Comentario de Juan 8:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: —Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?
8:10, 11 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. — No solamente ya no condenaban a la mujer, tampoco querían detenerse para seguir tentando a Jesús. — Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más (5:14) . — Los testigos, los acusadores y los ejecutores ya habían desaparecido. Se acabó el asunto, porque Jesús no era testigo del acto; por eso, dijo, «Ni yo te condeno».Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
¿Dónde están los que te acusaban? Isa 41:11, Isa 41:12.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
8:10, 11 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. — No solamente ya no condenaban a la mujer, tampoco querían detenerse para seguir tentando a Jesús.
— Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más (5:14) . — Los testigos, los acusadores y los ejecutores ya habían desaparecido. Se acabó el asunto, porque Jesús no era testigo del acto; por eso, dijo, «Ni yo te condeno».
Las palabras de Jesús no pueden usarse como excusa para tolerar el pecado. (Agustín dijo que este texto se había quitado de algunos manuscritos por temor de que las mujeres inmorales fueran alentadas a usarlo como excusa para no reconocer lo serio de su pecado). Lo que Jesús hizo y dijo no minimiza lo serio de ningún pecado, mucho menos el pecado de adulterio. Es interesante observar que, al desaparecer sus acusadores, la mujer no salió corriendo, sino que se quedó con Jesús. También es interesante observar que Jesús, quien conoce el corazón, no dijo, «arrepiéntete», sino «vete, y no peques más». Compárese 5:14.
«En Jesús encontramos el evangelio de la segunda oportunidad. Jesús siempre manifestaba un interés intenso, no sólo en lo que había sido una persona, sino en lo que podía llegar a ser. No decía que lo que habían hecho carecía de importancia; las leyes quebrantadas y los corazones destrozados siempre importan, pero Jesús estaba convencido de que todos los hombres tienen tanto un futuro como un pasado» (WB). ¿Quién no ha necesitado una segunda oportunidad? (Luc 22:30-31; 2Sa 12:13; 2Cr 33:12-13, etc.)
Fuente: Notas Reeves-Partain
«Entonces Jesús se puso de pie» (TLA). Como se acaba de mencionar “Jesús” en el versículo anterior se puede omitir aquí y traducir: “Entonces él se incorporó”. Otra lectura añade no viendo a nadie sino a la mujer pero no es reconocida como parte original del texto. «Y le preguntó» (DHH), literalmente le dijo. «Mujer, ¿dónde están?» (DHH). En este caso se entiende «tus acusadores» (LPD) o “los que te trajeron para apedrearte”. Sencillamente se puede formular la pregunta dejando explícito que nadie se quedó para acusar a la mujer: “Mujer, ¿Qué se hicieron? ¿Nadie se quedó para acusarte?”, o transformarla en una constatación: «Mujer, los que te trajeron se han ido» (TLA). La idea no es que Jesús se interese por la gente en este caso, sino que llama la atención de la mujer pues nadie siguió insistiendo en matarla. “Mujer, ¿todos se han ido? ¿nadie quiere matarte?”. Literalmente: «¿Ninguno te ha condenado?» (DHH), o más preciso: «¿Ni siquiera uno de ellos se atrevió a condenarte?» (BI).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— todos esos: Numerosos mss. dicen: los que te acusaban.