Biblia

Comentario de Romanos 4:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Romanos 4:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pues ¿qué dice la Escritura? Y creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.

4:3 — “¿Qué dice la Escritura?” (Compárense 11:4; Luc 10:26; Jua 7:42; Gén 3:3). Ahora Pablo presenta la prueba de que Abraham no tuvo base para gloriarse.

— “Creyó… contado por justicia.” (Véase Gén 15:6). Es error suponer, como hacen muchos sectarios, que Pablo habla de la justificación de Abraham como pecador inconverso. Antes de Gén 15:6 vemos que Abraham ya era hombre de Dios (Heb 11:8; Gén 12:1-3; Hch 7:2-3; Gén 12:6-8; Gén 13:3-4; Gén 14:19; Gén 15:1).

Abraham creyó a Dios cuando Dios le prometió un hijo y grande descendencia. Porque creyó, Dios le justificó (perdonó). Su fe no fue substituto de justicia, ni aceptó Dios su fe como si fuera justicia. Abraham creyó y “le fue contado a justicia” (Versión Moderna). En el texto griego la preposición traducida “por” en la Versión Valera, Revisión 1960, que estamos usando, es eis, que significa “para, hacia, a.” Se encuentra en Hch 2:38, “para perdón.” Sobre la base de la fe de Abraham, Dios le declaró justo. (Compárese Sal 106:30-31). Esta misma preposición griega se encuentra en Rom 10:10 donde nuestra versión (la de 1960) bien dice, “para.” La preposición “por” no es la indicada. eis ¡no significa por, sino para!

Si el hombre nunca pecara, sería justo y podría gloriarse delante de Dios. Pero si peca y Dios le perdona, es justificado por gracia o favor, y no puede gloriarse. Por eso no pudo gloriarse Abraham (versículo 2). Esto está conectado con 3:27.

Notas sobre la aparente discrepancia entre Pablo y Santiago (2:21-24):

¿Se contradicen los dos? ¡No! El problema consiste en no entender bien a Pablo o aplicar mal lo que dice Santiago, o las dos cosas. Pablo habla de obras de ley, y Santiago de obras de fe. Santiago sí contradice a las interpretaciones que los sectarios dan a las palabras de Pablo. Hacen creer que Pablo dice que para ser salvo, no hay nada que hacer sino creer en Cristo; que uno no tiene que obedecer al evangelio (a los términos del evangelio). Santiago contradice esto, porque no es cierto. Pero Pablo no dice tal cosa. Pablo enseñaba a los judaizantes que nadie es justificado (perdonado, y así hecho justo), por obras de ley, porque nadie obedecía a la ley perfectamente, y que para ser justificado (perdonado), uno tiene que creer en Cristo (obedecer al evangelio). Al que no vive perfectamente bien según la ley, pero obedece al evangelio de Cristo, Dios le justifica (perdona). Santiago afirma que la fe sin obras (obediencia) no justifica. Ambos Pablo y Santiago se refieren a Abraham como ejemplo. Abraham no se justificó por obras de ley (por perfección de vida en la carne), sino por fe en Dios, dice Pablo. Santiago dice que esa fe de Abraham no era una fe muerta o de palabras solamente (2:14), sino una fe viva de obediencia. Con esa fe Abraham obedecía (Heb 11:8; Gén 22:18). ¡Esa es la clase de fe que justifica!

Santiago no enseña, como tampoco Pablo, que el hombre es justificado por obras en el sentido de obediencia perfecta. Las obras según Santiago no son obras de mérito humano, sino sencillamente las condiciones de justificación.

No dice Pablo que somos salvos por la fe sola (como afirman los sectarios). Se incluyen, pues, condiciones juntamente con la fe (según nos informan otros pasajes de las Escrituras). El punto de Pablo en Rom 4:3 no es si hay condiciones con la fe, o si no las hay. Es que la justificación no es por la perfección de vida que resulte de guardar perfectamente bien la ley de Dios, sino por la fe en Cristo (las condiciones o términos quedan sobreentendidos). Santiago no está hablando de que si uno es justificado por perfección de vida aparte de la fe en Cristo, sino de que si la fe en Cristo vale al ser una fe sin obras (de obediencia a los términos del evangelio). Por eso dice Santiago que la fe sola no salva. ¡No dice Pablo que sí!

Los sectarios hacen creer que Pablo habla de las obras de la fe obediente. De éstas no habla Pablo. Habla de las obras de ley (Rom 3:10 más Gál 3:10). Tales obras no justifican. Las de obediencia de fe (1:5; 16:26) son otras, sin las cuales dice Santiago (y Pablo) el hombre no puede ser salvo. Pablo condenaba la doctrina de la justificación por la moralidad legalista y Santiago la doctrina de la justificación por una fe que no obedece. El que depende de la moralidad legalista no mira al Calvario, sino a sí mismo (a la carne); pero el que cree en Cristo y obedece al evangelio, no mira a sí mismo sino a la gracia de Dios. La gracia de Dios es condicional; por eso tiene que haber “obediencia de fe.” Cuando uno es bautizado en Cristo, obedeciendo de corazón, no pretende merecer la justificación y no se gloría en sí mismo. Nada más acepta el don de Dios de salvaci6n. (Mar 16:16).

“Creyó Abraham a Dios.” Los versículos 5 y 9 dicen “su fe” y “la fe” (de él), y esa fe es lo que le fue contada para, o a justicia.

Por inferencia necesaria sabemos que como Dios hizo con Abraham así hace con nosotros hoy en día. Véase 4:23,24.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

¿qué dice la Escritura? Rom 9:17; Rom 10:11; Rom 11:2; Isa 8:20; Mar 12:10; Stg 4:5; 2Pe 1:20, 2Pe 1:21.

Creyó Abraham a Dios. Gén 15:6; Gál 3:6-8; Stg 2:23.

le fue contado por justicia. Rom 4:5, Rom 4:9, Rom 4:11, Rom 4:22-25; Sal 106:31.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

CREYÓ ABRAHAM A DIOS. La salvación por la fe, no por obras (ce., guardando la ley), no es una doctrina exclusiva del NT; también es característica del AT. Pablo pasa por alto a Moisés y se vuelve a Abraham como el ejemplo de la fe. Abraham tenía fe en Dios, es decir, mantuvo un leal y devoto vínculo afectivo con su Dios, creyó en sus promesas (Rom 4:20-21; Gén 12:1-3; Gén 15:5-6) y respondió en obediencia (Gén 12:1-4; Gén 22:1-19; Heb 11:8-19; Stg 2:21-22; véase el ARTÍCULO EL LLAMAMIENTO DE ABRAHAM, P. 24. [Gén 12:1-3]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Una cita de Gén 15:6, una de las declaraciones más patentes en toda la Biblia acerca de la justificación (vea la nota sobre Rom 3:24). Creyó. Abraham fue un hombre de fe (vea la nota sobre Rom 1:16; cp. Rom 4:18-21; Gál 3:6-7; Gál 3:9; Heb 11:8-10), la fe no debe considerarse como una obra meritoria. Nunca es el fundamento de la justificación, sino tan solo el canal a través del cual es recibida, y también es un regalo de Dios. Vea la nota sobre Efe 2:8. contado. Cp. los vv. Rom 4:5; Rom 4:9-10; Rom 4:22. También se puede traducir «imputado» (vv. Rom 4:6; Rom 4:8; Rom 4:11; Rom 4:23-24). Empleada tanto en sentido financiero como legal, esta palabra griega que ocurre nueve veces en el capítulo Rom 4:1-25, significa tomar algo que pertenece a alguien y acreditarlo en favor de otro. Es una transacción unilateral, por eso Abraham no tuvo que hacer algo para acumularla, sino que Dios tomó la iniciativa de asignarle su justicia. Dios tomó su propia justicia y la acreditó a favor de Abraham como si fuera propia de él. Dios hizo esto porque Abraham creyó en Él (vea la nota sobre Gén 15:6). justicia. Vea las notas sobre Rom 1:17 ; Rom 3:21.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

4:3– “¿Qué dice la Escritura?” (Compárense 11:4; Luc 10:26; Jua 7:42; Gén 3:3). Ahora Pablo presenta la prueba de que Abraham no tuvo base para gloriarse.
–“Creyó… contado por justicia.” (Véase Gén 15:6). Es error suponer, como hacen muchos sectarios, que Pablo habla de la justificación de Abraham como pecador inconverso. Antes de Gén 15:6 vemos que Abraham ya era hombre de Dios (Heb 11:8; Gén 12:1-3; Hch 7:2-3; Gén 12:6-8; Gén 13:3-4; Gén 14:19; Gén 15:1).
Abraham creyó a Dios cuando Dios le prometió un hijo y grande descendencia. Porque creyó, Dios le justificó (perdonó). Su fe no fue substituto de justicia, ni aceptó Dios su fe como si fuera justicia. Abraham creyó y “le fue contado a justicia” (Versión Moderna). En el texto griego la preposición traducida “por” en la Versión Valera, Revisión 1960, que estamos usando, es eis, que significa “para, hacia, a.” Se encuentra en Hch 2:38, “para perdón.” Sobre la base de la fe de Abraham, Dios le declaró justo. (Compárese Sal 106:30-31). Esta misma preposición griega se encuentra en Rom 10:10 donde nuestra versión (la de 1960) bien dice, “para.” La preposición “por” no es la indicada. eis ¡no significa por, sino para!
Si el hombre nunca pecara, sería justo y podría gloriarse delante de Dios. Pero si peca y Dios le perdona, es justificado por gracia o favor, y no puede gloriarse. Por eso no pudo gloriarse Abraham (versículo 2). Esto está conectado con 3:27.
Notas sobre la aparente discrepancia entre Pablo y Santiago (2:21-24):
¿Se contradicen los dos? ¡No! El problema consiste en no entender bien a Pablo o aplicar mal lo que dice Santiago, o las dos cosas. Pablo habla de obras de ley, y Santiago de obras de fe. Santiago sí contradice a las interpretaciones que los sectarios dan a las palabras de Pablo. Hacen creer que Pablo dice que para ser salvo, no hay nada que hacer sino creer en Cristo; que uno no tiene que obedecer al evangelio (a los términos del evangelio). Santiago contradice esto, porque no es cierto. Pero Pablo no dice tal cosa. Pablo enseñaba a los judaizantes que nadie es justificado (perdonado, y así hecho justo), por obras de ley, porque nadie obedecía a la ley perfectamente, y que para ser justificado (perdonado), uno tiene que creer en Cristo (obedecer al evangelio). Al que no vive perfectamente bien según la ley, pero obedece al evangelio de Cristo, Dios le justifica (perdona). Santiago afirma que la fe sin obras (obediencia) no justifica. Ambos Pablo y Santiago se refieren a Abraham como ejemplo. Abraham no se justificó por obras de ley (por perfección de vida en la carne), sino por fe en Dios, dice Pablo. Santiago dice que esa fe de Abraham no era una fe muerta o de palabras solamente (2:14), sino una fe viva de obediencia. Con esa fe Abraham obedecía (Heb 11:8; Gén 22:18). ¡Esa es la clase de fe que justifica!
Santiago no enseña, como tampoco Pablo, que el hombre es justificado por obras en el sentido de obediencia perfecta. Las obras según Santiago no son obras de mérito humano, sino sencillamente las condiciones de justificación.
No dice Pablo que somos salvos por la fe sola (como afirman los sectarios). Se incluyen, pues, condiciones juntamente con la fe (según nos informan otros pasajes de las Escrituras). El punto de Pablo en Rom 4:3 no es si hay condiciones con la fe, o si no las hay. Es que la justificación no es por la perfección de vida que resulte de guardar perfectamente bien la ley de Dios, sino por la fe en Cristo (las condiciones o términos quedan sobreentendidos). Santiago no está hablando de que si uno es justificado por perfección de vida aparte de la fe en Cristo, sino de que si la fe en Cristo vale al ser una fe sin obras (de obediencia a los términos del evangelio). Por eso dice Santiago que la fe sola no salva. ¡No dice Pablo que sí!
Los sectarios hacen creer que Pablo habla de las obras de la fe obediente. De éstas no habla Pablo. Habla de las obras de ley (Rom 3:10 más Gál 3:10). Tales obras no justifican. Las de obediencia de fe (1:5; 16:26) son otras, sin las cuales dice Santiago (y Pablo) el hombre no puede ser salvo. Pablo condenaba la doctrina de la justificación por la moralidad legalista y Santiago la doctrina de la justificación por una fe que no obedece. El que depende de la moralidad legalista no mira al Calvario, sino a sí mismo (a la carne); pero el que cree en Cristo y obedece al evangelio, no mira a sí mismo sino a la gracia de Dios. La gracia de Dios es condicional; por eso tiene que haber “obediencia de fe.” Cuando uno es bautizado en Cristo, obedeciendo de corazón, no pretende merecer la justificación y no se gloría en sí mismo. Nada más acepta el don de Dios de salvaci6n. (Mar 16:16).
“Creyó Abraham a Dios.” Los versículos 5 y 9 dicen “su fe” y “la fe” (de él), y esa fe es lo que le fue contada para, o a justicia.
Por inferencia necesaria sabemos que como Dios hizo con Abraham así hace con nosotros hoy en día. Véase 4:23,24.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Gén 15:6; Gál 3:6; Stg 2:23.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Véase Ap. 1D.

REFERENCIAS CRUZADAS

c 245 Gén 15:6; Gál 3:6; Stg 2:23

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

le fue contado por justicia. Pablo usa un término de contabilidad para indicar que Dios atribuyó justicia a la cuenta de Abraham, porque él tuvo fe en Dios y no porque por sus obras Abraham merecía ser declarado justo (cp. vers. 6).

Fuente: La Biblia de las Américas

3 (1) Creer a Dios fue la reacción espontánea de Abraham ante las repetidas apariciones de Dios. Dios se apareció a Abraham varias veces ( Gén_12:1-3 , Gén_12:7 ; 13:14-17; 15:1-7; cap.18; Hch_7:2), y en cada ocasión infundió en Abraham algo de Su gloria, algo de Sí mismo. Así que, en realidad la fe de Abraham fue el mismo elemento que Dios le había infundido y que brotaba de su interior. La reacción de Dios ante la fe de Abraham fue justificarlo, es decir, considerarlo justo. Esta consideración no se basaba en las obras, sino en el hecho de que él había creído a Dios.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Abraham fue justificado por fe, no por obras (Gén 15:6).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

justicia…Gén 15:6; Gál 3:6; §301.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R458 Εἰς con el acusativo parece que toma el lugar de un predicado nominal (de influencia semítica): le fue contado como justicia (comp. R481).

T253 El verbo deponente ἐλογίσθη se usa con un sentido pasivo: ser contado.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g Gén_15:6; Gál_3:6.

Fuente: La Biblia Textual III Edición