Biblia

Comentario de Juan 16:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 16:16 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“Un poquito, y no me veréis; de nuevo un poquito, y me veréis.”

16:16 Todavía un poco, y no me veréis; — Ahora introduce el pensamiento que los apóstoles tendrán mucha tristeza, pero que su tristeza sería breve y que pronto sería convertida en gozo. Vuelve a lo que dijo en 14:19, «Todavía un poco, y el mundo no me verá más» y 16:5, «Pero ahora voy al que me envió»; cuando lo quitaron de la cruz y cuando estuvo en el sepulcro no podían verlo.

— y de nuevo un poco, y me veréis; — pero «un poco» después lo podrían ver no solamente durante los cuarenta días entre la resurrección y la ascensión, sino también lo verían cuando volviera en la persona del Espíritu Santo (14:17-28). El resto del texto nos convence que Jesús no se refiere solamente a los pocos días que estaría en la tierra después de su resurrección; p. ej., 16:23 «En aquel día… todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará»; 16:26, «En aquel día pediréis en mi nombre». Obviamente Cristo se refiere al gozo continuo que ellos tendrían al venir el Espíritu Santo para guiarles y ser su Consolador (Ayudador). Podían decir por medio del Espíritu, «vemos a… Jesús, coronado de gloria y de honra» (Heb 2:9).

— porque yo voy al Padre. — El tuvo que ir al Padre para que los apóstoles pudieran verlo otra vez, al recibir al Espíritu Santo (16:7).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Un poco más, y no me veréis. Jua 16:5, Jua 16:10, Jua 16:17-19; Jua 7:33; Jua 12:35; Jua 13:33; Jua 14:19.

y otra vez un poco, y me veréis. Jua 20:19-29; Jua 21:1-23; Hch 1:3; Hch 10:40, Hch 10:41; 1Co 15:5-9.

porque yo voy al Padre. Jua 16:28; Jua 13:3; Jua 17:5, Jua 17:13; Mar 16:19; Heb 12:2.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

me veréis ha sido interpretado como:

(1) Los discípulos verían literalmente a Jesús después de la resurrección;

(2) los discípulos verían espiritualmente a Jesús después de la ascensión debido a la obra del Espíritu Santo. Al parecer el versículo Jua 16:2 apoya la visión literal después de la resurrección.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Jesús se refería a su ascensión («no me veréis») y a la venida del Espíritu Santo («me veréis»). De este modo, declaró con vehemencia que el Espíritu y Él son uno (Rom 8:9; Flp 1:19; 1Pe 1:11; Apo 19:10). Cristo mora en los creyentes a través del Espíritu Santo, y es en ese sentido que ellos lo verían. Vea las notas sobre Jua 14:16-18.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

16:16 Todavía un poco, y no me veréis; — Ahora introduce el pensamiento que los apóstoles tendrán mucha tristeza, pero que su tristeza sería breve y que pronto sería convertida en gozo. Vuelve a lo que dijo en 14:19, «Todavía un poco, y el mundo no me verá más» y 16:5, «Pero ahora voy al que me envió»; cuando lo quitaron de la cruz y cuando estuvo en el sepulcro no podían verlo.
— y de nuevo un poco, y me veréis; — pero «un poco» después lo podrían ver no solamente durante los cuarenta días entre la resurrección y la ascensión, sino también lo verían cuando volviera en la persona del Espíritu Santo (14:17-28). El resto del texto nos convence que Jesús no se refiere solamente a los pocos días que estaría en la tierra después de su resurrección; p. ej., 16:23 «En aquel día… todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará»; 16:26, «En aquel día pediréis en mi nombre». Obviamente Cristo se refiere al gozo continuo que ellos tendrían al venir el Espíritu Santo para guiarles y ser su Consolador (Ayudador). Podían decir por medio del Espíritu, «vemos a… Jesús, coronado de gloria y de honra» (Heb 2:9).
— porque yo voy al Padre. — El tuvo que ir al Padre para que los apóstoles pudieran verlo otra vez, al recibir al Espíritu Santo (16:7).

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA TRISTEZA QUE SE VUELVE ALEGRÍA

Juan 16:16-24

-Dentro de poco dejaréis de verme; pero un poco después Me volveréis a ver otra vez.
Algunos de Sus discípulos se preguntaban unos a otros:
-¿Qué querrá decir con eso de «dentro de poco dejaréis de verme, pero un poco después Me volveréis a ver?» ¿Y qué es lo que quiere decir con «Voy a Mi Padre?»? ¿Qué quiere decir cuando habla de » dentro de poco»? ¡No Le entendemos!
Jesús Se daba cuenta de que querían preguntarle varias cosas, así que les dijo:
-Estáis discutiendo entre vosotros lo que Yo quería decir con aquello de » Dentro de poco dejaréis de verme; pero un poco después Me volveréis a ver.» Lo que os digo es la pura verdad: Vosotros lloraréis y os lamentaréis, pero el mundo se alegrará. Vosotros lo sentiréis mucho, pero vuestra tristeza se cambiará en alegría. Cuando una mujer está para dar a luz se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha nacido el bebé ya no se acuerda del dolor, de la alegría de que haya nacido una criatura en el mundo. Así vosotros, de momento estáis tristes; pero os volveré a ver, y se os alegrará el corazón, y ya nadie os quitará la alegría. Ese día no tendréis nada que preguntarme. Lo que os digo es la pura verdad: El Padre os dará todo lo que Le pidáis en Mi nombre. Hasta ahora no habéis pedido nada en Mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestra alegría llegue a su plenitud.

Aquí Jesús está mirando más allá del presente a la nueva era que va a amanecer. Los judíos creían que la Historia se dividía en dos partes: la edad presente y la por venir. La edad presente era rematadamente mala y estaba bajo condenación; y la por venir era la edad de oro de Dios. Entre las dos edades, antes de la venida del Mesías, que era el que introduciría la nueva edad, estaba el Día del Señor, que iba a ser un día terrible en el que el mundo sufriría grandes sacudidas antes que amaneciera la edad de oro. Los judíos solían llamar a ese tiempo de prueba «el alumbramiento de los días del Mesías.»
El Antiguo Testamento y la literatura intertestamentaria están llenos de descripciones del terrible tiempo intermedio. «He aquí viene el Día del Señor, terrible y de indignación y ardor de ira, para convertir la Tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores» (Isa 13:9 ). «Tiemblen todos los moradores de la Tierra, porque viene el Día del Señor que está cercano; día de tinieblas y de oscuridad» (Jl 2:1-2 ). «El honor se convertirá en vergüenza, y la fortaleza será humillada despectivamente, y la probidad será destruida, y la belleza se transformará en fealdad» (2 Baruc 27). «El Día del Señor vendrá como ladrón, y en él los cielos pasarán con un ruido terrible y los elementos se disolverán con fuego, y la Tierra y las obras que están sobre ella se quemarán» (2Pe 3:10 ). Tal era la descripción de los dolores de parto de la nueva era, que habían de coincidir con la venida del Mesías.

Jesús conocía esa literatura, y tenía en mente sus imágenes. Y ahora estaba diciendo a Sus discípulos: «Ahora os dejo solos, pero volveré otra vez. Llegará el día en que empiece Mi Reinado y venga Mi Reino, pero antes tendréis que pasar cosas terribles, con dolores como los de una mujer cuando está de parto. Pero, si los sufrís con fidelidad, las bendiciones serán maravillosas.» Y de ahí pasó a describir la vida del cristiano que soporte la prueba.
(i) La tristeza se convertirá en alegría. Habrá un tiempo que parecerá que ser cristiano no trae más que sufrimiento, y ser del mundo nada más que bienestar; pero llegará el día en que se volverán las tornas. La alegría descuidada del mundo se cambiará en tristeza, y la aparente tristeza del cristiano se tornará alegría. El cristiano debe recordar siempre, cuando tenga que pagar cara su fe, que ese no es el fin de todo, y que la tristeza se tornará alegría.
(ii) La alegría cristiana tendrá dos preciosas características. (a) Nunca nos será arrebatada. Estará libre de los azares y avatares de la vida. Es un hecho innegable que, en cada generación, los que más han sufrido testifican de haber tenido dulces experiencias con Cristo. La alegría que produce el mundo está a merced del mundo; la que da Cristo es independiente de todo lo que el mundo pueda hacer. (b) Será completa. En la alegría del mundo siempre hay algo que falta. Puede que sea porque, de alguna manera, contiene algo de remordimiento; que hay en su cielo una nube no más grande que la palma de la mano pero que la estropea; que el saber que no puede durar no se nos aparta de la mente. En la alegría cristiana, en el gozo de la presencia de Cristo, no hay ningún vestigio de imperfección. Es perfecto y completo.

(iii) En el gozo cristiano, el dolor que se sufrió antes desaparece sin dejar secuelas de amargura, sino una abundante bendición. La madre olvida el dolor del parto ante la maravilla de su bebé. El mártir se olvida de la agonía en la gloria del Cielo. Si la fidelidad a Cristo costó cara, el precio se considerará que no fue nada ante el gozo de estar ya para siempre con Cristo. «Porque doy por seguro que lo que se padece en este tiempo presente no se puede ni comparar con la gloria venidera que se ha de manifestar en nosotros» (Rm 8:18 ). El recuerdo del dolor, de la lucha y hasta de los fracasos parciales redundará en mayor gozo nuestro y gloria del Salvador, como dice el himno de James McGranahan, vertido al español por el gran himnólogo Thomas Martin Westrup.

1. En la célica morada – de las cumbres del Edén,
donde cada voz ensalza – al Autor de todo bien,
¿el pesar recordaremos – y la triste nublazón,
tantas luchas del espíritu – con el débil corazón?

2. Oración, deberes, penas, – vías que anduvimos ya,
poseyendo las riquezas – que Jesús nos guarda allá,
¿la memoria retendremos – a cubierto del dolor,
del camino largo, aspérrimo, – con sus luchas, su temor?

3. La bondad con que nos mira sin cansarse,
cuando ve poco fruto en nuestra vida y tan débil nuestra fe,
¿nos acordaremos de ella – en aquel dichoso hogar
de eternal aurora espléndida – e inefable bienestar?

Y el coro responde a todas estas preguntas:

Coro. ¡Sí: allí será gratísimo – en el proceder pensar
del Pastor fiel y benéfico – Que nos ayudó a llegar!

(iv) Habrá plenitud de conocimiento. «Ese día -dijo Jesús- ya no tendréis necesidad de hacerme más preguntas.» En esta vida hay muchas preguntas que no tienen respuesta y muchos problemas que no tienen solución. En último análisis, tenemos que caminar por fe, no por vista, aceptando lo que no comprendemos. No son más que fragmentos de la verdad lo que podemos percibir, y atisbos de Dios los que podemos ver; pero en la edad por venir, con Cristo, habrá plenitud de conocimiento. «Ahora vemos por espejo, en oscuridad; mas entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, más entonces conoceré como Dios me conoce a mí» (1Co 13:12 ).

(v) Tendremos una nueva relación con Dios. Cuando conozcamos a Dios de veras y a fondo, podremos acudir a Él y pedirle todo lo que necesitemos. Sabemos que la puerta está abierta; sabemos que Él es nuestro Padre, y que Su corazón es amor. Somos como niños que nunca ponen en duda que a su padre le encanta verlos, y que pueden hablar con él como y cuando quieran. En esa relación, Jesús dice que podemos pedir lo que sea; pero vamos a considerarlo en términos humanos -que son los únicos de que disponemos. Un niño que ama a su padre y confía en él, sabe muy bien que hay veces que su padre le dirá que no; porque, en su amor y sabiduría, sabe más. Nosotros podemos llegar a tal intimidad con Dios que tengamos libertad para consultárselo todo; pero siempre debemos terminar con «¡Hágase Tu voluntad!»
(vi) Es Jesús el Que hace posible esa nueva relación con Dios. Existe en Su nombre. Todo es gracias a Él: que nuestro gozo es indestructible y perfecto, que nuestro conocimiento es completo, que el camino al corazón de Dios está abierto. Todo lo que tenemos nos ha venido por medio de Jesucristo. Sólo en Su nombre podemos pedir, y recibimos, nos podemos acercar, y somos bienvenidos.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

3. La partida de Jesús dentro de poco (Jua 16:16-33)

Análisis de discurso

Aunque Jua 16:4-15 y Jua 16:16-33 son secciones unidas por “porque regreso al Padre” (vv. Jua 16:17 y Jua 16:10), existe entre ambas una diferencia estilística. La primera sección aparece como un monólogo, mientras que ahora en Jua 16:16-33 tiene la forma de un diálogo entre Jesús y sus discípulos. A pesar de que hay muchas opiniones dispares en cuanto a las subdivisiones de esta sección, el texto permite la siguiente subdivisión: Jua 16:16-24 y Jua 16:25-33. Esta última subdivisión aparece como una unidad en sí. El versículo inicia la subdivisión con “les he dicho a ustedes estas cosas”, sugiriendo que entre estos versículos existe una inclusión. Además, lo expresado entre Jua 16:23-24 es similar a Jua 16:26-27, por lo que no es definitiva esta división de los versículos. El problema en parte se debe a la misma naturaleza del material discursivo en Juan. Este evangelio introduce un tema, lo deja, toma otro y luego regresa al tema anterior en forma circular. A veces entrecruza dos temas.

Todavía un poco y no me veréis, “Dentro de poco no me verán más” del v. Jua 16:16 es una referencia clara a la muerte cercana de Jesús. Sin embargo, no es tan evidente a qué se refiere “un poco más tarde ustedes me verán”. Aun es significativo que los discípulos mismos no entienden a qué se refiere Jesús aquí con esta oración. Algunos estudiosos sostienen que “dentro de poco” se refiere al tiempo entre la muerte de Jesús y el fin de los tiempos, y de esta manera entienden que la referencia a que los discípulos lo verán de nuevo significa el regreso final de Jesús en su segunda venida. Otros estudiosos creen que Jesús se refería a su resurrección, equivalente a “los tres días” de los evangelios sinópticos, y a su regreso final como uno y el mismo evento. El problema de lo que se intenta aquí se hace más difícil por el hecho de que los lectores nunca están completamente seguros de si las palabras de Jesús se deben entender desde el punto de vista de su tiempo, o desde el punto de vista cuando el evangelio fue finalmente redactado. Si estas palabras se entienden desde la perspectiva del tiempo del autor del evangelio, entonces “ver a Jesús” puede referirse a la presencia de Jesús permaneciendo con sus discípulos a través del Espíritu Santo.

En los vv. Jua 16:17-18 los discípulos se preguntan entre sí qué es lo que Jesús quiere decir con estas palabras. En el v. Jua 16:19 Jesús sabe de nuevo qué es lo que ocurre en la mente de las personas y les hace saber a los discípulos que él está al tanto de lo que ellos están discutiendo entre sí. Él no responde directamente a la pregunta pero les da una ilustración parabólica explicando tristeza y gozo, como la mujer que está próxima a dar a luz un bebé. De esta manera también sus discípulos experimentarán tristeza mientras Jesús esté lejos de ellos, pero cuando él regrese estarán llenos de alegría, de tal tipo que nadie se la podrá quitar (vv. Jua 16:20-22). Él sigue estas palabras con la promesa que, cuando el día llegue, ellos pueden pedir al Padre cualquier cosa y él se las dará (v. Jua 16:23). “Cualquier cosa” en este versículo se debe tomar como referencia a todo lo que guarde sus vidas como discípulos. El v. Jua 16:24 concluye con la declaración de Jesús de que sus discípulos no han pedido nada en su nombre. Pero la inferencia es que después de la muerte de Jesús, ellos recibirán al Espíritu Santo. Ellos recibirán lo que pidan y así su gozo será completo.

La subdivisión “tristeza y alegría” se debe ampliar en algunos idiomas, como: “Ahora están tristes pero después estarán felices” o “Pronto estarán tristes, pero después estarán contentos”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

a. Tristeza ahora y alegría después (vv. Jua 16:16-24)

TÍTULO: El pasaje habla de tristeza y gozo, sentimientos que determinan el título del pasaje: La tristeza se convertirá en gozo (RV60, RV95), La tristeza se cambiará en alegría (DHH), Serán muy felices (TLA), La pena acaba en alegría (NBE), La tristeza y la alegría (LPD). También hay otras variantes interesantes: La vuelta de Jesús al Padre (BA), Anuncio de un pronto retorno (BJ). Creemos que es más preciso mencionar los sentimientos y las causas en el título, con algo como Tristeza por la partida de Jesús y anuncio del gozo por su retorno.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

“Dentro de poco tiempo” es la misma frase de Jua 13:33 y Jua 14:19 (cf. Jua 7:33 y Jua 12:35). Aquí se usan dos verbos diferentes para “ver”, a los que diversos comentaristas han intentado encontrar diferencias de sentido y énfasis espiritual, pero hoy en día se acepta que ambos tienen el mismo significado. Sin embargo, se pueden tomar juntos expresando la fuerza de ver una visión: “Dentro de poco tiempo ustedes no me verán, y después de otro rato me verán aparecer”, Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis, «Dentro de poco tiempo ustedes ya no me verán. Pero un poco después volverán a verme» (TLA). La NAB traduce: «pero pronto después de eso, me verán de nuevo». Para evitar confusión la CEV agrega al comienzo del versículo: «Jesús dijo a sus discípulos». Hay que reconocer que las palabras en sí tienen un sentido enigmático difícil de comprender no sólo para los discípulos, sino también para los lectores de entonces y de ahora. Generalmente se acepta que “un poco más tarde” se refiere a las apariciones de Jesús después de la resurrección. En este caso se podría traducir también: “pero pocos días después me volverán a ver cuando aparezca” o “pero unos días más tarde me les apareceré para que me vean”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

(Ver Jua 14:19).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— verán… verme: En realidad se trata de dos verbos griegos distintos. ¿Querrá sugerir el evangelista que la manera de ver a Jesús antes y después de la Pascua es también diferente?.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Dolor transformado en gozo. La afirmación del v. 16 prosigue con el indicio ya dado en 13:33 de que habrá un poquito que tendrá un desenlace radical. Como aquí se menciona un poquito dos veces, es mejor pensar en términos de la muerte y resurrección de Jesús. La perplejidad de los discípulos en los vv. 17, 18 es comprensible, aunque no es claro por qué no hicieron preguntas directas a Jesús. Cuando él contestó a su inexpresada confusión (19), volvió a repetir un poquito. El comentario de Juan sobre la falta de comprensión de los discípulos refleja un conocimiento estrecho de sus pensamientos en aquel momento. En la respuesta a su perplejidad, Jesús les recordó nuevamente de la angustia venidera (20), pero esto fue a fin de agregar la promesa del gozo que vendría des pués. Hay un vívido contraste entre el gozo del mundo y el de los discípulos. La transformación de la angustia en gozo se ilustra por la metáfora de la mujer que da a luz. Es una ley universal que los dolores de parto son olvidados una vez que se capta el gozo de un nuevo nacimiento (21). El mismo principio de tristeza que se convierte en gozo se aplicó a los discípulos (22). La principal característica de ese gozo será la seguridad. El gozo será tan duradero que ningún grado de oposición podrá destruirlo. En aquel día (23) se refiere al tiempo cuando la plena implicación de la resurrección se les habrá esclarecido; entonces serán innecesarias las preguntas tales como la del significado de las enigmáticas afirmaciones de Jesús sobre su partida. También habrá un cambio de procedimiento: se lo pedirán al Padre (23). La importancia de esta referencia a la oración se ve en el uso de la fórmula de cierto, de cierto os digo. La oración llegó a ser más vital después de la partida de Jesús. Se ve como el me dio de asegurar una continua plenitud de gozo (24). Lo que sugiere es que hasta entonces los discípulos no se habían dirigido al Padre en el nombre de Jesús como aprenderían a hacer después de la resurrección.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

t 915 Jua 7:33; Jua 14:19

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

ya no me veréis. Jesús se refiere a su muerte y sepultura.

y me veréis. Una referencia a sus futuras apariciones después de la resurrección.

Fuente: La Biblia de las Américas

Los discípulos no siempre entendieron las palabras de Jesucristo. Esto nos lo enseña el pasaje que empezamos á examinar. «¿Qué es esto?» decían. «No sabemos lo que dice.» Jamás persona alguna habló con más claridad que Jesús, y ningunos estaban tan acostumbrados como los apóstoles á su método de enseñar. Y, sin embargo, ni aun ellos comprendieron siempre el sentido de sus dichos y sentencias. Nosotros, por lo tanto, no debemos sorprendernos, si tampoco podemos á veces comprenderlos. Los pensamientos que algunos de ellos expresan son tan profundos que nuestro entendimiento no alcanza a sondearlos. Mas, por otra parte, damos gracias á Dios porque hay muchos que ninguna persona sincera puede dejar de comprender. Hagamos diligente uso de los conocimientos que poseemos, no dudando que al que tiene le será dado más.
En estos versículos se nos enseña que la época en que Jesucristo esté ausente de la tierra será de tristeza para los creyentes y de gozo para el mundo. «Vosotros llorareis y lamentareis, el mundo empero se alegrará..
La ausencia de Jesucristo necesariamente causa pesar á todo verdadero creyente. Tener fe no es percibir externamente; esperar no es poseer certidumbre; leer y oír no es lo mismo que hablar cara á cara. Aun los hombres más eminentes por su justicia y su lealtad sentirán un vacío en el corazón siempre que Jesucristo esté en el cielo y ellos estén en la tierra. En tanto que estén revestidos de un cuerpo corruptible, y solo alcancen á vislumbrar la verdad; en tanto que contemplen á toda la creación gimiendo bajo el del pecado, porque todas las cosas no hayan sido puestas todavía bajo el poder de Jesucristo–en tanto que eso suceda, su dicha y su tranquilidad tendrán que ser incompletas. Esto fue lo que San Pablo quiso decir cuando dijo: «También nosotros aunque tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de notros mismos, esperando la adopción, es á saber, la redención de nuestro cuerpo.» Rom 8:23.
Empero, esa misma ausencia de Jesucristo no es causa de tristeza para los hijos de este mundo. Por de contado no lo fue á los judíos quienes se regocijaron y alegraron cuando Jesucristo fue condenado y crucificado, pensando que habían impuesto silencio para siempre á los labios, odiosos para ellos, que les reprochaban sus pecados. También podemos estar ciertos de que no lo es para los hombres indiferentes y malos de la época presente. Cuanto más tiempo esté Jesucristo ausente de este inundo, tanto más contentos estarán. No queriendo que Jesucristo reine en medio de ellos, su ausencia no les causa pesar. Sin él gozan por completo de lo que ellos apellidan felicidad. ¡Cuan terrible será el despertar de mañana! En estos versículos so nos enseña, en seguida, que la vuelta de Jesucristo será causa do un gozo sin límites para todos los verdaderos creyentes. «Otra vez os veré, y se gozará vuestro corazón,» etc.
Es preciso guardarnos de no circunscribir la alusión de estas palabras á la resurrección del Señor. Se refieren á una época mucho más remota que la de ese acontecimiento. El júbilo que los discípulos experimentaron cuando contemplaron al Salvador resucitado, se convirtió bien pronto en pesar al verlo ascender á los cielos. El verdadero gozo, el gozo perfecto, el gozo que nadie podrá arrebatar es el que experimentarán los creyentes cuando Jesús venga otra vez, al fin del mundo. «Hartarme he cuando despertaré á tu semejanza.» Psa 17:15.
En estos versículos se nos enseña que corresponde á los creyentes orar con fervor en tanto que Jesucristo esté ausente. «Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido..
Es bien de creerse que hasta aquel entonces los discípulos no habían percibido debidamente la majestad de su Maestro. Por lo menos no habían comprendido todavía que él era el Mediador entre Dios y los hombres, por cuyo amor y en cuyo nombre debían ofrecer sus oraciones. En la ocasión de que nos ocupamos se les dijo que pidieran en su nombre. Y no podemos dudar por un momento que nuestro Señor quiso que su pueblo, en todos los siglos, comprendiese que el medio de obtener consuelo durante su ausencia es orar con perseverancia y con fervor; que aunque no podamos verlo corporalmente, sí podemos hablar con él y obtener su mediación para acercarnos al Padre. «Pedid, y recibiréis,» proclama á todas las generaciones de su pueblo, «para que vuestro gozo sea cumplido..
De toda la serie de deberes cristianos no hay ninguno para el cumplimiento del cual se ofrezcan más incentivos que para el de la oración. Es ese un deber que incumbe á todos: á nobles y plebeyos, á ricos y pobres, á sabios é ignorantes. Y, lo que es aun más importante, su fiel cumplimiento depende del buen estado del corazón y de la pureza de los móviles. Acaso las frases sean débiles é inelegantes, y el lenguaje viole las reglas del bien decir de tal manera que no merezca ser trasladado al papel. Mas si el corazón estuviere bien para con Dios, lo demás importa poco.
«Si sabemos estas cosas, bienaventurados somos si las hiciéremos.» Acostumbrémonos á orar en el nombre de Jesús todas las mañanas y todas las noches de nuestras vidas. Si así lo hiciéremos, es seguro que obtendremos fuerza espiritual para el cumplimiento de nuestras obligaciones, y que recibiremos luz cuando estemos perplejos; esperanza, cuando estemos enfermos; sostén cuando nos hallemos en el lecho de muerte.

Fuente: Los Evangelios Explicados

y me veréis… M↓ añaden porque yo voy al Padre.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

M i añaden porque yo voy al Padre.

Fuente: La Biblia Textual III Edición