Y si alguna esposa tiene esposo no creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone.
7:13 — Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone — La construcción de este versículo en el texto griego es igual a la del anterior, con la excepción de que allí dice “no la abandone”, y aquí, “no abandone al marido”. Nótese la Ver. B.A., “no la abandone …. no abandone a su esposo”. La Ver. L.A.,en los dos versículos, emplea el verbo “divorciarse”, y la Ver. NTP. dice “no la despida” (v. 12), y “no se divorcie” (v.13).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
7:13 — Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone – La construcción de este versículo en el texto griego es igual a la del anterior, con la excepción de que allí dice “no la abandone”, y aquí, “no abandone al marido”. Nótese la Ver. B.A., “no la abandone …. no abandone a su esposo”.
La Ver. L.A.,en los dos versículos, emplea el verbo “divorciarse”, y la Ver. NTP. dice “no la despida” (v. 12), y “no se divorcie” (v.13).
Ni el hombre cristiano, ni la mujer cristiana, debe iniciar el divorcio.
Ahora, no es de esperarse que el inconverso vaya a someterse a instrucciones bíblicas. Mucho conviene al joven cristiano pensar en esto antes de casarse con un incrédulo. Se puede apelar al cónyuge cristiano para que no inicie el divorcio, pero no al incrédulo.
La diferencia de religión no es razón para que haya divorcio (ni mucho menos para que haya segundas nupcias). En Corinto, siglo primero, el converso judío tal vez estaría pensando en el asunto de Esdras capítulo 9,10 y Neh 13:1-31. Todo converso, judío y gentil estaría pensando tal vez que Dios no reconoce el matrimonio de cristianos con no cristianos. Pero no es así; Dios sí los reconoce, y no solamente al matrimonio entre cristianos. No hay nada no santo en el matrimonio mixto, como ahora Pablo pasa a declarar en el versículo siguiente.
Los matrimonios mixtos no son ideales, pero sí son matrimonios, y ninguno de los dos cónyuges se justifica en divorciarse en base a lo que no sea la fornicación.