Comentario de Juan 18:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces Judas, tomando una compañía de soldados romanos y guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con antorchas, lámparas y armas.

18:3 Judas, pues, tomando una compañía de soldados (con el tribuno, 8:12) , y alguaciles (la policía del templo, los que en otra ocasión no lo prendieron, porque «¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!» 7:45, 46) de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con linternas y antorchas, y con armas. — Se unieron los saduceos (sacerdotes) y fariseos, los judíos y los gentiles, para llevar a cabo el plan de Dios de ofrecer a su Hijo por los pecados del mundo. «Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el Pueblo de Israel para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera» (Hch 4:27-28).

No había ninguna necesidad de esta compañía de soldados y alguaciles para prender a Jesús, porque se entregó voluntariamente a ellos. De otro modo, sin su voluntad, ni siquiera con todo el ejército romano lo habrían prendido.

¿Habrán pensado que la multitud que gritaba «¡Hosanna!» (12:13) cuando Jesús entró en la ciudad acudirían en su defensa? Sea cual fuera su motivo, querían defender su puesto a toda costa delante de los romanos (11:50); no querían que la nación (es decir, ellos mismos) pereciera. Siempre durante las fiestas había peligro de alborotos entre el pueblo. «Buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle. Y decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto del pueblo» (Mar 14:1-2). Pilato ya estaba enterado acerca de Jesús, como también de la creencia de algunos de que El era o sería el rey de los judíos (Mat 27:11).

«En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Cómo contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis» (Matthew 25:55). Esto indicaba que Jesús era inocente de todo crimen, porque si hubiera sido criminal en sentido alguno, le habrían prendido públicamente cuando estaba enseñando en el templo. Con esto les reprocha por su conducta vergonzosa. Concluye diciendo, «mas esta es vuestra hora» (Luc 22:53), es decir, en estos momentos ellos se creían plenamente victoriosos, por haber logrado (según ellos) su propósito.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Judas. Jua 13:2, Jua 13:27-30; Mat 26:47, Mat 26:55; Mar 14:43, Mar 14:44, Mar 14:48; Luc 22:47; Hch 1:16.

tomando una compañía. Jua 18:12; Sal 3:1, Sal 3:2; Sal 22:12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Una compañía de soldados era una cohorte de unos seiscientos hombres, o la décima parte de una legión. Sin embargo, a veces esta palabra griega se utiliza para la tercera parte de una cohorte o doscientos hombres. Estos eran probablemente los experimentados soldados romanos estacionados en la torre Antonia, una fortaleza cerca del Templo. Los alguaciles que venían con el destacamento eran miembros de la policía del Templo bajo el mando del consejo judío, el Sanedrín.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

una compañía de soldados, y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos. La expresión «compañía de soldados» se refiere a una cohorte de tropas romanas. Una cohorte de apoyo completa contaba con la fuerza de mil hombres (i. e. setecientos sesenta soldados de infantería y doscientos cuarenta de caballería, dirigidos por un quiliarca o «líder de mil»). No obstante, por regla general, una cohorte estaba conformada por seiscientos hombres y en ocasiones hasta por doscientos (i. e. una «manipla»). Las tropas romanas de apoyo acostumbraban situarse en Cesarea, pero en temporada de fiestas guarnecían en la Fortaleza Antonia, ubicada en el perímetro NO del complejo del templo (con el fin de controlar brotes de violencia o rebelión entre la gran multitud que se agolpaba en Jerusalén). El segundo grupo de «alguaciles» era la policía del templo, responsable principal del arresto si se tiene en cuenta que este se haría ante el sumo sacerdote (vv. Jua 18:12-14). Venían preparados para enfrentar cualquier resistencia por parte de Jesús o de sus seguidores («armas»).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

18:3 Judas, pues, tomando una compañía de soldados (con el tribuno, 8:12) , y alguaciles (la policía del templo, los que en otra ocasión no lo prendieron, porque «¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!» 7:45, 46) de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con linternas y antorchas, y con armas. — Se unieron los saduceos (sacerdotes) y fariseos, los judíos y los gentiles, para llevar a cabo el plan de Dios de ofrecer a su Hijo por los pecados del mundo. «Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el Pueblo de Israel para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera» (Hch 4:27-28).
No había ninguna necesidad de esta compañía de soldados y alguaciles para prender a Jesús, porque se entregó voluntariamente a ellos. De otro modo, sin su voluntad, ni siquiera con todo el ejército romano lo habrían prendido.
¿Habrán pensado que la multitud que gritaba «¡Hosanna!» (12:13) cuando Jesús entró en la ciudad acudirían en su defensa? Sea cual fuera su motivo, querían defender su puesto a toda costa delante de los romanos (11:50); no querían que la nación (es decir, ellos mismos) pereciera. Siempre durante las fiestas había peligro de alborotos entre el pueblo. «Buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle. Y decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto del pueblo» (Mar 14:1-2). Pilato ya estaba enterado acerca de Jesús, como también de la creencia de algunos de que El era o sería el rey de los judíos (Mat 27:11).
«En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Cómo contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis» (Matthew 25:55). Esto indicaba que Jesús era inocente de todo crimen, porque si hubiera sido criminal en sentido alguno, le habrían prendido públicamente cuando estaba enseñando en el templo. Con esto les reprocha por su conducta vergonzosa. Concluye diciendo, «mas esta es vuestra hora» (Luc 22:53), es decir, en estos momentos ellos se creían plenamente victoriosos, por haber logrado (según ellos) su propósito.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Judas, pues, tomando una compañía de soldados y guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con linternas, antorchas y armas.Este versículo es complejo en su redacción por lo que la mayoría de las versiones modernas lo reestructuran buscando darle mayor claridad, aunque también varias son las que intentan traducirlo siguiendo el orden del original. Sin embargo, en estos casos, se da la idea de que es Judas mismo quien lleva las lámparas, antorchas y armas. Otro problema que crea una traducción muy literal sería que pareciera sugerir que Judas fue primero al huerto y después llevó al grupo de soldados romanos. El asunto se complica aún más cuando se lee que los principales sacerdotes y fariseos habían enviado unos guardias del templo y que esta orden debió darse antes de que Judas los guiara hacia el huerto.

La oración principal es “Judas vino al huerto”, donde el verbo principal puede traducirse con “vino” o “llegó”. El resto del versículo puede traducirse así: “trayendo consigo un destacamento de soldados romanos”. Se puede aquí comenzar también con otra oración, después de punto y seguido, como: “Llegó al frente de una compañía de soldados y algunos guardias del templo que los principales sacerdotes habían enviado. Ellos llegaron armados y portando lámparas y antorchas”, Para la DHH «llegó con una tropa de soldados y con algunos guardianes del templo».

Juan es el único evangelista que menciona a los “soldados romanos” en relación con el arresto de Jesús. Era un destacamento, como la décima parte de una legión. La palabra para “los guardias del templo” o “alguaciles” es la misma utilizada en Jua 7:32. La BP la traduce aquí por «criados», en tanto la CEV como «policía del templo».

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Jua 7:32; Jua 7:45.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— un destacamento de soldados: El término griego utilizado designaba habitualmente un pelotón de soldados romanos (ver Mar 15:16), y más en concreto una cohorte, que se componía de mil soldados. Sin embargo, en la versión griega de los LXX, el término griego se aplica también a tropas judías. Así, pues, en el presente pasaje podría tratarse de la milicia judía encargada de la custodia del Templo. En cualquier caso, aunque se tratase de soldados romanos (como parece sugerir Jua 18:12), no se trataría de una cohorte completa, sino de una parte de ella.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

d 990 Mat 26:47; Mar 14:43; Hch 1:16

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

la cohorte romana. Este destacamento de fuerzas militares romanas estaba estacionado en la fortaleza Antonia, al noroeste del área del templo (v. coment. en Mt 26:47).

alguaciles. Es decir, guardianes del templo. Estos alguaciles no pudieron arrestar a Jesús anteriormente porque no tenían la ayuda romana (7:45).

principales sacerdotes…fariseos. Véase coment. en 7:32.

Fuente: La Biblia de las Américas

una compañía de soldados. I.e., una cohorte romana, que comprendía entre 300 y 600 soldados romanos.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

cohorte… Décima parte de la legión romana (aprox. 600 hombres).

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R1127 El participio λαβών se usa con el mismo sentido de μετά en Mat 26:27 (indica manera: con un destacamento -T154).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

I.e., unidad militar romana compuesta de varias centurias, y así en el vers. 12

Fuente: La Biblia de las Américas

Esto es, una décima parte de la legión romana (aprox. 600 hombres).

Fuente: La Biblia Textual III Edición