Comentario de Hechos 21:27 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Cuando iban a terminar los siete días, los judíos de Asia, al verle en el templo, comenzaron a alborotar a todo el pueblo y le echaron mano,
21:27 — Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, — entraba y salía al participar en la purificación de los cuatro hombres que tenían votos. — alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, — Jacobo se preocupaba por la oposición de hermanos, pero los que causaban el problema eran judíos incrédulos, que reconocieron «al odiado adalid de la ‘secta nazarena'» (Trenchard) quienes fueron motivados por los celos que habían sentido por el gran éxito del evangelio en Asia (cap. 19).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
unos judíos de Asia. Hch 24:18.
alborotaron a todala multitud. Hch 6:12; Hch 13:50; Hch 14:2, Hch 14:5, Hch 14:19; Hch 17:5, Hch 17:6, Hch 17:13; Hch 18:12; 1Re 21:25.
y le echaron mano. Hch 4:3; Hch 5:18; Hch 26:21; Luc 21:12.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
siete días. La duración del proceso de purificación (vea la nota sobre el v.Hch 21:24). Pablo tenía que aparecer en el templo los días tercero y séptimo. El incidente que se describe tuvo lugar en el día séptimo, cuando el proceso ya casi estaba terminado. judíos de Asia. Quizá provenientes de Éfeso, puesto que reconocieron a Trófimo como un gentil (v. Hch 21:29). Estaban en Jerusalén para celebrar la fiesta de Pentecostés.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
21:27 — Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, — entraba y salía al participar en la purificación de los cuatro hombres que tenían votos.
— alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, — Jacobo se preocupaba por la oposición de hermanos, pero los que causaban el problema eran judíos incrédulos, que reconocieron «al odiado adalid de la ‘secta nazarena'» (Trenchard) quienes fueron motivados por los celos que habían sentido por el gran éxito del evangelio en Asia (cap. 19).
Fuente: Notas Reeves-Partain
UNA DENUNCIA MALICIOSA
Hechos 21:27-36
Cuando estaba para cumplirse la semana que requería la purificación, unos judíos de Asia vieron a Pablo en el Templo y alborotaron a toda la gente que estaba allí y le echaron mano a Pablo mientras gritaban:
-¡A mí los israelitas! ¡Este tipo es el que anda enseñando por todas partes cosas en contra del pueblo de Dios y de la Ley y del Templo! ¡Y además ha metido a paganos en el lugar santo para profanarlo!
Le acusaron de eso porque le habían visto por la ciudad en compañía del efesio Trófimo, y supusieron que Pablo le había introducido en el Templo. En consecuencia, toda la ciudad se alteró, y hubo una gran aglomeración de gente. Agarraron a Pablo y le sacaron a rastras del Templo, cerrando tras sí las puertas.
Estaban a punto de lincharle cuando informaron al oficial al frente de la compañía de guardia que se había levantado toda la ciudad de Jerusalén. Inmediatamente formó a unos soldados y centuriones y se lanzaron calle abajo al lugar del conflicto. Cuando los vio la multitud dejaron de apalear a Pablo. El oficial se le acercó, le detuvo y mandó que le aseguraran con dos cadenas, mientras preguntaba:
-¿Quién es, y qué es lo que ha hecho?
Entre la gente, unos gritaban una cosa y otros otra; y como no podía saber de qué se trataba a causa del jaleo, mandó que llevaran a Pablo al cuartel. Al llegar a la escalinata, la gente había dejado a Pablo en tal estado que los soldados tuvieron que llevarle a cuestas, mientras la multitud los seguía gritando:
-¡Muera!
El que Pablo accediera a la sugerencia de los responsables de la Iglesia de Jerusalén acabó en un desastre. Era el tiempo de Pentecostés, y había una gran aglomeración de judíos de todas partes; entre ellos, unos de Asia, que sin duda sabían lo eficaz que había sido allí el trabajo de Pablo, le habían visto por la ciudad con Trófimo, a quien probablemente conocían. Otros enemigos de Pablo sin duda tuvieron también tiempo para preparar su ataque, ya que la cuestión del voto había hecho que Pablo estuviera con frecuencia en el Templo. La falsa acusación de que Pablo había introducido a un pagano en el Templo nos da la impresión de no haber sido improvisada en el momento, sino urdida con cuidado y premeditación.
Trófimo era un gentil, y el que entrara un gentil en el Templo era una cosa terrible. Los gentiles podían entrar en el Atrio de los Gentiles; pero entre ese y el Atrio de las Mujeres había una barrera con carteles que anunciaban: «Ningún extranjero puede pasar la balaustrada o la reja que rodea el Templo bajo pena de muerte.» Hasta los Romanos tomaban esto tan en serio que este era el único crimen por el que consentían que los judíos dictaran y aplicaran la sentencia de muerte. Los judíos de Asia, y probablemente otros, pasaron a acusar a Pablo de violar la Ley, insultar al pueblo escogido y profanar el Templo, y provocaron su linchamiento. En el extremo noroccidental del área del Templo estaba la Torre Antonia, que había construido Herodes el Grande. En las grandes fiestas, cuando la atmósfera estaba más inflamable, había una guardia de una cohorte de mil soldados. Roma consideraba cualquier alteración del orden público un pecado imperdonable, tanto para el populacho que lo protagonizaba como para el comandante que lo consentía. El comandante se enteró de que algo estaba pasando, y se lanzó con sus tropas al lugar del conflicto. Para seguridad de Pablo le arrestó y le encadenó por los brazos a dos soldados. En aquel jaleo el comandante no pudo sacar una idea clara de la chusma exaltada, y los soldados tuvieron que llevar a Pablo al cuartel en volandas por la actitud amenazadora de la multitud, o tal vez por el estado en que Pablo se encontraba después de aquella tremenda paliza. De las muchas veces que Pablo había estado en peligro de muerte, aquella fue en la que se encontró más cerca del fin, y fue la intervención de la imparcial justicia romana la que le salvó la vida.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Pablo arrestado en el templo. Sin embargo, tal como ocurrieron las cosas, no hubo tiempo para que el plan se completara. 27 La perturbación no vino de los judíos cristianos sino de algunos judíos de Asia (DHH “la provincia de Asia”) que posiblemente habían ido en peregrinación. En su camino a Jerusalén, Pablo evitó deliberadamente la provincia de Asia, quizá porque esperaba que surgirían esos problemas allí (ver sobre 20:16, 17).28, 29 Como habían temido Jacobo y los líderes de la iglesia, esos judíos declararon falsamente que Pablo enseñaba a todos contra nuestro pueblo, la ley y este lugar. Para ilustrar este último punto, acusaron erróneamente a Pablo de haber llevado a Trófimo, un efesio, más allá de donde estaba permitido que un gentil tuviera acceso, lo que era una ofensa muy seria. 30 Las acusaciones provocaron una conmoción entre la población de la ciudad, donde probablemente el cristianismo era mal visto después del episodio de Esteban (8:1). Las puertas fueron cerradas para evitar que hu biera violencia en los patios interiores del templo, pues la turba trataba de matarle. Semejante tumulto atrajo la atención de las autoridades romanas, que estaban muy alertas en los tiempos de fiestas en todo momento. El gobierno de Félix, que entonces era procurador de Judea (23:24, 26) es conocido por su estricta supresión de los insurgentes (ver 37, 38). 33 Aunque el tribuno intentó conocer la identidad de Pablo, no le interrogó él mismo o no pudo oír sus respuestas, dado que el v. 37 muestra su sorpresa de que Pablo hablara en gr. 34 El desordenado griterío de la multitud judía recuerda las muchedumbres paganas de Efeso donde también unos gritaban una cosa y otros otra (ver 19:32). Pero mientras que la violencia de aquella turba había sido motivada por orgullo personal, este ultraje público parece haber sido un genuino, aunque equivocado, celo por la religión judía.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
m 1136 Núm 6:9
n 1137 Hch 19:29
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
judíos de Asia. Algunos judíos de Efeso y sus alrededores reconocieron a Trófimo el efesio (vers. 29), y comenzaron a instigar un complot. Además de la acusación que Pablo estaba apartando a los judíos de la ley, añadieron la acusación incierta de que él había profanado el templo (vers. 28).
Fuente: La Biblia de las Américas
BD209(3) Ἀπό se usa en vez de ἐκ para indicar el lugar de origen (comp. Hch 6:9).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
I.e., la provincia de la costa occidental de Asia Menor