe sola. Según ese modo de interpretar las Escrituras, este versículo (5:24) enseña que la salvación se basa en el oír solo. Desde luego, las palabras oír y creer, como se usan en estos textos, abarcan la obediencia al evangelio. «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen» (10:27). No somos salvos por el arrepentimiento solo, pero Hch 11:18 dice, «también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida»; aquí el único requisito nombrado es el arrepentimiento, pero nadie cree que somos salvos por el arrepentimiento solo, sino que este mandamiento abarca los otros requisitos. No somos salvos por la confesión sola, pero Rom 10:10 dice, «con la boca se confiesa para salvación»; aquí el único requisito nombrado es el confesar, pero nadie cree que somos salvos por la confesión sola, sino que este mandamiento abarca los otros requisitos. No somos salvos por el bautismo solo, pero 1Pe 3:21 dice, «El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva»; aquí el único requisito nombrado es el bautismo, pero nadie cree que somos salvos por el bautismo solo, sino que este requisito abarca los otros requisitos.

Esta construcción gramatical se llama sinécdoque, «una figura de retórica que consiste en tomar una parte por el todo, o el todo por una parte» (Larousse). En cada uno de estos textos (Jua 3:16; Jua 5:24; Hch 11:18; Rom 10:10; y 1Pe 3:21) se emplea esta figura, pues una parte del plan de salvación se toma por el todo. Los que no quieren reconocer esta verdad seguirán torciendo la Escritura, enseñando que la salvación es por la fe sola. La mejor refutación de este error es Jua 5:25, porque si se puede afirmar que Jua 3:16 enseña la salvación por la fe sola, entonces se puede enseñar que Jua 5:25 enseña la salvación por el oír solo.

No todos los muertos oyen la voz de Cristo (el evangelio). Su voz no es irresistible (Apo 3:20; Apo 22:17). En ese momento Jesús hablaba con algunos muertos que rehusaban la vida que El les ofrecía.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Viene la hora, y ahora es. Jua 4:23; Jua 13:1; Jua 17:1.

cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios. Jua 5:21, Jua 5:28; Luc 9:60; Luc 15:24, Luc 15:32; Rom 6:4; Efe 2:1, Efe 2:5; Efe 5:14; Col 2:13; Apo 3:1.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

y ahora es: En el presente, Cristo da vida espiritual a los que están muertos espiritualmente.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Viene la hora, y ahora es. Cp. Jua 4:23. Esta frase revela cierta tensión temporal con respecto a la resurrección. Quienes son nacidos de nuevo ya han resucitado en sentido «espiritual» («ahora es», cp. Efe 2:1; Col 2:13), sin embargo, todavía los aguarda una resurrección física futura («viene la hora», cp. 1Co 15:35-54; Flp 3:20-21).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

El tema de estos versículos es la resurrección. Jesús confirmó que todos los hombres, salvos y no salvos por igual, serán resucitados de manera literal y física de los muertos. No obstante, solo los salvos experimentarán también una resurrección espiritual por haber «nacido de nuevo», al igual que una resurrección física para vida eterna. Los no salvos serán levantados de entre los muertos para juicio y castigo eterno a causa de su separación de Dios (esto también se conoce como la segunda muerte, cp. Apo 20:6; Apo 20:14; Apo 21:8). Estos versículos también constituyen prueba de la deidad de Jesucristo puesto que el Hijo tiene poder para resucitar (vv. Jua 5:25-26), y el Padre le ha concedido la prerrogativa divina como juez sobre toda la humanidad (v. Jua 5:27). A la luz de otras porciones bíblicas, es claro que Jesús habla en términos generales sobre la resurrección pero no acerca de una resurrección generalizada y común a todos (vea las notas sobre Dan 12:2; 1Co 15:23; 1Ts 4:16).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es (4:23), cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios («mi palabra», 5:24) ; y los que la oyeren vivirán. — El hombre no nace muerto en pecado, pero todos pecan (Rom 3:23) y al pecar, mueren; es decir, están separados de Dios, pues la palabra muerte significa separación. Según el calvinismo los hombres nacen muertos y no pueden hacer nada hasta que el Espíritu de Dios les mueva para que puedan creer. Pero Jesús dice que los muertos pueden oír el evangelio y obedecerlo para ser vivos en lugar de muertos.
Por eso, obviamente los muertos tienen libre albedrío, y pueden aceptar o rechazar el evangelio. Muchos muertos rehúsan oír, porque no toman en serio lo horrible que es el pecado. No quieren pensar en la consecuencia de sus hechos. Muchos ya tienen la conciencia cauterizada y el corazón endurecido y, por eso, viven en pecado todos los días sin remordimiento ni arrepentimiento porque han perdido toda sensibilidad (Efe 4:19).
Muchos citan Jua 3:16 y otros textos que basan la salvación en la fe y la interpretan como si fuera salvación por la fe sola. Según ese modo de interpretar las Escrituras, este versículo (5:24) enseña que la salvación se basa en el oír solo. Desde luego, las palabras oír y creer, como se usan en estos textos, abarcan la obediencia al evangelio. «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen» (10:27). No somos salvos por el arrepentimiento solo, pero Hch 11:18 dice, «también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida»; aquí el único requisito nombrado es el arrepentimiento, pero nadie cree que somos salvos por el arrepentimiento solo, sino que este mandamiento abarca los otros requisitos. No somos salvos por la confesión sola, pero Rom 10:10 dice, «con la boca se confiesa para salvación»; aquí el único requisito nombrado es el confesar, pero nadie cree que somos salvos por la confesión sola, sino que este mandamiento abarca los otros requisitos. No somos salvos por el bautismo solo, pero 1Pe 3:21 dice, «El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva»; aquí el único requisito nombrado es el bautismo, pero nadie cree que somos salvos por el bautismo solo, sino que este requisito abarca los otros requisitos.
Esta construcción gramatical se llama sinécdoque, «una figura de retórica que consiste en tomar una parte por el todo, o el todo por una parte» (Larousse). En cada uno de estos textos (Jua 3:16; Jua 5:24; Hch 11:18; Rom 10:10; y 1Pe 3:21) se emplea esta figura, pues una parte del plan de salvación se toma por el todo. Los que no quieren reconocer esta verdad seguirán torciendo la Escritura, enseñando que la salvación es por la fe sola. La mejor refutación de este error es Jua 5:25, porque si se puede afirmar que Jua 3:16 enseña la salvación por la fe sola, entonces se puede enseñar que Jua 5:25 enseña la salvación por el oír solo.
No todos los muertos oyen la voz de Cristo (el evangelio). Su voz no es irresistible (Apo 3:20; Apo 22:17). En ese momento Jesús hablaba con algunos muertos que rehusaban la vida que El les ofrecía.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA MUERTE Y LA VIDA

Juan 5:25-29

«Os digo la pura verdad: Está para sonar la hora; y ya ha llegado, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y, cuando la oigan, vivirán. Porque, como el Padre tiene vida en Sí mismo, también Le ha dado al Hijo que tenga vida en Sí mismo; y también Le ha dado autoridad para ejercer el proceso del juicio, porque para eso es el Hijo del Hombre. No os sorprendáis de, esto; porque está para sonar la hora cuando todos los que están en las tumbas oirán Su voz, y saldrán; los que hayan obrado el bien saldrán a una resurrección que les dará la vida, mientras que los que hayan obrado indebidamente saldrán a una resurrección que desembocará en el juicio.»

Aquí resaltan las credenciales mesiánicas de Jesús con toda claridad. Él es el Hijo del Hombre; el Que trae la vida y el Que da la vida; el que resucitará a los muertos a la vida y, cuando hayan resucitado, será su Juez.
En este pasaje Juan parece usar la palabra muertos en dos sentidos.

(i) La usa refiriéndose a los que están muertos espiritualmente; a ellos les trae Jesús una vida nueva. ¿Qué quiere decir?

(a) Estar muerto espiritualmente es haber dejado de intentar. Es haber llegado a considerar que todas las faltas son inevitables, y todas las virtudes irrealizables. Pero la vida cristiana no puede detenerse; si no va hacia adelante irá hacia atrás, y dejar de intentar es deslizarse hacia la muerte.

(b) Estar muerto espiritualmente es haber dejado de sentir. Hay muchas personas que, en un tiempo, sentían intensamente el pecado, la miseria y el sufrimiento del mundo; pero, poco a poco, se volvieron insensibles. Pueden contemplar el mal sin sentir indignación; la miseria y el sufrimiento, sin sentir la espada del dolor y de la piedad que les atraviesa el corazón. Si ha desaparecido la compasión es que el corazón está muerto.

(c) Estar muerto espiritualmente es haber dejado de pensar. J. Alexander Findlay cita la expresión de un amigo suyo: «Cuando llegas a una conclusión es que estás muerto.» Quería decir que, cuando una persona llega a estar tan cerrada que no puede aceptar ninguna nueva verdad, está mental y espiritualmente muerta. El día que nos abandona el deseo de aprender, el día en que una nueva verdad, nuevos métodos, nuevas ideas se convierten sencillamente en cosas que no nos importan, es que ha llegado el día de nuestra muerte espiritual.

(á) Estar muerto espiritualmente es haber dejado de arrepentirse. El día cuando uno puede pecar en paz es el día de su muerte espiritual; y es fácil deslizarse hacia esa actitud. La primera vez. que hacemos algo indebido, sentimos vergüenza y remordimiento. Si lo hacemos por segunda vez, es más fácil. Si lo hacemos la tercera, más fácil todavía. Y si lo seguimos haciendo, llegamos a un punto en que ni nos damos cuenta. Para evitar la muerte espiritual debemos mantenernos sensibles al pecado manteniéndonos sensibles a la presencia de Jesucristo.

(ii) Juan usa también la palabra muertos en sentido literal. Jesús enseña que habrá una resurrección, y que lo que le suceda a cada uno en el más allá estará inseparablemente unido a lo que haya hecho en esta vida. La tremenda importancia de esta vida es que determina nuestro destino eterno. A lo largo de toda nuestra vida nos estamos capacitando o incapacitando para la vida por venir, capacitándonos o incapacitándonos para vivir en la presencia de Dios. Escogemos, o el camino que conduce a la vida, o el camino que conduce a la muerte.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

b. La vida por medio del Hijo como don del Padre (vv. Jua 5:25-30)

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Amplía lo expuesto en el v. Jua 5:24. Aparece de nuevo el doble “amén, amén”, que señala un nuevo comienzo del discurso que va a repetir las mismas ideas. La frase temporal y ahora es aparece enfática en el desarrollo del discurso. La expresión la hora ya viene se entiende como el tiempo que llega, la ocasión. Otros idiomas tendrán necesidad de expresar la idea de hora o tiempo con el día: “pero el día ya está aquí”. Oír o escuchar la voz del Hijo puede entenderse en otra cultura como oír el sonido de las palabras. “Escuchar” aquí tiene el sentido de obedecer (v. Jua 5:24), por eso es necesario, para evitar equívocos, ampliar el sentido traduciendo: “los muertos obedecerán la voz del Hijo” o “los muertos pondrán atención a lo que ha dicho el Hijo”. La idea detrás de estas oraciones es que los que están muertos espiritualmente escucharán la voz del Hijo y harán lo que él dice: «ahora es cuando los que viven alejados de Dios me oirán a mí, que soy su Hijo» (TLA).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

REFERENCIAS CRUZADAS

v 259 Mat 8:22

w 260 Jua 10:27

x 261 Rom 6:13; Efe 2:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

los muertos. No se trata solamente de los físicamente muertos, sino de los espiritualmente muertos. Quienes al escuchar a Jesús y responder en fe reciben la dádiva de la vida eterna (Ef 2:1).

Fuente: La Biblia de las Américas

25 (1) No los que están muertos físicamente, sino los que están muertos en espíritu, según Efe_2:1 , Efe_2:5 y Col_2:13 . Por lo tanto, en éste versículo vivir significa estar vivo en el espíritu. No se refiere a la resurrección del cuerpo físico, lo cual se menciona en los vs.28-29.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro