Comentario de Juan 8:33 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Le respondieron: —Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Llegaréis a ser libres”?

8:33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, — Dice Juan el bautista que la descendencia física no tenía importancia, «porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras» (Mat 3:9). «Los judíos consideraban que Abraham había obtenido tanto mérito por su bondad que ese mérito resultaba suficiente, no sólo para sí mismo, sino también para toda su descendencia» (WB). Hay peligro de cometer el mismo error ahora, porque somos tentados a confiar simplemente en ser hijos de padres cristianos o en «ser miembros de la iglesia correcta», etc.

— y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? — ¡Muy extraño este dicho! En primer lugar no entendían las palabras verdad y libertad. Pero ¿en qué sentido podían ellos pensar que no habían sido esclavos de nadie? En ese momento estaban bajo el yugo de Roma, como sus antepasados habían estado bajo el yugo de los egipcios, los cananeos, los sirios, los asirios, los babilonios, etc., y no solamente habían vivido bajo el yugo de estos gobiernos ajenos, sino que también por mucho tiempo estaban sujetos a los ídolos de esas naciones, y en ese momento estaban sujetos a las tradiciones y mandamientos de hombres (Mat 15:8-9). ¿Cómo, pues, podían decir, «jamás hemos sido esclavos de nadie»?

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

linaje, o descendientes de Abraham somos. Jua 8:39; Lev 25:42; Mat 3:9; Luc 16:24-26.

y jamás hemos sido esclavos a nadie. Jua 19:25; Gén 15:13; Éxo 1:13, Éxo 1:14; Jue 2:18; Jue 3:8; Jue 4:3; Esd 9:9; Neh 5:4-8; Neh 9:27, Neh 9:28, Neh 9:36, Neh 9:37.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Le respondieron: Por todo este capítulo, Jesús se ocupó en un intercambio con sus antagonistas, los fariseos (v. Jua 8:13). También se les designa con el término judíos (vv. Jua 8:22, Jua 8:48, Jua 8:52, Jua 8:57) y el pronombre ellos (vv. Jua 8:19, Jua 8:25, Jua 8:27, Jua 8:33, Jua 8:39, Jua 8:41, Jua 8:59). Los versículos Jua 8:30-32 son un paréntesis para los que creyeron en Él mientras escuchaban lo que decían a sus oponentes. En el versículo Jua 8:33 los líderes judíos hablan una vez más. Así, la objeción de este versículo viene de los antagonistas de Cristo, no de los creyentes de los versículos Jua 8:30-32.

jamás hemos sido esclavos: La objeción de los fariseos es asombrosa. En su pasado, los israelitas habían estado en cautiverio bajo los egipcios, los asirios y los babilonios. En el momento que hablaron, Israel estaba bajo el poder de Roma.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

jamás hemos sido esclavos de nadie. En vista de que los judíos habían estado sometidos a diversos yugos políticos por parte de muchas naciones (Egipto, Asiria, Babilonia, Grecia, Siria y Roma), tal vez se referían a su sentido interior de libertad.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

8:33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, — Dice Juan el bautista que la descendencia física no tenía importancia, «porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras» (Mat 3:9). «Los judíos consideraban que Abraham había obtenido tanto mérito por su bondad que ese mérito resultaba suficiente, no sólo para sí mismo, sino también para toda su descendencia» (WB). Hay peligro de cometer el mismo error ahora, porque somos tentados a confiar simplemente en ser hijos de padres cristianos o en «ser miembros de la iglesia correcta», etc.
— y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? — ¡Muy extraño este dicho! En primer lugar no entendían las palabras verdad y libertad. Pero ¿en qué sentido podían ellos pensar que no habían sido esclavos de nadie? En ese momento estaban bajo el yugo de Roma, como sus antepasados habían estado bajo el yugo de los egipcios, los cananeos, los sirios, los asirios, los babilonios, etc., y no solamente habían vivido bajo el yugo de estos gobiernos ajenos, sino que también por mucho tiempo estaban sujetos a los ídolos de esas naciones, y en ese momento estaban sujetos a las tradiciones y mandamientos de hombres (Mat 15:8-9). ¿Cómo, pues, podían decir, «jamás hemos sido esclavos de nadie»?

Fuente: Notas Reeves-Partain

LIBERTAD Y ESCLAVITUD

Juan 8:33-36

Los judíos Le contestaron a Jesús:

-Somos descendientes de Abraham, y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo es que Tú dices: «Seréis libres» ?

Jesús les contestó:

-Lo que os digo es la pura verdad: El que comete pecado es eslavo del pecado. Un esclavo no vive en la casa con carácter permanente, pero un hijo sí. Así que, si el Hijo os hace libres, entonces lo seréis de veras.

Lo que dijo Jesús de la libertad molestó a los judíos. Pretendían que no habían sino nunca esclavos de nadie. En un sentido, está claro que aquello no era verdad. Habían vivido como esclavos en Egipto, habían estado sometidos a varios imperios, habían estado exiliados en Babilonia, y entonces estaban bajo el dominio de Roma. Pero los judíos tenían en alta estima la libertad, que consideraban un derecho de nacimiento de todo judío. En la Ley se establecía que ningún judío, por muy pobre que fuera, podía degradarse hasta el punto de convertirse en un esclavo. «Y cuando tu hermano se empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir como esclavo: Porque son Mis siervos, los cuales saqué Yo de la tierra de Egipto; no serán vendidos a manera de esclavos» (Lv 25:39-42 ). Una y otra vez se levantaban rebeliones porque algún líder enardecido insistía en que los judíos no podían obedecer a ningún poder terrenal, porque Dios era su único Rey.

Josefo cuenta la historia de los seguidores de Judas el Galileo, que dirigió una famosa revuelta contra los Romanos: «Tienen una fe inalterable en la libertad, y dicen que su único Rey y Gobernante es Dios» (Josefo, Antigüedades de los judíos 18:1, 6). Cuando los judíos decían que no habían sido esclavos de nadie estaban confesando un artículo fundamental de su credo nacional. Y aunque era verdad que había habido épocas en las que habían estado sometidos a otras naciones, y también era verdad que entonces lo estaban a Roma, también era verdad que hasta en esos casos mantenían una independencia de espíritu que hacía que se sintieran libres aunque materialmente fueran esclavos. Cirilo de Jerusalén escribió de José: «José fue vendido para ser esclavo, pero él era libre, todo radiante de nobleza de alma.» Hasta el sugerirle a un judío que podía ser considerado como un esclavo era un insulto que no perdonaría.

Pero Jesús estaba hablando de otra esclavitud. «El que comete pecado -les dijo-, es esclavo del pecado.» Jesús estaba reiterando un principio que los sabios griegos habían expuesto una y otra vez. Los estoicos decían: «Sólo el sabio es libre; el ignorante es un esclavo.» Sócrates había demandado: «¿Cómo puedes decir que un hombre es libre cuando está dominado por sus pasiones?» Pablo daba gracias a Dios porque el cristiano era libre de la esclavitud del pecado (Rm 6:17-20 ).

Aquí hay algo muy interesante y muy sugestivo. A veces, cuando se le dice a uno que está haciendo algo malo, o se le advierte para que no lo haga, su respuesta es: «¿Es que no puedo hacer lo que me dé la gana con mi propia vida?» Pero la verdad es que el pecador no está haciendo su voluntad, sino la del pecado. Una persona puede dejar que un hábito la tenga en un puño de tal manera que no pueda soltarse. Puede dejar que el placer la domine tan totalmente que ya no se pueda pasar sin él. Puede dejar que alguna autolicencia se adueñe de tal manera de ella que le resulte imposible desligarse. Puede llegar a tal estado que, al final, como decía Séneca, odia y ama su pecado al mismo tiempo. Lejos de hacer lo que quiere, el pecador ha perdido la capacidad de hacer su voluntad. Es esclavo de sus hábitos, autolicencias, seudoplaceres que le tienen dominado. Esto es lo que Jesús quería decir. Ninguna persona que peca se puede decir que es libre.

Entonces Jesús hace una advertencia velada, pero que sus oyentes judíos comprenderían muy bien. La palabra esclavo le recuerda que, en cualquier casa, hay una enorme diferencia entre un esclavo y un hijo. El hijo es un residente permanente de la casa, mientras que al esclavo se le puede echar en cualquier momento. En efecto, Jesús les está diciendo a los judíos: «Vosotros creéis que sois hijos en la casa de Dios y que nada, por tanto, os puede arrojar de vuestra posición privilegiada. Tened cuidado; por vuestra conducta os estáis poniendo en el nivel del esclavo, y a éste se le puede arrojar de la presencia del amo en cualquier momento.» Aquí hay una amenaza. Es sumamente peligroso comerciar con la misericordia de Dios, y eso era lo que los judíos estaban haciendo. Aquí hay una seria advertencia para nosotros también.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

“Le replican a él” o literalmente “le contestaron”. “Simiente” se traduce como “descendientes”, “hijos” o “linaje”. Aunque está en singular se puede usar colectivamente en plural. Se entiende también “venimos del linaje de Abraham”, «Nosotros somos descendientes de Abraham» (TLA). En algunas culturas se entenderá mejor “Abraham es nuestro ancestro” o “nuestros antepasados se remontan hasta Abraham”.

Y jamás hemos sido esclavos de nadie, “Y nadie nos ha hecho esclavos”, «nunca hemos estado en la esclavitud de ningún hombre» (NEB). Se supone que los interlocutores de Jesús argumentan que nunca han estado políticamente bajo la opresión de otros pueblos, pero la historia del pueblo judío muestra lo ridículo de este argumento. La verdad es que ellos habían estado bajo la dominación política de Egipto, Babilonia, Persia, Grecia, Siria y, en el presente de redacción del evangelio, de Roma. Sin embargo, los judíos habían gozado de libertad religiosa y bajo el dominio romano el judaísmo era legal o religio licita. Por el versículo que sigue se comprende que Jesús habla que los judíos eran esclavos de sus pecados. Ellos de nuevo entienden mal las palabras de Jesús.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Mat 3:9; Luc 3:8.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “descendencia; simiente”.

REFERENCIAS CRUZADAS

g 470 Mat 3:9

h 471 Lev 25:42

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Simiente de Abraham…Mat 3:9; Luc 3:8.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R896 Δεδουλεύκαμεν es usado como un perfecto de continuidad interrumpida (comp. Jua 1:18; el perfecto probablemente comunique la idea de resultado existente -B88). [Editor. La inclusión de la negación οὐδενὶ … πώποτε favorece la traducción de Burton. Los judíos dijeron (ya fuera cierto o falso) que ellos nunca habían estado bajo esclavitud de ningún hombre, y como resultado, estaban libres en ese momento.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit. simiente.

8.33 g Mat 3:9; Luc 3:8.

Fuente: La Biblia Textual III Edición