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Comentario de Juan 18:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Juan 18:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces Anás le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.

18:24 Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote. — El juicio preliminar ante Anás no logró nada y él entendía lo injusto (ilegal) del golpe del alguacil. Terminó, pues, su interrogación y lo envió a Caifás. Los soldados y alguaciles habían atado a Jesús (18:12), pero véase Hch 22:30 («le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio»); probablemente Jesús estaba desatado durante la interrogación de Anás y, por eso, «le envió atado a Caifás».

Ahora Jesús estaba delante del Sanedrín (el concilio). Mat 26:57 (paralela a Jua 18:24) dice, «Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos», y Mar 14:55 dice, «y los principales sacerdotes y todo el concilio».

Los del concilio «buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban. Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban» (Mar 14:55-56). Entonces citaron mal lo que Jesús dijo (2:19), «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré», «pero ni aun así concordaban en el testimonio». Por eso, legalmente su testimonio no valía, porque la ley requería el testimonio de dos o tres testigos y, por supuesto, era necesario que hubiera acuerdo entre los testigos.

Entonces el sumo sacerdote dijo, «Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios» para poder acusarle de la blasfemia. «Jesús le dijo: Tú lo has dicho» (respuesta afirmativa, significando «Lo que tú has dicho es la verdad») (Mat 26:63-64). Entonces Caifás dijo, «¡Ha blasfemado!» y los otros dijeron, «¡Es reo de muerte!» (Mat 26:65-66). «Y los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y le golpeaban; y vendándole los ojos, le golpeaban el rostro» (Luc 22:63-64). «Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban» (Mat 26:67).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Anás. Anás dejó el sumo sacerdocio en 23 d.C., luego de cumplir con el oficio por quince años; pero siendo una persona de carácter distinguido, y teniendo al menos cinco hijos quienes habían disfrutado sucesivamente la dignidad del sumo sacerdocio, y siendo Caifás, el presente sumo sacerdote, su yerno, él debe haber poseído mucha autoridad en la nación. Fue en el palacio de Caifás donde los principales sacerdotes, los ancianos, y los escribas se reunieron toda la noche para ver el desarrollo de su complot. Jua 18:13; Mat 26:57.

le había enviado atado. Jua 18:13.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Anás reconoció que no lograba avanzar con Jesús y lo envió a Caifás, pues si Jesús debía ser llevado ante Pilato para la ejecución, la acusación legal debía proceder del sumo sacerdote del momento (i. e., Caifás) que presidía el sanedrín (vea la nota sobre el v.Jua 18:13).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

18:24 Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote. — El juicio preliminar ante Anás no logró nada y él entendía lo injusto (ilegal) del golpe del alguacil. Terminó, pues, su interrogación y lo envió a Caifás. Los soldados y alguaciles habían atado a Jesús (18:12), pero véase Hch 22:30 («le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio»); probablemente Jesús estaba desatado durante la interrogación de Anás y, por eso, «le envió atado a Caifás».
Ahora Jesús estaba delante del Sanedrín (el concilio). Mat 26:57 (paralela a Jua 18:24) dice, «Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos», y Mar 14:55 dice, «y los principales sacerdotes y todo el concilio».
Los del concilio «buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban. Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban» (Mar 14:55-56). Entonces citaron mal lo que Jesús dijo (2:19), «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré», «pero ni aun así concordaban en el testimonio». Por eso, legalmente su testimonio no valía, porque la ley requería el testimonio de dos o tres testigos y, por supuesto, era necesario que hubiera acuerdo entre los testigos.
Entonces el sumo sacerdote dijo, «Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios» para poder acusarle de la blasfemia. «Jesús le dijo: Tú lo has dicho» (respuesta afirmativa, significando «Lo que tú has dicho es la verdad») (Mat 26:63-64). Entonces Caifás dijo, «¡Ha blasfemado!» y los otros dijeron, «¡Es reo de muerte!» (Mat 26:65-66). «Y los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y le golpeaban; y vendándole los ojos, le golpeaban el rostro» (Luc 22:63-64). «Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban» (Mat 26:67).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote. Se acepta que Jesús seguía atado durante el interrogatorio, y si esto es correcto, entonces será más clara la escena al traducir así: “Como Jesús seguía todavía maniatado, Anás lo envió así a Caifás, que era el jefe de los sacerdotes”. Para evitar confusión entre Anás y Caifás como jefes de los sacerdotes se puede traducir: “Caifás que era ya en funciones el jefe de los sacerdotes” o “Caifás que era activamente el jefe de los sacerdotes”. En algunos idiomas hay que aclarar que Jesús no fue por su propia cuenta: “lo hizo conducir custodiado a Caifás”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

REFERENCIAS CRUZADAS

t 1007 Mat 26:57

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Anás…le envió. Aparentemente Anás decidió no forzar más a Jesús a confesar o dar información alguna. Posiblemente las palabras de Jesús lo hicieron sentirse culpable de lo inapropiado de su proceder.

Fuente: La Biblia de las Américas

Juan no menciona ningún interrogatorio ante Caifás. Véase nota en Mat 26:57. Bajo la ley romana, como en las sociedades libres de hoy, un preso era considerado inocente mientras no se probase que era culpable.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

B48 El verbo aoristo ἀπέστειλεν no expresa antecedente (es decir, no es similar a un pluscuamperfecto) por las siguientes razones: El aoristo es el único tiempo que se puede usar si se piensa en un evento simplemente como un evento; la presencia de οὖν que, especialmente en los escritos de Juan, es de carácter continuativo; y el hecho de que hay una ausencia en el contexto de cualquier insinuación que indique que los eventos están relacionados por su orden cronológico. La traducción resultante es: Por tanto, Anás lo envió.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego