Comentario de Juan 9:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pero cómo ve ahora, no sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Edad tiene; preguntadle a él, y él hablará por su cuenta.
9:21, 22 pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. — Su hijo hablaba con toda franqueza del milagro. Aunque los padres no eran testigos oculares del milagro, ¿cómo podían dudarlo o dudar la palabra de su hijo? Juan da a entender que ellos sí sabían, pero que rehusaron admitirlo por temor a ser expulsados de la sinagoga (12:42; 16:2; Luc 6:22). El hijo tuvo más valor que los padres; él no fue intimidado, pero ellos sí. Si hubieran dicho lo que sabían, que Jesús le sanó, habrían confesado a Jesús y habrían dado un duro golpe contra los judíos injustos, pero el negar a Cristo trae consecuencias horribles (Mat 10:32-33; Mar 8:38). Los hermanos que no confiesan a Cristo en medio de los mundanos, las esposas que no perseveran en la fe por temor a sus maridos, los jóvenes que no confiesan a Cristo por temor a los «amigos», etc., imitan a estos padres. Ser expulsado de la sinagoga no se puede comparar con el apartarse de miembros infieles de la iglesia, porque los que eran expulsados de la sinagoga eran cortados de todas las relaciones religiosas (con sus bendiciones y promesas), como también de las relaciones sociales y aun económicas de la nación. «Esta excomunión involucraba la prohibición no sólo de asistir a la sinagoga, sino de toda relación con israelitas» (WEV). La gente tenía que guardar cuatro codos de distancia del expulsado, como si fuera leproso o muerto. No se podía estudiar con él y ni siquiera se podía señalarle el camino (AE).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
9:21, 22 pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. — Su hijo hablaba con toda franqueza del milagro. Aunque los padres no eran testigos oculares del milagro, ¿cómo podían dudarlo o dudar la palabra de su hijo? Juan da a entender que ellos sí sabían, pero que rehusaron admitirlo por temor a ser expulsados de la sinagoga (12:42; 16:2; Luc 6:22). El hijo tuvo más valor que los padres; él no fue intimidado, pero ellos sí. Si hubieran dicho lo que sabían, que Jesús le sanó, habrían confesado a Jesús y habrían dado un duro golpe contra los judíos injustos, pero el negar a Cristo trae consecuencias horribles (Mat 10:32-33; Mar 8:38). Los hermanos que no confiesan a Cristo en medio de los mundanos, las esposas que no perseveran en la fe por temor a sus maridos, los jóvenes que no confiesan a Cristo por temor a los «amigos», etc., imitan a estos padres.
Ser expulsado de la sinagoga no se puede comparar con el apartarse de miembros infieles de la iglesia, porque los que eran expulsados de la sinagoga eran cortados de todas las relaciones religiosas (con sus bendiciones y promesas), como también de las relaciones sociales y aun económicas de la nación. «Esta excomunión involucraba la prohibición no sólo de asistir a la sinagoga, sino de toda relación con israelitas» (WEV). La gente tenía que guardar cuatro codos de distancia del expulsado, como si fuera leproso o muerto. No se podía estudiar con él y ni siquiera se podía señalarle el camino (AE).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Algunas versiones conservan la expresión semita literal “abrir los ojos” con referencia a la sanidad de la ceguera. La declaración de los padres se traduce brevemente así: “Pero no tenemos ni idea cómo ahora puede ver, mucho menos sabemos quién le curó la ceguera”, pero cómo ve ahora, no lo sabemos, o quien le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos, «Pero no sabemos cómo es que ya puede ver, ni quién lo sanó» (TLA). La expresión edad tiene encuentra varias equivalencias, tales como «él es de edad» (JB, NEB), «es lo suficientemente viejo» (CEV, TEV), ya es mayor de edad, «tiene edad suficiente» (BI). Muy probablemente alude a la edad de responsabilidad legal. En muchos idiomas es suficiente decir “es todo un hombre”, “ya está crecido” o “ya no es un niño”. En él hablará por sí mismo el verbo está en futuro. Los padres se liberan de la responsabilidad de la respuesta: “responderá por sí mismo”, «él mismo puede darles razón» (DHH), «tiene edad para responder por su cuenta» (LPD).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
no lo sabemos. Mientras que el hombre sanado parece estar listo a defender la integridad de Jesús, sus padres no desean involucrarse por miedo a los judíos (vers. 22).
Fuente: La Biblia de las Américas
M121 Αὐτὸς περὶ ἑαυτοῦ λαλήσει significa: él mismo hablará por su cuenta.