Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra ávidamente, escudriñando cada día las Escrituras para verificar si estas cosas eran así.
17:11 — Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica. — Dice 1Co 1:26, «Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios… poderosos… nobles», es decir, bien nacido (como el v. 4, «mujeres nobles», y el «hombre noble» de Luc 19:12), pero los de Berea eran nobles de corazón y de carácter.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
éstos eran más nobles que. Pro 1:5; Pro 9:9; Jer 2:21; Jua 1:45-49.
pues recibieron la palabra. Hch 2:41; Hch 10:33; Hch 11:1; Job 23:12; Pro 2:1-5; Pro 8:10; Mat 13:23; 1Ts 1:6; 1Ts 2:13; 2Ts 2:10; Stg 1:21; 1Pe 2:2.
escudriñando cada día las Escrituras. Sal 1:2, Sal 1:3; Sal 119:97, Sal 119:100, Sal 119:148; Isa 8:20; Isa 34:16; Luc 16:29; Luc 24:44; Jua 3:21; Jua 5:39; 2Ti 3:15-17; 1Pe 1:10-12; 2Pe 1:19-21; 1Jn 4:5, 1Jn 4:6.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
éstos, los judíos escudriñaron en las Escrituras para descubrir la verdad. Este es el plan de Dios para los cristianos también, esto explica por qué Él nos dio la Palabra.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ESCUDRIÑANDO CADA DÍA LAS ESCRITURAS. Lo que hacen los bereanos sirve de ejemplo para todo el que escucha a los predicadores y maestros exponer las Escrituras. No debe aceptarse pasivamente ninguna interpretación o doctrina. Más bien, debe examinarse con cuidado mediante el estudio personal de las Escrituras. La palabra traducida «escudriñar» (gr. anakríno) significa «examinar de arriba abajo, investigar con cuidado y exactitud». La predicación bíblica debe convertir en estudiantes de la Biblia a los oyentes. Debe examinarse la verdad de toda doctrina a la luz de la Palabra de Dios (véase Efe 2:20, nota).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
17:11 — Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica. — Dice 1Co 1:26, «Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios… poderosos… nobles», es decir, bien nacido (como el v. 4, «mujeres nobles», y el «hombre noble» de Luc 19:12), pero los de Berea eran nobles de corazón y de carácter.
— pues recibieron la palabra con toda solicitud (con pronta disposición, VHA), — prothumía, buena voluntad, buena disposición (dispuesto), 2Co 8:11, «buena voluntad» (LBLA); v. 12, «voluntad dispuesta»; v. 19, «buena voluntad»; 9:2, «buena voluntad». Escuchaban atenta y respetuosamente a lo que decían los evangelistas. Esta fue una experiencia muy rara para Pablo y Silas. En Tesalónica la mayoría de los judíos eran esclavos de su prejuicio. No tenían «buena voluntad» sino envidia y rechazaron y maltrataron a los siervos de Dios (como también los de Antioquía de Pisidia, 13:45). Los de Berea no eran esclavos del prejuicio como los otros.
— escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. — 4:9; 12:19, interrogar (en sentido judicial); investigar, examinar las Escrituras por sí mismos. Jua 5:39, «Escudriñad las Escrituras». Al escuchar a Pablo y Silas, los judíos nobles de Berea no reaccionaron con hostilidad como sus hermanos de Tesalónica y Antioquía de Pisidia. Tampoco manifestaron indiferencia fría hacia la predicación, sino que abrían las Escrituras para estudiar. Probablemente la mayor parte de ellos tuvieran que hacerlo en la sinagoga, pues los judíos no tenían la dicha de poseer cada quien su propio ejemplar de todos los libros (rollos) de las Escrituras. Los de Berea toman su lugar con Cornelio, Lidia y otros que prestaron atención reverente a la palabra de Dios. Hch 17:11 se ha citado miles de veces como un ejemplo excelente para los que oyen el evangelio.
Lamentablemente la mayoría de los hombres aceptan su religión — la cosa más importante de su vida — sin examinarla. La aceptan porque la heredan de sus padres, porque los sacerdotes o pastores les aseguran que es la verdad, o por otro motivo, pero no por haber hecho personalmente una investigación cuidadosa de ella «para ver si estas cosas eran así».
El clero romano cita 2Pe 1:20, «que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada», y afirma que el hombre no puede estudiar y entender las Escrituras por sí mismo. En primer lugar, Pedro no dijo tal cosa. El v. 21 explica el v 20: «porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo»; es decir, Pedro no se refiere al estudio de las Escrituras, sino al origen de las Escrituras. Al decir «interpretación privada» él quiere decir que los escritores de las Escrituras no escribieron sus propias ideas. También la actitud de Pablo confirma que le agradó a Dios lo que hicieron los de Berea (Pablo no les reprendió diciendo, «Dejen de estudiar las Escrituras porque no pueden entenderlas»). Lucas alaba a los de Berea (eran «nobles») por escudriñar las Escrituras y por pensar por sí mismos.
Pero el derecho (la obligación) de cada persona de escudriñar las Escrituras y pensar por sí misma no significa que cada persona pueda interpretar las Escrituras como le convenga. La verdad no es relativa sino absoluta; no se puede decir que lo que cada quien piense o quiera es verdad para él. La verdad no es subjetiva sino objetiva. Es locura decir que todo el mundo tiene el derecho de interpretar las Escrituras a su modo o que no importa lo que uno crea sólo que sea sincero, etc. Lo que aprendemos en este texto es que todo el mundo tiene el derecho y el deber de buscar y encontrar la verdad divina.
Sin duda, la presentación de Pablo y Silas era muy convincente y lo que decían les interesaba mucho a los de Berea, pero éstos querían estar seguros de lo que aceptaban. No querían que su fe se basara en la mera palabra de los hombres, sino en lo que las Escrituras dicen. La predicación que agrada a Dios anima a los oyentes a ser estudiantes diligentes de las Escrituras. «Estas cosas» eran los mismos temas que predicaban en todas las sinagogas (17:3).
Uno de los pecados más grandes del hombre es rehusar examinar la predicación del evangelio puro a la luz de las Escrituras. El comentario de McGarvey sobre esto es muy bueno: «Un pecado común entre los humanos es el negarse a examinar cándidamente y con paciencia las demandas del evangelio. Habiendo caído en el error por sus tradiciones, los judíos resistían con pasión y tumulto todo esfuerzo por darles la verdadera luz; y desde entonces su insensatez ha sido imitada tanto por los incrédulos como por los partidarios del error religioso. Si tales gentes viven y mueren ignorando la verdad, y a consecuencia de ello mueren descuidando el deber, su ignorancia, en lugar de excusarles, será uno de sus pecados principales. Apenas habrá mayor pecado que el taparnos los oídos cuando Dios nos habla, o cerrar los ojos para no ver la verdad que El nos brinda».
Fuente: Notas Reeves-Partain
(Ver Jua 5:39).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
o 900 Luc 16:29
p 901 Jua 5:39
q 902 Pro 14:15
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
11 super (1) Es decir, de amplio criterio.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
R487 La frase καθʼ ἡμέραν se acerca mucho a un adverbio puro: diariamente.
T48 En el pronombre οἵτινες, uno no tiene que introducir el significado porque; ellos no eran más nobles porque recibieron el mensaje, sino simplemente quienes recibieron el mensaje, sea cual fuere la demanda del contexto o de la teología.
T127 Εἰ introduce aquí una pregunta indirecta: para ver si.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., quienes