Biblia

Comentario de Hechos 16:37 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Hechos 16:37 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero Pablo les dijo: —Después de azotarnos públicamente sin ser condenados, siendo nosotros ciudadanos romanos, nos echaron en la cárcel; y ahora, ¿nos echan fuera a escondidas? ¡Pues no! ¡Que vengan ellos mismos a sacarnos!

16:37 — Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos (obsérvese ahora cada palabra empleada por Pablo, porque cada palabra es significativa. En primer lugar, nos azotaron, un castigo que causaba grande sufrimiento y que podía haber causado la muerte) públicamente (acto muy vergonzoso) sin sentencia judicial (mejor, como dice LBLA, sin hacernos juicio, porque la expresión «sin sentencia judicial» implica que habría sido lícito azotarles si hubieran sido culpables y esto no era cierto en el caso de ciudadanos romanos, pero los oficiales ni siquiera investigaron ni permitieron que los acusados hablaran en su propia defensa; esto fue un crimen en sí, una violación seria de la justicia romana) siendo ciudadanos romanos (Pablo era ciudadano romano de nacimiento, Hch 22:28. Aquí se oye el eco del ver. 21, «somos romanos»; el nombre romano de Silas era Silvano, 2Co 1:19; 1Ts 1:1. «La Lex Valeria del 509 a.C. y la Lex Porcia del 248 a.C. declaraban criminal golpear a un ciudadano romano era un crimen; azotarlo, un escándalo; darle muerte era un parricidio… La falsa pretensión de ciudadanía romana era un delito capital», ATR) nos echaron en la cárcel (como criminales comunes).

Alguien dirá, ¿Pero por qué no declararon Pablo y Silas que eran romanos cuando fueron prendidos? Por no explicar esto, ¿no fue la consecuencia culpa suya? La respuesta es sencilla: ¿Quién puede afirmar que ellos no declararon su ciudadanía? En esos momentos ¿qué esperanza había de que se les hiciera caso? La turba no oye ni piensa. Como dijo Pablo, les azotaron «sin sentencia judicial»; no se les permitió presentar su caso. Compárese Hch 22:24-29; en esa ocasión le prestaron atención.

Lo que Pablo hace ahora es para el bien del evangelio y para el bien de la iglesia. No convenía que el reporte circulara a otros pueblos de que ellos fueran castigados por algo que merecían. La conclusión de este asunto fue muy favorable para Pablo y Silas, para el evangelio y para la iglesia de Filipos. Si acaso otros pueblos llegaran a enterar de este evento, se darían cuenta de que los oficiales de Filipos reconocieron su error y públicamente vindicaron a los hermanos, y también que éstos no insistieron en sujetar a los oficiales al castigo que sus hechos merecían (Rom 12:19).

También esta acción de Pablo servía para que los oficiales no volvieran a someterse a las demandas del pueblo alborotado.

— ¿Y ahora nos echan encubiertamente? — ¿Nos azotaron públicamente, etc. y ahora nos sueltan en secreto ?

— No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos. — Públicamente los maltrataron y públicamente habían de reconocer su error. Pablo no buscó la venganza personal, sino el honor y respeto para la iglesia. Lo que los magistrados hicieron fue una afrenta contra el evangelio predicado por Pablo y contra la iglesia que él había establecido. Para la completa vindicación de Pablo y Silas, y al mismo tiempo del evangelio y de la iglesia, Pablo insistió en que los oficiales indicaran públicamente que no Pablo y Silas sino ellos mismos estaban mal.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

después de azotarnos públicamente. Hch 16:20-24; Hch 22:25-28; Sal 58:1, Sal 58:2; Sal 82:1, Sal 82:2; Sal 94:20; Pro 28:1.

vengan ellos a sacarnos. Dan 3:25, Dan 3:26; Dan 6:18, Dan 6:19; Mat 10:16.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Una vez que los magistrados supieron que Pablo y Silas eran ciudadanos romanos, comprendieron que estaban expuestos a la ira romana. Era ilícito azotar a un ciudadano romano o negarle a esa persona su derecho de un proceso justo. Pablo se negó a marcharse cuando tuvo la oportunidad porque protegía a la incipiente iglesia en Filipos. Debido a la paliza que recibieron en público, el pueblo creería que cometieron alguna falta. Si Pablo se hubiese marchado en silencio, la gente pensaría que los que se relacionaban con ellos, en especial los miembros de la iglesia en Filipos, también cometían alguna falta.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

romanos. Imponer un castigo corporal a un ciudadano romano era considerado un grave crimen, y más aún teniendo en cuenta que Pablo y Silas no tuvieron un juicio. Como resultado, los magistrados se expondrían a ser expulsados de su cargo y Filipos podría perder todos los privilegios de los cuales gozaba por ser una colonia romana (vea la nota sobre el v.Hch 16:12).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

16:37 — Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos (obsérvese ahora cada palabra empleada por Pablo, porque cada palabra es significativa. En primer lugar, nos azotaron, un castigo que causaba grande sufrimiento y que podía haber causado la muerte) públicamente (acto muy vergonzoso) sin sentencia judicial (mejor, como dice LBLA, sin hacernos juicio, porque la expresión «sin sentencia judicial» implica que habría sido lícito azotarles si hubieran sido culpables y esto no era cierto en el caso de ciudadanos romanos, pero los oficiales ni siquiera investigaron ni permitieron que los acusados hablaran en su propia defensa; esto fue un crimen en sí, una violación seria de la justicia romana) siendo ciudadanos romanos (Pablo era ciudadano romano de nacimiento, Hch 22:28. Aquí se oye el eco del ver. 21, «somos romanos»; el nombre romano de Silas era Silvano, 2Co 1:19; 1Ts 1:1. «La Lex Valeria del 509 a.C. y la Lex Porcia del 248 a.C. declaraban criminal golpear a un ciudadano romano era un crimen; azotarlo, un escándalo; darle muerte era un parricidio… La falsa pretensión de ciudadanía romana era un delito capital», ATR) nos echaron en la cárcel (como criminales comunes).
Alguien dirá, ¿Pero por qué no declararon Pablo y Silas que eran romanos cuando fueron prendidos? Por no explicar esto, ¿no fue la consecuencia culpa suya? La respuesta es sencilla: ¿Quién puede afirmar que ellos no declararon su ciudadanía? En esos momentos ¿qué esperanza había de que se les hiciera caso? La turba no oye ni piensa. Como dijo Pablo, les azotaron «sin sentencia judicial»; no se les permitió presentar su caso. Compárese Hch 22:24-29; en esa ocasión le prestaron atención.
Lo que Pablo hace ahora es para el bien del evangelio y para el bien de la iglesia. No convenía que el reporte circulara a otros pueblos de que ellos fueran castigados por algo que merecían. La conclusión de este asunto fue muy favorable para Pablo y Silas, para el evangelio y para la iglesia de Filipos. Si acaso otros pueblos llegaran a enterar de este evento, se darían cuenta de que los oficiales de Filipos reconocieron su error y públicamente vindicaron a los hermanos, y también que éstos no insistieron en sujetar a los oficiales al castigo que sus hechos merecían (Rom 12:19).
También esta acción de Pablo servía para que los oficiales no volvieran a someterse a las demandas del pueblo alborotado.
— ¿Y ahora nos echan encubiertamente? — ¿Nos azotaron públicamente, etc. y ahora nos sueltan en secreto ?
— No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos. — Públicamente los maltrataron y públicamente habían de reconocer su error. Pablo no buscó la venganza personal, sino el honor y respeto para la iglesia. Lo que los magistrados hicieron fue una afrenta contra el evangelio predicado por Pablo y contra la iglesia que él había establecido. Para la completa vindicación de Pablo y Silas, y al mismo tiempo del evangelio y de la iglesia, Pablo insistió en que los oficiales indicaran públicamente que no Pablo y Silas sino ellos mismos estaban mal.

Fuente: Notas Reeves-Partain

— ciudadanos romanos: El derecho romano (en concreto, la llamada “ley Porcia”) prohibía terminantemente aplicar la flagelación a un ciudadano romano. En cuanto a la ciudadanía romana de Pablo, ver Hch 22:25-29; Hch 23:27.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

s 882 Hch 22:25; Hch 23:27

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

somos ciudadanos romanos. El ciudadano romano tenía privilegios especiales, incluyendo exención de degradantes formas de castigo público.

Fuente: La Biblia de las Américas

romanos. Pablo habla nacido siendo ciudadano romano (Hch 22:28), lo que le daba ciertos derechos, incluyendo tener audiencia publica. Estaba prohibido por la ley azotar a un ciudadano romano; por consiguiente, los derechos de Pablo y Silas habían sido violados.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

sin sentencia previa… Lit. no condenados; ciudadanos… Lit. hombres.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R530 El adjetivo δημοσία se usa como un adverbio de manera: públicamente.

R1187 En este versículo aparece uno de los usos más sorprendentes de ἀλλά: οὐ γάρ, αλλά, donde οὐ γάρ significa: no mucho, con un grado de desdén (comp. καὶ νῦν).

H453 Ἐλθόντες unido a un verbo conjugado en modo personal es enfático en los vv. 37 y 39: que vengan ellos mismos …

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., hombres

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. no condenados.

16.37 Lit. hombres.

Fuente: La Biblia Textual III Edición