Biblia

Comentario de Juan 10:25 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 10:25 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jesús les contestó: —Os lo he dicho, y no creéis. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí.

10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho (que El es el Mesías) , y no creéis (10:27; Luc 22:67; no creyeron por causa de su malicia y porque se habían tapado los oídos y los ojos) ; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; — 5:36; 10:37, 38, «aunque no me creáis a mí, creed a las obras». «Cualquiera puede discutir acerca de las palabras; pero no cabe ninguna discusión acerca de las obras. Cualquiera puede dudar y discutir con todo derecho sobre las afirmaciones que alguien hace acerca de sí mismo; pero no puede discutir cuando se enfrenta con las obras de esa misma persona» (WB).

Las obras de Jesús decían la misma cosa que sus enseñanzas. No había diferencia alguna entre su mensaje y sus obras, pero los judíos no estaban dispuestos a juzgar las palabras de Jesús a la luz de sus obras las cuales probaron que Dios estaba con El.

Desde luego, diariamente Jesús se identificaba a sí mismo con el Padre (p. ej., 5:19; 8:58), y su enseñanza y sus obras demostraban que El era el Mesías. Cuando le preguntaron, «¿Tú, quién eres?», El contestó, «Lo que desde el principio os he dicho» (8:25).

Las obras que Jesús hacía eran las señales («Un obra hice, y todos os maravilláis… sané completamente a un hombre», 7:21, 23), y eran las obras del Padre (5:36; 9:4; 10:32, 37, 38). Después de sanar al paralítico de Betesda dijo, «No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre» (5:19). «Como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida» (5:21).

Por lo tanto, el Padre dio su testimonio acerca del Hijo por medio de las obras milagrosas (señales) hechas por el Hijo. De esta manera el Padre confirmó que lo había enviado. «Sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él» (3:2).

Los principales sacerdotes dieron su testimonio acerca de las señales de Jesús: «¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales» (11:47). Recuérdese lo que este texto dice: ¡Este hombre hace muchas señales! Entonces ¿por qué no aceptaron que El era el Mesías? Porque ellos esperaban otra clase de mesías.

Había mucha disensión entre los judíos a causa de las señales de Cristo. «Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos» (9:16). «Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?» (10:19-21).

Las obras (señales) no solamente confirman la revelación de Dios, sino que ellas mismas son una revelación de Dios. Las señales hechas por Cristo decían y dicen que El es el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios.

Los judíos no negaron la realidad de las señales. Más bien, negaron el mensaje (la revelación) de las señales; es decir, reconocieron que Jesús hacía milagros, pero rehusaron aceptar que Jesús era el Mesías, porque El no era el mesías que ellos esperaban. Por lo tanto, rehusaron ser justos y sinceros en cuanto al significado de los milagros de Jesús.

Juan registra siete señales hechas por Cristo:

1) Convirtió el agua en vino (2:1-11) y al hacerlo se manifestó como el Señor de la creación. Siendo Creador El había creado la vid por la cual el agua debe pasar para formar la uva. El mismo Creador podía convertir el agua en vino sin que pasara por la vid.

2) Al sanar al hijo del oficial del rey (4:46-54), se manifestó como el Señor sobre la distancia y el espacio, porque lo sanó desde lejos. Compárese Luc 7:6-10. No había barreras que estorbaran el poder de Cristo.

3) Al sanar al paralítico de Betesda (5:1-9) se manifestó como el Señor sobre el tiempo. Si «hacía treinta y ocho años» o treinta y ocho minutos «que estaba enfermo», para Jesús era lo mismo. Había gran diferencia entre la tradición de la gente con respecto a la agitación del agua, y la realidad del poder de Jesús.

4) Al multiplicar los panes y peces (6:1-14) se manifestó otra vez como el Señor de la creación. El creó granos de trigo que crecen para alimentar una multitud, pero el mismo Creador puede eliminar el proceso hecho posible por el sol, la lluvia y la fertilidad del terreno, y en un momento producir la misma cantidad. De cualquier modo El provee para las necesidades físicas del hombre.

5) Al andar sobre el agua (6:16-21) se manifestó como el Señor sobre las fuerzas naturales (el viento y las olas), como también el Señor sobre la fuerza de la gravitación. Al mismo tiempo manifestó su preocupación por sus discípulos que estaban solos en medio de la tormenta. Quiere que sepamos que El está presente cuando necesitemos algo y que en sus manos está el control de todas las fuerzas del mundo natural.

6) Cuando abrió los ojos del hombre que nació ciego (9:1-12), se manifestó como la luz del mundo (8:12; 9:5), el Señor sobre las tinieblas, como también sobre las adversidades del hombre. El es capaz de cambiar las tinieblas en luz y hacernos olvidar los años de tinieblas en las que hemos andado.

7) Por último, como el clímax de las señales, al levantar a Lázaro de entre los muertos (11:39-44) se manifestó como (la causa de) la resurrección y la vida (11:35).

Estas señales (obras del Padre) clara y ampliamente revelan la deidad de Jesús de Nazaret.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Os lo he dicho, y no creéis. Jua 5:17-43; Jua 8:12, Jua 8:24, Jua 8:58.

las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí. Jua 10:32, Jua 10:38; Jua 3:2; Jua 5:36; Jua 7:31; Jua 11:47; Jua 12:37; Jua 14:11; Jua 20:30; Hch 2:22; Hch 10:38; Heb 2:3.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Jesús les respondió: Jesús trajo a la memoria de los líderes judíos sus palabras y obras. Él era el Mesías y así lo dijo. Le dijo a la mujer en el pozo que era el Mesías (Jua 4:25, Jua 4:26), así como al hombre que nació ciego (Jua 9:35-37). Sus obras incluían todos los milagros que realizó como señales que apuntaban a su calidad de Mesías (Jua 20:31). Sin embargo, generalmente Jesús no decía de manera pública que era el Mesías. Tenía una reserva de dignidad al no sucumbir a sus exigencias. Evidentemente, su método era decir públicamente todo sobre sí mismo que condujera a la conclusión de que era el Mesías, pero declaraba directamente que lo era sólo a quienes lo aceptaban o que estaban listos para hacerlo. Cristo no creó robots como seguidores, sino personas que pudieran pensar. Siguió un patrón de autorevelación gradual para llevarlos al día de descubrimiento.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho (que El es el Mesías) , y no creéis (10:27; Luc 22:67; no creyeron por causa de su malicia y porque se habían tapado los oídos y los ojos) ; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; — 5:36; 10:37, 38, «aunque no me creáis a mí, creed a las obras». «Cualquiera puede discutir acerca de las palabras; pero no cabe ninguna discusión acerca de las obras. Cualquiera puede dudar y discutir con todo derecho sobre las afirmaciones que alguien hace acerca de sí mismo; pero no puede discutir cuando se enfrenta con las obras de esa misma persona» (WB).
Las obras de Jesús decían la misma cosa que sus enseñanzas. No había diferencia alguna entre su mensaje y sus obras, pero los judíos no estaban dispuestos a juzgar las palabras de Jesús a la luz de sus obras las cuales probaron que Dios estaba con El.
Desde luego, diariamente Jesús se identificaba a sí mismo con el Padre (p. ej., 5:19; 8:58), y su enseñanza y sus obras demostraban que El era el Mesías. Cuando le preguntaron, «¿Tú, quién eres?», El contestó, «Lo que desde el principio os he dicho» (8:25).
Las obras que Jesús hacía eran las señales («Un obra hice, y todos os maravilláis… sané completamente a un hombre», 7:21, 23), y eran las obras del Padre (5:36; 9:4; 10:32, 37, 38). Después de sanar al paralítico de Betesda dijo, «No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre» (5:19). «Como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida» (5:21).
Por lo tanto, el Padre dio su testimonio acerca del Hijo por medio de las obras milagrosas (señales) hechas por el Hijo. De esta manera el Padre confirmó que lo había enviado. «Sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él» (3:2).
Los principales sacerdotes dieron su testimonio acerca de las señales de Jesús: «¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales» (11:47). Recuérdese lo que este texto dice: ¡Este hombre hace muchas señales! Entonces ¿por qué no aceptaron que El era el Mesías? Porque ellos esperaban otra clase de mesías.
Había mucha disensión entre los judíos a causa de las señales de Cristo. «Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos» (9:16). «Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?» (10:19-21).
Las obras (señales) no solamente confirman la revelación de Dios, sino que ellas mismas son una revelación de Dios. Las señales hechas por Cristo decían y dicen que El es el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios.
Los judíos no negaron la realidad de las señales. Más bien, negaron el mensaje (la revelación) de las señales; es decir, reconocieron que Jesús hacía milagros, pero rehusaron aceptar que Jesús era el Mesías, porque El no era el mesías que ellos esperaban. Por lo tanto, rehusaron ser justos y sinceros en cuanto al significado de los milagros de Jesús.
Juan registra siete señales hechas por Cristo:
1) Convirtió el agua en vino (2:1-11) y al hacerlo se manifestó como el Señor de la creación. Siendo Creador El había creado la vid por la cual el agua debe pasar para formar la uva. El mismo Creador podía convertir el agua en vino sin que pasara por la vid.
2) Al sanar al hijo del oficial del rey (4:46-54), se manifestó como el Señor sobre la distancia y el espacio, porque lo sanó desde lejos. Compárese Luc 7:6-10. No había barreras que estorbaran el poder de Cristo.
3) Al sanar al paralítico de Betesda (5:1-9) se manifestó como el Señor sobre el tiempo. Si «hacía treinta y ocho años» o treinta y ocho minutos «que estaba enfermo», para Jesús era lo mismo. Había gran diferencia entre la tradición de la gente con respecto a la agitación del agua, y la realidad del poder de Jesús.
4) Al multiplicar los panes y peces (6:1-14) se manifestó otra vez como el Señor de la creación. El creó granos de trigo que crecen para alimentar una multitud, pero el mismo Creador puede eliminar el proceso hecho posible por el sol, la lluvia y la fertilidad del terreno, y en un momento producir la misma cantidad. De cualquier modo El provee para las necesidades físicas del hombre.
5) Al andar sobre el agua (6:16-21) se manifestó como el Señor sobre las fuerzas naturales (el viento y las olas), como también el Señor sobre la fuerza de la gravitación. Al mismo tiempo manifestó su preocupación por sus discípulos que estaban solos en medio de la tormenta. Quiere que sepamos que El está presente cuando necesitemos algo y que en sus manos está el control de todas las fuerzas del mundo natural.
6) Cuando abrió los ojos del hombre que nació ciego (9:1-12), se manifestó como la luz del mundo (8:12; 9:5), el Señor sobre las tinieblas, como también sobre las adversidades del hombre. El es capaz de cambiar las tinieblas en luz y hacernos olvidar los años de tinieblas en las que hemos andado.
7) Por último, como el clímax de las señales, al levantar a Lázaro de entre los muertos (11:39-44) se manifestó como (la causa de) la resurrección y la vida (11:35).
Estas señales (obras del Padre) clara y ampliamente revelan la deidad de Jesús de Nazaret.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Algunas traducciones siguen el estilo del español, cuando hay un diálogo se anuncia la intervención de cada participante con un guión con el discurso directo. «Jesús les respondió: —Ya les dije quién soy, pero ustedes no me lo han creído» (TLA).

Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí, “Todo lo que yo hago con la autoridad de mi Padre habla quién soy yo”. Será mejor buscar otra equivalencia para “obras”, para evitar que se crea que son obras físicas como obras de construcción. En este caso un sinónimo muy juanino sería “las señales milagrosas”. La frase en el nombre es traducida en varias versiones modernas por “autoridad”, y se puede entender también como “con el permiso de mi Padre” o “como mi Padre mi dijo que hiciera”. Dan testimonio de mí tiene varias equivalencias en este contexto: «hablan en mi favor» (TEV), «muestran quién soy yo» (CEV); «son las que me acreditan» (NVI).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

REFERENCIAS CRUZADAS

o 600 Jua 3:2; Jua 5:36; Jua 10:38; Jua 14:10; Hch 2:22

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Os lo he dicho…que yo hago. Las palabras y los hechos de Jesús constituían una doble prueba de su identidad como el Mesías. Los que le escuchaban habían sido testigos de un hecho reciente (cp. 9), y su deidad está claramente mostrada en 8:58, 59.

Fuente: La Biblia de las Américas

25 (1) Véase la nota 43 (1) del cap.5.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro