Comentario de Juan 11:39 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Jesús dijo: —Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: —Señor, hiede ya, porque tiene cuatro días.
11:39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. — Jesús podía haber removido la piedra milagrosamente pero «los milagros empiezan donde el poder humano termina» (JWM). — Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, — Las palabras de Marta indican que ella no esperaba la resurrección de su hermano en ese momento (11:24). Más bien creía que Jesús quería por última vez ver el rostro de su amigo, pero ella pensaba que si El lo hiciera, sería un equívoco debido a la condición repulsiva del cuerpo. Los judíos no empleaban los métodos de los egipcios de embalsamar para impedir la corrupción. «Los egipcios desentrañaban el cuerpo y extraían el cerébro y luego empapaban el cuerpo en una solución química por setenta días y esto evitaba la corrupción» (RCHL). Los judíos, sin embargo, no usaban tal proceso y tenían que sepultar el cuerpo el mismo día que morían.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Quitad la piedra. Mar 16:3.
hiede ya. Jua 11:17; Gén 3:19; Gén 23:4; Sal 49:7, Sal 49:9, Sal 49:14; Hch 2:27; Hch 13:36; Flp 3:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
hiede. Los judíos no tenían por costumbre embalsamar el cadáver, sino que utilizaban especias aromáticas para contrarrestar un poco el hedor de un cuerpo en descomposición. Para esto, lo envolvían en varios lienzos de tela y añadían especias en cada vuelta y pliegue. Este envoltorio no era apretado como el de las momias egipcias, y la cabeza se envolvía por separado. Esto lo indica el hecho de que Lázaro pudo salir del sepulcro antes de ser desatado por completo del sudario (v. Jua 11:44; cp. Jua 20:7).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
11:39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. — Jesús podía haber removido la piedra milagrosamente pero «los milagros empiezan donde el poder humano termina» (JWM).
— Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, — Las palabras de Marta indican que ella no esperaba la resurrección de su hermano en ese momento (11:24). Más bien creía que Jesús quería por última vez ver el rostro de su amigo, pero ella pensaba que si El lo hiciera, sería un equívoco debido a la condición repulsiva del cuerpo. Los judíos no empleaban los métodos de los egipcios de embalsamar para impedir la corrupción. «Los egipcios desentrañaban el cuerpo y extraían el cerébro y luego empapaban el cuerpo en una solución química por setenta días y esto evitaba la corrupción» (RCHL). Los judíos, sin embargo, no usaban tal proceso y tenían que sepultar el cuerpo el mismo día que morían.
Para Cristo el pecado del hombre es una abominación (objeto de disgusto, detestable por causa de su olor repulsivo) peor que el cuerpo en estado de putrefacción; es decir, la corrupción del alma es peor que la corrupción del cuerpo.
— porque es de cuatro días. — Estas palabras enfatizan que verdaderamente Lázaro estaba muerto, porque «es de cuatro días». Inmediatamente después de morir el hijo de la viuda de Naín y la hija de Jairo, Jesús los resucitó, pero Marta dijo, «hace cuatro días que murió» y sabía que el cuerpo ya había comenzado a descomponerse. «El evangelista refiere esta objeción de Marta a fin de poner de relieve la grandeza del milagro» (WH), porque los incrédulos que buscan cualquier pretexto para no creer, pudieran haber dicho que los otros dos solamente estaban en un estado de coma, pero nadie se hubiera atrevido a decir tal cosa de Lázaro.
Al formular los planes para matar a Jesús los judíos no dijeron que Lázaro no había muerto; tampoco negaron que ocurrió un milagro. (Compárense 11:47-53; 12:9-10, 17-19).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Jesús dijo puede ser traducido como “Jesús ordenó” ya que el verbo griego “decir” cubre un amplio campo semántico, y por el contexto mismo será mejor traducir que lo expresado por Jesús es una petición u orden: “Jesús pidió que removieran la piedra” o en discurso directo se traduciría: “Jesús ordenó: ‘¡Quiten esa piedra!’”. Se podría informar a quién le ordena Jesús: “Jesús ordenó a algunas personas: ‘¡Quiten esa piedra!’”.
“Le dice Marta, la hermana del que había muerto”. Anteriormente Marta ha sido identificada como la hermana de Lázaro. Aunque resulte redundante, el traductor no debiera omitir esta oración. En algunos idiomas la frase “del que había muerto” tiene su equivalencia en “del difunto” o “de aquel cuyo cuerpo estaba en la tumba”.
La observación de Marta puede ser chocante: Señor, hiede ya, porque lleva cuatro días o “Ya hiede, pues está allí desde hace cuatro días”. Algunas versiones tratan esta oración de manera impersonal, tal vez tratando de quitarle algo de fuerza: «Habrá olores» (RSV), «seguramente habrá una hediondez» (NAB), «seguramente ya huele mal» (TLA).
En algunos contextos sería mejor hablar del cuerpo y no de “él”, por ejemplo: “su cuerpo lleva sepultado cuatro días” o “pues sepultamos su cuerpo hace cuatro días”. Para más énfasis se podría cambiar el orden del versículo presentando primero los días que Lázaro lleva en el sepulcro: «Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal» (TLA).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
REFERENCIAS CRUZADAS
g 660 Mar 16:3; Jua 20:1
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
cuatro días que murió. Marta no ve la posibilidad de revocar no sólo la muerte de Lázaro, sino también el proceso de descomposición física. Vacilando, ella objeta a pesar de su previa expresión de fe (vers. 22, 27).
Fuente: La Biblia de las Américas
R856 Note los aoristos de ingreso impresivos ἄρατε … λύσατε … ἄφετε en los vv. 39 y 44. El aoristo es más autoritativo y solemne que el presente. Aquí el aoristo concuerda con la conciencia de Jesús (v. 41, ἤκουσας).