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Comentario de 1 Corintios 6:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Corintios 6:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,

6:9

— ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? — La frase, “¿No sabéis?”, expone la arrogancia de los corintios al jactarse de ser tan sabios. De igual manera Jesús preguntó repetidas veces a los escribas (escribanos): “¿nunca leísteis?” (Mat 21:15-16).

Otra pregunta retórica se dirige a la iglesia en Corinto. ¿Cuál es la implicación? Es que al convertirse a Cristo, la persona deja las cosas de la injusticia que prohíben la entrada al cielo.

En el versículo anterior Pablo acabó de acusarles de cometer agravio, o injusticias (H.A.), (adikeo); ahora dice que los injustos (adikos) no heredarán el reino de Dios. En griego, la conexión entre las dos cosas es muy estrecha. Aquí la palabra “injusticia” es como la síntesis de todos los pecados en la lista que sigue. La lista es representativa, no exhaustiva. Véase Gál 5:21, “cosas semejantes a éstas”.

Obviamente lo que hacían los corintios les prohibiría entrar en el reino de Dios (en el cielo). Siendo así el caso, también es obvio que el cristiano puede pecar de tal manera que caiga de la gracia y se pierda eternamente. ¡La apostasía no es imposible! (El calvinismo enseña al contrario).

Aunque el término “reino” se aplica a la iglesia ahora (Mat 16:18-19; Mar 9:1; Luc 22:16; Col 1:13; Heb 12:28), también se aplica al reino en su aspecto eterno (2Ti 4:18; 2Pe 1:11). En este caso aquí, ya que los corintios estaban en la iglesia, el término “reino” se aplica al aspecto eterno de él.

La idea de “heredar” se emplea en Rom 8:17; los cristianos son herederos. El cielo (la vida eterna) es su herencia (Mat 19:29; Mat 25:34; Luc 10:25; Efe 1:14).

— No erréis — “No os dejéis engañar” (B.A.). Otras versiones buenas usan una frase de no engañarse (ASV., P.B., V.M., RVA., L.A., NVI., NTP., 1977. B.J., etcétera).

Los corintios (y todo el mundo) eran responsables por cualquier autoengaño. Muchas son las advertencias en el Nuevo Testamento contra el dejarse engañar, contra el criterio falso.

El materialismo (el amor al dinero, o a lo que con él se puede comprar) engaña a mucha gente, causando que ella cometa mucha injusticia (pecado en general). Muchos están engañados con respecto a lo pecaminoso de ser personas de la lista que sigue en este versículo, y en el siguiente. En el mundo moderno la fornicación se presenta generalmente, no como pecado, sino como una aventura amorosa. La borrachera se considera una enfermedad (de la cual el “enfermo” no es responsable). Se defiende la homosexualidad con más y más aceptación pública, aun en muchas de las iglesias modernas. Hay hasta hermanos en la fe que defienden casamientos adúlteros, afirmando que el adulterio no tiene que ver con el sexo, sino solamente con el acto de divorciarse y volverse a casar. Todos éstos están engañados, y están engañando a otros.

— ni los fornicarios — Véase 5:1, comentarios.

— ni los idólatras — Véase 5:10, comentarios.

— ni los adúlteros — El adulterio es el sexo ilícito con una persona casada. Mientras que la fornicación es término comprensivo, el adulterio se limita al sexo ilícito que involucra a una persona casada.

Dos personas pueden estar “casados”, según las leyes del país, y al mismo tiempo estar en adulterio (Mat 5:32; Mat 19:9; Mar 6:17; Luc 16:18; Rom 7:1-3).

— ni los afeminados — La palabra griega (malakos) significa “suave”, “delicado”, “blando”, y de las cuatro veces que aparece en el Nuevo Testamento, tres veces y con referencia a ropa, se traduce así (Mat 11:8; Luc 7:25, dos veces). Aquí casi todas las versiones traducen la palabra, “afeminados”. Son hombres que “se tienen para propósitos contranaturales” (dice la Versión, N.M.). Son quienes toman el papel de la mujer en el acto homosexual.

— ni los que se echan con varones — Otras versiones emplean la palabra “homosexuales”, o “ sodomitas”. Estos son quienes toman el papel del hombre en el acto homosexual. Véanse Gén 19:1-11 (de este caso viene la palabra, “sodomita”); Lev 18:22; Lev 20:13; Deu 23:17; Josué capítulo 19,20; Rom 1:26-27; 1Ti 1:10; 2Pe 2:6-10; Jud 1:7-8). A pesar de tanto pasaje que expone la vileza de la homosexualidad, hay iglesias modernas que aprueban este acto y defienden el derecho de los homosexuales de servir como clérigos. Desde luego, son iglesias modernistas.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

No sabéis. 1Co 6:2, 1Co 6:3, 1Co 6:15, 1Co 6:16, 1Co 6:19; 1Co 3:16; 1Co 9:24.

que los injustos. Éxo 23:1; Lev 19:15, Lev 19:35, Lev 19:36; Deu 25:13-16; Pro 11:1; Pro 22:8; Isa 10:1, Isa 10:2; Isa 55:7; Zac 5:3; Hch 24:25; Rom 1:18; 1Ti 1:9.

no poseearán el reino de Dios. 1Co 6:10; 1Co 15:50; Mat 19:29; Mat 25:34; Gál 5:21.

ni los fornicarios. 1Co 5:1, 1Co 5:10; Gál 5:19-21; Efe 5:4, Efe 5:5; 1Ti 1:9; Heb 12:14, Heb 12:16; Heb 13:4; Apo 21:8; Apo 22:15.

ni los que se echan con varones. Gén 19:5; Lev 18:22; Lev 20:13; Deu 22:5; Deu 23:17; Jue 19:22; Rom 1:26, Rom 1:27; 1Ti 1:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

el reino de Dios: Aquí parece referirse a un tiempo futuro cuando Dios gobernará la tierra con justicia (Mat 6:10; Luc 11:2).

No erréis: Trágicamente, a veces los cristianos se engañan a sí mismos al pensar que Dios no requiere que ellos vivan justamente. Pablo enfatiza que ese tipo de personas no heredará el Reino de Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LOS INJUSTOS NO HEREDARÁN EL REINO DE DIOS. Algunos en Corinto estaban engañados al creer que, aunque dejaran de tener comunión con Cristo, lo negaran y vivieran en inmoralidad e injusticia, todavía estarían seguras su salvación y su herencia en el reino de Dios.

(1) Sin embargo, Pablo afirma que la muerte espiritual es la inevitable consecuencia del pecado habitual, aun para el creyente (cf. Rom 8:13). Nadie puede vivir siempre deseando deleite inmoral y aún así heredar el reino de Dios (cf. Rom 6:16; Stg 1:15; véanse 1Jn 2:4, nota; 1Jn 3:9, nota). El apóstol Pablo repite con frecuencia esa enseñanza fundamental (e.g., Gál 5:21 y Efe 5:5-6). Nótese que los profetas del AT con frecuencia proclamaban este principio (véanse Jer 8:7, nota; Jer 23:17, nota; Eze 13:10, nota).

(2) La advertencia de Pablo es para toda la comunidad de creyentes. Nadie debe engañarse, porque «los injustos no heredarán el reino de Dios». La salvación sin la obra regeneradora y santificadora del Espíritu Santo no tiene lugar en la teología de Pablo.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

no heredarán el reino de Dios. El reino es la esfera de salvación donde Dios gobierna como Rey sobre todos los que le pertenecen por la fe (vea las notas sobre Mat 5:3 ; Mat 5:10). Todos los creyentes están en ese reino espiritual pero aguardan la entrada a su herencia plena en la era venidera. Las personas que se caracterizan por esas iniquidades no son salvas (v. 1Co 6:10). Vea las notas sobre 1Jn 3:9-10. Mientras los creyentes pueden y de hecho cometen estos pecados, estos no les caracterizan como un patrón constante de vida. Si esto es así, demuestra que la persona no está en el reino de Dios. Los creyentes verdaderos que pecan aborrecen ese pecado y procuran ganar la victoria sobre él (cp. Rom 7:14-25). fornicarios. Todos los que se abandonan con indulgencia a la inmoralidad sexual, pero en particular las personas solteras. idólatras. Aquellos que adoran cualquier dios falso o siguen cualquier sistema religioso falso. adúlteros. Personas casadas que se entregan a actos sexuales fuera de su matrimonio. los afeminados … los que se echan con varones. Estos términos se refieren a aquellos que intercambian y corrompen las funciones masculinas y femeninas normales en las relaciones sexuales. Esto incluye perversiones como el cambio de sexo o el uso de atavíos propios del sexo opuesto (cp. Gén 1:27; Deu 22:5). En el texto griego, los homosexuales reciben el apelativo de sodomitas a causa del pecado sexual que dominó a los hombres en la ciudad de Sodoma (Gén 18:20; Gén 19:4-5). Esta perversión pecaminosa se condena siempre y de todas las formas en las Escrituras (cp. Lev 18:22; Lev 20:13; Rom 1:26-27; 1Ti 1:10).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Este catálogo de pecados, aunque no exhaustivo, representa los principales tipos de pecado moral que caracterizan a los no salvos.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

6:9 — ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? — La frase, “¿No sabéis?”, expone la arrogancia de los corintios al jactarse de ser tan sabios. De igual manera Jesús preguntó repetidas veces a los escribas (escribanos): “¿nunca leísteis?” (Mat 21:15-16).
Otra pregunta retórica se dirige a la iglesia en Corinto. ¿Cuál es la implicación? Es que al convertirse a Cristo, la persona deja las cosas de la injusticia que prohíben la entrada al cielo.
En el versículo anterior Pablo acabó de acusarles de cometer agravio, o injusticias (H.A.), (adikeo); ahora dice que los injustos (adikos) no heredarán el reino de Dios. En griego, la conexión entre las dos cosas es muy estrecha. Aquí la palabra “injusticia” es como la síntesis de todos los pecados en la lista que sigue. La lista es representativa, no exhaustiva. Véase Gál 5:21, “cosas semejantes a éstas”.
Obviamente lo que hacían los corintios les prohibiría entrar en el reino de Dios (en el cielo). Siendo así el caso, también es obvio que el cristiano puede pecar de tal manera que caiga de la gracia y se pierda eternamente. ¡La apostasía no es imposible! (El calvinismo enseña al contrario).
Aunque el término “reino” se aplica a la iglesia ahora (Mat 16:18-19; Mar 9:1; Luc 22:16; Col 1:13; Heb 12:28), también se aplica al reino en su aspecto eterno (2Ti 4:18; 2Pe 1:11). En este caso aquí, ya que los corintios estaban en la iglesia, el término “reino” se aplica al aspecto eterno de él.
La idea de “heredar” se emplea en Rom 8:17; los cristianos son herederos. El cielo (la vida eterna) es su herencia (Mat 19:29; Mat 25:34; Luc 10:25; Efe 1:14).
— No erréis — “No os dejéis engañar” (B.A.). Otras versiones buenas usan una frase de no engañarse (ASV., P.B., V.M., RVA., L.A., NVI., NTP., 1977. B.J., etcétera).
Los corintios (y todo el mundo) eran responsables por cualquier autoengaño. Muchas son las advertencias en el Nuevo Testamento contra el dejarse engañar, contra el criterio falso.
El materialismo (el amor al dinero, o a lo que con él se puede comprar) engaña a mucha gente, causando que ella cometa mucha injusticia (pecado en general). Muchos están engañados con respecto a lo pecaminoso de ser personas de la lista que sigue en este versículo, y en el siguiente. En el mundo moderno la fornicación se presenta generalmente, no como pecado, sino como una aventura amorosa. La borrachera se considera una enfermedad (de la cual el “enfermo” no es responsable). Se defiende la homosexualidad con más y más aceptación pública, aun en muchas de las iglesias modernas. Hay hasta hermanos en la fe que defienden casamientos adúlteros, afirmando que el adulterio no tiene que ver con el sexo, sino solamente con el acto de divorciarse y volverse a casar. Todos éstos están engañados, y están engañando a otros.
— ni los fornicarios — Véase 5:1, comentarios.
— ni los idólatras — Véase 5:10, comentarios.
— ni los adúlteros — El adulterio es el sexo ilícito con una persona casada. Mientras que la fornicación es término comprensivo, el adulterio se limita al sexo ilícito que involucra a una persona casada.
Dos personas pueden estar “casados”, según las leyes del país, y al mismo tiempo estar en adulterio (Mat 5:32; Mat 19:9; Mar 6:17; Luc 16:18; Rom 7:1-3).
— ni los afeminados — La palabra griega (malakos) significa “suave”, “delicado”, “blando”, y de las cuatro veces que aparece en el Nuevo Testamento, tres veces y con referencia a ropa, se traduce así (Mat 11:8; Luc 7:25, dos veces). Aquí casi todas las versiones traducen la palabra, “afeminados”. Son hombres que “se tienen para propósitos contranaturales” (dice la Versión, N.M.). Son quienes toman el papel de la mujer en el acto homosexual.
— ni los que se echan con varones — Otras versiones emplean la palabra “homosexuales”, o “ sodomitas”. Estos son quienes toman el papel del hombre en el acto homosexual. Véanse Gén 19:1-11 (de este caso viene la palabra, “sodomita”); Lev 18:22; Lev 20:13; Deu 23:17; Josué capítulo 19,20; Rom 1:26-27; 1Ti 1:10; 2Pe 2:6-10; Jud 1:7-8). A pesar de tanto pasaje que expone la vileza de la homosexualidad, hay iglesias modernas que aprueban este acto y defienden el derecho de los homosexuales de servir como clérigos. Desde luego, son iglesias modernistas.

Fuente: Notas Reeves-Partain

ASÍ ERAIS VOSOTROS

1 Corintios 6:9-11

¿Es que no os dais cuenta de que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No os engañéis, que ni los promiscuos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sensuales, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los estafadores ni los rapaces van a heredar el Reino de Dios. Y eso es lo que erais algunos de vosotros; pero, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios, ya estáis lavados, y consagrados, y en la debida relación con Dios.

Pablo se arranca con un terrible catálogo de pecados, que son un cuadro tenebroso de la civilización corrompida en medio de la cual estaba creciendo la iglesia corintia. Hay algunas cosas de las que no le gusta hablar a nadie; pero tendremos que fijarnos un poco en este catálogo para entender el entorno de la iglesia cristiana primitiva, y ver que la naturaleza humana no ha cambiado tanto después de todo.
Estaban los promiscuos y los adúlteros. Ya hemos visto que el libertinaje sexual era parte del trasfondo de la vida pagana, y que la virtud de la castidad era casi desconocida. La palabra para promiscuos es especialmente desagradable: quiere decir prostituto. Tiene que haber sido difícil ser cristiano en el ambiente pestilente de Corinto.

También estaban los idólatras. El edificio más grandioso de Corinto era el templo de Afrodita, la diosa del amor, en el que florecían juntas la idolatría y la inmoralidad. La idolatría es un triste ejemplo de lo que sucede cuando tratamos de hacer más fácil la religión. Un ídolo no empezó siendo un dios, sino solamente un símbolo de un dios; su cometido era hacer más fácil el culto del dios proveyendo algún objeto en el que se localizaba o representaba la presencia del dios. Pero la gente empezó muy pronto a darle culto al ídolo mismo en vez de al dios que representaba. Es uno de los peligros crónicos de la vida este de dar culto al símbolo más bien que a la realidad que pueda haber detrás de él.

Estaban los sensuales. La palabra (malakós) designa a los que son amanerados y afeminados, que han perdido la virilidad y viven para los placeres rebuscados. Describe lo que podríamos llamar regodearse en el lujo en el que se ha perdido toda clase de resistencia al placer. Cuando Ulises y sus marineros llegaron a la isla de Circe se encontraron en una tierra en la que crecía la flor de loto, que hacía olvidarse de su patria y de su familia al que la comiera, y no desear otra cosa que el vivir toda la vida en aquella tierra » en la que siempre era la hora de la siesta.» Ya no sentían el ímpetu viril de «elevarse a la cresta de la ola turgente.» Esa era la clase de vida que apelaba a los sensuales.

Estaban los ladrones y los bandidos. Eran una maldición en el mundo antiguo. Era fácil minar las casas de entonces. Los rateros frecuentaban especialmente dos sitios: los gimnasios y los baños, donde robaban la ropa de los que se estaban bañando o ejercitando. Era corriente el raptar esclavos que tenían cualidades fuera de lo corriente. Las leyes dan señales de lo grave que era este problema. Había tres clases de robo que se castigaban con la pena de muerte: (i) El de una cantidad de dinero superior a las 50 dracmas; (ii) El de ropa que se sustrajera de los baños, gimnasios, puertos y playas que valiera más de 10 dracmas, y (iii) El robo con nocturnidad. Los cristianos vivían en medio de aquella población acostumbrada al robo y al fraude indiscriminado.

Estaban los borrachos. La palabra que se usa aquí viene de una, methos, que quiere decir beber sin control. Hasta los niños pequeños bebían vino; el desayuno se llamaba akrátisma, y consistía en pan mojado en vino. El uso generalizado del vino se debía en parte a la inadecuada provisión de agua. Por lo general los griegos eran sobrios, porque bebían una mezcla de tres partes de vino por dos de agua. Pero en el lujoso Corinto abundaba el exceso incontrolado en la bebida.

Estaban los estafadores y los rapaces. Las dos palabras son interesantes. La palabra para estafadores es pleonéktés. Describe lo que los griegos definían como «el espíritu que siempre se esfuerza por conseguir más y apoderarse de lo que no le corresponde por derecho.» Es un apoderarse agresivo. No es el espíritu del avaro, porque procura obtener para gastar, para vivir con más lujos y placeres; y no le importa de quién aprovecharse con tal de obtener. La palabra que traducimos por rapaces es hárpax. Viene de codiciar. Es interesante que se usa de cierta clase de lobos, y también de los arpeos que se usaban para abordar barcos en las batallas navales. Es el espíritu que ansía con ferocidad salvaje cosas a las que no tiene derecho.

Hemos dejado para el final el pecado contra naturaleza: los homosexuales. Esta condición se había extendido como un cáncer por toda Grecia, y había invadido Roma. Apenas nos podemos dar cuenta de hasta qué punto había plagado el mundo antiguo. Hasta una persona tan elevada como Sócrates lo practicaba; el diálogo El banquete, de Platón, que ha originado la expresión «amor platónico», se refiere a esta clase de «amor». Catorce de los quince primeros césares practicaban este vicio contra naturaleza. Por aquel tiempo, Nerón era el emperador, y se había apoderado de un chico llamado Esporo, al que había castrado, y luego se había casado con él en una ceremonia completa de boda y le había conducido en procesión a su palacio para tenerle como «esposa». Con una aberración increíble, el mismo Nerón se había casado también con un tal Pitágoras, al que tenía por su «marido». Cuando eliminaron a Nerón y Otón ocupó su puesto, una de las primeras cosas que hizo fue tomar posesión de Esporo. Mucho más tarde, el nombre de Adriano estuvo involucrado con el del joven bitinio Antonous, con el que vivió inseparablemente y, cuando murió, le deificó y llenó el imperio de estatuas suyas e inmortalizó su pecado dándole su nombre a una estrella. Por lo que se refiere a este vicio, en los tiempos de la Iglesia Primitiva el mundo había perdido la vergüenza, lo que fue una de las causas principales de la degeneración y colapso final de su civilización.

Después de este horrible catálogo de vicios, naturales y antinaturales, Pablo proclama el triunfo del Evangelio: » ¡Y eso es lo que erais algunos de vosotros!» La demostración del Cristianismo está en su poder para tomar la escoria de la humanidad y convertirla en seres humanos regenerados, para tomar gente que había perdido totalmente la vergüenza y hacerlos hijos de Dios. Había en Corinto, y en todo el mundo, personas que eran pruebas del poder re-creador de Cristo.
El poder de Cristo sigue siendo el mismo. Una persona no puede cambiar; pero Cristo sí puede cambiarla. Hay un contraste alucinante entre las literaturas pagana y cristiana de aquel tiempo. Séneca, contemporáneo de Pablo, exclama que lo que la gente necesita «es que se les tienda una mano para sacarlos del cieno.» «Las personas -declaraba- son demoledoramente conscientes de su propia debilidad en las cosas necesarias.» «Los hombres aman sus vicios -decía con una especie de desesperación- y los odian al mismo tiempo.» Se llamaba a sí mismo homo non tolerabilis, alguien a quien no se podía aguantar. A este mundo, consciente de un diluvio de decadencia que no se podía parar, llegó el poder radiante del Evangelio, que era victoriosamente capaz de hacer todas las cosas nuevas.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Rom 1:29-32; Gál 5:19-21; Efe 5:3-5.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Contra el libertinaje cristiano

En Rom. 1:18-32 la lista de transgresiones que formula Pablo, las cuales provocan el juicio de Dios, no incluye solamente pecados sexuales (ver vv. 29-31). Aquí, también, los pecados que eran causa de exclusión para los miembros de la comunidad de los creyentes del AT, también los excluyen de la herencia de Dios (9b, 10). La sociedad secular había desarrollado un complicado argumento filosófico para apoyar el estilo de vida libertino de la elite. Sus faltas quizá hayan estado más allá del alcance de la ley secular, pero no de la apreciación de Dios. Es claro que había un cierto grado de autoengaño en los cristianos, tal como muchas veces lo hay hoy. Los que cometían inmoralidades sexuales (pornoi, que incluye a los fornicarios, es decir, cristianos que cohabitaban sin estar casados), los adoradores de ídolos, los hombres que engañan a sus esposas aun cuando éstas lo toleren, los participantes en la homosexualidad masculina, los ladrones, los avaros (lit. “los codiciosos”) que no están satisfechos con la bondad de Dios para con ellos, los borrachos (normalmente aquellos que tenían orgías de alcohol en las cenas), y las personas que eran deshonestas en los negocios; todos ellos no tienen herencia en el reino de Dios. Ninguno de estos pecados en manera alguna fortalece la relación con Dios o con los demás; como en los Diez Mandamientos, se los prohíbe porque son destructivos y no ayudan a las relaciones, e infligen pena y angustia. 11 Estas eran las cosas que hacían los corintios. No eran ni más ni menos inmorales que el resto de la sociedad. Como entonces, así ahora. Pero la obra de Cristo los ha limpiado de su pasado, los ha hecho santos, justificados, es decir, los ha librado del justo juicio, en el nombre del Señor Jesucristo, y esto por medio de la actividad del Espíritu de Dios. Esta buena noticia del evangelio significa que las actividades pecaminosas pasadas no necesitan determinar el destino final de hombres y mujeres.

12 Pablo cita los refranes populares que solían utilizar los libertinos, contrastándolos con dichos similares concisos. La elite argumentaba que su éxito les permitía hacer lo que desearan, porque todo era lícito, pero Pablo requiere una ética que haga crecer, no que explote, no todo me conviene, es decir, una ética que lleve bendición a otros. Ellos argumentaban que todo estaba permitido, que no había límites. Pablo insiste en que las acciones jamás deben esclavizarnos. 13 Ellos argumentaban que la comida estaba hecha para comerla y que el estómago estaba hecho para la comida. Una hojeada a los libros de cocina del primer siglo nos muestra cuán sofisticado había llegado a ser el pecado de la gula. La inmoralidad y la glotonería iban de la mano en las fiestas paganas. Pablo señala por oposición que ni la comida ni el apetito son indestructibles. El cuerpo no debe involucrarse en actividades sexuales fuera del matrimonio, pero en el caso del creyente en Cristo, el cuerpo no le pertenece a él para que haga lo que quiera, sino que fue hecho para el Señor. 14 Pablo rechaza el argumento platónico de que podía complacerse a los sentidos ahora porque esto no sería posible luego de la muerte. No obstante, Dios tiene el propósito de resucitar cuerpos, no almas, porque él levantó al Señor. 15 Ningún cristiano podía decir “mi cuerpo”, porque no es el espíritu solamente, sino la totalidad de la persona, la que se une a Cristo en la conversión. Los cristianos que son llamados miembros de Cristo jamás pueden unirse sexualmente con una prostituta. 16 Tal comportamiento, aunque era aceptado como normal en los hombres del mundo romano, siempre fue rechazado en la iglesia debido a la unidad que cualquier acto sexual establece entre dos personas. Pablo cita la ordenanza relativa a la actividad sexual que se encuentra en Gén. 2:24: no hay ninguna instancia de defensa especial del adulterio en la Biblia. 20 Ningún cristiano puede decir “mi cuerpo” porque ha sido comprado por precio, es decir, rescatado por la muerte de Cristo. Esto implica claramente que su obligación es lit. glorificar a Dios en su cuerpo, y esto se logra relacionándose con los demás, tanto social como sexualmente, dentro de los parámetros de relación establecidos en la Biblia.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) “Adúlteros.” Lat.: a·dúl·te·ri.

(2) O: “ni sodomitas”. Lit.: “ni los que se acuestan con varones”. Gr.: óu·te ar·se·no·kói·tai; lat.: né·que ma·scu·ló·rum con·cu·bi·tó·res.

REFERENCIAS CRUZADAS

p 261 Efe 5:5; Rev 22:15

q 262 Rev 21:8

r 263 Col 3:5

s 264 Heb 13:4

t 265 Rom 1:27

u 266 1Ti 1:10

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

La lista se repite en una u otra forma en las cartas paulinas y en el Apocalipsis (5:11; Gá 5:19– 21; 1 Ti 1:9, 10; Ap 21:8; 22:15).

Fuente: La Biblia de las Américas

9 (1) Heredar el reino en la era venidera es una recompensa para los santos que buscan justicia ( Mat_5:10 , Mat_5:20 ; Mat_6:33). Véanse las notas 10 (2) de Mt 5, 21 (2) de Gá 5, 5 (3) de Ef 5, y 28 (1) de He 12.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

ni los afeminados, ni los que se echan con varones. Ambas expresiones se refieren a los homosexuales; la primera, a los que permiten que abusen de ellos; la segunda, a los homosexuales activos. La advertencia de Pablo va contra el trasfondo de incesto, homosexualidad, pederastia y otros vicios sexuales contra natura, que prevalecían entre los griegos y romanos. Pablo no quería que la cristiandad se confundiera con sectas que permitían tales cosas.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie