Comentario de Juan 17:20 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“Pero no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por medio de la palabra de ellos;
17:20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos (Hch 15:7; Rom 10:17) , — Primero ruega por sí mismo (el autor de la salvación, Heb 5:9) y por los apóstoles (sus embajadores, los vasos que llevarían el tesoro, 2Co 4:7) y, por último, ruega por el objeto de esta obra, los que aceptarían la palabra para ser salvos.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
no ruego solamente por éstos. Jua 17:6-11; Efe 4:11.
también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Hch 2:41; Hch 4:4; Rom 15:18, Rom 15:19; Rom 16:26; 2Ti 1:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
los que han de creer: Jesús no sólo oró por los que su Padre le había dado (v. Jua 17:9), sino por todos los futuros creyentes, por su unidad (vv. Jua 17:20-23) y su gloria futura (vv. Jua 17:24-26). Si usted es un creyente, estas palabras son la oración de Jesús por usted.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
17:20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos (Hch 15:7; Rom 10:17) , — Primero ruega por sí mismo (el autor de la salvación, Heb 5:9) y por los apóstoles (sus embajadores, los vasos que llevarían el tesoro, 2Co 4:7) y, por último, ruega por el objeto de esta obra, los que aceptarían la palabra para ser salvos.
Fuente: Notas Reeves-Partain
UN ATISBO DEL FUTURO
Juan 17:20-21
-No es sólo por estos por los que Te pido, sino también por los que van a creer en su testimonio de Mí. Y Mi oración es para que todos ellos sean una cosa como Tú, oh Padre, eres en Mí, y Yo en Ti; para que ellos estén en Nosotros para que el mundo crea que Tú Me enviaste.
En esta sección, la oración de Jesús ha ido extendiéndose gradualmente hasta abarcar todos los límites de la Tierra. Empezó pidiendo por Sí mismo al encontrarse frente a la Cruz. Pasó luego a pedir por Sus discípulos, y por el poder protector de Dios para ellos. Ahora Su oración remonta el vuelo para contemplar el futuro y los países distantes, y ora por todos los que en tierras y edades todavía lejanas llegarán a conocer y aceptar el Evangelio.
Aquí se nos despliegan dos grandes características de Jesús. La primera: contemplamos Su fe integral y Su radiante certeza. En aquel momento Sus seguidores eran pocos; pero, aun con la Cruz cerrándole aparentemente el paso, Su confianza permanecía inalterable, y estaba pidiendo por los que llegarían a creer en Su nombre. Este pasaje debería sernos especialmente precioso, porque en él vemos a Jesús orando por nosotros. La segunda: vemos la confianza que tenía en Sus hombres. Sabía que no habían llegado a entenderle del todo; sabía que al cabo de muy poco tiempo iban a abandonarle cuando más los necesitara. Sin embargo Jesús veía en esos mismos hombres, con una confianza total, a los que iban a extender Su nombre por todo el mundo. Jesús no perdió nunca ni la fe en Dios ni la confianza en Sus hombres.
¿Cuál fue Su oración por lo que llegaría a ser la Iglesia? Que todos sus miembros fueran una sola cosa, como lo eran El y el Padre. ¿Qué era esa unidad por la que Jesús pedía? No era una unidad de administración u organización; no era, en ningún sentido, una unidad eclesiástica. Era una unidad de relación personal. Ya hemos visto que la unión entre Jesús y Dios era la del amor y la obediencia. Era la unidad del amor la que Jesús pedía al Padre, una unidad en la que las personas se amaran porque Le amaban a Él, una unidad basada totalmente en una relación de corazón a corazón.
Los cristianos no van a organizar sus iglesias nunca de la misma manera en todas partes. Nunca darán culto a Dios exactamente de la misma forma. Ni siquiera llegarán a creer exactamente las mismas cosas y de la misma manera. Pero la unidad cristiana trasciende todas esas diferencias y une a las personas en amor. La causa de la unidad cristiana en el momento presente, como, por supuesto, a lo largo de toda la historia sufre y peligra porque los seres humanos aman sus propias organizaciones eclesiásticas, sus credos y sus rituales, más que a sus hermanos. Si nos amáramos realmente los unos a los otros y a Cristo no habría iglesias que excluyeran a nadie que fuera discípulo de Cristo. El amor que Dios planta en el corazón de las personas es lo único que puede demoler las barreras que se han erigido entre unos y otros y entre sus respectivas iglesias.
Además, según lo vio y lo pidió Jesús, había de ser precisamente esa unidad la que convenciera al mundo de la verdad del Evangelio y del lugar de Cristo. Es más fácil y natural para los humanos el estar divididos que el estar unidos. Es más humano para las personas el disgregarse que el congregarse. La unidad verdadera entre todos los cristianos sería «un hecho tan sobrenatural que revelaría una intervención sobrenatural.» Y lo trágico es que ese frente unido es lo que la Iglesia no le ha presentado nunca al mundo. Ante la desunión de los cristianos, el mundo no puede ver el valor supremo de la fe cristiana. Es nuestra obligación personal el demostrar esa unidad del amor con los semejantes que es la respuesta a la oración de Cristo. Los de a pie en las iglesias podemos y debemos hacer lo que los líderes y responsables se niegan oficialmente a hacer.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
3. Jesús ora por los futuros discípulos que creerán (Jua 17:20-26)
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Pero no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Aquí aparece el verbo “rogar” u “orar” que se usa también en el v. Jua 17:9. El contraste “no sólo… sino también” se esclarece más en otros contextos repitiendo el verbo “rogar”: “Pero yo no ruego solamente por éstos que me siguen, sino también ruego por todos los que van a creer por el mensaje de mis seguidores”. El verbo “creer” se puede traducir como un verbo regular en presente con sentido de futuro. Ahora, si el tiempo presente alude al tiempo cuando el evangelio se había redactado, es posible entonces la traducción: “por los que creen en mí”. Si el presente del verbo tiene una referencia futura, vale la equivalencia: “por todos los que van a creer”, «por los que creerán en mí cuando escuchen su mensaje» (TLA), «los que creerán en mí gracias a su palabra» (BA).
“Por medio de su palabra en mí”, en su forma literal, conecta la frase “en mí” con la palabra de los discípulos. Sin embargo, la mayoría de las versiones coloca la frase “en mí” con el verbo creer. En algunos contextos se podría repetir esta frase traduciendo: “sino también por los que van a creer en mí por causa del mensaje de mis discípulos acerca de mí”. Aunque el texto no tiene el sustantivo “discípulo” o “seguidores”, vale la pena explicitarlo, de lo contrario se traduciría “por el mensaje de ellos” y el pronombre “ellos” se prestaría a confusión, especialmente en la lectura pública. Otra equivalencia puede ser: “por los que se harán creyentes al escuchar a mis seguidores que hablarán acerca de mí”.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jua 17:9.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Oración de Jesús por la iglesia. Hasta ahora Jesús se ha concentrado en aquellos a quienes había enseñado, pero luego pasó a aquellos que creerían por el testimonio de los discípulos (20). No hizo diferencia entre los que le habían oído personalmente y los que le han oído por medio de otros. Para ambos, el ora por la unidad. Una vez más el modelo para la unidad es la relación entre el Padre y el Hijo (21), pues la base está en permanecer en el Padre y en el Hijo, y el propósito es evangelístico (21, 23). Aquí el ciclo es el de la fe que lleva a la unidad que lleva a otros a la fe. Otro aspecto del tema de la unidad es la gloria, tema que se sigue repitiendo desde las palabras iniciales hasta esta oración. La sugerencia es que la gloria de Cristo engrendra unidad. No sólo debe ser completa, sino que debe mostrarse al mundo. Si nos de tenemos a pensar en el historial de desunión de la iglesia, fácilmente podemos ver cuán lejos hemos caído de los requerimientos de Jesús.
Jesús desarrolló el tema de la gloria (24), relacionándolo con el amor del Padre hacia él desde antes de la fundación del mundo, un eco del tema de la preexistencia ya visto en el v. 5. Los versículos finales (24-26) continúan desde el v. 24, pero también forman un clímax acertado para toda la oración. Al dirigirse a Dios como Padre justo, enfatiza la justicia de su visión del mundo. Una vez más observamos el fuerte contraste entre el mundo y los discípulos. Para que el amor con que me has amado esté en ellos significa que ellos puedan reflejar el amor del Padre por medio de su amor a Jesús y a otros. De ese modo la oración termina con el pedido de que Cristo more en los creyentes.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
j 972 Rom 10:17; 1Jn 1:3
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
han de creer…por la palabra de ellos. Ahora Cristo ora por todos aquellos que en el futuro creerán en El por la predicación de los discípulos.
Fuente: La Biblia de las Américas
creerán… Lit. creen.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
T87 El participio de presente tiene aquí un sentido futurista (que describe una característica común -BD339[2b]): los que creerán.