Comentario de Romanos 9:19 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Luego me dirás: “¿Por qué todavía inculpa? Porque, ¿quién ha resistido a su voluntad?”
9:19 — El caso no era como la objeción de este versículo declara. Si Dios tuviera misericordia del hombre, o endureciera arbitrariamente a él, aparte de la voluntad y los hechos de éste, entonces nos parecería injusto Dios. Pero no es así . La misericordia de Dios no es incondicional. El destino del hombre no es según algún decreto absoluto aparte de la agencia del hombre. Dios ofrece la salvación eterna a todo el mundo, aunque determina los términos de ella aparte de la voluntad del hombre. Dios no inculpa al hombre en el asunto de los escogimientos de Dios para lograr la salvación del hombre. Le inculpa solamente cuando no obedece los términos de salvación. Igualmente endurece (permitiendo ocasiones y oportunidades para esto) solamente al que rechaza su benignidad y atesora para sí mismo ira (2:4-8; 2Pe 3:9-15). Nadie tiene que resistir a la voluntad de Dios, pero si lo hace, a éste Dios le inculpa. La objeción de este versículo representa a Dios y al caso del evangelio.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Me dirás pues. Rom 3:8; 1Co 15:12, 1Co 15:35; Stg 1:13.
¿Quién resistirá a su voluntad? Rom 3:5-7; Gén 50:20; 2Cr 20:6; Job 9:12-15, Job 9:19; Job 23:13, Job 23:14; Sal 76:10; Isa 10:6, Isa 10:7; Isa 46:10, Isa 46:11; Dan 4:35; Mar 14:21; Hch 2:23; Hch 4:27, Hch 4:28.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
inculpa significa «culpar». Pablo de nuevo presenta preguntas humanas que responderá en los vv. Rom 9:20, Rom 9:21. Si Dios endurece a quien Él quiere (v. Rom 9:18), ¿por qué culpar a alguien que Él endureció? su voluntad: Si Dios endurece, ¿cómo se puede decir que la persona resiste a Dios? ¿El endurecido no hace sólo lo que Dios desea que haga? alterques significa «hacer réplicas», lo que implica una aptitud argumentativa. Pablo reprende a cualquiera que levante tales objeciones que en el fondo son solamente protestas contra los caminos de Dios, y no una solicitud sincera para una explicación.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
¿Por qué, pues, inculpa? Esta es la objeción: ¿cómo puede Dios culpar a alguno de pecado e incredulidad si Él mismo ha determinado en su soberanía el destino de esa persona?
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
9:19– El caso no era como la objeción de este versículo declara. Si Dios tuviera misericordia del hombre, o endureciera arbitrariamente a él, aparte de la voluntad y los hechos de éste, entonces nos parecería injusto Dios. Pero no es así . La misericordia de Dios no es incondicional. El destino del hombre no es según algún decreto absoluto aparte de la agencia del hombre. Dios ofrece la salvación eterna a todo el mundo, aunque determina los términos de ella aparte de la voluntad del hombre. Dios no inculpa al hombre en el asunto de los escogimientos de Dios para lograr la salvación del hombre. Le inculpa solamente cuando no obedece los términos de salvación. Igualmente endurece (permitiendo ocasiones y oportunidades para esto) solamente al que rechaza su benignidad y atesora para sí mismo ira (2:4-8; 2Pe 3:9-15). Nadie tiene que resistir a la voluntad de Dios, pero si lo hace, a éste Dios le inculpa. La objeción de este versículo representa a Dios y al caso del evangelio.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL ALFARERO Y LA ARCILLA
Romanos 9:19-29
Pero entonces tú podrías preguntar: «Si esto es así, ¿cómo puede Dios seguir echándole las culpas a los hombres cuando no hacen lo que Él quiere? ¿Es que hay alguien que se pueda oponer a Su voluntad?» Amigo, ¿quién eres tú para ponerte a discutir con Dios? Sería tanto como que la arcilla le dijera al alfarero: «¿Por qué me has dado esta forma?» El alfarero tiene autoridad total para hacer del mismo pegote de arcilla una vasija para un uso honorable u otra para un uso humilde. De la misma manera, ¿qué si Dios, aunque Su propósito fuera demostrar su ira y dar a conocer Su poder, sin embargo tratara con mucha paciencia a los que eran objeto de Su ira, que ya estaban maduros y listos para la destrucción? Sí; ¿y qué si lo hizo porque quería dar a conocer las riquezas de su gloria a los que son objeto de su misericordia, que Él había preparado de antemano para la gloria? Me refiero a nosotros, a los que Él ha llamado; no sólo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles. Como Él dice en Oseas:
«A los que no eran pueblo los llamaré » Pueblo mío», y a la que nadie quería la llamaré «Amada mía».
Y en el mismo lugar en que se les dijo: «¡Vosotros no sois mi pueblo!», se les dará el título de «hijos del Dios vivo».
Y la proclamación profética de Isaías acerca de Israel es: «Los hijos de Israel puede que sean tan numerosos como la arena del mar, pero no se salvará nada más que el resto. Final y sumariamente: el Señor hará en la Tierra lo que dijo que haría.» Como dijo Isaías en un pasaje anterior: «Si el Señor de los Ejércitos no nos hubiera dejado hijos, habríamos llegado a ser como Sodoma, y semejantes a Gomorra.»
En el pasaje anterior Pablo ha mostrado que, a lo largo de toda la historia de Israel, se ha venido produciendo el proceso de elección y selección de Dios. Cuando el alfarero hace una vasija, ésta no puede hacerle sugerencias ni discutirle su destino; el alfarero tiene poder absoluto sobre la arcilla para hacer de ella algo destinado a un uso honorable o vulgar, y la arcilla no tiene derecho a protestar. Pablo en realidad tomó este ejemplo de Jer 18:1-6 , que es un ejemplo de la paciencia de Dios, Que no descarta la masa rebelde, sino le da una nueva forma. Este pasaje ha inspirado un coro que se canta en muchas iglesias:
Yo quiero ser, yo quiero ser, Señor amante, como el barro en manos del alfarero: toma mi vida, hazla de nuevo; yo quiero ser, yo quiero ser un vaso nuevo.
Conviene decir aquí un par de cosas.
Pero debemos recordar una: fue con angustia de corazón como Pablo escribió este pasaje. Se enfrentaba con el hecho desconcertante de que el mismo pueblo de Dios, sus propios parientes, habían rechazado y crucificado al propio Hijo de Dios.
De todas maneras, Pablo no termina así su argumento. Continúa diciendo que el que los judíos hayan rechazado al Mesías ha sido con el fin de que se les abriera la puerta a los gentiles.
Pablo estaba discutiendo con los judíos, y sabía que la única manera de reforzar su argumento era con citas de sus Sagradas Escrituras; así es que pasa a citar textos que prueben que el que Cristo fuera rechazado por los judíos y aceptado por los gentiles había sido de hecho anunciado por los profetas. Oseas había dicho que Dios haría que fuera pueblo Suyo uno que no lo era (Os 2:23 ), y que serían llamados hijos de Dios Os 1:10 ); e Isaías había previsto una situación en la que Israel sería obliterado si no fuera por un remanente (Isa 10:22 s; 37:32). Su argumento es que Israel podría haber previsto su ruina si hubiera tenido entendimiento.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
i 587 2Cr 20:6; Job 23:13; Dan 4:35
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Me dirás. Pablo hace esta pregunta para responder a cualquiera que haga objeción a la voluntad divina, diciendo: ¿Cómo puede Dios culpar al hombre cuando El todo lo decreta y conoce? Esta actitud humana de justificación revela la naturaleza del hombre, la cual no puede conocer los designios y propósitos de Dios.
Fuente: La Biblia de las Américas
Un contradictor podría decir que la conclusión de Pablo en el v. Rom 9:18 conduce al fatalismo. Sin embargo, Pablo no da una respuesta analítica, sino que reprende al que se atreve a deducir una conclusión tan absurda. Si un alfarero puede hacer lo que desee con sus vasijas, ciertamente Dios puede hacerlo con las Suyas.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
O, halla faltas