Biblia

Comentario de Hechos 2:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Hechos 2:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

A éste, que fue entregado por el predeterminado consejo y el previo conocimiento de Dios, vosotros matasteis clavándole en una cruz por manos de inicuos.

2:23 — a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole. — Si Jesús de Nazaret podía hacer tantos milagros, ¿cómo fue posible que sufriera la pena de muerte como un criminal común y corriente? La razón humana concluye que aunque sus milagros aparentemente confirmaron su Deidad, su muerte la contradijo y, por eso, es necesario negarlo. Sin embargo, Pedro explica esta aparente contradicción. Los judíos sabían que Jesús había hecho milagros, y que ellos por manos de los romanos (inicuos) lo habían crucificado, pero no entendían que todo esto se había hecho conforme al «consejo y anticipado conocimiento de Dios». Es verdad que Jesús fue crucificado por los romanos por causa de la insistencia de los judíos, pero todo lo que se hizo fue el cumplimiento del plan de Dios. Jesús dijo (Luc 22:22), «A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado…» Así es que de antemano Dios sabía todo y todo fue hecho de acuerdo a su plan divino. Véanse Luc 24:25; Luc 24:46; Hch 17:3; Hch 26:22.

Entonces ¿quiere decir esto que Judas, los judíos y los romanos («los inicuos») quedaron libres de culpa? Claro que no. En este mismo sermón Pedro acusa a los judíos de pecado y demanda que se arrepientan. La voluntad de ellos no fue afectada por el plan eterno de Dios. Ellos hicieron precisamente lo que quisieron hacer y lo que hicieron era pecado. Dios les tenía por responsables y, por eso, les condenaba por sus hechos. No fueron manipulados por alguna fuerza divina, sino que eran siervos voluntarios de Satanás.

Satanás y sus siervos (Judas, los judíos y romanos) solamente querían el mal, pero Dios lo encaminó a bien. Compárese Gén 50:20, «Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo»; de la misma manera Judas, los judíos y los romanos pensaron mal contra Jesús, pero Dios lo «encaminó a bien» para salvarnos de los pecados.

Los judíos mataron a Jesús como David mató a Urías (2Sa 12:9, «A Urías heteo heriste a espada»); no lo hicieron personalmente sino «por manos» de otros.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

entregado por el determinado consejo. Hch 3:18; Hch 4:28; Hch 13:27; Hch 15:18; Sal 76:10; Isa 10:6, Isa 10:7; Isa 46:10, Isa 46:11; Dan 4:35; Dan 9:24-27; Mat 26:24; Luc 22:22, Luc 22:37; Luc 24:44-46; Jua 19:24, Jua 19:31-37; Rom 4:17; Rom 11:33-36; 1Pe 1:20; 1Pe 2:8; Jud 1:4; Apo 13:8.

prendisteis. Hch 3:13-15; Hch 4:10, Hch 4:11; Hch 5:30; Hch 7:52; Gén 50:20; Mat 27:20-25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios. Desde la eternidad (2Ti 1:9; Apo 13:8) Dios predeterminó que Jesús moriría una muerte en expiación como parte de su plan preparado de antemano (Hch 4:27-28; Hch 13:27-29). manos de inicuos, crucificándole. Una acusación contra los «varones israelitas» (v. Hch 2:22), aquellos judíos incrédulos que incitaron la muerte de Jesús, que fue ejecutada por los romanos. El hecho de que la crucifixión haya sido ordenada de antemano por Dios no exime de culpa a quienes la provocaron.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:23 — a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole. — Si Jesús de Nazaret podía hacer tantos milagros, ¿cómo fue posible que sufriera la pena de muerte como un criminal común y corriente? La razón humana concluye que aunque sus milagros aparentemente confirmaron su Deidad, su muerte la contradijo y, por eso, es necesario negarlo. Sin embargo, Pedro explica esta aparente contradicción. Los judíos sabían que Jesús había hecho milagros, y que ellos por manos de los romanos (inicuos) lo habían crucificado, pero no entendían que todo esto se había hecho conforme al «consejo y anticipado conocimiento de Dios». Es verdad que Jesús fue crucificado por los romanos por causa de la insistencia de los judíos, pero todo lo que se hizo fue el cumplimiento del plan de Dios. Jesús dijo (Luc 22:22), «A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado…» Así es que de antemano Dios sabía todo y todo fue hecho de acuerdo a su plan divino. Véanse Luc 24:25; Luc 24:46; Hch 17:3; Hch 26:22.
Entonces ¿quiere decir esto que Judas, los judíos y los romanos («los inicuos») quedaron libres de culpa? Claro que no. En este mismo sermón Pedro acusa a los judíos de pecado y demanda que se arrepientan. La voluntad de ellos no fue afectada por el plan eterno de Dios. Ellos hicieron precisamente lo que quisieron hacer y lo que hicieron era pecado. Dios les tenía por responsables y, por eso, les condenaba por sus hechos. No fueron manipulados por alguna fuerza divina, sino que eran siervos voluntarios de Satanás.
Satanás y sus siervos (Judas, los judíos y romanos) solamente querían el mal, pero Dios lo encaminó a bien. Compárese Gén 50:20, «Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo»; de la misma manera Judas, los judíos y los romanos pensaron mal contra Jesús, pero Dios lo «encaminó a bien» para salvarnos de los pecados.
Los judíos mataron a Jesús como David mató a Urías (2Sa 12:9, «A Urías heteo heriste a espada»); no lo hicieron personalmente sino «por manos» de otros.

Fuente: Notas Reeves-Partain

— no creyentes: Lit. los que carecen de ley, es decir, los paganos en cuanto carecen de la ley dada por Dios a Moisés; en el presente caso fueron las autoridades romanas.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Hch 3:15; Hch 4:10; Hch 5:30; Hch 10:40; Luc 23:33 y par.; Luc 24:6 y par.; Jua 19:18.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

g 81 Luc 24:44; Jua 19:11; Hch 4:28; 1Pe 1:20

h 82 Luc 23:33; Hch 5:30; Hch 7:52

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios. La muerte de Jesús no fue un accidente, ni fue asesinado; fue el cumplimiento del plan de Dios (Jn 19:10– 11; Hch 4:27– 28). No obstante, los impíos que lo condenaron a muerte llevaron sobre sí la responsabilidad de ese acto (Mt 26:24).

Fuente: La Biblia de las Américas

23 (1) Este consejo ha de haber sido determinado en un concilio celebrado por la Trinidad Divina antes de la fundación del mundo ( 1Pe_1:20 ; Rev_13:8), lo cual indica que la crucifixión del Señor no fue un accidente en la historia de la humanidad, sino un cumplimiento del consejo divino determinado por él Dios Triuno.

23 (2) Véase la nota 20 (1) de 1 P 1.

23 (3) Véanse las notas 26 (2) de Mt 27 y 32 (1) de Jn 18.

23 (4) Lit, hombres sin ley; véase la nota 4 (2) de 1 Jn 3. Incluye a Judas Iscariote ( Luc_22:3-6), a los principales sacerdotes, a los principales del templo, a los ancianos ( Luc_22:52-53), al sumo sacerdote y al sanedrín judío ( Luc_22:54 , Luc_22:66-71), a Pilato, a Herodes y a los soldados romanos ( Luc_23:1-25), principalmente a los judíos fanáticos junto con sus comisionados y a los políticos gentiles junto con sus subordinados. Esto indica que toda la humanidad mató a Jesús.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

de DIOS… TR añade prendisteis; de inicuos… Lit. de los sin ley. Es decir, de los gentiles; crucificándolo…Jua 19:18; Mat 27:35; Mar 15:24; Luc 23:33.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R1113 El participio de aoristo προσπήξαντες expresa una acción idéntica a la del verbo principal ἀνείλατε, lo cual indica que el asesinato fue hecho manifiestamente mediante la crucifixión.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, presciencia

O, de hombres sin ley; i.e., paganos

Fuente: La Biblia de las Américas

El TR adiciona prendisteis.

2.23 Lit. de los sin ley. Es decir, de los gentiles.

2.23 g Mat 27:35; Mar 15:24; Luc 23:33; Jua 19:18.

Fuente: La Biblia Textual III Edición