Comentario de Juan 6:53 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Y Jesús les dijo: —De cierto, de cierto os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
6:53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros (Col 3:3) . — Jesús sabía que no había seriedad en ellos y que no amaron la verdad; por eso, en lugar de explicar la figura, la hace aun más fuerte, más gráfica. Jesús no contestó su pregunta, sino que enfatizó la necesidad de participar de su cuerpo y sangre. La palabra sangre recalca el pensamiento de su muerte y el poder vivificador de ella. En la apropiación de la carne y la sangre de Jesús, esta vida espiritual fluye de la vida de Jesús (vers. 56, 57) (HAWM). Ya se acercaba la fiesta de la Pascua en la cual los judíos comían la carne del cordero pascual, pero en esa Pascua se ofrecería el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo (1:29; Heb 9:22; 1Pe 1:18; Hch 20:28; Efe 1:7; Apo 5:9). A ese sacrificio Jesús se refiere, y a la necesidad de que aprovechemos el beneficio de ese sacrificio para obtener el perdón de los pecados. Jesús emplea esta figura tan gráfica para impresionar profundamente la mente de los oyentes. Ellos recordarían a través de los años este lenguaje. El lenguaje de Cristo quedaría fijo en la mente de la gente por causa de su naturaleza diferente y extraña. El simbolismo del Apocalipsis tiene el mismo propósito. De hecho lo mismo se puede decir de todo lenguaje figurado. ¿Quién puede olvidar la historia del hijo pródigo o del buen samaritano?Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
De cierto, de cierto os digo. Jua 6:26, Jua 6:47; Jua 3:3; Mat 5:18.
Si no comiereis. Jua 3:3, Jua 3:5; Jua 13:8; Jua 15:4; Mat 18:3; Luc 13:3, Luc 13:5.
la carne del Hijo del hombre. Jua 6:55; Jua 3:36; Mat 26:26-28; 1Jn 5:12; Apo 2:7, Apo 2:17.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Cristo complica más la situación cuando añade: Si no … bebéis su sangre. Los judíos tenían prohibido beber sangre (Lev 7:26, Lev 7:27) y esta declaración adicional debió añadir insulto a la herida. Sin embargo, los judíos malentendieron. Levítico Lev 17:11 explica claramente que la vida está en la sangre. Aceptar el sacrificio del cuerpo y la sangre de Cristo es el fundamento para la vida eterna.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
come … bebe. Aquí Jesús emplea una analogía que tiene un significado más espiritual que literal: al igual que comer y beber son necesarios para la vida física, la fe en su muerte en sacrificio es necesaria para la vida eterna. Comer su carne y beber su sangre simbolizan de manera metafórica la necesidad de aceptar la obra de Jesús en la cruz. No obstante, un Mesías crucificado resultaba inconcebible para los judíos (cp. Hch 17:1-3). Una vez más los judíos, en su ceguera deliberada que era su propia condena judicial, no podían vislumbrar el verdadero significado espiritual ni la verdad detrás de las declaraciones de Jesús. Por otro lado, esta alusión de Jesús a comer y beber no se refiere a la Santa Cena por dos razones importantes: 1) aún no había sido instituida, y 2) si Jesús se hubiera referido a la Santa Cena habría enseñado entonces que quienes participaran de ella recibirían la vida eterna.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
6:53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros (Col 3:3) . — Jesús sabía que no había seriedad en ellos y que no amaron la verdad; por eso, en lugar de explicar la figura, la hace aun más fuerte, más gráfica. Jesús no contestó su pregunta, sino que enfatizó la necesidad de participar de su cuerpo y sangre. La palabra sangre recalca el pensamiento de su muerte y el poder vivificador de ella. En la apropiación de la carne y la sangre de Jesús, esta vida espiritual fluye de la vida de Jesús (vers. 56, 57) (HAWM). Ya se acercaba la fiesta de la Pascua en la cual los judíos comían la carne del cordero pascual, pero en esa Pascua se ofrecería el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo (1:29; Heb 9:22; 1Pe 1:18; Hch 20:28; Efe 1:7; Apo 5:9). A ese sacrificio Jesús se refiere, y a la necesidad de que aprovechemos el beneficio de ese sacrificio para obtener el perdón de los pecados.
Jesús emplea esta figura tan gráfica para impresionar profundamente la mente de los oyentes. Ellos recordarían a través de los años este lenguaje. El lenguaje de Cristo quedaría fijo en la mente de la gente por causa de su naturaleza diferente y extraña. El simbolismo del Apocalipsis tiene el mismo propósito. De hecho lo mismo se puede decir de todo lenguaje figurado. ¿Quién puede olvidar la historia del hijo pródigo o del buen samaritano?
En este texto Jesús emplea palabras figuradas para enfatizar la necesidad de unirse a El por medio de creer en El (como el perfecto sacrificio por los pecados del mundo) y obedecer al evangelio. De esta manera se recibe el alimento necesario del alma. Al creer en Cristo y arrepentirnos del pecado, nos crucificamos con El y somos sepultados con El y resucitados con El en el bautismo (Rom 6:4; Col 2:12); es decir, aceptamos y practicamos sus enseñanzas (obedecemos al evangelio y perseveramos en la doctrina de Cristo y los apóstoles). De esta manera asimilamos este alimento esencial, uniéndonos a El como El se unió al Padre (17:21-23). La vida, pues, en este texto (y a través de los escritos de Juan) no significa simplemente la existencia consciente con Dios, sino la comunión con Dios.
La preposición griega eis (en) lleva la idea de hacia (p. ej., «id a (eis) la ciudad», Mat 26:16). Metafóricamente tiene el mismo sentido. Considérense los siguientes textos que explican esta relación con Cristo:
(1) Mat 28:19, «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en (eis) el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo»; es decir, el bautizado entra en la relación aceptable con Dios.
(2) Rom 6:3, «¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en (eis) Cristo Jesús, hemos sido bautizados en (eis) su muerte». Jesús derramó su sangre en su muerte; por eso, hemos sido bautizados en su muerte, para que la sangre de Cristo nos limpie de todo pecado.
(3) Rom 6:4, «Porque somos sepultados juntamente con él para (en, eis, la) muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva». ¡Somos sepultados con Cristo!
Entonces, habiendo entrado en esta relación de favor con Dios, es necesario «que habite Cristo por la fe en vuestros corazones» (Efe 3:17). «Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia» (Flp 1:21). «Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria» (Col 3:3-4).
No nos unimos a una denominación — como hacen muchísimas personas religiosas — sino a Cristo; somos agregados a El (Hch 11:24). Somos bautizados en un cuerpo (1Co 12:13) y su cuerpo es su iglesia (Efe 1:22-23).
Por lo tanto, no se debe enseñar que este texto (6:53) se refiere específica o solamente a la cena del Señor. La cena del Señor es solamente una parte — una parte muy esencial, muy importante — de lo que se llama comer su carne y beber su sangre. Sin embargo, es necesario explicar que varios comentaristas quieren totalmente excluir la cena — como también el bautismo — de este lenguaje de Jesús, porque «jamás ninguna iglesia cristiana ha profesado la absoluta necesidad de la cena para tener la vida del Salvador… la misma observación sobre la relación de la conversación de Jesús y Nicodemo con el bautismo que Jesús ordenó a sus discípulos practicar… los símbolos visibles importaban poco al autor del evangelio del espíritu» (B-S). En este comentario es obvio que se quiere excluir la cena y el bautismo del lenguaje de Cristo, puesto que Cristo enfatiza que es indispensable comer su cuerpo y beber su sangre. Si admitieran que esta figura puede incluir la cena, entonces esto haría que un acto físico fuera necesario para tener comunión con Cristo y para ellos este concepto es intolerable. Para ellos la fe y la fe sola procura la comunión con Cristo, sin ningún acto de obediencia.
Pero nos extraña que el autor citado arriba, después de reconocer que Jua 3:5 de veras se refiere al bautismo, proclamara que este acto no es necesario para tener comunión con Cristo, aunque Cristo claramente dijo, «el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios». Si alguno no puede entrar en el reino de Dios, ¿puede tener comunión con Cristo?
Además, verdaderamente es esencial la participación de la cena del Señor el primer día de la semana (Hch 20:7) para seguir teniendo comunión con Cristo (1Co 10:16).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Una vez más Juan usa la fórmula “amén, amén”, “Con toda seguridad les afirmo la verdad”. Este versículo presenta en forma negativa las mismas verdades que se presentaron de forma positiva en el v. Jua 6:51. Sin embargo, el Hijo del hombre se menciona y la necesidad de tomar su sangre. Los comentaristas por lo general están de acuerdo al afirmar que “sangre” llama la atención a la eucaristía o cena del Señor, pero que al mismo tiempo es todo el ser del Hijo del hombre quien da la vida, no sólo la sangre. En el pensamiento hebreo “carne y sangre” son equivalentes a toda la persona. Cualquiera que sea el origen del sentido de “comer la carne y beber su sangre”, estos términos metafóricos deben conservarse, es decir, que en este caso las traducciones no deberían intentar resolver las metáforas. De acuerdo, las imágenes de comer carne humana y beber sangre pueden ser muy ofensivas en algunas culturas (los judíos mismos tenían prohibido beber sangre), sin embargo, el significado y el símbolo, los conceptos y lo que significan, están tan íntimamente unidos aquí que uno no puede revolver la metáfora sin destruir al mismo tiempo el sentido básico del pasaje.
Aunque la expresión No tenéis vida en vosotros está en presente denota una posibilidad de futuro. La CEV pone esta oración primero como la razón del argumento de comer y beber: «Ustedes no vivirán…». La equivalencia de esta oración en otras culturas donde la vida no puede poseerse sería: “en realidad ustedes no vivirán” o “ustedes no podrán vivir”. La cualidad de vida aquí se amplía y especifica en el v. Jua 6:54.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Mat 26:26-29 y par.; 1Co 11:23-29.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
b 346 Jua 6:27; Jua 6:33
c 347 Hch 20:28; Rom 3:25
d 348 Rev 20:4; Rev 20:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
coméis la carne…bebéis su sangre. Los judíos interpretaron literalmente estas palabras de Jesús, sin poder entender su profundo significado espiritual. El verdadero significado de esas frases era de que ellos podrían obtener la vida eterna solamente si lo aceptaban a El como Mesías y Salvador, y permitían que su muerte expiatoria, representada en su carne y en su sangre, pagara por los pecados de ellos.
Fuente: La Biblia de las Américas
53 (1) Aquí la sangre es añadida, pues es necesaria para la redención (19:34; Heb_9:22 ; Mat_26:28 ; 1Pe_1:18-19 ; Rom_3:25).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Así como se come y se bebe para tener vida física, así es necesario apropiarse a Cristo para tener vida eterna.