Comentario de Juan 8:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
8:3 Entonces los escribas y los fariseos — Luc 5:30; Luc 6:7; Luc 15:2, etc., pero esta es la única vez que los escribas son mencionados por Juan en este libro. Los escribas eran los maestros principales del pueblo. Eran los rabinos, los intérpretes de la ley, pero al enseñar citaban las opiniones de otros doctores de la ley. Por eso, «Cuando terminó Jesús estas palabras (el sermón del monte), la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas» (Mat 7:28-29). Recuérdese que los escribas y fariseos se justificaban a sí mismos porque físicamente cumplían con las ceremonias de la ley y con docenas de tradiciones humanas cuyo propósito era hacerles más santos y piadosos, que «por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres», pero Jesús les describió como hipócritas, como sepulcros blanqueados, que por dentro estaban llenos de hipocresía e iniquidad (Mat 23:28). Estos son los hombres que trajeron esta mujer a Jesús.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Se hizo una repentina interrupción en medio del acto, pues traían de forma abrupta a una mujer adúltera. Los fariseos se empeñaban en confundir a Jesús (Jua 7:45).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
8:3 Entonces los escribas y los fariseos — Luc 5:30; Luc 6:7; Luc 15:2, etc., pero esta es la única vez que los escribas son mencionados por Juan en este libro. Los escribas eran los maestros principales del pueblo. Eran los rabinos, los intérpretes de la ley, pero al enseñar citaban las opiniones de otros doctores de la ley. Por eso, «Cuando terminó Jesús estas palabras (el sermón del monte), la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas» (Mat 7:28-29).
Recuérdese que los escribas y fariseos se justificaban a sí mismos porque físicamente cumplían con las ceremonias de la ley y con docenas de tradiciones humanas cuyo propósito era hacerles más santos y piadosos, que «por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres», pero Jesús les describió como hipócritas, como sepulcros blanqueados, que por dentro estaban llenos de hipocresía e iniquidad (Mat 23:28). Estos son los hombres que trajeron esta mujer a Jesús.
— le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, — Si estos hombres eran sinceros y amaban la justicia, ¿por qué no trajeron al hombre también, pues ella fue sorprendida en adulterio? ¿Por que la llevaría a Jesús en lugar de llevarla al Sanedrín para que fuera juzgada oficialmente?
Estos escribas y fariseos solamente buscaban ocasión contra Jesús, pero aquí está en medio una persona, un ser humano. Aparte de odiar a Jesús estos líderes — desprovistos de compasión y misericordia — menospreciaban a esta mujer. En otra ocasión Jesús les dijo, «Dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe» (Mat 23:23). Por esta razón Jesús dijo que no había venido para juzgar (condenar), sino para salvar. Era el Buen Médico que vino para curar a los enfermos (pecadores).
Fuente: Notas Reeves-Partain
La frase los escribas y los fariseos o «maestros de la ley y los fariseos» (TLA, DHH) sólo aparece aquí en este evangelio, aunque es una frase usual en los otros evangelios. Escriba y «letrado» (BP) pueden confundirse con “escribano”. La mayoría de las versiones modernas han optado por “maestros de la ley”, que es una frase más precisa. Ellos eran autoridades que interpretaban la ley. Si bien es cierto que también copiaban las Escrituras, en tiempos del Nuevo Testamento hacían las veces de intérpretes. El artículo “los” no quiere decir que se refiere a todos los maestros de la ley ni a todos los fariseos de Jerusalén. En algunas culturas esta traducción se presta para equivocaciones. Quizás en este caso sea mejor traducir “algunos maestros de la ley y algunos fariseos”.
Le trajeron una mujer, «se presentaron con una mujer» (BA), «le presentaron» (BP). La mayoría de las versiones expresan en su traducción que fue sorprendida, con la idea de ser descubierta en el acto mismo del adulterio: «a la que habían sorprendido cometiendo adulterio» (DHH), «La habían sorprendido teniendo relaciones sexuales con un hombre que no era su esposo» (TLA). En algunas culturas la traducción tiene que ser más explícita, como: “que habían descubierto acostada con un hombre que no era su esposo”.
Y, poniéndola en medio. La idea es que hicieron que la mujer se colocara entre Jesús y la gente: “e hicieron que se pusiera de pie frente a Jesús”, «Pusieron a la mujer en medio de toda la gente» (TLA), «La pusieron en medio de todos los presentes» (DHH), «y poniéndola en medio del grupo» (NVI). Contrario a la ley de Moisés (cf. Lev 20:20; Deu 22:22) sólo trajeron a la mujer para ser juzgada, y no al hombre.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Los escribas. Véase coment. en Mt 2:4.
una mujer. Los líderes religiosos evidentemente ignoraron al hombre adúltero, y tal hecho sugiere que sus motivos no eran nada buenos.
en medio. Es decir, en el lugar para ser examinada judicialmente (cp. Hch 4:7).
Fuente: La Biblia de las Américas
3 super (1) En este evangelio han sido seleccionados nueve casos que demuestran que el Señor Jesús es la vida y el suministro de vida para el hombre. Los primeros seis casos, hallados en los caps.3—7, forman un grupo de señales, las cuales indican que, por el lado positivo, el Señor es nuestra vida y nuestro suministro de vida para regenerarnos, satisfacernos, sanarnos, darnos vida, alimentarnos y saciar nuestra sed. Los últimos tres casos, hallados en los caps.8-11, forman un grupo de señales, las cuales indican que, por el lado negativo, el Señor es la vida que nos libera de las tres cosas negativas principales: el pecado, la ceguera y la muerte. El caso de este capítulo revela todos los asuntos relacionados con el problema del pecado: (1) la fuente del pecado: el diablo; (2) los tres elementos principales del pecado: el adulterio y la fornicación, el homicidio y la mentira (vs.3,41,44); (3) la esclavitud del pecado; (4) la consecuencia o resultado del pecado: la muerte; (5) Aquel que no tiene pecado: el Señor; (6) el único calificado para condenar el pecado: el Señor; (7) el único apto para perdonar el pecado: el Señor; (8) Aquel que puede librar del pecado a la gente: el Señor. El Señor es el Dios que siempre existe, el gran Yo Soy, quien llegó a ser el Hijo del Hombre y fue levantado en la cruz para llevar nuestros pecados; así que, El está calificado para perdonar nuestros pecados. Además el Señor, por ser el Dios eterno, puede entrar en nosotros para ser la vida y la luz y librarnos de la esclavitud y las tinieblas del pecado. El caso de este capítulo muestra también que la religión (representada por el templo, vs.2,20) de la ley (vs.5,17) no puede librar al hombre del pecado y de la muerte; pero el Señor Jesús, el Yo Soy, quien llegó a ser el Hijo del Hombre y fue levantado en la cruz por causa de las personas envenenadas por la serpiente, puede hacer lo que la religión y la ley no pueden. Este capítulo nos muestra que Cristo, el gran Yo Soy, no solamente es contrario al pecado y la muerte, sino también a la religión y a la ley.