Comentario de Romanos 14:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
14:17 — El reino de Dios (la iglesia) no es caracterizado por distinciones en comidas y bebidas y tales cosas indiferentes, y por eso los miembros de este reino (cristianos, miembros de la iglesia) no deben poner tanta importancia en tales cosas que pueden causar disputas y escándalos. Lo que caracteriza a la iglesia de Cristo es la justicia (tratamiento correcto entre los hombres), la paz (que es producida como consecuencia de considerar y tolerar unos a otros en cosas indiferentes), y el gozo que todos los hermanos sienten porque andan ordenadamente en consideración mutua, cosa que favorece el Espíritu Santo.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
porque el reino de Dios. Dan 2:44; Mat 3:2; Mat 6:33; Luc 14:15; Luc 17:20, Luc 17:21; Jua 3:3, Jua 3:5; 1Co 4:20; 1Co 6:9; 1Ts 2:12.
no es comida ni bebida. 1Co 8:8; Col 2:16, Col 2:17; Heb 13:9.
sino justicia. Isa 45:24; Jer 23:5, Jer 23:6; Dan 9:24; Mat 6:33; 1Co 1:30; 2Co 5:21; Flp 3:9; 2Pe 1:1.
paz y gozo en el Espíritu Santo. Rom 5:1-5; Rom 8:6, Rom 8:15, Rom 8:16; Rom 15:13; Isa 55:12; Isa 61:3; Jua 16:33; Hch 9:31; Hch 13:52; Gál 5:22; Flp 2:1; Flp 3:3; Flp 4:4, Flp 4:7; Col 1:11; 1Ts 1:6; 1Pe 1:8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
el reino de Dios no consiste en cosas externas como la comida, sino en realidades espirituales como la justicia en la acción y el pensamiento, la paz que busca la armonía, y el gozo que viene del Espíritu Santo. Aquellos que comprenden las verdades espirituales del Reino no escogerán satisfacer un breve momento de gozo egoísta, el gozo espiritual pone de lado aquellos deseos por amor a los demás.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
el reino de Dios. La esfera de la salvación donde Dios gobierna en el corazón de aquellos a quienes ha salvado (vea las notas sobre Hch 1:3; 1Co 6:9). comida ni bebida. Asuntos no esenciales y observaciones externas. justicia. Una vida de santidad y obediencia (cp. Efe 6:14; Flp 1:11). paz. La tranquilidad amorosa que es producida por el Espíritu y debería caracterizar las relaciones de los creyentes con Dios y entre ellos (Gál 5:22). gozo en el Espíritu Santo. Otra faceta del fruto del Espíritu que se caracteriza por una actitud permanente de alabanza y gratitud sin importar las circunstancias, lo cual fluye a partir de una confianza personal en la soberanía de Dios (Gál 5:22; 1Ts 1:6).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
14:17– El reino de Dios (la iglesia) no es caracterizado por distinciones en comidas y bebidas y tales cosas indiferentes, y por eso los miembros de este reino (cristianos, miembros de la iglesia) no deben poner tanta importancia en tales cosas que pueden causar disputas y escándalos. Lo que caracteriza a la iglesia de Cristo es la justicia (tratamiento correcto entre los hombres), la paz (que es producida como consecuencia de considerar y tolerar unos a otros en cosas indiferentes), y el gozo que todos los hermanos sienten porque andan ordenadamente en consideración mutua, cosa que favorece el Espíritu Santo.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL PELIGRO DE LA LIBERTAD CRISTIANA
Romanos 14:17-20
No permitas que el buen don que posees de la libertad se convierta en algo que te desacredite; porque el Reino de Dios no consiste en comida y bebida, sino en la integridad, la paz y el gozo que son los dones del Espíritu Santo. Porque la persona que dirige su vida de acuerdo con este principio, y así llega a ser esclavo de Cristo, Le es agradable a Dios y aceptable a los hombres. Así que sigamos con atención las cosas que contribuyen a la paz y las que nos edifican mutuamente. No destruyamos lo que Dios está haciendo por causa de la comida. Es verdad que todas las cosas nos están permitidas, pero no está bien que uno les haga la vida más dificil a los demás por lo que come.
En esencia Pablo se está refiriendo aquí al peligro y al abuso de la libertad cristiana. Para un judío, la libertad cristiana tenía sus peligros; porque toda su vida había estado asediado por innumerables reglas y disposiciones: unas cosas eran limpias y otras inmundas; unos animales se podían comer y otros no; había que cumplir las leyes de la pureza ritual. Cuando un judío entraba en el Cristianismo se encontraba con que todas esas reglas y disposiciones se habían anulado de golpe; y el peligro era que tomara el Evangelio como una licencia para hacer lo que le diera la gana. Debemos recordar que la libertad cristiana y el amor cristiano siempre están en armonía. Tenemos que mantenernos en la verdad de que la libertad cristiana y el amor fraternal son inseparables.
Pablo les recuerda a los suyos que el Cristianismo no consiste en comer y beber lo que a uno se le antoje. Consiste en tres cosas muy grandes, que son opuestas al egoísmo.
(i) Está la integridad, que consiste en portarse con Dios y con los hombres como es debido. Ahora bien: lo primero que se le debe a un semejante en la vida cristiana es simpatía y consideración; en el momento en que nos convertimos a Cristo, los sentimientos de los demás son más importantes que los nuestros; el Cristianismo quiere decir poner a los demás en primer lugar, y al yo en último. No podemos darle al otro lo que le debemos y hacer lo que nos dé la gana.
(ii) Está la paz. En el Nuevo Testamento, la paz no es simplemente la supresión de las hostilidades; no es una actitud negativa, sino intensamente positiva; incluye todo lo que contribuye al mayor bien. Los mismos judíos muchas veces consideraban la paz como un estado de relaciones perfectas entre los hombres. Si nos empeñamos en que la libertad cristiana es hacer lo que nos dé la gana, la paz no se puede conseguir nunca. El Cristianismo consiste en una relación personal con Dios y con nuestros semejantes. La libertad cristiana limita con la obligación cristiana de vivir en la debida relación, en paz, con nuestros semejantes.
(iii) Está el gozo. El gozo cristiano no es nunca egoísta. No consiste en hacernos felices a nosotros mismos, sino a los demás. Una supuesta felicidad que hace a otros infelices no puede ser cristiana. Si uno, en su búsqueda de la felicidad, hiere el corazón e intranquiliza la conciencia de otro, el resultado que coseche no será gozo, sino tristeza. El gozo cristiano no es individualista, sino interdependiente. El cristiano experimenta el gozo cuando se lo produce a otros, aunque le reporte limitaciones.
Cuando uno vive de acuerdo con este principio llega a ser esclavo de Jesucristo. Aquí está el meollo de la cuestión. La libertad cristiana quiere decir que somos libres para hacer, no lo que queramos, sino lo que Cristo quiere. Sin Cristo somos esclavos de nuestros hábitos, placeres e indulgencias. No hacemos realmente lo que queremos, sino lo que nos tiene esclavizada la voluntad. Pero cuando entra en nosotros el poder de Cristo, Él es nuestro dueño, y entonces y sólo entonces tenemos la verdadera libertad. Entonces somos libres, no para tratar a los demás ni para vivir nuestra vida de la manera que nos dictaba antes nuestra naturaleza egoísta. Somos libres para mostrar a todos nuestros semejantes la misma actitud de amor que hubo también en Cristo Jesús.
Pablo concluye estableciendo la meta cristiana en la comunidad. (a) Es una meta de paz; la finalidad de que los miembros de la comunidad mantengan entre sí la debida relación. Una iglesia en la que hay rivalidades y disensiones, peleas y amargura, divisiones y roturas, ha perdido el derecho a llamarse iglesia cristiana. No es un fragmento del Reino de los Cielos, sino una sociedad apresada por lo terreno. (b) Es una meta de edificación. La alegoría de la Iglesia como un edificio se encuentra en todo el Nuevo Testamento. Los miembros somos las piedras del edificio. Todo lo que debilita la solidez de la Iglesia está contra Dios; y también, todo lo que la consolida y fortalece es de Dios.
Lo trágico es que en muchos casos son cosas sin importancia las que alteran la paz entre los hermanos, cuestiones de orden y de procedimiento y de prestigio. Amanecería una nueva era en la Iglesia si nos diéramos cuenta de que nuestros derechos son mucho menos importantes que nuestras obligaciones; si recordáramos que, aunque tenemos libertad en Cristo, siempre es una ofensa usarla como si nos diera derecho a herir el corazón o la conciencia de otros. A menos que la iglesia sea un cuerpo de personas que, en amor, se tienen mutua consideración, no es iglesia.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
1Co 8:8; Gál 5:22; 1Ts 1:6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) O: “no es”.
(2) O: “[es]”.
REFERENCIAS CRUZADAS
g 871 Mat 6:33; Luc 17:20
h 872 1Co 8:8
i 873 2Pe 3:13
j 874 Jua 14:27
k 875 Mat 25:21
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
el reino de Dios. Es decir, el gobierno de Dios sobre todas las cosas.
Fuente: La Biblia de las Américas
17 (1) Este versículo es una prueba concluyente de que, en la edad de la iglesia, la iglesia misma es el reino de Dios, porque el contexto trata de la vida de la iglesia en la edad actual. La iglesia tiene que ver con la gracia y la vida, mientras que el reino tiene que ver con el ejercicio y la disciplina.
17 (2) El reino de Dios es la esfera en la cual Dios ejerce Su autoridad a fin de expresar Su gloria para el cumplimiento de Su propósito. En tal reino, lo que importa no es el comer ni el beber, sino la justicia, la paz y el gozo en el Espíritu Santo. La justicia denota lo que es recto y cabal. Aquellos que viven en el reino de Dios deben ser rectos y cabales para con los demás, para con las cosas y para con Dios; en ellos no debe haber nada erróneo, impropiado, torcido, tendencioso ni parcial. Esto requiere que ellos sean estrictos consigo mismos. La paz es el fruto de la justicia ( Heb_12:11 y la nota). La paz caracteriza la relación que las personas que viven en el reino de Dios deben tener con los demás y con Dios. Si somos justos, rectos y cabales para con los demás, para con las cosas y para con Dios, tendremos una relación. pacífica con los demás y con Dios. Así que, tendremos gozo en el Espíritu Santo y, en particular, delante de Dios. De esta manera estaremos llenos de gozo y del Espíritu Santo ( Hch_13:52), y en nuestro vivir expresaremos justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo, los cuales son la realidad del reino de Dios. Conforme al contexto de este capítulo, este versículo fue escrito teniendo en cuenta cómo recibimos a los creyentes. Si los recibimos conforme a la instrucción dada por el apóstol en este capítulo, seremos rectos y cabales para con los que recibimos y tendremos paz con ellos; así que, tendremos gozo en el Espíritu Santo, demostrando que estamos viviendo en la realidad del reino de Dios y que estamos bajo el gobierno de Dios. Si no los recibimos conforme a la instrucción dada por el apóstol, no seremos rectos ni cabales para con los que no recibimos, y no tendremos paz con ellos; así que, no tendremos gozo en el Espíritu Santo ante Dios, lo que demuestra que no nos hemos sometido a la autoridad de Dios en el reino de Dios.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
R784 La frase prepositiva ἐν πνεύματι ἁγίῳ sin el artículo, se entiende como atributiva (comp. T221; modifica el sustantivo χαρά: gozo en el Espíritu Santo).