Comentario de Juan 16:25 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Os he hablado de estas cosas en figuras; pero viene la hora cuando ya no os hablaré más en figuras, sino claramente os anunciaré acerca del Padre.
16:25 Estas cosas os he hablado en alegorías; (10:6, dicho simbólico o figurado: p. ej., 2:17; 3:5; 4:13, 14; 6:53; 7:38; etc.) la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre. — Aunque Jesús explicó muchas cosas después de su resurrección (Luc 24:27), cumplió esta promesa en la persona del Espíritu Santo, en la revelación del Nuevo Testamento.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
os he hablado en alegorías, o lenguaje figurado. Jua 16:12, Jua 16:16, Jua 16:17; Sal 49:4; Sal 78:2; Pro 1:6; Mat 13:10, Mat 13:11, Mat 13:34, Mat 13:35; Mar 4:13.
que claramente os anunciaré acerca del Padre. Jua 16:28, Jua 16:29; Hch 2:33-36; 2Co 3:12-18; 2Co 4:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Un ejemplo de alegorías es el lenguaje figurativo de la viña en Jua 15:1-8, el cual presenta la obra del Padre al producir el fruto del amor en los creyentes. Una figura del idioma puede ser más vívida y gráfica que la prosa común.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
en alegorías. La palabra significa «declaración velada e incisiva» que está llena de significado, es decir, algo que está oculto. Después de la muerte y resurrección de Jesús, y de la venida del Espíritu Santo, todo lo que parecía difícil de comprender para los discípulos ya no lo sería más (vea los vv. Jua 16:13-14; Jua 14:26; Jua 15:26-27). Entenderían mucho mejor el ministerio de Cristo que mientras estuvieron con Él, porque el Espíritu los inspiró para escribir los Evangelios y las epístolas, y también obró en y a través de ellos.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
16:25 Estas cosas os he hablado en alegorías; (10:6, dicho simbólico o figurado: p. ej., 2:17; 3:5; 4:13, 14; 6:53; 7:38; etc.) la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre. — Aunque Jesús explicó muchas cosas después de su resurrección (Luc 24:27), cumplió esta promesa en la persona del Espíritu Santo, en la revelación del Nuevo Testamento.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL ACCESO DIRECTO
Juan 16:25-28
-Os he dicho estas cosas de una manera que es difícil de entender; pero está a punto de llegar el momento en que dejaré de hablaros de una manera que os sea difícil, y os hablaré claramente acerca del Padre. Ese día pediréis en Mi nombre; y no os digo que Yo Le pediré al Padre por vosotros, porque el Padre mismo os ama, porque vosotros Me habéis amado y habéis creído que vine del Padre. Vine del Padre, y entré en el mundo; ahora dejo el mundo, y vuelvo al Padre.
La versión Reina-Valera.09 ponía que Jesús había hablado hasta entonces en Proverbios, y R-V.60 en alegorías. La palabra griega es paroimía, que es la que se usa para las parábolas de Jesús, pero que significa básicamente algo que es difícil de entender, un dicho cuyo sentido está velado para el que lo escucha casualmente, que requiere meditación para descubrir lo que quiere decir. Se puede usar, por ejemplo, de las sentencias de los sabios cuya concisión las hace preñadas de contenido, o de los acertijos que desafían a la imaginación.
Jesús les quiere decir: «Hasta ahora os he estado haciendo sugerencias e indicaciones, dándoos la verdad cubierta con un velo; os he estado diciendo cosas que os hacían pensar o que os dejaban confusos; pero desde ahora os voy a decir la verdad con toda claridad.» Y pasa a decirles sencillamente que vino de Dios y que vuelve a Dios. Ese era Su secreto: no era sino el Hijo de Dios, y la Cruz no iba a ser la muerte de un criminal sino el camino de vuelta a Dios.
Y entonces Jesús dice una cosa que no debemos olvidar. Los suyos tienen acceso directo a Dios porque Dios los ama; Jesús no tiene necesidad de presentarle a Dios las súplicas de los Suyos; ellos lo pueden hacer por sí mismos. Aquí tenemos la prueba definitiva de algo que no se debe olvidar jamás. Muchas veces se piensa en términos de un Dios airado y de un Jesús benévolo, y que Jesús hizo algo que obligó a Dios a cambiar de actitud hacia la humanidad, haciendo que fuera un Dios de amor y no de juicio. Pero aquí Jesús nos dice: «Podéis acercaros a Dios, porque Él os ama.» Y eso lo dice antes de la Cruz. Jesús no murió para hacer que Dios nos amara, sino porque Dios nos ama; no para hacer que Dios sea un Dios de amor, sino para demostrar que Dios es amor. Jesús vino, no porque Dios odiaba al mundo, sino porque lo amaba de tal manera. Jesús ha traído a la humanidad el amor de Dios.
Jesús les dice a Sus discípulos que Su obra está concluida. Vino del Padre y ahora, por el camino de la Cruz, vuelve a Él. Y el acceso a Dios está abierto para todas las personas. Jesús no tiene que presentarle a Dios nuestras oraciones; cada cual puede presentárselas. Dios ama a los que aman a Cristo.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
b. Las últimas palabras de ánimo (vv. Jua 16:25-33)
Análisis de discurso
Con el v. Jua 16:25 se sugiere que las palabras de Jesús a sus discípulos están llegando a su fin. En estos últimos versículos están unidos los temas comunicados en lenguaje parabólico o figurado con aquellos en lenguaje literal o directo de Jesús a sus discípulos. Uno de los aspectos centrales es la promesa de la victoria final. Jesús comienza diciendo a sus discípulos que el tiempo viene cuando él no les hablará más con lenguaje figurado, sino que les hablará con lenguaje directo en cuanto al Padre (v. Jua 16:25). Esta parece ser una referencia al Espíritu Santo. Luego les informa a los discípulos que ahora les hablará directamente, sin rodeos, específicamente que está unido al Padre respecto al pedir y recibir (vv. Jua 16:26, Jua 16:27). Finalmente, Jesús reafirma su propio origen y su partida hacia el Padre (v. Jua 16:28). Los discípulos responden que ellos creen en el origen divino de Jesús (vv. Jua 16:29, Jua 16:30), pero Jesús les replica que su fe no es tan fuerte aún (v. Jua 16:31), pues el tiempo viene cuando él será abandonado (v. Jua 16:32). Sin embargo, su último comentario son palabras de ánimo y consuelo para sus discípulos: él ha vencido al mundo y sus discípulos deben animarse sabiendo que ellos compartirán esta victoria también (v. Jua 16:33).
TÍTULO: Generalmente se otorga un título a este pasaje donde se enfatiza la victoria de Jesús sobre el mundo: Yo he vencido al mundo (RV60, RV95), Jesucristo, vencedor del mundo(DHH), Jesús ha vencido al mundo (TLA), He vencido al mundo (NBE). Una variante interesante la presenta la LPD: La gran revelación. Tal vez no sea muy oportuno enfatizar la victoria de Jesús sobre el mundo, ya que se puede entender que Jesús lo odiaba. Se puede titular tomando otra de las ideas centrales del pasaje: Jesús vino del Padre al mundo y ahora retorna al Padre.
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Este v. está situado entre dos versículos cuyo tema central es la oración. Como el v. Jua 16:24, también marca la diferencia entre un “antes” y un “después”. En este caso entre una forma de habla figurada y otra directa.
Estas cosas, comenzando el versículo, es enfática: Estas cosas os he hablado en alegorías, “Todo esto les he dicho hablando de manera indirecta”, «por medio de ejemplos y con comparaciones» (TLA), «poniéndoles comparaciones» (DHH), «figuras literarias» (NEB, TEV). El término tiene el sentido de figura, proverbio o dicho enigmático, como cuando se habla con lenguaje florido o con simbolismos (cf. Jua 10:6). No se refiere sólo a la analogía de la mujer que va a dar a luz. Puede también referirse al lavamiento de los pies (Jua 13:8-11), al discurso de la vid y las ramas (Jua 15:1-17) e, incluso, al discurso del buen pastor (Jua 10:1-18). De hecho, la referencia a un lenguaje figurado puede abarcar todo lo que Jesús enseñó a sus discípulos, incluyendo este último discurso.
En muchos idiomas las figuras literarias tienen su equivalencia a “comparaciones”, “frases pintorescas” o “dichos sabios de los ancianos”. En algunas regiones se pueden encontrar equivalencias como “historias que enseñan verdades” o “expresiones y proverbios”. En algunas más se puede simplemente traducir así: “cuando no les hablaré así, sino que les diré las cosas con claridad”.
Claramente os anunciaré acerca del Padre, «os hablaré del Padre en forma clara y directa» (BI). “Les hablaré directamente” o “francamente” indica también: “expresarse sin rodeos”, “abiertamente”, “yendo al grano”. Es la libertad que se tiene de hablar las cosas tal como son. “Pero llegará el tiempo cuando ya no les hablaré con figuras proverbiales, sino que les informaré abiertamente acerca del Padre”. “El tiempo” traduce lo que literalmente en el texto dice “la hora”. Jesús habla de sus anuncios después de la resurrección o posiblemente de la enseñanza del Espíritu Santo.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Mat 13:34; Mar 4:33-34; Luc 8:10; (ver Jua 10:6; Jua 12:16).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Confusión transformada en fe. La palabra del v. 25 traducida en figuras ya ha sido usada en 10:6 para describir la ilustración del rebaño. Más que una contradicción, hay un paralelo entre el hecho de que Jesús hablaba en parábolas a las multitudes galileas y en lenguaje directo a los discípulos (Mar. 4:33, 34), y el hecho de que usara un lenguaje oscuro antes de la pasión y resurrección y la revelación más clara que vendría después. El lenguaje debe ser adecuado según la capacidad de los oyentes. La hora se refiere a Pentecostés, después de lo cual el Espíritu hablaría claramente a sus discípulos. Las palabras de los vv. 26, 27 sugieren que Jesús quería que los discípulos supieran que la oración en su nombre sería respondida a causa del amor del Padre por ellos. Con tal amor, ellos tendrían un acceso directo al Padre. Es notable que se diga que el amor de los discípulos por Jesús es la base del amor del Padre. El hecho es que su amor por Cristo y su fe en él es una evidencia llamativa del amor de Dios por ellos. La afirmación complementa el pasaje de 15:9-16. La misión de Jesús y su consumación se expresa en forma concisa en el v. 28.
La sección final de este capítulo revela un nuevo caso de incomprensión de parte de los discípulos. Pensaban que entendían (29), pero Jesús volvió a mostrarles su futuro fracaso para apoyarle. Su fe se basaba en el hecho de que creían que Jesús estaba hablando claramente y no necesitaba que nadie le hiciera preguntas. La base era totalmente inadecuada, pero llegaron a una conclusión correcta, o sea que Jesús vino de Dios (30). Las palabras de Jesús en el v. 31 ¿ahora creéis?, que podrían ser una afirmación (Besson) o una exclamación, lo que podría dar a entender que, aunque ahora creían, vendría un tiempo de prueba. El v. 32 debe haber sido una sacudida después de su expresión confiada de fe: ellos iban a abandonar a Jesús. Sin embargo, el Padre no lo abandonaría. De ese modo Jesús los desafió gentilmente a probar su declaración de fe. Sin embargo, él miraba más allá de esa deserción, viendo la restauración, un tiempo cuando alcanzarían la paz en un mundo hostil por medio de la victoria de Cristo sobre él (33).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
d 925 Mat 13:34; Jua 10:6
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
lenguaje figurado. Véase coment. sobre « alegoría» en 10:6.
viene el tiempo. Jesús se refiere al tiempo después de la resurrección cuando enseñaría cosas a sus discípulos que no podían recibir ahora (cp. vers. 12).
Fuente: La Biblia de las Américas
en alegorías (cp. Jua 16:29).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Este es uno de los pasajes más notables de la Sagrada Escritura, por dos razones. La primera, porque es una conclusión muy adecuada del discurso de despedida que hizo nuestro Señor: un sermón tan solemne como ese debía tener un fin solemne. La segunda, porque contiene la profesión de fe más general y unánime que hicieron los apóstoles: «Ahora entendemos que sabes todas las cosas, en esto creemos que has salido de Dios..
En este pasaje se nos enseña, en primer lugar, que un conocimiento claro de Dios Padre forma parte del fundamento de la religión cristiana. Nuestro Señor dijo á sus discípulos: «El tiempo viene cuando claramente os anunciaré de mi Padre.» Menester es notar que no dice: «Os anunciaré claramente á mí mismo.» Es al Padre á quien dice que anunciará.
Por lo general se sabe muy poco de los atributos y la naturaleza de Dios Padre. No es sin motivo que se han escrito estas palabras: «Ni al Padre conoció alguno sino el Hijo, y aquel á quien el Hijo le quisiere revelar.» Mat 11:27. «El unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él nos le declaró.» Muchos hay que creen que conocen al Padre, porque pueden meditar en su poder, sabiduría, omnipresencia, eternidad. Á pocos les es dado saber que es justo y justificador de los que creen en Jesús; que es el Dios que envió á su Hijo á sufrir y á morir; que es, en fin, el Dios que por medio del sacrificio ofrecido en el Calvario reconcilió consigo al mundo, y salvó la dignidad de su sacrosanta ley.
Pidamos, pues, en nuestras diarias oraciones, que se nos conceda un conocimiento mayor y más claro del verdadero Dios, y de Jesucristo, á quién él ha enviado. Guardémonos, por una parte, del error en que incurren algunos que hablan acerca de Dios como si Jesucristo no existiera; y, por otra, del error de los que hablan acerca de Jesucristo con prescindencia del Padre. Recordemos que hay tres personas en la Trinidad, y tributemos á cada una la gloria que le es debida. Poseámonos firmemente de la gran verdad, de que el Evangelio anunciado para nuestra salvación es el resultado del eterno consejo del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Para adquirir un conocimiento profundo de la naturaleza del Hijo es preciso acercarnos, por medio de él, más y más al Padre, sintiendo cada vez más confianza, y comprendiendo que Dios en Cristo no es ya un Juez airado, sino un Padre amoroso y un Protector.
En este pasaje se nos enseña, en segundo lugar, que nuestro Señor Jesucristo alaba la gracia, por pequeña que sea, y habla con bondad de los que la poseen.
Les dijo á los discípulos: «El mismo Padre os ama por cuanto vosotros me amasteis, y habéis creído que yo salí de Dios..
¡Cuán débiles eran la fe y el amor de los apóstoles! ¡Cuán pronto después se sumieron en un abismo de cobardía e incredulidad! Esos mismos hombres a quienes Jesús alabó por su fe, lo abandonaron y huyeron antes de que el sol apareciese otra vez en el oriente. Sin embargo, aunque débiles, ese amor y esa fe eran reales y verdaderos. Jamás esas virtudes tuvieron cabida en el pecho de centenares de ilustrados sacerdotes, escribas y fariseos y por eso murieron tristemente en el pecado.
Se nos enseña, en tercer lugar, que aún los cristianos más piadosos conocen muy poco su propio corazón. Los discípulos dijeron a viva voz: «Ahora hablas claramente… ahora entendemos… ahora sabemos.» ¡Valientes palabras! Sin embargo, los mismos hombres que las pronunciaron, fueron muy presto esparcidos como tímidas ovejas, y dejaron solo a su Maestro.
No hay razón para dudar que la protesta de los once fuera real y sincera, que manifestaran lo que verdaderamente sentían. Más no se conocían a sí mismos. No sabían que serían capaces de hacer cuando se vieran abrumados por una tentación fuerte y por el temor de los hombres. No se habían formado una idea adecuada de la fragilidad de la carne, del poder del demonio, de la debilidad de sus propias resoluciones, la flojedad de su fe. Les faltaba todavía aprender todo eso por medio de una penosa experiencia. Como los reclutas de su ejército, tenían todavía que aprender que una cosa es saber el ejercicio del soldado y llevar el uniforme, y otra muy distinta permanecer firme en el día de la contienda.
Desconfiar de sus propias aptitudes y practicar la humildad he aquí el medio de que debe valerse el hombre para obtener fuerza espiritual. «Cuando soy flaco,» dijo un cristiano eminente, «Entonces soy fuerte.» 2 Cor. 1.210. Tal vez ningún hombre puede siquiera adivinar hasta donde sería arrastrado por el pecado sin se le expusiera a una tentación muy fuerte. Feliz el que cuerda siempre estas importantes palabras. «Así que el que se piensa estar firme, mire no caiga.» Feliz el que, recordando la conducta de los discípulos de nuestro Señor, dice diariamente en sus oraciones: «Sostenme, y seré salvo..
Enséñasenos, por último, que Jesucristo es la verdadera fuente de la paz. Nuestro Señor casi al terminar su discurso dijo estas palabras tranquilizadoras: «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.» Era que quería que todos los creyentes supieran que el objeto de su discurso de despedida era hacernos acercar más á él como á un manantial de consuelo. No afirmó que gozaríamos de sosiego en el mundo, ni prometió que estaríamos en esta vida libres de toda tribulación; mas mandó que nos consoláramos con la idea de que él ha librado la batalla y obtenido la victoria en nuestro lugar. Sus últimas palabras fueron: «Confiad, yo he vencido al mundo..
Recordemos esas palabras y tengamos buen ánimo. La tormenta del sufrimiento y de la persecución talvez nos amenace y líos rodee por todas partes, más conduzcámonos de manera que solo sirva para acercarnos más á Jesucristo. Los pesares, pérdidas, penalidades y desengaños de la vida nos abaten, sin duda, en demasía; mas también deben hacer crecer nuestra confianza en Jesucristo. Digamos á menudo á nuestra alma: » ¿ Por qué te abates y por qué te inquietas ?.
Fuente: Los Evangelios Explicados
Lit., en proverbios o figuras de lenguaje
Lit., la hora