Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.
10:14 — Por tanto, amados míos, huid de la idolatría — Pablo ahora vuelve a dirigirse a las preguntas (véase 8:1, comentarios) de los corintios sobre la cuestión de comer cosas sacrificadas a ídolos. Véase también 9:1, comentarios. La frase “por tanto” introduce la conclusión del asunto tratado anteriormente.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
amados míos. Rom 12:19; 2Co 7:1; 2Co 11:11; 2Co 12:15, 2Co 12:19; Flp 4:1; Flm 1:1; 1Pe 2:11.
huid de la idolatría. 1Co 10:7, 1Co 10:20, 1Co 10:21; 2Co 6:17; 1Jn 5:21; Apo 2:14; Apo 13:8; Apo 21:8; Apo 22:15.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
1Co 11:1
En esta sección el apóstol Pablo enfoca el problema de la idolatría en la iglesia de Corinto. En la cultura griega estaba arraigada la adoración de diversos dioses. En el antiguo mundo griego existían ídolos en las esquinas de las calles y en las casas. Diversas sociedades cívicas rendían homenaje a sus dioses favoritos. Las ciudades adoptaban dioses como sus protectores especiales. A menudo frecuentaban los templos paganos, especialmente en Corinto con sus templos de prostitución. La mayoría de los alimentos en venta se ofrecían antes en el culto a diversos dioses. Pablo primero apunta a la naturaleza demoníaca del culto a los ídolos y luego expone la naturaleza de la libertad cristiana, especialmente respecto a los alimentos que se ofrecían a los ídolos.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
huid de la idolatría: El culto pagano viola la unión del creyente con Cristo (v. 1Co 10:21). Los ídolos en sí no son una amenaza (v. 1Co 10:19); el peligro está en los demonios (v. 1Co 10:20) que sin saberlo los adoradores, son el verdadero objeto de la adoración de ídolos.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
10:14 — Por tanto, amados míos, huid de la idolatría – Pablo ahora vuelve a dirigirse a las preguntas (véase 8:1, comentarios) de los corintios sobre la cuestión de comer cosas sacrificadas a ídolos. Véase también 9:1, comentarios.
La frase “por tanto” introduce la conclusión del asunto tratado anteriormente.
Al decir “amados hermanos” (compárese 10:1, comentarios) Pablo apela con toda ternura e interés genuino a su espiritualidad, y así endulza su exhortación. Por ser tan amados, no quiere que ellos hagan nada que les cause la perdición.
El texto dice literalmente: “que siempre estéis huyendo de la idolatría” (imperativo presente). No se implica que ya estuvieran cometiendo idolatría, sino que no estén haciendo nada que en realidad podría llevarlos a un acto de idolatría, como Pablo está para explicarlo.
Los israelitas en el desierto sí participaron en la idolatría, y perdieron sus vidas allí. No alcanzaron su meta: la tierra de promisión. No entraron en el reposo de Dios (Heb 3:15-19). Los amados hermanos de Pablo en Corinto correrían el mismo riesgo, si no controlaran sus libertades en cuanto a comer de cosas sacrificadas a ídolos. Pablo está para explicar que comer tales cosas en actos de adoración a los ídolos es idolatría, porque es culto a demonios. Su libertad no les justificaría en tales cultos.
Este es el caso que va por supuesto en Hch 15:29, abstenerse “de lo sacrificado a ídolos”. El cristiano sólo adora a Dios (Mat 4:10). Sin duda servimos a lo que adoramos.
La única reacción sabia, frente a la idolatría, es la de huir. Compárese 6:18; 1Ti 6:11; 2Ti 2:22.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA OBLIGACIÓN SACRAMENTAL
1 Corintios 10:14-22
Así que, amados míos, evitad todo lo que tenga que ver con los ídolos. Os hablo como a personas sensatas; analizad bien lo que os digo. Esta bendita copa por la que damos gracias a Dios, ¿no es el compartir de veras la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es participar de veras del cuerpo de Cristo? Así como el pan que compartimos es uno, así nosotros, aunque somos muchas personas, somos un solo cuerpo tan realmente como participamos de un solo pan. Fijaos en la nación de Israel como raza: los que comen de los sacrificios, ¿no se hacen partícipes espiritualmente del altar?
Entonces, ¿qué estoy diciendo? ¿Estoy implicando que una cosa que se haya ofrecido a los ídolos es de hecho un verdadero sacrifcio? ¿Estoy diciendo que un ídolo es algo? No es eso lo que digo; sino que lo que sacrifican los paganos, se lo sacrifican a los demonios y no a Dios; y yo no quiero que tengáis nada que ver con los demonios. No podéis beber la copa del Señor y la de los demonios. ¿O es que vamos a hacer que el Señor se sienta celoso? ¡No os consideraréis más fuertes que Él!
Detrás de este pasaje hay tres ideas; dos de ellas son características del tiempo en que vivió Pablo; la tercera es válida para todos los tiempos.
(i) Como ya hemos visto, cuando se hacía un sacrificio se le devolvía al que lo ofrecía una parte de la carne para que hiciera una fiesta. En tal fiesta se creía que el dios estaba presente. Más aún: se solía creer que, después de sacrificarle el animal, el dios mismo tomaba posesión de la carne y, en el banquete, entraba en los cuerpos y los espíritus de los que la comían. Exactamente como se formaría un vínculo inquebrantable entre dos personas que comieran cada una el pan y la sal de la otra, así en una comida sacrificial se formaba una comunión íntima entre el dios y el adorador. La persona que sacrificaba era partícipe del altar en un sentido muy real: creía que entraba en una comunión íntima con el dios.
(ii) Entonces todo el mundo creía en los demonios. Los demonios podían ser buenos y malos; pero lo más corriente era que fueran malos. Eran espíritus intermediarios entre los dioses y las personas. Para los griegos, como para muchos pueblos primitivos hoy en día, cada manantial, seto, montaña, árbol, corriente, estanque, roca o lugar tenía su demonio. «Había dioses en todas las fuentes y en todas las cimas; dioses que respiraban en las brisas y centelleaban en los relámpagos; dioses en los rayos solares y en las estrellas; dioses que se desperezaban en los terremotos y en las tormentas.» Todo el mundo estaba abarrotado de demonios. Los judíos los llamaban shedim. Eran espíritus malos que acechaban en las casas vacías, que merodeaban «por las migajas del suelo, el aceite de los candiles, el agua que se bebía, en las enfermedades que atacaban, en el aire, en las habitaciones, día y noche.»
Pablo creía en esos demonios; los llamaba «principados y potestades.» Su punto de vista era que un ídolo no era nada ni representaba nada; pero todo el negocio del culto a los ídolos era obra de los demonios; por ese medio apartaban a la gente de Dios. Cuando adoraban a los ídolos creían que estaban adorando a dioses; de hecho, estaban siendo engañados por los malignos demonios. El culto de los ídolos ponía a la gente en contacto, no con Dios, sino con los demonios,’ y todo lo que tuviera nada que ver con aquellos tenía el tufo infeccioso de estos. La carne ofrecida a los ídolos no tenía ningún misterio, pero el hecho era que había sido utilizada por los demonios y estaba por tanto contaminada.
(iii) De este antiguo conjunto de creencias se deriva un principio permanente: Una persona que se ha sentado a la mesa de Jesucristo no puede ir a sentarse a la mesa que es un instrumento de los demonios. Si alguien ha participado del cuerpo y de la sangre de Cristo hay cosas de las que no debe participar.
Una de las grandes estatuas de Cristo es la de Thorvaldsen; después de tallarla, le ofrecieron un contrato para tallar una estatua de Venus para el Louvre. Su respuesta fue: «La mano que ha tallado la forma de Cristo no puede luego tallar la forma de una diosa pagana.»
Cuando el príncipe Charlie iba huyendo de la muerte, ocho hombres de Glenmoriston le ofrecieron refugio. Estaban fuera de la ley y eran todos criminales; se le había puesto precio a la cabeza de Charlie, 30,000 libras esterlinas de entonces; aquellos hombres no tenían ni un chelín entre todos, pero le escondieron varias semanas, y le mantuvieron a salvo, y ninguno de ellos le traicionó. Fueron pasando los años, y la rebelión no llegó a ser más que una vieja y triste historia. Uno de aquellos ocho que se llamaba Hugh Chisholm consiguió llegar a Edimburgo. La gente estaba interesada en lo que contaba del príncipe, y hablaba con él. Era pobre, y a veces le ofrecían dinero; pero Hugh Chisholm siempre daba la mano izquierda: decía que, cuando se marchó el príncipe Charlie, les había dado la mano a los ocho, y él había jurado que no le daría nunca a nadie la mano que le había dado a su príncipe.
Era verdad en Corinto, y es verdad ahora y dondequiera, que la persona que ha tocado las cosas santas de Cristo no puede manchárselas después con cosas mezquinas e indignas.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
:1 Los banquetes de los ídolos y la cena del Señor
14 Los amados hijos espirituales de Pablo deben evitar comer en el templo ante el peligro de la idolatría. 15 Se les pide que piensen más profundamente en el tema, y Pablo utiliza dos analogías. La primera se relaciona con la cena del Señor, y la segunda con comer de los sacrificios del AT. 16 La copa de bendición era la tercera copa de la Pascua. Jesús, en la noche anterior a su muerte, reinterpretó el significado de esta copa de forma que ahora señalaba al derramamiento de su sangre en la cruz y era el medio para establecer una participación en los beneficios de su muerte. Hizo lo mismo con el pan, que fue roto para expresar la misma participación.17 En la misma forma, el hecho de que los creyentes en Cristo participan de un pan en la cena del Señor, significa que todos pertenecen a Cristo, que son un solo cuerpo en Cristo. 18 Se cita la comunión de los sacerdotes con el altar en el AT como base para establecer la relación en los vv. 19 y 20 (Lev 3:3; 7:15). 19-21 Pablo explica que los sacrificios paganos son ofrecidos a demonios (Deut. 32:17), y que no se puede beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. Es interesante observar en este contexto que algunos recipientes y tazas encontradas por los arqueólogos en Corinto tienen grabados los nombres de ciertos dioses. 22 El punto principal del argumento es que los corintios provocarán a celos al Señor. ¿Son acaso más fuertes que él, como para sobrevivir a tal confrontación?
Habiendo expuesto lo que realmente sucede en las comidas paganas de los sacrificios en las que algunos corintios justificaban su participación, Pablo utiliza el mismo argumento que ellos para demostrar el carácter anticristiano de esa práctica (23, 24). Como en 6:12, 13 la ética que dice que todo está permitido ha sido utilizada como justificación para la acción por parte de aquellos que creen estar firmes.23 Ellos argumentaban que todo me es lícito, pero las acciones cristianas están basadas en lo que es beneficioso para la persona involucrada. Basándose en esto, las conclusiones de 10:19-22 muestran que lo que ellos han hecho ha provocado a celos al Señor y no ha traído ninguna bendición sobre ellos. Si todo lo que se hace debiera edificar a los demás, entonces han fallado, ya que han estado en peligro de destruir a su hermano más débil (cf. 8:10-12). Las acciones de un creyente en Cristo deben ser constructivas para los demás; esta analogía de la “edificación” es única para el cristianismo y refleja la exigencia de que las necesidades de los demás determinen la conducta. Del mismo modo, las acciones de Dios hacia nosotros, en Cristo, tienen el propósito de satisfacer nuestras necesidades. 24 Los actos de beneficencia personales y cívicos, tan admirados, y el sistema de patronato de la Corinto secular, no tenían como fin principal satisfacer las necesidades de los demás; el beneficio propio era lo principal, y los beneficios que los demás pudieran obtener, apenas si eran secundarios. La ética cristiana radical se describe en términos de lo que es el bien de los demás y nunca el beneficio propio. Los corintios que insistían en su derecho a comer en los templos de los ídolos sin considerar las necesidades de otros cristianos no expresaban su amor a su prójimo poniendo en primer lugar las necesidades de éste.
En los vv. 25-30 Pablo explica cómo funcionar en medio del pluralismo religioso. La comida que se vendía en el mercado de carnes de Corinto podía ser comida por los cristianos (25). El hecho de que hubiera sido ofrecida en el templo antes de ser vendida quedaba anulado por el Sal. 24:1, que todos los judíos piadosos repetían antes de comer algo (26). Si una persona no cristiana recibía una invitación a cenar y aceptaba, el principio a seguir era comer todo lo que fuera servido por el anfitrión. No hay problemas de conciencia, por la misma razón dada en el versículo anterior (27). La excepción a esta regla es el caso en que alguna persona llame la atención sobre el hecho de que la carne ha sido comprada en el mercado de carnes. Si la persona cree que el creyente en Cristo no debería comerla, entonces éste debe desistir de hacerlo, tanto por él como por su conciencia (28). Pablo aclara que está hablando de la conciencia del otro (24), y por lo tanto hace hincapié en el concepto de que los escrúpulos y las necesidades del prójimo determinan las acciones del cristiano.
El tratamiento de este tema tiene su conclusión en 10:31-11:1, presentando los amplios parámetros dentro de los cuales los cristianos deberían actuar en la sociedad. 31 Primero, todo aquello que haga un cristiano, sea comer, beber, o cualquier otra acción, debe ser hecho para la gloria de Dios. 32 Segundo, el cristiano no debe, con sus acciones, ser piedra de tropiezo ni a judíos, ni a griegos, es decir, ni a los que están dentro ni a los que están fuera de la iglesia. 33 Una vez más Pablo puede señalar a su propia conducta como apoyo a lo que dice, ya que él desea complacer a todos, sin buscar jamás su propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos. 11:1 Pablo concluye con el mandamiento de que los corintios sigan su ejemplo que ha bosquejado al tratar el tema, el cual es un ejemplo tomado de Cristo. La prioridad de los demás en cuanto a su necesidad del evangelio y lo que preocupa al hermano más débil deben determinar las acciones del cristiano.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
a 492 2Co 6:17
b 493 Deu 4:25; Col 3:5; 1Jn 5:21
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
14 super (1) Esto indica que la sección siguiente, hasta el v.30, es una conclusión de la sección anterior, desde 8:1, acerca de comer lo sacrificado a los ídolos.
14 super (2) Se refiere a la idolatría relacionada con comer cosas sacrificadas a los ídolos.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
La observación de Pablo es que participar en las fiestas religiosas significa tener comunión con aquél a quien se adora en tal fiesta. Esto es verdadero en cuanto a la Cena del Señor (vv. 1Co 10:16-17), fue verdadero en cuanto al Israel del AT (v. 1Co 10:18), y es verdadero en cuanto a una fiesta pagana (vv. 1Co 10:19-22). Por consiguiente, los creyentes no deben tomar parte en fiestas paganas, puesto que, si lo hacen, pueden ser blanco de ataques demoníacos (v. 1Co 10:20).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
M164 Διόπερ tiene aparentemente el mismo significado de διό, pero tal vez con mayor hincapié en la conexión lógica entre las cláusulas que une (comp. 1Co 8:13): por esta misma razón.
T173 El nombre εἰδωλολατρίας tiene el artículo (aunque con él se usa la preposición) porque se refiere a la adoración de ídolos que ustedes conocen muy bien.