Comentario de Hechos 14:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos y hablaron de tal manera que creyó un gran número, tanto de judíos como de griegos.
14:1 — Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos. Entonces, a pesar de lo que leemos en 13:46, 51, seguían predicando a los judíos (lo que se dice en estos versículos tenía que ver con los judíos de Antioquía de Pisidia). En pueblo tras pueblo se observa casi siempre el mismo proceder: primero, Pablo y sus compañeros buscaban a los judíos y, generalmente, éstos se encontraban en la sinagoga; algunos judíos y algunos griegos («temerosos de Dios») aceptaban el evangelio y abrían campo entre otros griegos; los judíos incrédulos levantaban oposición contra ellos; y eran forzados a salir para buscar un campo nuevo. — y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. — La predicación de la verdad produce fe (Rom 10:17). Pablo estaba bien preparado para predicar porque en primer lugar él conocía las Escrituras, había recibido revelaciones de Cristo Gál 1:15-17) y predicaba con convicción y sinceridad. Era un verdadero apóstol de Cristo, inspirado por el Espíritu Santo (1Co 2:11-13) que sinceramente amaba las almas de la gente, aun la gente que quería matarlo, Rom 9:1-3; Rom 10:1. Sus argumentos eran lógicos y razonables y muchos estaban convencidos.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
aconteció en Iconio. Hch 13:51.
entraron juntos en la sinagoga. Hch 9:20; Hch 13:46; Hch 17:1, Hch 17:2, Hch 17:17; Hch 18:4; Hch 19:8.
creyó una gran multitud de judíos. Hch 14:21; Hch 11:21; Hch 13:43, Hch 13:46; Hch 17:4; Hch 18:8.
asimismo de griegos. Hch 14:2; Hch 16:1; Hch 17:12; Hch 18:4; Hch 19:10, Hch 19:17; Hch 20:21; Hch 21:28; Mar 7:26; Jua 7:35; Jua 12:20; Rom 1:16; Rom 10:12; 1Co 1:22-24; Gál 2:3; Gál 3:28; Col 3:11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Pablo y Bernabé son perseguidos en Iconio, Hch 14:1-7.
En Listra, Pablo sana a un incapacitado, por lo que son reputados como dioses, Hch 14:8-18.
Pablo es apedreado, Hch 14:19, Hch 14:20.
Ellos pasan por varias iglesias confirmando a los discípulos en la fe y en la paciencia, Hch 14:21-25.
Regresando a Antioquía, reportan lo que Dios ha hecho con ellos, Hch 14:26-28.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Siguiendo el patrón anterior, Pablo y Bernabé fueron a la sinagoga de los judíos que estaba ubicada en Iconio, en el distrito oriental de Frigia. El texto afirma que una gran multitud (v. Hch 14:1) de judíos y gentiles creyeron. Sin embargo, los judíos que no creían comenzaron a incitar la oposición en contra del mensaje de los apóstoles. Puesto que tomó un tiempo el que dicha oposición se hiciera efectiva, Pablo y los demás pudieron permanecer allí y predicar por mucho tiempo. Pese a su faceta histórica, Lucas no indica cuánto tiempo fue en realidad por lo que hace casi imposible confeccionar una cronología exacta de los viajes de Pablo. Finalmente, los judíos hostiles tuvieron éxito en incitar una revuelta que provocó el alejamiento de Pablo y Bernabé de Iconio. El v. Hch 14:3 indica que el mensaje del evangelio era la palabra de su gracia y que su ministerio también estaba acompañado por señales y prodigios o milagros.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Pablo y Bernabé predicaban con autoridad porque hablaban de la verdad. El poder de Dios no está en la persona que da el testimonio, sino en el testimonio en sí.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Pablo y Bernabé en Iconio, 14:1-7.
1 Igualmente en Iconio entraron en la sinagoga de los judíos, donde hablaron de modo que creyó una numerosa multitud de judíos y griegos. 2 Pero los judíos incrédulos excitaron y exacerbaron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. 3 Con todo, moraron allí bastante tiempo, predicando con gran libertad al Señor, que confirmaba la palabra de su gracia realizando por su mano señales y prodigios. 4 Al fin se dividió la muchedumbre de la ciudad y unos estaban por los judíos y otros por los apóstoles. 5 Y como se produjese un tumulto de gentiles y judíos con sus jefes, pretendiendo ultrajar y apedrear a los apóstoles, 6 dándose éstos cuenta de ello, huyeron a las ciudades de Licaonia, Listra y Derbe, y a las regiones vecinas, 7 donde predicaron el Evangelio.
Iconio, al sudeste de Antioquía, distaba de esta ciudad unos 130 kilómetros. Llama la atención el que Lucas, tan cuidadoso para decirnos que Perge estaba en Panfilia (13:12), Antioquía en Pisidia (13:14), Listra y Derbe en Licaonia (14:6), no dé indicación alguna geográfica respecto de Iconio. Probablemente ello es intencionado, debido a que, en un principio, esta ciudad perteneció a Frigia 124, pero posteriormente fue agregada al distrito administrativo de Licaonia 125, aunque sus habitantes seguían considerándose como “frigios,” cuya lengua hablaban, no el licaonio. Por eso, Lucas, acomodándose al modo popular de hablar, no la considera como de Licaonia, al decir que de Iconio “huyeron a las ciudades de Licaonia, Listra y Derbe” (v.6); pero tampoco quiere poner explícitamente que fuera una ciudad de Frigia.
Los hechos se desarrollaron más o menos como en Antioquía de Pisidia: se comienza por predicar en la sinagoga (v.1), sigue una gran oposición por parte de los judíos (v.2; cf. 18:6; 19:9; 28:24), y, al fin, después de haber morado bastante tiempo en la ciudad (v.3), los dos predicadores, explícitamente designados con el nombre de “apóstoles” (v.4:14), hubieron de salir de allí, dirigiéndose a las ciudades de Licaonia, Listra y Derbe (v.4-7) 125 126.
Es de notar la expresión “la palabra de su gracia” (v.3) para designar la predicación evangélica. Con ello se da a entender que la “salud” que ofrece el cristianismo es puro don de Dios (cf. 15:11; 20:24.32). Se nos dice que se convirtió gran número de “judíos y griegos” (v.1). De suyo el término “griegos,” en contraposición a “judíos,” designa simplemente los gentiles (cf. 21:28; Rom 1:16); sin embargo, dado que se trata de conversión en la sinagoga, es probable que se esté aludiendo a prosélitos o “adoradores de Dios” igual que en 13:43.
Durante la estancia en Iconio habría tenido lugar la conversión de Tecla, célebre personaje de la literatura cristiana primitiva, del que se habla extensamente en el apócrifo del siglo n Hechos de Pablo y Tecla. Se trata de una joven rica, convertida al cristianismo por San Pablo, a cuya conversión se oponen su madre y el futuro marido, dando esto lugar a graves persecuciones contra el apóstol y a otras muchas complicaciones y peripecias. Es probable que en toda esta narración, llena evidentemente de detalles legendarios, haya algún fondo histórico, aunque muy difícil de concretar.
Evangelización de Listra y Derbe, 14:8-20.
8 En Listra vieron a un hombre inválido de los pies, paralítico desde el seno de su madre y que nunca había podido andar. 9 Escuchaba éste a Pablo, que, fijando en él los ojos y viendo que tenía fe para ser salvo, 10le dijo en alta voz: Levántate, ponte de pie. El, dando un salto, echó a andar. 11 La muchedumbre, al ver lo que había hecho Pablo, levantó la voz diciendo en licaonio: Dioses en forma humana han descendido a nosotros, 12 y llamaban a Bernabé Zeus y a Pablo Hermes, porque éste era el que llevaba la palabra. 13 El sacerdote del templo de Zeus, que estaba ante la puerta de la ciudad, trajo toros enguirnaldados, y acompañado de la muchedumbre quería ofrecerles un sacrificio. 14 Cuando esto oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus vestiduras y arrojándose entre la muchedumbre, gritaban: 15 diciendo: “Hombres, ¿qué es lo que hacéis? Nosotros somos hombres iguales a vosotros, y os predicamos para convertiros de estas vanidades al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto hay en ellos; 16 que en las pasadas generaciones permitió que todas las naciones siguieran su camino, 17 aunque no las dejó sin testimonio de sí, haciendo el bien y dispensando desde el cielo las lluvias y las estaciones fructíferas, llenando de alimento y de alegría vuestros corazones.” 18 Con todo esto, a duras penas desistió la muchedumbre de sacrificarles. 19 Pero judíos venidos de Antioquía e Iconio sedujeron a las turbas, que apedrearon a Pablo y le arrastraron fuera de la ciudad, dejándole por muerto. 20 Rodeado de los discípulos, se levantó y entró en la ciudad. Y al día siguiente salió con Bernabé camino de Derbe.
Listra y Derbe eran dos ciudades de Licaonia, pertenecientes políticamente a la provincia romana de Galacia. Estaban al sudeste de Iconio. Listra distaba de Iconio unos 40 kilómetros, y Derbe distaba de Listra unos 50. Listra fue la ciudad natal de Timoteo, a quien San Pablo conoció ya durante esta su primera visita a la ciudad (cf. 16:1-2; 2Ti 1:5).
Referente a la estancia en Derbe nada sabemos en detalle, sino que “fue evangelizada e hicieron muchos discípulos” (v.21). Al contrario, por lo que se refiere a la estancia en Listra, la información es más abundante. Aquí tuvo lugar la curación de un tullido de nacimiento, que motivó un gran revuelo entre la muchedumbre, hasta el punto de considerar a Pablo y Bernabé como dioses en forma humana y pretender ofrecerles sacrificios (v.8-13). A Pablo, que era el que llevaba la palabra (v.12), llamaban Hermes (Mercurio de los latinos, considerado como portavoz o mensajero de los dioses); a Bernabé, que parece había guardado un majestuoso silencio, llamaban Zeus (Júpiter de los latinos). Había una leyenda muy extendida en el mundo greco-romano, según la cual, dos pastores frigios, Filemón y Baucis, habían sido recompensados con la inmortalidad por haber dado hospedaje en su cabana a Zeus y a Hermes, que se presentaban como simples viandantes y habían sido rechazados en todas partes 126. Algo semejante debieron pensar de Pablo y Bernabé los habitantes de Listra.
Al principio, Pablo y Bernabé no se dieron cuenta de que les estaban tomando por dioses, pues el pueblo se expresaba en licao-nio (v.11); mas no tardaron en enterarse, sobre todo al ver que se preparaban a ofrecerles sacrificios. Entonces, con un gesto usual entre los judíos (cf. Mat 26:65), rasgaron sus vestiduras en señal de disgusto e indignación ante aquella manifestación idolátrica (v.14.), y exhortaban a la multitud a que, dejados los ídolos, se convirtiesen al Dios vivo, autor y proveedor de todas las cosas visibles, a través de las cuales puede ser conocido (v.15-17; cf. 17:24-31; Rom 1:19-20). Breve discurso, que constituye una teodicea en síntesis, en que se atiende sobre todo al argumento físico de orden y causalidad, como más fácil de entender por el pueblo rudo. Aparece aquí, en sus rasgos esenciales, el Dios de la revelación cristiana: un Dios viviente, que tiene en sí mismo la vida y la comunica a este universo que El ha creado; un Dios solícito de la salvación de todos los seres humanos, y no sólo de un pueblo aislado; y que, si permitió que los gentiles “siguiesen su camino,” no es porque los abandonase a su suerte, como pensaban los judíos, sino porque esperaba el momento señalado en su providencia y sabiduría.
Este discurso parece que obtuvo su efecto y dejaron a los dos misioneros que prosiguieran su evangelización sin ser molestados. No sabemos cuánto duraría este tiempo de paz; pero judíos venidos de Antioquía e Iconio logran producir alboroto también en Listra contra la predicación de Pablo, quien, después de apedreado y dejado por muerto, “sale con Bernabé camino de Derbe” (v. 19-20).
De la predicación en Derbe, como ya hicimos notar antes, nada sabemos en detalle. Parece que debió desarrollarse con normalidad, sin especiales hostilidades ni persecuciones; pues, cuando más tarde Pablo recuerda las persecuciones padecidas “en Antioquía, Iconio y Listra” (2Ti 3:11), nada dice de Derbe.
Regreso a Antioquía de Siria,2Ti 14:21-28.
21 Evangelizada aquella ciudad, donde hicieron muchos discípulos, se volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, 22 confirmando las almas de los discípulos y exhortándolos a permanecer en la fe, diciéndoles que por muchas tribulaciones nos es preciso entrar en el reino de Dios. 23 Les constituyeron presbíteros en cada iglesia por la imposición de las manos, orando y ayunando, y los encomendaron al Señor, en quien habían creído. 24 Y atravesando la Pisidia, llegaron a Panfilia, 25 y, habiendo predicado la palabra en Perge, bajaron a Atalía, 26 y de allí navegaron hasta Antioquía, de donde habían salido, encomendados a la gracia de Dios, para la obra que habían realizado. 27 Llegados, reunieron la iglesia y contaron cuanto había hecho Dios con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. 28 Y moraron con los discípulos bastante tiempo.
Terminada la evangelización de Derbe, Pablo y Bernabé determinan regresar a Antioquía de Siria, iglesia que había sido escenario de sus primeros trabajos apostólicos (cf. 11:22-26), y de la que habían partido para este su primer gran viaje misional (cf. 13, 1-3).
El regreso va a hacerse siguiendo el mismo camino que habían traído, pero en sentido inverso: Derbe-Listra-Iconio-Antioquía de Pisidia-Perge (v.21-25). De allí bajarán a Atalía, puerto principal de la región, embarcando para Siria, y llegando a Antioquía (v.25-26). Parece que estamos a fines del año 48 o principios del 49. El viaje había comenzado, según todas las probabilidades, en el año 45.
La razón de que eligieran este camino de regreso es manifiesta. Podían haber hecho el viaje mucho más directamente atravesando la cordillera del Taurus por las “Ciliciae portae” y bajando luego a Siria, como vemos que hará Pablo al comenzar su segundo viaje (cf. 15:41); pero evidentemente querían volver a pasar por las comunidades recientemente fundadas para fortalecerlas en la fe (v.22; cf. 15:32.41; 16:5; 18:23) Y completar su organización. En este sentido tenemos el dato importantísimo de que, al pasar por estas comunidades, “constituían presbíteros en cada iglesia por la imposición de las manos” (v.23) De quiénes sean y qué signifique este nombre de “presbíteros” ya hablamos al comentar 11:30. Quizás a alguno extrañe que se atrevan a volver por las mismas ciudades, siendo así que de muchas de ellas hubieron de salir huyendo; pero téngase en cuenta que el verdadero apóstol no rehuye el peligro cuando lo pide el bien de las almas, y que más que predicar públicamente es probable que se limitasen a la organización de las comunidades, por lo que podían pasar casi inadvertidos en la ciudad. Llegados a Antioquía, reúnen a la iglesia y cuentan “cuánto había hecho Dios con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe” (v.27). La noticia era de enorme trascendencia y debió llenar de contento a la iglesia de Antioquía, compuesta en gran parte de gentiles (cf. 11:20-26). No todos, sin embargo, participaban del mismo entusiasmo. Algunos judío-cristianos, demasiado apegados aún al judaísmo, no compartían esas alegrías. Los incidentes narrados en el capítulo siguiente, que dieron lugar al concilio de Jerusalén, son buena prueba de ello.
Fuente: Biblia Comentada
Iconio. Un crisol cultural de colonos frigios, griegos, judíos y romanos, ubicado a unos 128 km al SE de Antioquía de Pisidia.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
14:1 — Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos. Entonces, a pesar de lo que leemos en 13:46, 51, seguían predicando a los judíos (lo que se dice en estos versículos tenía que ver con los judíos de Antioquía de Pisidia). En pueblo tras pueblo se observa casi siempre el mismo proceder: primero, Pablo y sus compañeros buscaban a los judíos y, generalmente, éstos se encontraban en la sinagoga; algunos judíos y algunos griegos («temerosos de Dios») aceptaban el evangelio y abrían campo entre otros griegos; los judíos incrédulos levantaban oposición contra ellos; y eran forzados a salir para buscar un campo nuevo.
— y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. — La predicación de la verdad produce fe (Rom 10:17). Pablo estaba bien preparado para predicar porque en primer lugar él conocía las Escrituras, había recibido revelaciones de Cristo Gál 1:15-17) y predicaba con convicción y sinceridad. Era un verdadero apóstol de Cristo, inspirado por el Espíritu Santo (1Co 2:11-13) que sinceramente amaba las almas de la gente, aun la gente que quería matarlo, Rom 9:1-3; Rom 10:1. Sus argumentos eran lógicos y razonables y muchos estaban convencidos.
Por lo tanto, Pablo tenía mucho poder para persuadir a los oyentes (compárese Hch 19:26). Lucas dice que «hablaron» y que «creyó una gran multitud»; de esta manera se confirma lo que Pablo dice en Rom 10:17, que la fe viene por el oír la Palabra de Dios. El hermano Frank L. Cox explica lo que la Palabra hace según los vers. 1-7:
1. Produce creyentes, ver. 1.
2. Levanta oposición, ver. 2.
3. Agrada a Dios, ver. 3.
4. Causa división entre oyentes, ver. 4.
5. Mueve a los hombres perversos a formular planes malvados, ver. 5-7.
Fuente: Notas Reeves-Partain
PABLO Y BERNABÉ EN ICONIO
Hechos 14:1-7
En Iconio siguieron la misma táctica de ir en primer lugar a la sinagoga de los judíos, y hablaron con tanto efecto que se convirtieron gran número tanto de judíos como de griegos. Pero los judíos que se negaron a creer soliviantaron a los gentiles de tal manera que los pusieron en contra de la naciente comunidad cristiana. Pablo y Bernabé se quedaron allí bastante tiempo comunicando la Palabra de Dios con valentía y con absoluta confianza en el Señor, Que confirmaba el Mensaje de su gracia capacitándolos para realizar demostraciones maravillosas del poder de Dios en acción.
Los habitantes de la ciudad se habían dividido en dos bandos: unos estaban de parte de los judíos, y otros, de los apóstoles. Pero cuando éstos se dieron cuenta de que los judíos se habían puesto de acuerdo con los gentiles y con los gobernadores para lanzarse contra ellos y apedrearlos, escaparon a las ciudades de Listra y Derbe, en Licaonia, y el distrito de alrededor, y siguieron anunciando la Buena Noticia por allí.
Pablo y Bemabé se fueron a Iconio, a unos 150 kilómetros de Antioquía. Era una ciudad tan antigua que pretendía ser anterior a Damasco. En el remoto pasado había tenido un rey que se llamaba Nanaco, y se solía decir la frase «desde los días de Nanaco» con el sentido de «desde tiempo inmemorial.»
Como era su costumbre, los apóstoles empezaron por la sinagoga y, como en otros casos, tuvieron éxito; pero los judíos celosos soliviantaron a la gente, y de nuevo Pablo y Bemabé tuvieron que irse a otro sitio.
Tenemos que darnos cuenta de que estaban arriesgando la vida cada vez más. Lo que les estaban preparando en Iconio era un linchamiento. Cuanto más lejos iban, más se alejaban de la civilización. En las ciudades más civilizadas estaban relativamente a salvo, porque Roma mantenía el orden; pero donde su influencia no se dejaba sentir tanto, Pablo y Bemabé estaban en peligro de caer en las manos de la chusma soliviantada por los judíos. Los apóstoles eran valientes. Siempre requiere valor seguir a Cristo.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
CAPÍTULO 14
4. EN ICONIO: éXITo Y FUGA (Hch/14/01-07).
1 En Iconio entraron igualmente en las sinagogas y hablaron de manera que abrazó la fe una gran muchedumbre, tanto judíos como griegos. 2 Pero los judíos recalcitrantes excitaron y enconaron los ánimos de los gentiles contra los hermanos. 3 Con todo, permanecieron bastante tiempo hablando con valentía sobre el Señor, que daba testimonio en favor de la palabra de la gracia concediendo que se efectuaran señales y prodigios por mano de ellos.
Iconio, situada en la transitada vía Sebaste o vía del emperador, tenía, como todas las plazas económicamente importantes, una colonia judía. Aquí se repite el cuadro de Antioquía de Pisidia. La palabra del Apóstol cae en buena tierra. Al mismo tiempo se enardecían el odio y la oposición por parte de los judíos. A éstos se los llama «recalcitrantes», porque en su tradición petrificada se hacen refractarios al mensaje de la salvación. De nuevo, como en Antioquía, con mala saña formaron un frente hostil contra los mensajeros de la nueva doctrina. ¡Cuántas veces este método de instigación y discriminación dio resultado contra la acción de Pablo, y cuántas veces en todos los tiempos ha favorecido a los adversarios del Evangelio!
Aunque es verdad -y nuestro libro tiene interés en repetirlo constantemente- que la persecución no puede nada cuando tropieza con la fe y la confianza, con la gracia y la fuerza del Espíritu. Los apóstoles predicaban «con valentía», con confianza en el Señor. Estaba el Señor presente en «la fuerza del Espíritu» (1,8), que mostraba su presencia y daba «testimonio en favor de la palabra de la gracia». «Palabra de la gracia», fórmula breve, que designa la verdadera esencia del Evangelio.
Y una vez más observamos cuánto dependía la primera misión de «señales y prodigios», que dan eficacia a la palabra de los testigos humanos y la hacen irresistible para todos los que buscan con buena voluntad. Cuando sólo la razón humana quiere adueñarse de la revelación, cuando el hombre trata de captar el misterio e interpretarlo sólo con crítica y fuerza de especulación, hay peligro de que se le escape de entre las manos y el hombre mismo se encuentre sólo con el vacío. Hoy día, en la actual crisis de la fe, ¿no tendremos más que nunca necesidad de «señales» que, como auténtico testimonio del Espíritu Santo estén al servicio de nuestro mensaje? Esto no tiene nada que ver con un milagrismo ávido de sensación.
4 Se dividió la gente de la ciudad, y unos estaban con los judíos y otros con los apóstoles. 5 Cuando, por fin, comenzó a formarse una manifestación de gentiles y judíos con sus cabecillas al frente, que pretendían maltratarlos y apedrearlos, 6 percatándose de ello, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a sus alrededores. 7 Y allí andaban anunciando el Evangelio.
A los apóstoles les amenaza la lapidación. Entre los judíos era éste el castigo por la blasfemia. Es de notar cómo crece la corriente de hostilidad. Las gentes de Antioquía se habían contentado con expulsar a los apóstoles. Pronto se llegará a la lapidación en toda regla (14,19). Los perseguidos logran hurtar el cuerpo. Según Luc 10:8 ss, Jesús había aconsejado a sus mensajeros: «En cualquier ciudad donde entréis y os reciban, comed de lo que os presenten, curad los enfermos que haya en ella y decidles: Está cerca de vosotros el reino de Dios. Pero en cualquier ciudad donde entréis y no quieran recibiros, salid a la plaza y decid: Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos pegó a los pies, lo sacudimos sobre vosotros. Sin embargo, sabedlo bien: ¡el reino de Dios está cerca!»
5. EN LISTRA (Luc 14:8-20).
a) Pablo apedreado (Hch/14/08-18).
8 En Listra yacía sentado un hombre, inválido de los pies, cojo desde el seno de su madre, y que nunca había podido andar. 9 Este hombre escuchaba a Pablo, quien, fijándose en él y viendo que tenía fe para ser curado, 10 dijo en alta voz: «Ponte derecho sobre tus pies.» Dio él un salto y echó a andar.
El relato de la curación del lisiado en Listra está primeramente marcado una vez más por el interés de los Hechos de los apóstoles en equilibrar y poner en paralelo las obras de Pablo con las de Pedro. Este relato nos recuerda la extensa narración de la curación del paralítico de nacimiento en 3,1-10, seguida de la instrucción sobre la proveniencia de la curación, como también la curación del paralítico en Lida (9,32-35). Esta clara tendencia a establecer un paralelismo entre los relatos de Pedro y de Pablo no significa que los relatos no estén basados en hechos históricos. Aunque esto no excluye que en el hecho de destacar tal o cual rasgo particular influyera también el motivo de la armonización, como, por ejemplo, en la caracterización de la enfermedad y del comportamiento del enfermo curado.
La curación se otorga a un hombre que «tenía fe para ser curado». En la palabra griega que significa «curar» se encierra, seguramente con intención, un doble sentido. La palabra no significa sólo la salud en sentido corporal, sino al mismo tiempo y preferentemente la salud o «salvación» en sentido religioso. La «fe» del enfermo podía estar encaminada, según el contexto, primeramente a la curación de su dolencia, pero Pablo la refirió a la salud o salvación en sentido del Evangelio. No sin razón se resalta que el enfermo «escuchaba» lo que decía Pablo. Sólo cuando el hombre está dispuesto a escuchar lo que llega a sus oídos como mensaje de salvación, se efectúa algo que es más que un mero «tener por cierto». Implica una confianza incondicional y da origen a esa actitud que, más allá del pensamiento en la miseria corporal, está sostenida por la entrega creyente al eficaz poder de salvación de Dios.
11 La multitud, cuando vio lo que había hecho Pablo, levantó la voz gritando, en licaónico: Los dioses, en forma humana, han bajado a nosotros. 12 Y llamaban a Bernabé, Zeus, y a Pablo, Hermes, porque era el portavoz. 13 Y el sacerdote del santuario de Zeus que hay a la entrada de la ciudad trajo toros con guirnaldas junto a las puertas y, de acuerdo con la multitud, se disponía a ofrecer un sacrificio.
Hoy día se pueden ver todavía exiguos restos del templo de Zeus del que se hace mención en el impresionante y conmovedor relato de nuestro texto. Tales restos son testigos de una fe religiosa a su manera, sobre la que no deberíamos sonreír con la autosuficiencia inspirada por el progreso del pensamiento. Al fin y al cabo, la idea de que los dioses pueden asumir figura humana revela la manera reverente de pensar sobre el más allá, siquiera sea en forma mítica. Además, la región de Listra era la patria de la delicada leyenda que narra que los dioses Zeus y Hermes, disfrazados de caminantes, habían sido acogidos con hospitalidad por los pobres cónyuges Filemón y Baucis, por lo cual éstos habían sido milagrosamente recompensados por los dioses. En tales historias no habría que ver únicamente lo que tienen de ingenuo e infantil, sino sentir el barrunto y anhelo oculto que en ellas se expresa.
14 Al oír esto los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus vestiduras y se lanzaron a la multitud, 15 diciendo a gritos: «¿Por qué hacéis esto? También nosotros somos hombres, sujetos a las mismas miserias que vosotros, y os traemos la buena noticia de que debéis convertiros de estas vanidades al Dios viviente que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo cuanto hay en ellos. 16 En las pasadas generaciones permitió que cada pueblo siguiera su propio camino. 17 Sin embargo, no se quedó sin testimonio en su favor, haciendo el bien, enviándoos desde el cielo las lluvias y las estaciones fructíferas, colmando de sustento y de alegría vuestros corazones.» 18 Y con esto que dijeron, a duras penas lograron detener a la multitud para que no les ofreciera sacrificio.
Es éste un discurso al que se ha prestado mucha atención. Es la primera vez que en los Hechos de los apóstoles habla Pablo ante un auditorio exclusivamente de gentiles. También aquí la contrapartida paulina del discurso pronunciado por Pedro ante el círculo del centurión romano Cornelio (10,34-43). Aunque no se debe pasar por alto que en el discurso de Pedro se trata de la obra salvífica de Jesús más por extenso y más expresamente que en el de Pablo. En efecto, llama la atención el hecho de que en Listra se refiera Pablo exclusivamente a la experiencia religiosa de los gentiles, sin tocar con una sola palabra el verdadero mensaje del Evangelio. Sin embargo, no se debe olvidar que, según 14,7.9, antes de esta escena intermedia había hablado ya Pablo al pueblo de Listra y que estas palabras tienen aquí sólo por objeto retraer las gentes de su error tocante a los mensajeros de la fe.
También aquí es instructivo ver cómo la predicación apostólica -y esto parece aplicarse a la manera especial de Pablo- aprovechaba los elementos del pensamiento pagano que podían servir de punto de partida. Si la predicación ante los judíos procuraba utilizar como testimonio en favor del Evangelio sobre todos los enunciados de la Escritura veterotestamentaria, era obvio que al hablar a los paganos se tratase de interesar a sus concepciones y experiencias. En todo tiempo deberá poner empeño el mensaje cristiano en familiarizarse con la situación intelectual de los hombres y tomarla razonablemente en cuenta en los términos y en los argumentos para instruir sobre la salvación.
b) Nuevamente agredido por los judíos (/Hch/14/19-20).
19 Pero llegaron de Antioquía a Iconio unos judíos que persuadieron a la multitud y, después de apedrear a Pablo, lo arrastraron fuera de la ciudad, dándolo par muerto. 20 Rodeado de los discípulos, se levantó y entró en la ciudad. Al día siguiente partió con Bernabé para Derbe.
Hay que leer la impresionante confesión del Apóstol en 2Co 11:16-33 para ver cuán digna de fe es esta noticia sobre su lapidación. Un cambio de escena casi incomprensible… Primero se le rinde homenaje como a un dios, y luego yace magullado bajo las piedras. Es el destino de los mensajeros de Cristo. «Yo le mostraré cuántas cosas deberá padecer por mi nombre», había dicho el Señor con respecto a Pablo (2Co 9:16).
Una vez más fueron las gentes de su propio pueblo las que fueron impulsadas a ir a Listra movidas por el odio. No tenemos la menor razón de ver en tales noticias meras señales de la hostilidad de Lucas contra los judíos. Las cartas del Apóstol, confirman, en efecto, claramente el odio que le profesaban los judíos. En 2Co 11:24 s, dice: «De los judíos recibí cinco veces los cuarenta azotes menos uno. Tres veces apaleado; una fui apedreado.» Y en 11,26 menciona, junto con los «peligros de bandoleros», expresamente los «peligros de parte de mis compatriotas». Se refiere a esos compatriotas, a ese pueblo del que en Rom 9:2 s, «con gran tristeza y profundo dolor incesante en mi corazón», dice: «Desearía yo mismo ser anatema, ser separado de Cristo en bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne.»
Pablo, dado por muerto, se levanta de en medio de las piedras que le habían arrojado. Dice, en efecto, en 2Co 4:16 : «Por eso no desfallecemos; por el contrario, aun cuando nuestro hombre exterior se va desmoronando, nuestro hombre interior, sin embargo, se va renovando día tras día.» Y tenemos también ante los ojos la otra confesión de la misma carta (2Co 6:4 ss), donde dice: «Nos acreditamos en toda ocasión como servidores de Dios, con mucha constancia, en tribulaciones, en necesidades, en aprietos, en palizas, en cárceles, en tumultos… como si fuéramos moribundos, aunque seguimos viviendo, como castigados, aunque todavía no muertos… »
6. REGRESO A ANTIOQUÍA (/Hch/14/21-28).
21 Evangelizada aquella ciudad y hechos numerosos discípulos, se volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, 22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándolos a permanecer en la fe y diciéndoles que por muchas tribulaciones tenemos que pasar para entrar en el reino de Dios. 23 Para éstos designaron presbíteros en cada Iglesia, y acompañando la oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
¿Por qué los misioneros, tras un trabajo fructuoso en Derbe, emprendieron el camino de regreso y no continuaron, como era de esperar, en dirección hacia la tierra natal de Pablo? El texto no lo dice. Tenían interés en volver a visitar las cristiandades anteriormente conquistadas, que, debido a las persecuciones, no habían podido organizar plenamente, y en «confirmar los ánimos» y asegurar una organización duradera. Para ello estaba indicada, ante todo, la designación de «presbíteros». No existe motivo alguno serio para poner en duda la historicidad de esta noticia. En efecto, la naturaleza misma de la cosa sugería dar a los fieles una cohesión segura y consiguientemente una constitución en regla, de igual modo que, según el modelo de las comunidades judías, también la lglesia judeocristiana de Jerusalén tenía ya sus «presbíteros» (o ancianos) (2Co 11:30).
Si esta designación debe considerarse como transmisión del ministerio en el sentido de una ordenación sacramental, es cosa que no se puede afirmar con seguridad. Podría suponerse así, si es que la referencia a «oración con ayunos» debe entenderse como algo que forma parte de esta transmisión del ministerio, como ya en 13,2, en la circunstancia de la misión de Bernabé y de Pablo. En realidad, tal como reza el texto, parece que «oración con ayunos» se refiere a la respectiva comunidad, que de esta manera fue «encomendada al Señor». Sea cual fuere el sentido de estas palabras, en todo caso, en este acto de ordenar y asegurar las comunidades vemos el comienzo de constitución de la Iglesia, que se hace patente en la posición y función de los presbíteros.
24 Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia: 25 y después de predicar la palabra en Perge, bajaron a Atalía; 26 desde allí navegaron a Antioquía, de donde habían partido encomendados a la gracia de Dios para la obra que acababan de realizar. 27 Llegados y congregada la Iglesia, referían lo que Dios había hecho con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. 28 Y permanecieron bastante tiempo con los discípulos.
Aun en medio de los áridos datos estadísticos, se descubre la mirada del evangelista. Habla de la «gracia de Dios». A ésta habían sido «encomendados» los mensajeros de la salvación en Antioquía. La «obra» que habían llevado a cabo los dos hombres es algo distinto de la realización de unos comerciantes o unos investigadores. De ello eran conscientes cuando contaban a la comunidad que los había enviado, «lo que Dios había hecho con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe». Esto suena como un eco de aquella frase con que se cierra el relato de Pedro sobre el bautismo del centurión Cornelio en 11,18: «Según esto, Dios ha dado también a los gentiles la conversión que conduce a la vida.» En tales palabras se muestra un motivo fundamental de nuestro libro acerca del camino de la Iglesia.
Fuente: El Nuevo Testamento y su Mensaje
— Iconio: Ver segunda nota a Hch 13:51.
— griegos: Ver nota a Hch 11:20. En el presente pasaje es claramente sinónimo de no judíos o paganos.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Pablo y Bernabé en Iconio. El patrón que se había hecho patente en Antioquía de Pisidia se repitió en Iconio y Lucas lo repite sólo en forma resumida (ver también 17:1-11; 18:4-17; 19:8-10; 28:17-32). 1 A pesar del relato más simple de 13:46, es claro que Pablo y Bernabé no volvieron la espalda a todos los judíos para ir directamente a los gentiles, sino que permitieron que cada congregación local de judíos tomara su decisión antes de ir a los gentiles del lugar. Así fue como los apóstoles entraron juntos en la sinagoga. Pablo y Bernabé contaron las buenas nuevas con gran resultado, pero su discurso no está registrado. 3 Una vez más, los judíos que no creyeron levantaron la oposición (ver 13:50), pero señales y prodigios confirmaron el mensaje al pueblo de Iconio y los habitantes se dividieron en cuanto a los apóstoles (aquí y en el v. 14 son los únicos lugares en que Lucas usa explícitamente el término “apóstoles” para Pablo o Bernabé) y finalmente Pablo y Bernabé fueron forzados a huir a Listra y Derbe.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
14.3, 4 Podríamos desear llevar a cabo un acto milagroso que convenciera a todos, de una vez y para siempre, que Jesús es el Señor. Pero aquí vemos que aunque sucediera un milagro, no convencería a nadie. Dios capacitó a estos hombres para hacer grandes milagros en confirmación de su mensaje de gracia, pero la gente permaneció a distancia. No pierda su tiempo y energías esperando milagros. Siembre la semilla de las buenas nuevas en el mejor terreno que encuentre y de la mejor forma posible y deje que el Espíritu Santo convenza.14.6 Iconio (14.1), Listra y Derbe fueron tres ciudades que Pablo visitó al sur de la región de Galacia. Tal vez Pablo escribió una carta a estas iglesias, la de los Gálatas, porque muchos judíos cristianos decían que los gentiles cristianos no podían ser salvos a menos que siguieran las leyes y costumbres judías. La carta de Pablo refutó este argumento y llevó a los creyentes a la verdadera comprensión de la fe en Jesús (véase Gal 3:3, Gal 3:5). Pablo quizás escribió esta carta en cuanto dejó la región (véase la nota a 14.28).14.11 «Lengua licaónica» era un dialecto local.14.11, 12 Zeus y Hermes (también conocidos como Júpiter y Mercurio) eran dos dioses populares en el mundo romano. Personas de Listra afirmaban que estos dioses visitaron su ciudad una vez. De acuerdo a la leyenda, nadie con excepción de una pareja de ancianos, les ofreció hospitalidad, de manera que Zeus y Hermes mataron al resto de las personas y premiaron a la pareja de ancianos. Cuando los ciudadanos de Listra vieron los milagros de Pablo y Bernabé, pensaron que los dioses los visitaban. Tomando en cuenta lo sucedido antes, de inmediato honraron a Pablo y Bernabé y les trajeron presentes.14.15-18 En respuesta a la gente de Listra, Pablo y Bernabé les recordó que Dios nunca «se dejó a sí mismo sin testimonio». La lluvia y la cosecha, por ejemplo, muestran su bondad. Más tarde Pablo escribió que esta señal en la naturaleza deja al hombre sin excusa para su incredulidad (Rom 1:20). Cuando dude acerca de Dios, mire a su alrededor y verá evidencias abundantes de que El sigue actuando en el mundo.14.18, 19 Pocos días después los de Listra pensaron que Pablo y Bernabé eran dioses y desearon ofrecerle sacrificios; luego apedrearon a Pablo y lo abandonaron para que muriera. Así es la naturaleza humana. Jesús entendió cuán inconstante puede ser la multitud (Joh 2:24-25). Nos sentimos bien cuando la gente nos aprueba, pero esto nunca debería afectar nuestros pensamientos ni afectos. No debemos vivir para agradar a las multitudes, sobre todo en nuestra vida espiritual. Sea como Jesús. Conozca la naturaleza de las multitudes y no ponga su confianza en ella. Deposite su confianza solo en Dios.14.18-20 Pablo y Bernabé persistieron en la predicación de las buenas nuevas. Consideraban que el costo no era nada en comparación con la obediencia a Cristo. Acababan de escapar de ser apedreados en Iconio (14.1-7). Sin embargo, los judíos de Antioquía e Iconio seguían buscando la oportunidad para apedrear a Pablo. Lo siguieron hasta Listra y lo hicieron. Pensaron que estaba muerto. Pablo se levantó y volvió a la ciudad para predicar las buenas nuevas. ¡Esto es verdadera entrega! Somos discípulos de Cristo llamados para una total rendición. Como cristianos ya no nos pertenecemos más a nosotros mismos, sino a nuestro Señor, por quien hemos sido llamados a sufrir.14.21, 22 Pablo y Bernabé volvieron a visitar a los creyentes en todas las ciudades en las que poco antes los amenazaron y atacaron físicamente. Sabían los peligros que enfrentaban, sin embargo creían que tenían la responsabilidad de animar a los nuevos creyentes. No importa cuán inconveniente e incómoda resulte la tarea, no debemos descuidar el apoyo que necesitan los nuevos creyentes, a quienes les hace falta nuestra ayuda y nuestro estímulo. ¡Para Jesús no fue conveniente ni cómodo ir a la cruz en nuestro lugar!14.23 Parte de la razón por la que Pablo y Bernabé arriesgaron sus vidas para volver a estas ciudades fue para organizar el liderazgo de las iglesias. No cuidaban a un grupo unido de negligentes; procuraban que se llegaran a organizar con líderes guiados por el Espíritu, que les ayudaran a crecer. Las iglesias crecen cuando tienen líderes, laicos y pastores dirigidos por el Espíritu. Ore por los pastores o líderes de su iglesia y cúbralos. Y si Dios lo llama, acepte con humildad la responsabilidad de un papel de liderazgo en su iglesia.14.28 Pablo quizás escribió su carta a los Gálatas mientras se hallaba en Antioquía (48 ó 49 d.C.) después de finalizar su primer viaje misionero. Hay varias teorías en cuanto a qué región de Galacia Pablo dirigió su carta, la mayoría está de acuerdo en que Iconio, Listra y Derbe formaban parte de dicha región. Es probable que Gálatas se escribiera antes del concilio de Jerusalén (Hechos 15), porque en la carta el asunto de si los gentiles creyentes debían someterse a la Ley judía todavía no estaba resuelto. El concilio se reunió para dilucidar dicho problema.FIN DEL PRIMER VIAJE : De Antioquía de Pisidia, Pablo y Bernabé descendieron con rumbo a la costa de Panfilia. Se detuvieron primero en Perge, donde desembarcaron, luego fueron al oeste en dirección a Atalia, puerto principal que enviaba mercancías desde Asiria a Siria y Egipto. Allí encontraron una nave que los llevaría a Seleucia, puerto de Antioquía de Siria. Así terminó su primer viaje misionero.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 732 2Ti 3:11
b 733 Hch 13:5
c 734 Hch 17:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Iconio…creyó. Ciudad localizada en la ruta comercial entre Efeso y Siria. Aquí el ministerio de Pablo prosperó, pero también había oposición (vers. 2).
Fuente: La Biblia de las Américas
1 super (1) Véase la nota 5 super (1) del cap.13.
1 super (2) Véase la nota 2 super (1) de Santiago 2.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
77 (d) Diferentes acogidas en la zona CENTRAL DE ASIA MENOR (14,1-20).
(i) Iconio (14,1-7). 1. del mismo modo: kata to auto podría significar «juntos», pero, dado que el modelo de misión establecido en Antioquía, bajo la regla de 13,46, es un pilar fundamental de la composición lucana, se aclararía mejor la intención de la frase si expresase la «semejante» prioridad de la sinagoga de Iconio en la agenda de la misión. Se repite también aquí la rápida secuencia de éxito y rechazo (v. 2). 2-3. La gramática y la lógica nos sugieren que el orden de estas oraciones podría haber sido el contrario al que tienen en el texto actual. Notemos el elemento de continuidad de la autentificación mediante «signos y prodigios» (2,43; 6,8). 4. los judíos: Tras el cisma de Antioquía, los antagonistas principales de la misión están mucho más cohesionados. los apóstoles: Probablemente, se deja percibir en este dato la tradición que subyace a Lucas (también en el v. 14), puesto que en otras partes reserva este título para los Doce (cf. comentario sobre 1,21).
78 (ii) Listra y Derbe (14,8-20). Al escaso hilo narrativo del itinerario, añade Lucas un relato de milagro (vv. 8-15a), que en su mayor parte procede de la tradición, y un brevísimo discurso (vv. 15b-17), en donde nos ofrece su propia versión de un esquema que había heredado (Wilckens, Missionsreden 81-91). El milagro es un paralelo cercano a la curación realizada por Pedro en el templo (3,1-11), y el discurso es un ensayo tour de forcé que tendrá lugar en Atenas (17,22-31); ambos sirven al esquema de referencias cruzadas que es propio de la pedagogía de Lucas. 8-11. El relato de la curación posee los elementos clásicos del género (cf. comentario sobre 3,1-11). De nuevo Pablo toma la iniciativa como hombre de Dios carismático y discierne la disposición del enfermo mediante el escrutinio pneumático. 8. Listra: Ciudad situada a 40 km al sudoeste de Iconio; por las monedas que se han encontrado, sabemos que fue fundada como colonia romana por Augusto (Colonia Iulia Félix Gemina Lustra). La variación entre las formas en pl. (v. 8) y en sing. (v. 6) del nombre se repite en 16,1-2. 12. dioses: La leyenda anatólica de Filemón y Bauco (Ovidio, Metamorph. 8,611-28) comparte con nuestra historia los nombres helenizados de las divinidades, el milagro entendido como epifanía y la conclusiva escena litúrgica (v. 13). En cualquier caso, Hermes es el nombre que se ajusta a Pablo, según la opinión lucana, como «portavoz de los dioses». 14. Bernabé y Pablo: Este procedimiento, abandonado en 13,46 y posteriormente, se justifica en este punto por lo que se había dicho en el v. 12. 15. hombres: cf. comentario sobre 10,26. 15b-17. El breve discurso contiene la invitación a convertirse de la ignorante idolatría al Creador que se autorrevela en la naturaleza, una idea que los primeros predicadores cristianos habían heredado de sus homólogos judeohelenistas (cf. 1 Tes 1,9); pero no hay aquí ninguna conclusión cristológica (como en 17,30-31; 1 Tes 9,10), quizá porque la conversión monoteísta era aún deficiente entre los habitantes de Listra (v. 18). En cualquier caso, este pasaje no es sino un preview del kerigma destinado a los gentiles que se oirá en el escenario central del Areópago (cap. 17). 19. judíos: Ya no se trata solamente de unos posibles recusantes de la misión, sino de agresivos enemigos que están al acecho. Es difícil dar crédito a este dato sobre el viaje que hicieron desde regiones limítrofes para hacer causa común con los paganos supersticiosos. Cf. comentario sobre 7,58. 20. Derbe: Estaba situada a unos 96 km al este de Listra; no aparece en 2 Tim 3,11. Probablemente, a esta ciudad se le mencionaba de paso en las notas de los viajes de Pablo que Lucas utilizó.
79 (e) Regreso a Antioquía (14,21-28). 21-22. Listra e iconio: El hecho de que los viajeros volvieran a visitar las ciudades de las que habían sido violentamente expulsados sugiere que Lucas unió, artificialmente, las conclusiones de los tres últimos episodios de acuerdo con su tipología del testigo asediado cuyo modelo era Jesús (cf. Lc 4,29-30). Este interés queda confirmado por el contenido de su exhortación, que interpreta el contenido de Lc 24,26 de forma existencial. 23. designaron presbíteros: ¿Es remotamente posible que este dato sea histórico (cf. 20,17), a pesar de que Pablo nunca menciona el término presbyteroi en sus cartas y de que estaba ya institucionalizado en tiempos de Lucas (cf. 1 Tim 5; Tit 1,5; 1 Pe 5,1.5)? Poruña parte, podríamos fundamentarlo en las especiales circunstancias de esta misión primitiva, especialmente la función dirigente de Bernabé, que en breve dejaría a Pablo (15,39), y el encargo que realizaban por orden de Antioquía (así Nellesen, «Die Einsetzung» 184-85.189). Pero la mayoría de autores lo seguirá considerando como una retroproyección lucana de la estructura eclesiástica de su época (Haenchen, Conzelmann, Roloff, Weiser). 26. embarcaron para Antioquía: Es decir, para Antioquía de Siria. Este versículo señala la clausura literaria de la sección que comenzó en 13,1-3. 27. Todo lo que Dios había hecho: cf. 15,4.12; 21,19. la puerta de la fe: cf. 1 Cor 16,9; 2 Cor 2,12. Este versículo extrae la conclusión del viaje con miras hacia el progreso de la historia lucana. 28. bastante tiempo: Un intervalo de tiempo separa el fin del viaje de los acontecimientos que se desarrollarán en Jerusalén. El primer viaje misionero suele fecharse entre los años 46-49 d.C. (Pablo, 79:29).
(Nellesen, E., «Die Einsetzung von Presbytern durch Barnabas und Paulus», Begegnung mit dem Wort [Fest. H. Zimmermann, ed. J. Zmijewski et al., BBB 53, Bonn 1979] 175-93. Schnackenburg, R., «Lukas ais Zeuge verschiedener Gemeindestrukturen», BibLeb 12 [1971] 232-47. Zingg, Wachsen 240-45.)
Fuente: Nuevo Comentario Biblico San Jeronimo
R502 Los genitivos aparecen aquí antes del sustantivo πλῆθος, porque se usan para indicar énfasis (generalmente el genitivo sigue al sustantivo con el cual se usa).
R1000 Ὥστε con el infinitivo πιστεῦσαι se usa para expresar resultado real.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
[3] Las dos casas en la sinagoga.
[1] Una referencia a la Gran Tribulación de los últimos tiempos, o la prueba/aflicción de Israel.
[11] Se da más importancia a Bernabé y se considera a Pablo portavoz de los dioses.
Fuente: Escrituras del Nombre Verdadero
Fuente: Notas Torres Amat