Comentario de Romanos 14:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Así que, no nos juzguemos más los unos a los otros; más bien, determinad no poner tropiezo, impedimento u obstáculo al hermano.
14:13 — La palabra “juzgar” es de la griega, krino. Esta palabra se emplea dos veces en este versículo en el texto griego. Esto es evidente en algunas versiones españolas, porque dicen “no juzguemos” y “juzgad.” Pero la versión revisión del 1960, que estamos empleando en estas notas sobre Romanos, dice «no juzguemos» y “decidid.” La palabra krino se usa en varios sentidos, como vemos en este versículo. Aquí se usa primero en el sentido de “condenar” (o censurar) y luego en el sentido de “decidir” o “determinar.” El punto es así: no condenar a otro hermano en sus hechos, siendo el caso de asuntos indiferentes, pero sí determinar o decidir no hacer nada (inocente en sí) que por las circunstancias presentes causaría a algún hermano débil pecar y así perderse. Nunca debemos hacer nada, dentro de nuestros derechos y libertades, que podría terminar en el mal. Ya que hemos visto lo que dice este versículo, notemos lo que no dice: No dice decidir no hacer nada que daría al débil en la fe ocasión de quejarse y criticar injustamente, como si él fuera el señor de su hermano. No dice dejar de hacer algo si otro cree que es mal hacerlo. No dice aplacar y apaciguar a todo hermano extremista, que quiera obligar a los demás a entender las cosas indiferentes como él las entiende. Pero, por ejemplo, si el hermano que no come carne, al ver a alguno que la come, ¡vuelve a la idolatría y así come carne en culto a ídolos como antes hacía! entonces hizo mal el que la comió si sabía que así iba a resultar pero no quiso respetar la conciencia (o fe débil) de dicho hermano.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
ya no nos juzguemos más. Rom 14:4, Rom 14:10; Stg 2:4; Stg 4:11.
sino más bien decidid. Luc 12:57; 1Co 11:13; 2Co 5:14.
no poner tropiezo. Rom 9:32, Rom 9:33; Rom 11:9; Rom 16:17; Lev 19:14; Isa 57:14; Eze 14:3; Mat 16:23; Mat 18:7; Luc 17:2; 1Co 8:9-13; 1Co 10:32; 2Co 6:3; Flp 1:10; Apo 2:14.
u ocasión de caer al hermano. 2Sa 12:14; 1Ti 5:14; 1Jn 2:10.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
NO NOS JUZGUEMOS MÁS LOS UNOS A LOS OTROS. Aunque deben abstenerse de juzgarse unos a otros en asuntos de poca importancia, los creyentes deben considerar como estimularse unos a otros a ser de veras como Cristo y a ser santos en lo que respecta a la fe, la doctrina y la moral (Heb 10:24). Eso incluye evaluarse (1Ts 5:21; 1Ts 1:1-10 Jua 4:1). Corregirse y censurarse unos a otros con sinceridad, amor y humildad (Luc 17:3), y, cuando sea necesario, ejercer la disciplina eclesial (cf. 1Co 5:12-13; 2Ts 3:6; 2Ts 3:14; 1Ti 5:20-21; 2Ti 2:24-26; 2Ti 4:2).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
juzguemos. Vea la nota sobre el v.Rom 14:3. más bien decidid. La misma palabra griega que se traduce «juzgar» (Rom 14:3; Rom 14:10; Rom 14:13) se traduce aquí «decidir.» En los vv. Rom 14:3; Rom 14:10; Rom 14:13 a el significado es negativo (condenar). En el v. Rom 14:13 b el significado es positivo (determinar o tomar una decisión minuciosa). El punto de Pablo con su juego de palabras es que en lugar de someter a juicio a sus hermanos en la fe, los creyentes deberían usar su mejor juicio para ayudarse entre sí. tropiezo u ocasión de caer. Todo lo que un creyente haga, aunque las Escrituras lo permitan, que cause la caída de otro en el pecado (1Co 8:9).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
14:13– La palabra “juzgar” es de la griega, krino. Esta palabra se emplea dos veces en este versículo en el texto griego. Esto es evidente en algunas versiones españolas, porque dicen “no juzguemos” y “juzgad.” Pero la versión revisión del 1960, que estamos empleando en estas notas sobre Romanos, dice «no juzguemos» y “decidid.” La palabra krino se usa en varios sentidos, como vemos en este versículo. Aquí se usa primero en el sentido de “condenar” (o censurar) y luego en el sentido de “decidir” o “determinar.” El punto es así: no condenar a otro hermano en sus hechos, siendo el caso de asuntos indiferentes, pero sí determinar o decidir no hacer nada (inocente en sí) que por las circunstancias presentes causaría a algún hermano débil pecar y así perderse. Nunca debemos hacer nada, dentro de nuestros derechos y libertades, que podría terminar en el mal.
Ya que hemos visto lo que dice este versículo, notemos lo que no dice: No dice decidir no hacer nada que daría al débil en la fe ocasión de quejarse y criticar injustamente, como si él fuera el señor de su hermano. No dice dejar de hacer algo si otro cree que es mal hacerlo. No dice aplacar y apaciguar a todo hermano extremista, que quiera obligar a los demás a entender las cosas indiferentes como él las entiende. Pero, por ejemplo, si el hermano que no come carne, al ver a alguno que la come, ¡vuelve a la idolatría y así come carne en culto a ídolos como antes hacía! entonces hizo mal el que la comió si sabía que así iba a resultar pero no quiso respetar la conciencia (o fe débil) de dicho hermano.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL HOMBRE Y LA CONCIENCIA DE SU PRÓJIMO
Romanos 14:13-16
Así es que, dejemos ya de dictar sentencia contra los demás, y más bien sea ésta nuestra única decisión: proponernos no ponerle a nuestro hermano ningún tropiezo ni escándalo en el camino. Yo sé muy bien, y estoy convencido de ello como cristiano, que nada es impuro por sí. Pero también, si alguien piensa que algo es impuro, para él sí que lo es. Si haces que tu hermano se escandalice de que comas alguna cosa, ya no te estás conduciendo de acuerdo con el principio que establece el amor. No causes una desgracia irreparable con lo que comas a una persona por la que Cristo dio Su vida.
Los estoicos enseñaban que había muchas cosas que ellos llamaban adiáfora, es decir, indiferentes. En sí eran neutrales, ni buenas ni malas. Los estoicos lo explicaban diciendo que todo depende del mango por el que las coSantiago Ahora bien: eso es indudablemente cierto. Un cuadro puede ser una obra de arte para un estudiante de pintura, mientras que para otra persona es una cosa obscena. Una conversación puede ser interesante y estimulante para un grupo de personas, y una sarta de herejías y hasta de blasfemias para otros. Una diversión, un placer, un pasatiempo pueden ser totalmente permisibles para unos, y prohibidos para otros. Más aún: hay placeres que son inofensivos para una persona, y que pueden hacerle un daño irreparable a otra. Las cosas no son en sí ni limpias ni inmundas; lo que determina su carácter es la actitud de la persona que las ve o hace.
Eso es lo que Pablo nos quiere decir aquí. Hay ciertas cosas que una persona que está firme en la fe puede considerar que puede hacer; pero, si una persona con una mentalidad más rigurosa la ve hacerlo, no le parecerá bien; y si es inducida a hacerlo, su conciencia puede sufrir un daño irreparable. Vamos a poner un ejemplo sencillo. Una persona sinceramente no ve nada malo en participar en algún juego en domingo; pero a otra no le parece bien y le molesta; y si se la indujera a tomar parte en aquello, estaría sintiéndose mal todo el tiempo y creyendo que está haciendo lo que no debería hacer.
El consejo de Pablo es claro: Es un deber cristiano el tener en cuenta no sólo nuestro punto de vista, sino también el de los demás. Fijémonos bien que Pablo no nos está diciendo que debemos someter nuestra conducta a los dictados de las conciencias de otros. Hay cosas que son en esencia cuestiones de principio, y exigen una decisión personal. Pero hay muchas que son indiferentes y neutras; muchas no son ni buenas ni malas en sí; muchas no son partes esenciales de la vida o de la conducta, y pertenecen a la categoría de lo que pudiéramos llamar «los extras». La convicción de Pablo es que, en relación con esas cosas, no tenemos derecho a ofender la conciencia de hermanos más escrupulosos haciéndolas nosotros; y, menos, induciéndolos a que las hagan ellos.
La vida debe regirse por el principio del amor; y cuando así es pensaremos, no tanto en el derecho que tenemos a hacer las cosas a nuestra manera, como en nuestra responsabilidad hacia los demás. No tenemos derecho a inquietar la conciencia ajena en cosas que no tienen importancia. No se debe usar la libertad cristiana como excusa para lacerar los sentimientos de otros. Ningún placer es tan importante como para justificar causar ofensa o dolor, y menos ruina, a otros. Agustín de Hipona solía decir que toda la ética cristiana se puede resumir en el dicho: «Ama a Dios, y haz lo que quieras.» En cierto sentido es cierto; pero el Cristianismo no consiste sólo en amar a Dios, sino también en amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Mat 5:29; Mat 18:6; 1Co 8:3; 1Jn 2:10.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Los límites de la libertad. Luego de una nueva apelación a ambos grupos para que no nos juzguemos más los unos a los otros, Pablo se vuelve a los fuertes en la fe, instándoles a no poner tropiezo, impedimento u obstáculo al hermano (13) en su camino. Este es el tema central de la sección, en la que los vv. 14-21 explican y elaboran en más detalle este mandato. Los vv. 22, 23 tratan nuevamente, en forma general, con ambos grupos.
Los fuertes están creando a los débiles una situación propicia al pecado (tropiezo y obstáculo; cf. 9:33; Isa. 8:16), al continuar comiendo cosas que los débiles consideran “inmundas”. Pablo mismo se ve forzado a afirmar su convicción de que nada hay inmundo en sí, siguiendo de esta manera la enseñanza de Jesús (Mar. 7:17-19; cf. también Hech. 10:9-15). Inmundo (koinos) denota impureza ritual (heb. tame; p. ej. Lev. 11:4-8). Pablo comprende, y desearía que todos los cristianos en Roma comprendieran, que la venida de Cristo ha significado que las leyes judías sobre la pureza ritual ya no son aplicables. Pero reconoce que los cristianos judíos pueden tener dificultades para descartar toda una vida de enseñanzas y hábitos, y por lo tanto les recuerda a los fuertes que para aquel que estima que algo es inmundo, para él sí lo es (14). Aunque Pablo no usa la palabra aquí, está obviamente preocupado porque la “conciencia” de los débiles sea violada (1 Cor. 8:7, 10), si ceden a la presión de comer algo que consideran “inmundo”.
Este “comer contra la conciencia” es lo que Pablo seguramente quiere decir con la palabra “contristado”, con referencia al creyente débil en el v. 15. Dirigiéndose ahora individualmente a un creyente fuerte, para dar más fuerza a la idea, Pablo le recuerda que al comer sin preocuparse por las consecuencias sobre los creyentes más débiles, está violando el principio cardinal cristiano del amor (12:9, 10; 13:8-10). Además, al alentar tácitamente a los hermanos más débiles a comer contra su conciencia, el creyente fuerte puede llegar a “arruinar” [BA, “destruir”] a una persona por la que Cristo murió. La palabra apollumi (arruines) es muy fuer te, y generalmente denota condenación eterna (2:12; 1 Cor. 1:18; 15:18; 2 Cor. 2:15; 2 Tes. 2:10). Quizá éste sea el significado en este caso, aunque, de ser así, es posible que Pablo no piense lit. que esto ocurrirá. O quizá el verbo esté siendo usado en un sentido no tan intenso: como “causar daño espiritual a”.
Una segunda razón para que los fuertes se abstengan de alardear de su libertad es que tal comportamiento, al causar tristeza y desunión dentro de la comunidad, trae mala reputación al evangelio ante los no creyentes (16-18). Estos, viendo en la iglesia disputas sobre comida y bebida, en lugar de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (17), no verán el evangelio como algo bueno. Los fuertes, por con siguiente, deberían servir a Cristo buscando la justicia, la paz y el gozo (en esto, v. 18), evitando comportamientos que podrían disminuir esas cualidades dentro de la iglesia. Al hacerlo, el creyente fuerte, así como el débil, agrada a Dios y es aprobado por los hombres (18).
Los vv. 19-21 son la recapitulación de temas que Pablo ya ha desarrollado en esta sección. Los fuertes (a quienes probablemente Pablo sigue dirigiéndose) deben seguir lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación (ver v. 17; 1 Cor. 10:23). Deben reconocer que su insistencia en comer lo que otros consideran “inmundo” puede llevar a la destrucción de la obra de Dios, con lo cual Pablo probablemente se refiere al hermano débil (ver vv. 15, 21b) y no a la comunidad. Aquellos que se enorgullecen de la “fuerza” de su conciencia y de su libertad en Cristo deberían ser los primeros en abandonar prácticas que podrían dañar a otro creyente. La libertad cristiana es real y valiosa, y nadie insistió en ella más enérgicamente que Pablo (Gál. 5:1; Col. 2:16-23). Pero el ejercicio de la libertad cristiana, como también subrayó Pablo (Gál. 5:13; 1 Cor. 6:12), debe siempre estar subordinado a las necesidades de los demás. Como reza el famoso dicho de Martín Lutero: “Un cristiano es el amo más libre de todos, no está sujeto a nadie. Un cristiano es el siervo más obediente de todos, sujeto a todos.”
Pablo redondea su apelación a los fuertes, recomendándoles que mantengan para sí mismos lo que piensan sobre la comida, los días de festividades especiales y la bebida. No hay necesidad de que coman carne frente a aquellos que podrían ser espiritualmente lastimados por esto, ni de que se abstengan de comer, insistiendo con arrogancia en que no hay nada de malo en lo que hacían. El creyente fuerte debe contentarse con reconocer que es una verdadera bendición saber que lo que él aprueba no es algo por lo que deba condenarse a sí mismo. No obstante, hay quienes no son capaces de aceptar el ejercicio de la libertad en estos temas. Sería pecado que hicieran lo que sus conciencias les es tán diciendo que no hagan. Aunque el comer carne puede no ser pecado a los ojos de Dios (14), el hacer algo que no proviene de fe (23) sí lo es.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
y 863 Mat 7:1
z 864 Flp 1:10
a 865 1Jn 2:10
b 866 Mat 17:27; Mat 18:6; 1Co 8:9; 1Co 10:32
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
piedra de tropiezo. El hermano fuerte puede sentirse libre para practicar algo moralmente neutral, pero su proceder pudiera hacer que el hermano débil peque.
Fuente: La Biblia de las Américas
tropiezo. I.e., tentación a pecar.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
R1059 El infinitivo con artículo está en aposición con τοῦτο (la cláusula de infinitivo describe la decisión que debe tomarse).