Comentario de Juan 6:35 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jesús les dijo: —Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.

6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; — Jesús dijo, Yo soy la luz del mundo, Yo soy la puerta, Yo soy el buen pastor, Yo soy la resurrección y la vida, Yo soy el camino, la verdad y la vida, Yo soy la vid y vosotros los pámpanos.

— el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. — Cristo se entregó a sí mismo para satisfacer toda necesidad y todo deseo del alma.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Yo soy el pan de vida. Jua 6:41, Jua 6:48-58; 1Co 10:16-18; 1Co 11:23-29.

el que a mí viene. Jua 6:37, Jua 6:44, Jua 6:45, Jua 6:65; Jua 5:40; Jua 7:37; Isa 55:1-3; Mat 11:28; Apo 22:17.

nunca tendrá hambre. Jua 4:13, Jua 4:14; Jua 7:38; Isa 49:10; Luc 6:25; Apo 7:16.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

pan de vida significa «pan que provee vida». El maná satisfizo las necesidades físicas por un tiempo; Cristo satisface la necesidad espiritual para siempre (Jua 4:13, Jua 4:14).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

YO SOY EL PAN DE VIDA. Esta es la primera de siete declaraciones que comienzan con «Yo soy» en el Evangelio según San Juan. Cada una pone énfasis en un aspecto importante del ministerio personal de Jesús. Con esta declaración Cristo da a entender que Él es el sustento que nutre la vida espiritual (véase v. Jua 6:53). Los otros «Yo soy» son: «la luz del mundo» (Jua 8:12), «la puerta» (Jua 10:9), «el buen pastor»’ (Jua 10:11; Jua 10:14), «la resurrección y la vida» (Jua 11:25), «el camino, y la verdad, y la vida» (Jua 14:6), y «la vid verdadera» (Jua 15:1; Jua 15:5).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Yo soy el pan de vida. La torpeza del v. Jua 6:34 impulsó a Jesús a aclarar de manera explícita que se refería a Él mismo.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; — Jesús dijo, Yo soy la luz del mundo, Yo soy la puerta, Yo soy el buen pastor, Yo soy la resurrección y la vida, Yo soy el camino, la verdad y la vida, Yo soy la vid y vosotros los pámpanos.
— el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. — Cristo se entregó a sí mismo para satisfacer toda necesidad y todo deseo del alma.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL PAN DE LA VIDA

Juan 6:35-40

Jesús les dijo:

-Yo soy el pan de la vida. El que acude a Mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en Mí, ya no tendrá más sed. Pero os aseguro que, aunque Me habéis visto, no creéis en Mí. Todos los que Me dé el Padre acudirán -a Mí; porque Yo he descendido del Cielo, no para hacer Mi voluntad, sino la del Que Me envió. Y esta es la: voluntad del Que Me envió: Que no pierda ninguno de los que Él Me ha dado, sino que los resucite a todos el último día. Esta es la voluntad de Mi Padre: Que cualquiera que crea en el Hijo cuando Le vea, tenga la vida eterna. Y Yo le resucitaré el último día.

Este es uno de los grandes pasajes del Cuarto Evangelio, y de todo el Nuevo Testamento. En él encontramos dos grandes líneas de pensamiento que debemos tratar de analizar.
En primer lugar, ¿qué quería decir Jesús con: » Yo soy el pan de la vida»? No basta con tomarlo sencillamente como una frase bonita y poética. Vamos a analizarla paso a paso. (i) El pan sostiene la vida. Es algo sin lo cual la vida no puede proseguir. (ii) Pero, ¿qué es la vida? No cabe duda de que es mucho más que la mera existencia física. ¿Cuál es el sentido espiritual de la vida? (iii) La vida verdadera es la nueva relación con Dios, esa relación de confianza y obediencia y amor que ya hemos considerado. (iv) Esa relación sólo es posible por medio de Jesucristo. sin El no podemos entrar en ella. (v) Es decir: sin Jesús puede que haya existencia, pero no vida. (vi) Por tanto, si Jesús es esencial a la vida, se Le puede describir como el pan de la vida. El hambre de la situación humana termina cuando conocemos a Cristo y, por medio de Él, a Dios. En Él el alma inquieta encuentra reposo; el corazón hambriento encuentra satisfacción.

En segundo lugar, este pasaje nos despliega las etapas de la vida cristiana. (i) Vemos a Jesús. Le vemos en las páginas del Nuevo Testamento, en la enseñanza de la Iglesia, a veces hasta cara a cara. (ii) Habiéndole visto, acudimos a Él. Le miramos, no como un héroe o dechado distante, no como el protagonista de un libro, sino como Alguien accesible. (iii) Creemos en Él. Es decir, Le aceptamos como la suprema autoridad acerca de Dios, de nosotros mismos y de la vida. Eso quiere decir que no acudimos a Él por mero interés, ni en igualdad de términos; sino, esencialmente, para someternos. (iv) Este proceso nos da la vida. Es decir, nos pone en una nueva relación de amor con Dios, en la que Le conocemos como Amigo íntimo; ahora podemos sentirnos a gusto con el Que antes temíamos y no conocíamos. (v) Esta posibilidad es gratuita y universal. La invitación es para todos los seres humanos. No tenemos más que aceptarlo, y ya es nuestro el pan de la vida. (vi) El único acceso a esta nueva relación con Dios es por medio de Jesús; sin Él nunca habría sido posible, y aparte de Él sigue siendo imposible. No hay investigación de la mente ni anhelo del corazón que pueda encontrar a Dios aparte de Jesús. (vii) Detrás de todo este proceso está Dios. Los que acuden a Jesús son los que Dios Le ha dado. Dios no se limita a proveer la meta; también mueve el corazón para que Le desee; también obra en el corazón para desarraigar la rebeldía y el orgullo que podrían obstaculizar la entrega total. No podríamos ni siquiera empezar a buscarle si no fuera porque Él ya nos ha encontrado. (viii) Queda ese algo tozudo en el corazón humano que nos hace seguir rehusando la invitación de Dios. En último análisis, lo único que puede frustrar el propósito de Dios es la oposición del corazón humano. La vida está ahí para que la tomemos… o para que la rechacemos.
Cuando la tomamos, suceden dos cosas. La primera es que entra en la vida una nueva satisfacción. El corazón humano encuentra lo que estaba buscando, y la vida deja de ser un mero vegetar para ser algo lleno a la vez de emoción y de paz. Y la segunda es que tenemos seguridad hasta más allá de la muerte. Aun el último día, cuando todo termine, estaremos a salvo. Como dijo un gran comentarista: » Cristo nos lleva al puerto en el que se acaban todos los peligros.» Esas son la grandeza y la gloria de las que nos privamos cuando rehusamos Su invitación.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

3) Discurso de Jesús, el pan de vida (vv. Jua 6:35-50)

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

a) La gente no cree en Jesús (vv. Jua 6:35-40)

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

El diálogo se encausa por otro lado. Jesús afirma implícitamente dos errores de comprensión de la gente al afirmar que él es el pan de vida y que él puede darles siempre ese pan. Este versículo trata solemnemente de corregir esa mala interpretación. Jesús mismo es el pan de vida, y aquellos que lo coman no tendrán jamás hambre. La idea de que Jesús es el que da vida es central en el pensamiento juanino.

La metáfora Yo soy el pan de vida es de difícil comprensión para alguna gente y sería mejor cambiar esta expresión por un símil, como por ejemplo: “Yo soy como el pan que produce vida”, «Yo soy el pan que da vida» (TLA). Yo soy es seguido aquí por el predicado el pan de vida porque no se usa el verbo en sentido absoluto (Jua 4:26). Esta es la primera expresión de serie en este evangelio (cf. Jua 6:41, Jua 6:48, Jua 6:51; Jua 8:12; Jua 10:7, Jua 10:9; Jua 10:11, Jua 10:14; Jua 11:25; Jua 14:6; Jua 15:1, Jua 15:5). Debe quedar claro que Jesús es “el pan viviente” o “que es vida” y que es eterno, no perecedero como el maná.

El que a mí viene y el que en mí cree son oraciones que están juntas y con sentidos muy cercanos, colocadas en forma paralela como en Jua 7:37, Jua 7:38. El que a mí viene (cf. vv. Jua 6:37, Jua 6:44, Jua 6:45, Jua 6:65) no expresa el mismo sentido de fe y confianza del griego original en otros idiomas. Será necesario entonces mostrar el sentido con un símil que indique discipulado, como: “el que viene a mí como un seguidor” o “el que acude a mí para ser mi discípulo”. Es acertado también unir estas dos oraciones paralelas: “el que viene a mí y cree en mí no tendrá jamás hambre ni sed”, aunque se pierde parte de la belleza poética de la expresión: «El que confía en mí nunca más volverá a tener hambre; el que cree en mí, nunca más volverá a tener sed» (TLA).

Esta forma de oración en otros idiomas lleva el mismo sentido en oraciones condicionales: “Si alguna persona acude y cree en mí, de seguro nunca tendrá hambre ni sed”. Aún más, en la tipología del Éxodo el don del maná y del agua de la roca aparecen unidos, de ahí que hambre y sed se podrían señalar como símiles: “Si una persona viene y también pone su confianza en mí, será como si esa persona nunca tuviera hambre ni sed”.

La negación es enfática y se debe conservar en la traducción: “nunca”, “jamás”, o la combinación “nunca jamás” o “de ninguna manera volverá a tener hambre”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— Yo soy: Expresión característica del cuarto evangelio con la que Jesús inicia una serie de afirmaciones sobre su personalidad (Jua 4:26; Jua 6:48; Jua 6:51; Jua 8:12; Jua 8:24; Jua 10:7; Jua 10:9; Jua 10:11; Jua 10:14; Jua 11:25; Jua 14:6; Jua 15:1). Quizás haya aquí una alusión a Éxo 3:14 donde Dios, con idénticas palabras, revela a Moisés su personalidad.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Jua 4:14; Jua 6:48; Jua 6:51; Jua 6:58.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

g 324 Jua 4:14; Jua 7:37; Rev 22:17

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Yo soy. La frase recuerda al nombre divino (v. coment. en 4:26). Aquí se usa con un predicado: Yo soy el pan de la vida , para mostrar el interés de Jesús por el pueblo ya que El es el pan que da vida eterna (cp. 8:12; 9:5; 10:7, 9, 11, 14; 11:25; 14:6; 15:1, 5; cp. vers. 51: el pan vivo ).

Fuente: La Biblia de las Américas

35 (1) El pan de vida es el suministro de vida en forma de alimento. Es semejante al árbol de la vida ( Gén_2:9), el cual también es el suministro de vida «bueno para comer».

35 (2) Según el principio establecido en el cap. 2, esto también es cambiar la muerte en vida. La fuente de la muerte es; el árbol del conocimiento, y la fuente de la vida es el árbol de la vida.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

En estos versículos se encuentra, primeramente, un dicho que Jesucristo pronunció acerca de sí mismo. En este: «Yo soy el pan de vida: el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás..
Toda alma está por naturaleza pereciendo á causa del pecado. Jesucristo ha sido dado por el Padre para que satisfaga y alivie las necesidades espirituales del hombre. Su mediación, su expiación, su sacrificio, su gracia, su amor, su poder ofrecen bastante alimento para todos los necesitados. El es » pan de vida..
¡Y cuánto no se revela la sabiduría divina en la elección de ese nombre! El pan es un alimento necesario. Se puede, sin desagrado, omitir á la mesa muchas manjares, pero es difícil acostumbrarse á comer sin pan. Y así sucede con Cristo: si no lo poseemos en nuestros corazones, morimos en nuestros pecados. Además, el pan es un alimento que á todos agrada.
Algunas personas no pueden comer carne, y otras no pueden comer vegetales; pero á todos les gusta el pan: es el alimento del rico y del pobre. Así sucede con Jesucristo: como Salvador satisface las necesidades de todas las clases sociales. El pan es un alimento que necesitamos cada día. Hay otras especies de alimentos que tomamos solo de cuando en cuando; mas todos los días, á mañana y tarde, necesitamos pan. Lo propio nos acontece respecto de Jesucristo: no hay día de nuestra vida que no sintamos necesidad de su sangre, su justicia, su intercesión y su gracia. Con razón se le llama «el pan de vida..
Estos versículos contienen, en segundo lugar, un dicho que pronunció Jesucristo acerca de los que acuden á El. «Al que á mí viene,» dijo, «no le echo fuera..
¿Qué significa «venir» en este caso? Significa ese acto del alma que tiene lugar cuando un hombre, que tiene conciencia de su propia culpabilidad y halla que no puede salvarse á sí mismo, acule á Cristo, confia en El, y le encomienda de un todo su salvación. Cuando esto sucede, se dice según el lenguaje de la Escritura que ese hombre » ha venido » á Cristo.
¿Qué quiso decir nuestro Señor con las palabras: «No le echo fuera»? Quiso decir que no negará la salvación á ninguno que acuda á él, cualquiera que haya sido su conducta y su carácter. Acaso sus pecados pasados hayan sido muy negros, y sus faltas actuales muy grandes; mas si viniere á Cristo por medio de la fe, El lo recibirá con misericordia, y le concederá vida eterna.
Estas son á la verdad palabras de un valor inapreciable. Ellas han consolado á muchos moribundos, y devuelto la tranquilidad á muchas conciencias alarmadas. Grabémoslas indeleblemente en nuestra memoria y en nuestro corazón. Día llegará en que nos encontremos ya al borde del sepulcro, y en que el inundo no podrá ya prestarnos auxilio alguno. Felices seremos entonces si el Espíritu Santo nos asegura que hemos estado con Jesucristo.
En este pasaje se encuentra, por último, un dicho de Jesucristo con relación á la voluntad de su Padre. Dos veces pronunció las solemnes palabras: «Esta es la voluntad del que me envió.» Y también dijo que era la voluntad del que lo había enviado que todo aquel que viera al Hijo y creyera en él tuviera vida eterna. Así mismo, » que de todo lo que había dado á Jesucristo no perdería nada..
Con estas palabras se nos enseña que Jesucristo ha traído consigo al mundo una salvación que cada pecador puede obtener «sin dinero y sin precio.» Nuestro Señor la simbolizó con las virtudes de la serpiente de bronce. Todo el que miraba hacia esta obtenía vida y salud; y asimismo todo el que desee vida eterna puede dirigir con fe sus miradas hacia Jesús y recibirla de sus manos. No hay dique, ni límite, ni restricción de ninguna especie. Todos pueden mirar y obtener vida.
Se nos enseña, además, que Jesús no permitirá jamás que un alma que le ha sido encomendada se extravíe del todo y se pierda. El velará sobre ella y la mantendrá segura á despecho del mundo, de la carne y del demonio. Jamás se quebrará ni un solo hueso de su cuerpo místico. Jamás quedará abandonado en el desierto ni una sola oveja de su rebaño. El último día introducirá en la gloria todo el rebaño que ha tenido á su cargo, y no faltará ningún cordero.
Que el cristiano verdadero medite detenidamente sobre el pasaje que hemos venido considerando. Jesucristo es el pan de vida: Jesucristo recibe á todos los que vienen á él; Jesucristo preserva á todos los creyentes; Jesucristo pertenece á todos los que crean en El. Esto es, á la verdad, regocijador.

Fuente: Los Evangelios Explicados

R889 Διψήσει se usa como un futuro duradero con οὐ μή (comp. Jua 4:14): nunca tendrá sed.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego