Comentario de 1 Corintios 7:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

A los demás digo yo, no el Señor: que si algún hermano tiene esposa no creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.

7:12 Y a los demás — Ahora Pablo se dirige a una categoría de personas en particular; a saber, a los hermanos corintios casados con no cristianos. Son casados, igualmente como los del ver. 10, pero representan un caso especial. Evidentemente existía en Corinto la doctrina de que la conversión a Cristo demanda que el cristiano casado se separe de su esposo no cristiano. A éstos en particular ahora Pablo se dirige.

Nótese: “Los demás” no representan a cristianos casados con no cristianos, como distintos de cristianos casados con cristianos, versículo 10. Véanse los comentarios allí.

— yo digo, no el Señor — Como en el ver. 10 Pablo no tuvo que revelar lo que Cristo ya había revelado (sobre la permanencia del matrimonio), ahora él sí revela por inspiración la verdad sobre un punto en particular que el Señor no tuvo ocasión de tocar, pues no había caso de cristianos casados con no cristianos en el tiempo de Cristo en la tierra.

Esta frase no tiene nada que ver con ser Pablo apóstol inspirado o no. No contrasta lo que es de inspiración con lo que no es de ella. Se contrastan lo que el Señor enseñó, estando en la tierra, y lo que Pablo ahora enseña por inspiración, al tocar un punto que en particular no había tocado Cristo.

Véanse ver. 17; 14:37; 1Ts 4:15; Rom 12:3; Hch 2:42; 1Jn 4:1-6.

— Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone — Aquí la palabra “creyente” significa cristiana (como “hermano” quiere decir, “cristiano”).

La frase “vivir con él” significa, como lo expresan varias versiones buenas, “habitar con él” (en matrimonio). El Sr. Thayer, el lexicógrafo, da tal definición del vocablo griego empleado en esta frase. Ella consiente en seguir siendo su esposa. (El Ver. 15 trata del caso en que no hay tal consentimiento).

El verbo aquí traducido, “abandone”, en griego es el mismo (aphiemi) que aparece en el ver. 11. Véanse los comentarios allí. Aparece también en el versículo siguiente. Significa divorciarse.

El marido cristiano no debe ni pensar en divorciarse de su esposa no cristiana, sino en salvarla (ver. 16). Ya que el marido se ha convertido en cristiano, va a ser un marido mejor que nunca.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

yo digo. 1Co 7:6, 1Co 7:25; 2Co 11:17.

si algún hermano. Esd 10:2, Esd 10:3, Esd 10:11-19.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

yo digo, no el Señor: Ahora Pablo presenta un problema que Jesús no tocó. A veces una de las partes se convertía, pero no la otra. Pablo exhorta a los creyentes a permanecer casados si la parte incrédula no desea divorciarse.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

YO DIGO, NO EL SEÑOR. No es que Pablo esté dando simplemente su opinión al expresarse de esta manera; más bien aclara que no tiene una cita de Cristo que confirme lo que está exponiendo. Sin embargo, se expresa como quien tiene autoridad apostólica y está bajo la inspiración divina (cf. vv. 1Co 7:25; 1Co 7:40; 1Co 14:37).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

a los demás. Aquellos no cubiertos por la instrucción de los vv. 1Co 7:10-11. yo digo. No es una negación de la inspiración o una indicación de que Pablo imponga aquí su opinión humana, sino tan solo una manera de decir que Jesús no había hablado sobre esto y Dios no había dado revelación previa sobre el asunto, la cual Pablo escribía en ese mismo momento. Al parecer, algunos cristianos sintieron que debían divorciarse de sus cónyuges no salvos para vivir en celibato o casarse con un creyente.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Algunos creyentes debieron sentir que estar casados con un incrédulo los contaminaba de algún modo. Sin embargo, lo cierto es todo lo contrario (v. 1Co 7:14).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

7:12 Y a los demás – Ahora Pablo se dirige a una categoría de personas en particular; a saber, a los hermanos corintios casados con no cristianos. Son casados, igualmente como los del ver. 10, pero representan un caso especial. Evidentemente existía en Corinto la doctrina de que la conversión a Cristo demanda que el cristiano casado se separe de su esposo no cristiano. A éstos en particular ahora Pablo se dirige.
Nótese: “Los demás” no representan a cristianos casados con no cristianos, como distintos de cristianos casados con cristianos, versículo 10. Véanse los comentarios allí.
— yo digo, no el Señor – Como en el ver. 10 Pablo no tuvo que revelar lo que Cristo ya había revelado (sobre la permanencia del matrimonio), ahora él sí revela por inspiración la verdad sobre un punto en particular que el Señor no tuvo ocasión de tocar, pues no había caso de cristianos casados con no cristianos en el tiempo de Cristo en la tierra.
Esta frase no tiene nada que ver con ser Pablo apóstol inspirado o no. No contrasta lo que es de inspiración con lo que no es de ella. Se contrastan lo que el Señor enseñó, estando en la tierra, y lo que Pablo ahora enseña por inspiración, al tocar un punto que en particular no había tocado Cristo.
Véanse ver. 17; 14:37; 1Ts 4:15; Rom 12:3; Hch 2:42; 1Jn 4:1-6.
— Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone – Aquí la palabra “creyente” significa cristiana (como “hermano” quiere decir, “cristiano”).
La frase “vivir con él” significa, como lo expresan varias versiones buenas, “habitar con él” (en matrimonio). El Sr. Thayer, el lexicógrafo, da tal definición del vocablo griego empleado en esta frase. Ella consiente en seguir siendo su esposa. (El Ver. 15 trata del caso en que no hay tal consentimiento).
El verbo aquí traducido, “abandone”, en griego es el mismo (aphiemi) que aparece en el ver. 11. Véanse los comentarios allí. Aparece también en el versículo siguiente. Significa divorciarse.
El marido cristiano no debe ni pensar en divorciarse de su esposa no cristiana, sino en salvarla (ver. 16). Ya que el marido se ha convertido en cristiano, va a ser un marido mejor que nunca.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Opciones frente a un cónyuge no creyente

Pablo tiene en mente a los matrimonios contraídos antes de que uno de los cónyuges se convirtiera en cristiano. El requisito por implicación de que una viuda cristiana sólo puede casarse nuevamente si es con un creyente en Cristo sugiere que los cristianos no eran libres de casarse con quienes no compartían la fe cristiana (7:39). Además, los apóstoles tenían esposas que son llamadas “hermanas”, es decir, creyentes (9:5). 12 Tener una cónyuge que no era creyente no era motivo para la separación o el divorcio por parte del esposo creyente. Puede haber habido cierta presión para hacerlo debido a una lectura incorrecta del AT, que demandaba que los judíos que contraían relaciones con los no judíos, conociendo bien la prohibición del AT, debían apartarse de esa esposa. Si la esposa no cristiana deseaba continuar con él, el esposo no debía divorciarse de ella. La ordenanza del matrimonio es dada por Dios para toda la humanidad (Gén. 2:21-24), no sólo destinada a los cristianos. Lo mismo se aplica a la esposa cristiana (13).

14 No hay nada impuro en la relación. Por el contrario, hay una influencia santificadora por la cual los beneficios de las bendiciones de Cristo fluyen también hacia la otra persona. Si la relación fuera impura, los hijos también serían impuros, pero el hecho es que son santos. Esta es una instancia en la Biblia en la que se declara cuál es el estado de los hijos de uno o de dos creyentes. Los cristianos que vienen de sociedades donde el énfasis primordial está puesto en la condición de la comunidad, especialmente en la familia, tenderán a considerar esto como una declaración de que sus hijos son cristianos. Otros, desde un punto de vista occidental, lo verán en forma diferente, basados en ocasiones en diferencias denominacionales, y quizá reflejen algo de las creencias implícitas de la época en particular en que fueron formuladas.

15 Si un esposo no creyente quisiera dejar a su esposa, entonces ella deberá dejarlo en libertad. Algunas veces el mundo antiguo se preocupaba del juicio de los dioses, cuando alguna persona renunciaba a ellos por otra religión nueva. En el siglo I, en los lugares que estaban bajo el dominio grecorromano, las mujeres podían fácilmente divorciarse de sus esposos. Simplemente demandaban que se les devolviera la dote. Si no se les devolvía, la ley romana establecía un recargo del 18% de interés sobre el valor de la misma hasta que el esposo cumpliera con su obligación. Si la mujer deseaba separarse porque su esposo era cristiano, no debía ponerse ningún obstáculo en su camino, como p. ej. retener la dote. Dios ha llamado a su pueblo a vivir en paz y no en perpetua disensión. Ciertamente, retener la dote aunque fuera con la buena intención de salvar el matrimonio, finalmente traería como consecuencia la infelicidad de recurrir a los tribunales. Los cristianos no estaban puestos bajo servidumbre, es decir, no estaban obligados a permanecer en ese matrimonio, y por lo tanto, implícitamente, eran libres para casarse nuevamente, pero sólo “en el Señor” (cf. v. 39). El divorcio se permite cuando uno de los cónyuges abandona el matrimonio porque el otro se ha convertido al cristianismo. 16 Si existía la esperanza de que el cónyuge no cristiano llegara a creer, debía hacerse todo el esfuerzo posible para permanecer en el matrimonio, aunque no hubiera garantía absoluta de que esto resultaría así.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

v 322 1Co 7:25

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

12 super (1) Una vez más, esto se basa en el principio neotestamentario de encarnación. Aunque él añadió: «Yo digo, no el Señor», todo lo que dijo el apóstol en los versículos siguientes es parte de la revelación divina del Nuevo Testamento. Fue su opinión en el Señor, y no el mandamiento del Señor; aún así, expresó el pensamiento del Señor.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Estos versículos tratan de matrimonios en los cuales una parte se hace creyente después del matrimonio.

yo digo, no el Señor. I.e., Cristo no dio ninguna enseñanza concerniente a los matrimonios espiritualmente mixtos, pero Pablo la da, y su enseñanza es autoritativa.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

TGr101 En este versículo Pablo declara que las palabras de nuestro Señor sobre la indisolubilidad del matrimonio no se aplican en casos como éstos.

T37 Hay cierto grado de énfasis o antítesis en el uso de ἐγώ: yo digo, (en contraste con κύριος).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego