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Comentario de Juan 6:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 6:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Como Jesús entendió que iban a venir para tomarle por la fuerza y hacerle rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.

6:15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, — En lugar de someterse a Cristo querían que El se sometiera a los propósitos e intereses de ellos. La Luz estaba con ellos, pero todavía estaban en oscuridad.

Muchas personas seguían a Jesús porque tenían hambre y sed de justicia. Encontraban en El la resolución de sus problemas. Pero este texto (6:15) claramente muestra que algunos judíos querían que su Mesías fuera un rey terrenal que pudiera derrotar a los odiados romanos y librar a los judíos de su opresión. Esto quiere decir que algunos buscaban a Jesús simple y sencillamente para ver cómo y qué tanto El les pudiera ayudar y servir a ellos: p. ej., sanar sus enfermos, alimentar a los hambrientos, y vencer a sus enemigos. Tales personas serían leales a Cristo, con tal que El siguiera dándoles lo que querían.

Los que querían «hacerle rey» querían usar a Jesús para llevar a cabo sus propios propósitos. Jesús había demostrado que tenía poder, mucho poder, porque sanaba a los enfermos y multiplicó a los panes y peces para alimentar a cinco mil hombres. Seguramente tendría poder para llevar a cabo los propósitos políticos de los judíos. El podría darles pan como Dios dio el maná a sus padres. Serían ricos porque las naciones sojuzgadas por Cristo les pagarían tributos como en los días de Salomón.

Tales judíos no querían saber de las bienaventuranzas (Mat 5:1-12). No querían oír de convertirse y ser como niños (Mat 18:1-4). No estaban interesados en negarse a sí mismos ni en llevar la cruz de Cristo (Mat 16:24). No querían ser siervos de Cristo; más bien, querían que El fuera el siervo de ellos. Desde luego, no vino Cristo al mundo para ser servido sino para servir (Mat 20:28), pero no en el sentido que estos hombres carnales anhelaban. Cristo vino para servir y para dar su vida en rescate por muchos, pero los que querían hacerle rey no querían saber nada de sufrimiento.

No era necesario «hacerle rey», porque Jesús nació para ser rey (Mat 2:2, «¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?»). El plan de éstos que querían hacerle rey no tenía nada en común con el plan de Cristo, porque el reino de Jesús no es de este mundo (Jua 18:36). Jesús nació para ser Rey, pero también nació para morir por nosotros. El nació para ser «el profeta», y para ser el Rey de reyes, pero también nació para ser el Sacerdote que ofrecería a sí mismo para expiar los pecados del mundo (Heb 10:12).

— por lo tanto, volvió a retirarse al monte él solo. — «Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre» (2:24, 25). En esta ocasión otra vez Jesús demostró su deidad, leyendo los pensamientos carnales de estos judíos que querían hacerle rey.

Dice Mat 14:23, «Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo». Quería estar solo para orar, pero de lo que sucede en seguida parece que pensaba enseñar a sus discípulos otra lección sobre la fe.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

entendiendo Jesús. Jua 2:24, Jua 2:25; Heb 4:13.

para apoderarse de él y hacerle rey. Jua 7:3, Jua 7:4; Jua 12:12, Jua 12:13; Mar 11:9; Luc 19:38.

volvió a retirarse al monte. Jua 5:41; Jua 18:36; Mat 14:22; Mar 6:46.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

hacerle rey: Moisés no sólo había proporcionado alimento de forma milagrosa para los israelitas, también los había liberado del cautiverio en Egipto. Tal vez estos hombres pensaron que Jesús podía liberarlos de los romanos. Jesús estaba en la cima de su popularidad, y la tentación de tomar el reino sin la cruz debió ser grande (Mat 4:8-10). Los pasajes paralelos dicen que se fue a la montaña para orar (Mat 14:23; Mar 6:46). Aquí está nuestro recurso más grande en tiempos de prueba.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

JESÚS ORA SOLO. Véase Mat 14:23, nota.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

apoderarse de él y hacerle rey. Juan complementa la información de Mateo y Marcos al añadir el motivo que llevó a Jesús a despedir a sus discípulos y apartarse de la multitud para ir solo a una montaña, y es su conocimiento sobrenatural de la intención que tenían de hacerlo rey porque los había alimentado y sanado. La multitud, impelida por el entusiasmo del tumulto, se alistaba a ejecutar por equivocadas intenciones políticas algo que habría comprometido la voluntad de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

6:15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, — En lugar de someterse a Cristo querían que El se sometiera a los propósitos e intereses de ellos. La Luz estaba con ellos, pero todavía estaban en oscuridad.
Muchas personas seguían a Jesús porque tenían hambre y sed de justicia. Encontraban en El la resolución de sus problemas. Pero este texto (6:15) claramente muestra que algunos judíos querían que su Mesías fuera un rey terrenal que pudiera derrotar a los odiados romanos y librar a los judíos de su opresión. Esto quiere decir que algunos buscaban a Jesús simple y sencillamente para ver cómo y qué tanto El les pudiera ayudar y servir a ellos: p. ej., sanar sus enfermos, alimentar a los hambrientos, y vencer a sus enemigos. Tales personas serían leales a Cristo, con tal que El siguiera dándoles lo que querían.
Los que querían «hacerle rey» querían usar a Jesús para llevar a cabo sus propios propósitos. Jesús había demostrado que tenía poder, mucho poder, porque sanaba a los enfermos y multiplicó a los panes y peces para alimentar a cinco mil hombres. Seguramente tendría poder para llevar a cabo los propósitos políticos de los judíos. El podría darles pan como Dios dio el maná a sus padres. Serían ricos porque las naciones sojuzgadas por Cristo les pagarían tributos como en los días de Salomón.
Tales judíos no querían saber de las bienaventuranzas (Mat 5:1-12). No querían oír de convertirse y ser como niños (Mat 18:1-4). No estaban interesados en negarse a sí mismos ni en llevar la cruz de Cristo (Mat 16:24). No querían ser siervos de Cristo; más bien, querían que El fuera el siervo de ellos. Desde luego, no vino Cristo al mundo para ser servido sino para servir (Mat 20:28), pero no en el sentido que estos hombres carnales anhelaban. Cristo vino para servir y para dar su vida en rescate por muchos, pero los que querían hacerle rey no querían saber nada de sufrimiento.
No era necesario «hacerle rey», porque Jesús nació para ser rey (Mat 2:2, «¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?»). El plan de éstos que querían hacerle rey no tenía nada en común con el plan de Cristo, porque el reino de Jesús no es de este mundo (Jua 18:36). Jesús nació para ser Rey, pero también nació para morir por nosotros. El nació para ser «el profeta», y para ser el Rey de reyes, pero también nació para ser el Sacerdote que ofrecería a sí mismo para expiar los pecados del mundo (Heb 10:12).
— por lo tanto, volvió a retirarse al monte él solo. — «Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre» (2:24, 25). En esta ocasión otra vez Jesús demostró su deidad, leyendo los pensamientos carnales de estos judíos que querían hacerle rey.
Dice Mat 14:23, «Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo». Quería estar solo para orar, pero de lo que sucede en seguida parece que pensaba enseñar a sus discípulos otra lección sobre la fe.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Se redacta como un contraste o consecuencia de lo que la gente entendía de la señal de Jesús. Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte él solo. Moisés subió también solo al monte. El verbo para “tomar” o “agarrar” implica que esa acción es por la fuerza. Se entiende también que «la gente quería llevárselo a la fuerza para hacerlo su rey» (TLA), con toda la dimensión política que eso implicaba. Como trataban de apoderarse de él, Jesús se retira más lejos al monte. El adverbio comúnmente se traduce por “de nuevo”, pero tiene aquí mejor sentido como “más lejos” o “más allá”. Posiblemente Jesús fue más arriba, a lo alto del mismo monte o colina donde estaba, o tal vez fue a otro monte lejos de la gente. Ambas posibilidades tienen respaldo en las traducciones modernas: «al monte otra vez» (BJ, BP, DHH); «a las montañas» (NEB, TEV); «a lo alto de una montaña» (CEV).

Reflexión bíblica y pastoral

Una vez más un signo de Jesús está narrado en referencia a una de las grandes fiestas judías, en este caso de nuevo la Pascua, cuando se comía el pan sin levadura y se recordaba la alimentación milagrosa con el maná del desierto. La alimentación de una multitud por medio de una multiplicación milagrosa de panes es uno de los pocos relatos que está contenido en los cuatro evangelios y también uno de los más repetidos, ya que se narra en siete ocasiones, con diferencias significativas entre sí. Ello nos confirma al menos dos cosas: que se remonta el evento hasta al Jesús terrenal y la importancia que tuvo esta narración en la fe de las iglesias más antiguas.

Cuando se percibe la situación de la multitud que ha seguido a Jesús, se presenta la necesidad básica de tener que darles de comer, pero con el agravante de que están lejos de algún lugar donde se pueda conseguir comida, aunque de cualquier manera hubiera sido prácticamente imposible conseguir comida para tanta gente. Y es precisamente esta necesidad humana fundamental de saciar el hambre corporal la que lleva a entender el sentido profundo de esta narración. Si Moisés pudo alimentar al pueblo de Israel con maná, ahora Jesús, que para Juan definitivamente es superior a Moisés, también será capaz de alimentar a esta multitud, y con un alimento que es mucho mejor que el maná del desierto.

Un aspecto esencial de esta narración es su relación con la eucaristía cristiana, que gran parte de su fundamento teológico y su ligazón a la tradición proviene de ella. Como en la eucaristía, aquí también el Señor alimenta a su pueblo con el pan, una vez que ha dado gracias a Dios por él. También es importante considerar el simbolismo de toda la obra juanina, ya que aquí seguramente no es fortuita la coincidencia entre cinco panes y cinco mil personas, ni en el hecho de que los panes sean de cebada, el mismo cereal de los veinte panes con los que Eliseo alimentó a cien hombres (2Re 4:42-44).

Jesús da gracias a Dios antes de repartirlos. Pareciera que no tiene mucho sentido dar gracias por esa insignificancia de alimento, cuando la necesidad parece insuperable. Pero precisamente ahí es donde se muestra el poder amoroso de Dios, que siempre acude a responder en los momentos de mayor necesidad. Donde los discípulos sólo veían cinco panes y dos peces, Jesús vio la provisión amorosa de Dios. Así que Dios respondió y dio pan en abundancia, de tal manera que toda la gente se sació y además sobró hasta para llenar doce cestas.

En otro lugar del evangelio Jesús se autodefinirá como “yo soy el pan”, que sin duda tiene relación con esta narración. En realidad, Jesús es el pan de vida eterna para todos los creyentes, ese pan abundante que calma el hambre y no se agota nunca. Así como él multiplicó los panes, los cristianos y cristianas podemos considerar que Jesús también es el Pan que se multiplica a sí mismo y se nos entrega en una abundancia sin medida.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Mat 14:23; Mar 6:46; Luc 6:12.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

ñ 305 Mat 14:23; Mar 6:45; Jua 17:16; Jua 18:36; Stg 1:27; Stg 4:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

para hacerle rey. La posibilidad de tener un líder que pudiera, sin mayor esfuerzo, remediar los males económicos y sociales incitó a la multitud a querer tomar una acción precipitada.

se retiró. Jesús deseaba evitar este movimiento popular que crearía tremenda tormenta política; también haría imposible su misión: su muerte redentora en la cruz.

Fuente: La Biblia de las Américas

15 super (1) Es decir, para hacerle el Mesías.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

hacerle rey. Jesús tuvo que escapar del entusiasmo de las turbas, que le habrían forzado a guiarles en una revuelta contra el gobierno romano. Jesús rehusó convertirse en un revolucionario político.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

EN estos versículos es de notarse, en primer lugar, cuan grande es la humildad de Jesucristo. Se nos dice que, después de dar de comer á la muchedumbre, entendiendo que iba á tomarlo por fuerza y hacerlo rey, partió al punto y la dejó. El no necesitaba de semejantes honores. Había venido «no para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Mat. 20: 28.
Y el Salvador manifestó el mismo espíritu durante toda su vida terrenal. Desde la cuna hasta el sepulcro estuvo revestido de humildad. 1 Pedro 5 5. Nació de una pobre mujer, y pasó los primeros treinta años de su vida en la casa de un carpintero en Nazaret. Le siguieron unos compañeros pobres: la mayor parte de ellos no eran más que pescadores. Vivió de la manera más humilde: » Las zorras tenían cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tenia donde recostar su cabeza.» Mat. 8: 20. Cuando atravesó el mar de Galilea fue en un bote prestado. Cuando entró montado en Jerusalén fue en un asno prestado. Cuando fue sepultado, lo fue en un sepulcro prestado. «Siendo rico, por amor de nosotros se hizo pobre.» 2 Cor. 8:0.
Es este un ejemplo que debiéramos siempre tener presente. ¡Cuan comunes no son el orgullo, la ambición, la altanería! ¡Cuan raras no son la humildad y la mansedumbre! ¡Cuan pocos no son los que rechazan el boato cuando se lo ofrecen! Cuántos no hay que buscan para sí grandezas, olvidándose del precepto: » No busques.» Jere. 45:5. No fue sin objeto alguno que, después de haberles lavado los pies á sus discípulos, nuestro Señor dijo: «Ejemplo os he dado para que, como yo os he hecho, vosotros también hagáis.» Es de temerse que los cristianos han obedecido muy poco esta gran verdad: que la humildad es la reina de las virtudes. Alguno ha dicho: » Decidme cuan humilde es una persona dada, y yo os diré cuan religiosa es..
Notemos, en seguida, cuan severas eran las pruebas por las cuales tenían que pasar los discípulos de Jesucristo. Se nos dice que ellos descendieron solos á la mar en tanto que su Maestro se fue á un monte, y que luego un gran viento empezó á agitar las olas. ¡Extraña transición! Después de presenciar un milagro prodigioso, y aun de tomar parte en él, en medio de una muchedumbre llena de admiración, se encuentran en la soledad, en medio de las tinieblas, á merced de los vientos, las olas, la tormenta, y llenos de ansiedad y de espanto. Mas Cristo lo sabía, pues él lo había ordenado, y todo iba á redundar en bien de ellos.
Fuerza es que comprendamos que los trabajos caen en lote á cada cristiano, pues son uno de los medios por los cuales se somete á prueba su fe y se determina cuáles son sus verdaderas convicciones. El invierno y el estío, el frió y el calor, las negras nubes y la clara luz del sol–todo contribuye á sazonar el fruto del Espíritu. Cierto es que esto no nos agrada: quisiéramos más bien atravesar el lago en tiempo bonancible y con vientos favorables, con Jesús á nuestro lado y el sol iluminando nuestra faz. Mas tales deseos no pueden ser cumplidos: no es así como los hijos de Dios se hacen participantes de Su santidad. Tanto Abrahán como Jacob, Moisés, David y Job pasaron muchos trabajos. Sigamos de buen grado sus huellas y bebamos del mismo cáliz que ellos apuraron. Veces hay en que nos parece que estamos en completo abandono, mas realmente nunca estamos solos.
Notemos, finalmente, qué poder tenia nuestro Señor Jesucristo sobre las olas del mar. Vino hacia sus discípulos caminando sobre las aguas, cuando ellos estaban amenazados por las embravecidas olas; y lo hizo con tanta facilidad como si asentara sus plantas sobre el pavimento del templo ó las colinas de Nazaret. Lo que parece contrario á la razón natural es muy posible para Jesucristo. Hombres ilustrados hacen á veces alarde de la eterna uniformidad de las leyes de la naturaleza, como si estas fueran superiores á Dios y jamás pudieran ser suspendidas. Bueno es que recordemos, de cuando en cuando, en vista de milagros como el de que venimos tratando, que las leyes de la naturaleza no son ni inmutables ni eternas, que tuvieron un principio y tendrán un fin.
Que infunda, pues, ánimo, en el corazón de todos los cristianos la idea de que el Salvador es Señor de las olas, los vientos, y las tempestades, y puede acercarse hacia ellos, caminando sobre las aguas, en la hora más lóbrega y sombría. Hay olas de dolor más violentas que las del lago de Galilea: hay trances de lobreguez profunda que ponen á prueba la fe del cristiano más santo. Empero, si Cristo es nuestro Protector jamás debemos desesperar: El puede venir á socorrernos en la hora y del modo que menos esperamos; y cuando El venga sobrevendrá la bonanza.

Fuente: Los Evangelios Explicados

Lit. están.

Fuente: La Biblia Textual III Edición