Biblia

Comentario de 1 Corintios 5:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Corintios 5:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Os he escrito por carta que no os asociéis con fornicarios.

5:9

— Os he escrito por carta — Se hace referencia a una carta que Pablo les había escrito anteriormente, la cual no la tenemos entre los veintisiete libros del Nuevo Testamento. Tampoco tenemos la carta que escribió a los laodicenses (Col 4:16). Tampoco nos hacen falta, porque su contenido en esencia se encuentra en la enseñanza de los 27 libros del Nuevo Testamento que ahora tenemos. La providencia de Dios ha asegurado esto.

Toda la verdad de Dios fue predicada (Hch 20:27), y esto repetidas veces, y en muchos lugares. No tenemos que tener registro de cada una de estas veces, como tampoco de cada señal y hecho de Jesús en su ministerio personal (Jua 20:30; Jua 21:25). Dios ha cuidado de que tengamos en los 27 libros del Nuevo Testamento un registro completo de su voluntad para el hombre en esta dispensación final. Véanse Jua 16:13; 2Pe 1:3.

La reclamación de inspiración verbal no requiere que exista hoy en día todo escrito de los hombres inspirados. Dios, quien inspiró a ellos (1Co 2:10), seguramente ha controlado la perpetuación de la circulación de las cartas o libros necesarios para dar al hombre “toda la verdad” (Jua 16:13). Véase 1Co 2:10-16, comentarios.

¿Por qué querría Dios que el hombre tuviera un registro del mensaje inspirado si no fuera a tomar medidas para que ese mismo mensaje se preservara.

— que no os juntéis con los fornicarios — Los dos versículos siguientes hacen obvio el hecho de que los corintios o entendieron mal lo que Pablo les había escrito, o lo torcieron. Lo que les dijo fue que no comulgaran con hermanos en la fe culpables de la inmoralidad (fornicación).

El vocablo griego, aquí traducido “os juntéis”, es un infinitivo presente, voz media, y por eso da a entender la idea de “estar asociándose, o mezclándose, con”. Pablo está diciendo a los corintios que eviten el asociarse habitualmente con los fornicarios. La fornicación en Corinto era práctica común. La tentación para la iglesia fue la de no hacer caso para seguir comulgando con hermanos fornicarios. La iglesia no debe tener compañía social con los tales. La luz y las tinieblas no se mezclan; no son compatibles.

Sobre el significado de la palabra “fornicación”, véase ver. 1, comentarios.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

no os juntéis. 1Co 5:2, 1Co 5:7; Sal 1:1, Sal 1:2; Pro 9:6; 2Co 6:14, 2Co 6:17; Efe 5:11; 2Ts 3:14.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Pablo aquí corrige un malentendido de su carta anterior (v. 1Co 5:9). Él ordenó a los corintios que se apartasen de los que practican la inmoralidad sexual. En esta carta, Pablo explica que no hablaba de la cultura pagana que los rodeaba. Si se apartaban totalmente no podrían ejercer sus funciones en este mundo. Él hablaba sobre la inmoralidad en sus corazones. Ellos deberían juzgar el pecado entre ellos mismos.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

por carta se refiere a una carta anterior de Pablo a los corintios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

por carta. Una carta anterior que Pablo había escrito a la iglesia de Corinto para instruirlos que rompieran vínculos con todo lo inmoral (cp. el v. 1Co 5:11; 2Ts 3:6-15).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:9 — Os he escrito por carta — Se hace referencia a una carta que Pablo les había escrito anteriormente, la cual no la tenemos entre los veintisiete libros del Nuevo Testamento. Tampoco tenemos la carta que escribió a los laodicenses (Col 4:16). Tampoco nos hacen falta, porque su contenido en esencia se encuentra en la enseñanza de los 27 libros del Nuevo Testamento que ahora tenemos. La providencia de Dios ha asegurado esto.
Toda la verdad de Dios fue predicada (Hch 20:27), y esto repetidas veces, y en muchos lugares. No tenemos que tener registro de cada una de estas veces, como tampoco de cada señal y hecho de Jesús en su ministerio personal (Jua 20:30; Jua 21:25). Dios ha cuidado de que tengamos en los 27 libros del Nuevo Testamento un registro completo de su voluntad para el hombre en esta dispensación final. Véanse Jua 16:13; 2Pe 1:3.
La reclamación de inspiración verbal no requiere que exista hoy en día todo escrito de los hombres inspirados. Dios, quien inspiró a ellos (1Co 2:10), seguramente ha controlado la perpetuación de la circulación de las cartas o libros necesarios para dar al hombre “toda la verdad” (Jua 16:13). Véase 1Co 2:10-16, comentarios.
¿Por qué querría Dios que el hombre tuviera un registro del mensaje inspirado si no fuera a tomar medidas para que ese mismo mensaje se preservara.
— que no os juntéis con los fornicarios — Los dos versículos siguientes hacen obvio el hecho de que los corintios o entendieron mal lo que Pablo les había escrito, o lo torcieron. Lo que les dijo fue que no comulgaran con hermanos en la fe culpables de la inmoralidad (fornicación).
El vocablo griego, aquí traducido “os juntéis”, es un infinitivo presente, voz media, y por eso da a entender la idea de “estar asociándose, o mezclándose, con”. Pablo está diciendo a los corintios que eviten el asociarse habitualmente con los fornicarios. La fornicación en Corinto era práctica común. La tentación para la iglesia fue la de no hacer caso para seguir comulgando con hermanos fornicarios. La iglesia no debe tener compañía social con los tales. La luz y las tinieblas no se mezclan; no son compatibles.
Sobre el significado de la palabra “fornicación”, véase ver. 1, comentarios.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA IGLESIA Y EL MUNDO

1 Corintios 5:9-13

Os decía en la otra carta que os escribí que no os asociarais con los que llevan una vida sexual inmoral. Está claro que no podéis evitar totalmente a los inmorales de este mundo, ni a los avaros y los codiciosos de bienes de este mundo, ni a los idólatras; porque para eso tendríais que apartaros totalmente del mundo. Lo que quería deciros en mi carta era que no os asociarais ni comierais con cualquiera que se llame cristiano, pero que sea inmoral, o avaro, o idólatra, o calumniador, o borracho, o ladrón. ¿Qué derecho tengo yo a juzgar a los que están fuera de la iglesia? ¿No es a los de dentro a los que tenéis que juzgar, y dejar que sea Dios el Que juzgue a los de fuera? Excluid al tal malvado de vuestra compañía.

Parece que Pablo ya les había escrito una carta a los corintios exhortándolos a que evitaran la compañía de la mala gente. Él pretendía que aquello se aplicara solamente a miembros de la iglesia; había querido decir que los que tuvieran una mala conducta debían ser disciplinados siendo excluidos de la sociedad de la iglesia hasta que se enmendaran. Pero parece ser que algunos de los corintios habían tomado esa carta como una prohibición absoluta, cosa que no se podría entender como norma a menos que se retirara uno del mundo totalmente. En un lugar como Corinto sería imposible llevar una vida normal evitando totalmente el trato con los que vivían en desacuerdo con las enseñanzas y prácticas de la iglesia.
Pero no había sido eso lo que Pablo había querido decir. Él no habría recomendado nunca una clase de Cristianismo que se retirara de la vida cotidiana del mundo, lo que habría equivalido a salirse del mundo. Para él el Cristianismo tenía que vivirse en el mundo. «Dios -como le dijo cierto santo anciano a John Wesley- no quiere saber nada de una religión solitaria.» Y Pablo habría estado totalmente de acuerdo con eso.

Es interesante ver los tres pecados que Pablo selecciona como típicos del mundo, y las tres clases de personas que cita.

(i) Estaban los que llevaban una vida sexual inmoral. El Cristianismo es lo único que puede garantizar la pureza. La raíz de la inmoralidad sexual es una actitud falsa con las personas. A fin de cuentas es verlas como bestias. Declara que las pasiones y los instintos que se dan en las bestias deben consentirse sin la menor vergüenza, y a la otra persona hay que considerarla simplemente como un objeto para experimentar ese placer. Ahora bien: el Cristianismo ve en la persona humana un hijo o una hija de Dios; y, por tanto, como una criatura que vive en el mundo pero cuya vida no se limita a él; es una persona que no organiza su vida no teniendo en cuenta más que las necesidades y los deseos materiales; que tiene un cuerpo pero tiene también un espíritu. Si las personas se miraran unas a otras como hijos e hijas de Dios, la promiscuidad sexual sería automáticamente desterrada. (ii) Estaban los avaros y los codiciosos de bienes de este mundo. Aquí también, sólo el Cristianismo puede desterrar ese espíritu. Si juzgamos las cosas conforme a la escala de valores del mundo, no hay razón para que no dediquemos nuestra vida a conseguir el mayor número posible de cosas materiales. Pero el Cristianismo introduce un espíritu que mira hacia fuera y no sólo hacia dentro. Hace del amor el valor supremo de la vida, y del servicio el mayor honor. Cuando el amor de Dios está en el corazón de una persona, esta descubre el gozo, no de obtener, sino de compartir y de dar.

(iii) Estaban los idólatras. La idolatría antigua tiene un paralelo en las supersticiones modernas. Nuestra época está por lo menos tan interesada como la que más del pasado en encantamientos, amuletos, horóscopos y cosas por el estilo. La razón es que se tiene necesidad de adorar algo; y, si no se adora al Dios verdadero, se adorarán los ídolos de la suerte. Siempre que decrece la verdadera religión la superstición aumenta.

Tenemos que fijarnos en que estos tres pecados básicos son los representantes de las tres direcciones en las que se peca.

(a) La promiscuidad sexual es un pecado contra la misma esencia de la persona. La que cae en ella se ha reducido al nivel de un animal; ha pecado contra la luz que hay en la persona humana y lo más elevado que conoce. Ha dejado que su naturaleza inferior derrote a la superior, y ha abdicado de su humanidad.

(b) La codicia es un pecado contra nuestros semejantes y prójimos. Mira a los demás como gente que se puede explotar, y no como hermanos y hermanas a los que podemos ayudar. Olvida el hecho de que la única prueba de que amamos a Dios es que amamos a nuestros semejantes como nos amamos a nosotros mismos.

(c) La idolatría es un pecado contra Dios. Deja que las cosas Le usurpen Su lugar. Es el fracaso en dar a Dios el primer lugar en nuestra vida que sólo a Él corresponde.

Pablo expone el principio de que no tenemos que juzgar a los de fuera de la iglesia. «Los de fuera» era la expresión que usaban los judíos para referirse a los gentiles, a los que no formaban parte del Pueblo Escogido. Debemos dejar que Dios los juzgue, porque Él es el único Que conoce los corazones. Pero los que están en la iglesia tienen privilegios especiales y, por tanto, responsabilidades especiales. Son personas que se han comprometido con Cristo, y a las que se pueden pedir cuentas de cómo cumplen su compromiso.

Pablo llega al final de su razonamiento con un mandamiento claro. «Así quitarás al malo de en medio de ti» Dt 17:7, y 24:7). Hay casos en los que hay que extirpar el cáncer; hay casos en los que hay que adoptar medidas drásticas para evitar una infección. No es el deseo de hacer daño o de dar señales de prepotencia lo que mueve a Pablo, sino el deseo de un pastor de proteger a su joven iglesia de la amenaza de una infección del mundo que siempre la acecha.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— por carta: Parece casi seguro que Pablo escribió a los corintios alguna carta más, además de las dos que se han conservado. Aquí alude el Apóstol a una carta escrita con anterioridad a esta que llamamos primera carta a los Corintios. (Ver Introducción.).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Mat 18:17; 2Co 6:14-17; 2Ts 3:6; 2Ts 3:14; Tit 3:10; 2Jn 1:10.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La jurisdicción del juicio de la iglesia

9 Pablo había escrito una carta anterior que había sido malentendida (cf. 2 Cor. 6:14-7:1, que también había sido mal utilizada para demandar la separación de los cristianos de la sociedad secular). Había expuesto allí las normas sobre las relaciones con personas inmorales. 10 Pablo corrige todo malentendido en el sentido de que él hubiera condenado cualquier contacto en una sociedad secular con personas inmorales, los avaros, estafadores o idólatras. Si este fuera el caso, los cristianos deberían retirarse del mundo como lo hacían ciertas sectas religiosas del judaísmo, p. ej. los terapeutas y los esenios. 11 Pablo aclara ahora lo que había sido malentendido anteriormente: que deben alejarse de cualquier cristiano que cometa inmoralidad sexual, o sea avaro (o codicioso), idólatra, borracho (en la antigüedad, las cenas eran famosas por la forma en que se bebía y las inmoralidades que en ellas se cometían; cf. el comentario sobre 10:7), o de aquel que fuera deshonesto en su trato comercial. Se prohibía compartir la mesa con estas personas. 12 Es interesante el hecho de que Pablo no se consideraba juez de la conducta de la sociedad secular. En una pregunta que sólo podía tener una respuesta afirmativa, Pablo declara que la comunidad cristiana es responsable de juzgar a los de adentro, es decir, a sus propios miembros. 13 Corresponde a Dios juzgar la conducta incorrecta de los de afuera, mientras que la comunidad debe echar de su seno a la persona inmoral, algo que Pablo enfatiza con la cita de Deut. 17:7. La facilidad con que la iglesia actual a menudo juzga la conducta errónea, ética o estructural, de la comunidad exterior, muchas veces se compara solamente con su renuencia a actuar para remediar la conducta ética de sus propios miembros. Hemos revertido el orden que Pablo daba a las cosas.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

mi carta. Pablo se refiere a una carta escrita anteriormente que aparentemente no ha sido conservada.

Fuente: La Biblia de las Américas

9 super (1) O, asociéis. Así también en el v.11.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

os juntéis. I.e., tener compañerismo familiar. Es imposible evitar el contacto con los malos de este mundo en los quehaceres cotidianos de la vida (v. 1Co 5:10). Pero, dice Pablo, es impropio tener compañerismo con un cristiano que está bajo disciplina (v. 1Co 5:11).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

R1047 En los vv. 9 y 11, se usa el infinitivo para dar un mandato indirecto (imperativo: no se asocien).

T93 El significado de ἔγραψα indica claramente que Pablo había escrito una carta, por la cual habían surgido preguntas; ahora se prepara para contestarlas (comp. Rom 15:15, R757 y BD334).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego