Comentario de Romanos 14:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.
14:3 — “EL que come (el fuerte), no menosprecie al que no come (porque el caso tiene que ver con una cosa indiferente y si alguno por motivos que tenga no quiere comer carne, tiene derecho de abstenerse sin que otro con abuso le desprecie), y el que no come (el débil en la fe), no juzgue (no le condene como pecador que come para ídolos) al que come (al fuerte); porque Dios le ha recibido (al fuerte como aprobado en su hecho de comer de todo porque es lícito).” Como aquí el débil debe recibir en su comunión al hermano fuerte (que come carne considerada ilícita para el hermano débil), en el versículo 1 el fuerte debe recibir al débil. La razón para esto es que Dios recibe a los dos. (Claro es que Dios no recibe a nadie en el pecado).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
no menosprecie al que no come. Rom 14:10, Rom 14:15, Rom 14:21; Zac 4:10; Mat 18:10; Luc 18:9; 1Co 8:11-13.
no juzgue al que come. Rom 14:13; Mat 7:1, Mat 7:2; Mat 9:14; Mat 11:18, Mat 11:19; 1Co 10:29, 1Co 10:30; Col 2:16, Col 2:17.
porque Dios le ha recibido. Hch 10:34, Hch 10:44; Hch 15:8, Hch 15:9.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El fuerte no debía menospreciar al débil, es decir, tratarlo con desprecio. El débil no debía juzgar al fuerte al intentar imponerle excesivas prohibiciones.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
menosprecie … juzgue. El menosprecio equivale a un juicio erróneo porque se aplica a alguien que uno considere falto de dignidad y valor, por lo cual cree que puede tratarlo con desdén y aborrecimiento. Aquí «juzgue» tiene esa misma intensidad y significa condenar. Pablo emplea los términos como sinónimos: los fuertes sienten menosprecio hacia los débiles porque los consideran legalistas y justos en su propia opinión, mientras que los débiles juzgan a los fuertes como irresponsables y hasta depravados.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
14:3– “EL que come (el fuerte), no menosprecie al que no come (porque el caso tiene que ver con una cosa indiferente y si alguno por motivos que tenga no quiere comer carne, tiene derecho de abstenerse sin que otro con abuso le desprecie), y el que no come (el débil en la fe), no juzgue (no le condene como pecador que come para ídolos) al que come (al fuerte); porque Dios le ha recibido (al fuerte como aprobado en su hecho de comer de todo porque es lícito).”
Como aquí el débil debe recibir en su comunión al hermano fuerte (que come carne considerada ilícita para el hermano débil), en el versículo 1 el fuerte debe recibir al débil. La razón para esto es que Dios recibe a los dos. (Claro es que Dios no recibe a nadie en el pecado).
EL débil, mirando al fuerte desde su propio punto de vista (conciencia, convicción, manera de pensar) en cuanto a carne sacrificada a ídolos, le vería como culpable de idolatría al comer esa carne, y por eso no querría tener comunión con él. Por otro parte, el fuerte, sabiendo que el débil está en duda innecesariamente y que se está negando de lo que es lícito, tendería a menospreciarle y a no querer tener comunión con él. Pablo le manda al fuerte recibir al débil, dejándole con sus nociones respecto a la carne, y al débil le manda no condenar al fuerte, sino aceptar su declaración de que no está comiendo para ningún ídolo al comer carne asociada indirectamente con ídolos.
Fuente: Notas Reeves-Partain
REFERENCIAS CRUZADAS
d 841 Col 2:16
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
3 super (1)Con respecto a recibir a los creyentes, Pablo usó como ejemplos la comida (vs.2-3) y la observancia de ciertos días (vs.5-6). Dios nos recibe sin tomar en cuenta lo que comemos o si observamos ciertos días o no. Estos son asuntos menores y secundarios que no tienen nada que ver con nuestra salvación y la fe fundamental. Por lo tanto, no debemos menospreciar ni juzgar a otros en estos asuntos.
3 super (2) La base sobre la cual recibimos a los creyentes es que Dios los ha recibido. Dios recibe a la gente conforme a Su Hijo. Cuando una persona recibe al Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, como su Salvador, inmediatamente Dios recibe a tal persona y la introduce en el disfrute del Dios Triuno y de todo lo que El ha preparado y realizado en Cristo para nosotros. Debemos recibir a otros de la misma manera y no debemos ser más estrictos que Dios. No importa cuánto difieran de nosotros en cuanto a conceptos doctrinales o prácticas religiosas, los debemos recibir. Cuando recibimos a otros conforme a Dios y no conforme a la doctrina o la práctica, mostramos y mantenemos la unidad del Cuerpo de Cristo.