Comentario de Juan 7:45 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Luego los guardias regresaron a los principales sacerdotes y a los fariseos, y ellos les dijeron: —¿Por qué no le trajisteis?
los alguaciles. Jua 7:32; Hch 5:21-27.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los soldados pudieron decir que no arrestaron a Jesús por el peligro de la multitud, pero no lo hicieron. En vez de eso, informaron que Jesús no era como otros que habían escuchado hablar.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Los alguaciles. Estos oficiales del templo fallaron en su intento de arrestar a Jesús al verse confrontados con su persona y su enseñanza poderosa. Como habían recibido cierto adiestramiento religioso, las palabras de Jesús tocaron las fibras más íntimas de su corazón. Acerca de su identidad, vea las notas sobre el v.Jua 7:32.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
ADMIRACIÓN INVOLUNTARIA
Y TÍMIDA DEFENSA
Juan 7:45-52
A eso volvieron los alguaciles a los principales sacerdotes y los fariseos, y éstos les dijeron:
-¿Por qué no os Le habéis traído para acá?
Los alguaciles contestaron:
-¡Jamás ha hablado nadie como este Hombre!
-¡No os habréis descarriado vosotros también! -les replicaron los fariseos-. ¿Acaso ha creído en Él alguien
de las autoridades? ¿O de los fariseos? ¡Claro que no! Pero esa chusma que no conoce la Ley, maldita sea, esos son los que sí creen en Él.
Nicodemo, que era uno de ellos (el que había venido a Jesús antes), les dijo:
-¿Es que nuestra Ley condena a nadie sin haberle permitido antes exponer su caso y sin haber obtenido información de primera mano sobre lo que está haciendo?
-¡No serás tú otro galileo como Él! -replicaron-. ¡Investiga y convéncete de que no hay profeta que salga de Galilea!
Aquí tenemos algunas reacciones espontáneas a Jesús.
(i) La reacción de los alguaciles fue de sorprendida admiración. Habían acudido con la intención de arrestar a Jesús, y habían vuelto sin Él porque en la vida habían oído a nadie hablar como Él. Realmente, el escuchar a Jesús es una experiencia sin igual para cualquier persona.
(ii) La reacción de los principales sacerdotes y los fariseos fue de desprecio. Los fariseos usaban una frase para describir a la gente normal y corriente que no observaba los millares de reglitas de la ley ceremonial. Los llamaban `am ha-áretz, la gente de la tierra, y los despreciaban olímpicamente. El casar a una hija con uno de ellos era como exponerla atada a una fiera salvaje. «Las masas que no conocen la Ley son malditas.» La ley rabínica decía: «Se establecen seis cosas con respecto a la gente de la tierra: no des testimonio a su favor; no aceptes su testimonio; no les confíes ningún secreto; no los nombres tutores de ningún menor; no los pongas a cargo de fondos de caridad, y no los aceptes como compañeros en ningún viaje.» A los fariseos les estaba prohibido invitar o aceptar una invitación de ninguno de la gente de la tierra. Estaba establecido que, hasta donde fuera posible, ni se les comprara ni se les vendiera nada. En su orgullo aristocrático, esnobismo intelectual y soberbia espiritual, los fariseos miraban por encima del hombro a las personas sencillas. Su razonamiento era: «Ninguno de los intelectuales y piadosos ha creído en Jesús. Sólo Le aceptan los ignorantes.» Es terrible el que una persona se crea demasiado culta o demasiado buena para necesitar a Jesucristo. Y es algo que sigue pasando.
(iii) La reacción de Nicodemo. Fue una reacción tímida, porque no defendió abiertamente a Jesús. Sólo se atrevió a citar algunas máximas legales que eran pertinentes. La Ley establecía que todos tenían derecho a que se les hiciera justicia (Ex 23:1 ; Dt 1:16 ); y parte de la justicia era y es que se le permita a uno exponer su caso, y no condenarle por información de segunda mano. Los fariseos pretendían saltarse la Ley; pero está claro que Nicodemo no llevó su protesta más adelante. El corazón le decía que debía defender a Jesús, pero la cabeza le decía que no se buscara líos. Los fariseos le lanzaron unos tópicos de los suyos, y le dijeron que no podía salir ningún profeta de Galilea, y hasta se burlaron de él preguntándole si es que tenía algo que ver con «esa gentuza». Y, al parecer, él no dijo nada más.
Es frecuente el que uno se encuentre en una situación en la que le gustaría defender a Jesús y confesar su fe. A menudo se hace una defensa tibia, y después hay que callarse. En la defensa de Jesús es mejor dejarse llevar por un corazón arriesgado que por una cabeza calculadora. El estar por Cristo firmes puede que nos traiga burlas y nos haga impopulares; hasta puede que nos reporte perjuicios, rechazamiento y sacrificio. Pero sigue en pie el hecho de que Jesús dijo que del que diga que es de Jesús delante de la gente, Él también dirá que es Suyo delante de Su Padre; y del que diga que no es de Jesús, El también dirá que no es Suyo ante Su Padre. La lealtad a Cristo puede suponer una cruz en la Tierra, pero seguro que reportará una corona en la eternidad.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
c. Indignación de las autoridades (vv. Jua 7:45-53)
Análisis de discurso
El texto pasa ahora a otros protagonistas y muestra cómo los jefes de los sacerdotes y fariseos quieren arrestar a Jesús. Sin embargo, uno de ellos, Nicodemo, se opone a esto. «Los guardias del templo regresaron a donde estaban los sacerdotes principales y los fariseos» (TLA). Estos guardias son una especia de “policía del templo”, como en el v. Jua 7:32. Juan está interesado no tanto en la cronología de la fiesta, sino en el desarrollo de las ideas. Entre los vv. Jua 7:32, Jua 7:37 y Jua 7:45 pudieron haber transcurrido unos tres o cuatro días de la fiesta.
TÍTULO: Aunque los títulos Los jefes judíos no creían en Jesús (TLA) y Las autoridades no creían en Jesús (DHH) recogen el tema central del pasaje, creemos que la plasticidad y fuerza de ¡Nunca nadie ha hablado así! (RV95) es mucho más sugerente.
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
“Los jefes de los sacerdotes y los fariseos les preguntaron” si se toma como una queja o reclamo otra equivalencia sería: “Les reclamaron: ¿Por qué no lo trajeron?”. En algunos idiomas es necesario quizás ser más precisos con el sentido del verbo “trajeron”. Por el contexto se espera que Jesús sea arrestado y en este sentido se puede traducir la pregunta así: “¿Por qué no lo trajeron detenido?” o “¿Se puede saber por qué no lo han arrestado?”.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Incredulidad de los líderes judíos. En este punto Juan registra el regreso de los guardias del templo. El luego del v. 45 no capta la verdadera fuerza del gr., que simplemente apunta a una secuencia respecto al versículo precedente. Ya existía una orden de búsqueda. Los guardias eran levitas entrenados y esto explicaría su reacción a la enseñanza de Jesús. Era claro que se trataba de hombres que razonaban. Sus palabras en el v. 46 pueden haber sido una forma de ocultar su temor de que un arresto llevara a un levantamiento popular. Por el otro lado, no es imposible que fuera la enseñanza misma la que creó una impresión tan profunda. Los vv. 47-49 revelan el desprecio de los fariseos no sólo por las multitudes sino también por los propios guardias del templo. La protesta de Nicodemo muestra que la entrevista anterior (cap. 3) no había sido en vano (50, 51). Se atrevió a señalar la incoherencia de sus colegas en su enfoque de la ley. Su actitud no estaba en armonía con el verdadero espíritu de aquélla. La burla sobre Galilea que se lanzó a Nicodemo revela el desprecio de las autoridades de Jerusalén sobre los provincianos (52).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
T46 Ἐκεῖνοι se refiere a los oficiales que estaban lejos de la escena de la acción.