Comentario de Hechos 5:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero ninguno de los demás se atrevía a juntarse con ellos, aunque el pueblo les tenía en gran estima.

5:13

— De los demás, — tal vez algunos que hubieran disputado con los apóstoles.

— ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. — Casi siempre cuando hay algún movimiento nuevo y emotivo, hay personas que se unen al grupo. Pero no fue así en esa ocasión, ni tampoco ahora cuando la iglesia es fiel en la práctica de la disciplina. Los que son como Ananías y Safira que no quieren hacer la voluntad de Dios se alejan de los cristianos; no quieren asociarse con ellos (Jua 3:19-21). Parece que la mayoría del pueblo (dice Lucas «el pueblo») alababa a la iglesia. Por eso, «los demás» eran los que no les favorecían; éstos no se atrevían a juntarse con ellos por temor (o por vergüenza). Posiblemente algunos de ellos simpatizaban con los apóstoles, su enseñanza y práctica (como algunos sacerdotes creían en Jesús, Jua 12:42), pero no tenían la humildad o el valor necesarios para obedecer. Podían ver claramente que no convenía el discipulado falso y que la iglesia de Cristo no era buen lugar para hipócritas. Tampoco se animaban los enemigos a entrar en la iglesia para espiar y hacer daño como miembros.

Sin embargo, los humildes los alababan (compárese Mar 12:37). Había más respeto y más temor, porque ya sabían que pecadores como Ananías y Safira serían castigados. Los de afuera estaban pensando, «Aquí está un pueblo que no tolera el pecado». Debe haber respeto y temor en cada iglesia de Cristo.

Muchos libros se escriben sobre «la obra personal» y casi todas las iglesias de Cristo quieren convertir más gente. Este versículo nos da la regla número uno: que todos los miembros sean fieles para que los de afuera respeten la iglesia. Desde luego, muchos de los que respetan la iglesia no obedecen al evangelio, pero si no hay respeto por la iglesia, nadie obedecerá.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

de los otros, inguno se atrevía. Hch 5:5; Núm 17:12, Núm 17:13; Núm 24:8-10; 1Sa 16:4, 1Sa 16:5; 1Re 17:18; Isa 33:14; Luc 12:1, Luc 12:2; Luc 14:26-35; Jua 9:22; Jua 12:42; Jua 19:38; 2Pe 2:20-22.

mas el pueblo los alababa grandemente. Hch 2:47; Hch 4:21; Hch 19:17; Luc 19:37, Luc 19:38, Luc 19:48.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

ninguno se atrevía a juntarse con ellos debido a la reciente medida disciplinaria (Hch 5:1-11).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ninguno se atrevía a juntarse con ellos. Vea la nota sobre el v.Hch 5:5. Estos no creyentes tenían respeto hacia los seguidores de Jesús pero temían el riesgo de morir como resultado de unirse a la iglesia.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:13 — De los demás, — tal vez algunos que hubieran disputado con los apóstoles.
— ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. — Casi siempre cuando hay algún movimiento nuevo y emotivo, hay personas que se unen al grupo. Pero no fue así en esa ocasión, ni tampoco ahora cuando la iglesia es fiel en la práctica de la disciplina. Los que son como Ananías y Safira que no quieren hacer la voluntad de Dios se alejan de los cristianos; no quieren asociarse con ellos (Jua 3:19-21). Parece que la mayoría del pueblo (dice Lucas «el pueblo») alababa a la iglesia. Por eso, «los demás» eran los que no les favorecían; éstos no se atrevían a juntarse con ellos por temor (o por vergüenza). Posiblemente algunos de ellos simpatizaban con los apóstoles, su enseñanza y práctica (como algunos sacerdotes creían en Jesús, Jua 12:42), pero no tenían la humildad o el valor necesarios para obedecer. Podían ver claramente que no convenía el discipulado falso y que la iglesia de Cristo no era buen lugar para hipócritas. Tampoco se animaban los enemigos a entrar en la iglesia para espiar y hacer daño como miembros.
Sin embargo, los humildes los alababan (compárese Mar 12:37). Había más respeto y más temor, porque ya sabían que pecadores como Ananías y Safira serían castigados. Los de afuera estaban pensando, «Aquí está un pueblo que no tolera el pecado». Debe haber respeto y temor en cada iglesia de Cristo.
Muchos libros se escriben sobre «la obra personal» y casi todas las iglesias de Cristo quieren convertir más gente. Este versículo nos da la regla número uno: que todos los miembros sean fieles para que los de afuera respeten la iglesia. Desde luego, muchos de los que respetan la iglesia no obedecen al evangelio, pero si no hay respeto por la iglesia, nadie obedecerá.

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

n 237 Jua 19:38

ñ 238 Hch 2:47

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo