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Comentario de 1 Corintios 12:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Corintios 12:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Ahora bien, hay diversidad de dones; pero el Espíritu es el mismo.

12:4 — Ahora bien hay diversidad de dones — El vocablo griego puede indicar diversidad, pero también distribución. Aunque había una variedad o diferencia de dones, el ver. 11 nos lleva a pensar que a lo mejor Pablo se refiere a la distribución de ellos, cosa que es del mismo Espíritu como fuente. Los paganos acostumbraban pensar en un dios diferente para cada manifestación diferente de “poder sobrenatural”. Pablo recuerda a los hermanos corintios que Dios es uno y que todos los dones milagrosos precedían de él (para lograr diferentes resultados). Hay unidad de origen, y hay unidad de obra, en la distribución divina de los dones milagrosos.

— pero el Espíritu es el mismo — La palabra griega, charisma, dones, enfatiza la idea de gracia (charis). Véase Efe 4:7-8. Nadie debía jactarse de su don milagroso, pues no lo ganó, ni mucho menos lo mereció; le fue dado por la gracia de Dios. Véanse Heb 2:4; Mar 16:20. Uno de los dones no era más importante que otro, pues todos fueron distribuidos por el mismo Espíritu Santo. Andaban mal, pues, los corintios al pelear sobre los diferentes dones y sus supuestas importancias relativas.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

hay diversidad de dones. 1Co 12:8-11, 1Co 12:28; Rom 12:4-6; Efe 4:4; Heb 2:4; 1Pe 4:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

dones: El primer uso de la palabra dones contrasta con neumatikon en 1Co 12:1Karismata se refiere a los «dones de la gracia» de Dios para el cristiano individual, por medio de los cuales puede fortalecer a su pueblo.

diversidad … diversidad … diversidad (la misma palabra griega): Note la diversidad en la obra de la Trinidad. En el v. 1Co 12:4 el Espíritu distribuye a cada uno de los creyentes (1Co 12:11). En el v. 1Co 12:5 el Hijo de Dios asigna al creyente la manera particular en que el don se manifiesta en el cuerpo (1Co 12:12-27). En el v. 1Co 12:6, el Padre provee la energía al creyente para ejercitar el don (1Co 12:28). Dios obra su voluntad para su pueblo de diversas maneras. No todos están supuestos a ser lo mismo o a desempeñar la misma función en el cuerpo.

el Espíritu es el mismo … el Señor es el mismo … Dios … es el mismo: A pesar de que el pueblo recibe diferentes dones de Dios, Dios y su obra están unificados. Sin considerar los dones que tengan o no tengan diversas personas, Dios … hace todas las cosas en todos.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

dones. Estas categorías de dotación espiritual no corresponden a talentos, habilidades o inclinaciones naturales que creyentes y no creyentes poseen por igual. Se trata de dones impartidos por el Espíritu Santo de forma soberana y sobrenatural sobre todos los creyentes (vv. 1Co 12:7; 1Co 12:11), que los capacitan para edificarse unos a otros con eficacia y honrar al Señor en el proceso. Las variedades de dones se clasifican en dos tipos generales: habla y servicio (vea los vv. 1Co 12:8-10; cp. Rom 12:6-8; 1Pe 4:10-11). Los dones verbales o de habla (profecía, conocimiento, sabiduría, enseñanza y exhortación) y los dones de servicio no verbales (liderazgo, ayuda, generosidad, misericordia, fe y discernimiento) son dotaciones permanentes que operarán en el transcurso de toda la era eclesiástica. Su propósito es edificar la iglesia y glorificar a Dios. La lista, tanto aquí como en Rom 12:3-8, debe verse como una presentación de categorías de dones a partir de las cuales el Espíritu Santo asigna a cada creyente la combinación que Él elija (v. 1Co 12:11). Algunos creyentes pueden haber sido dotados en una categoría similar a otros pero su dotación es única porque el Espíritu adapta con exactitud cada don de gracia a la personalidad del creyente. Los milagros, la sanidad, las lenguas y la interpretación de lenguas fueron señales temporales que estuvieron limitadas a la era apostólica y que ya han cesado. Su propósito fue autenticar a los apóstoles y su mensaje como la verdadera Palabra de Dios, hasta que la Palabra escrita quedó completa y se convirtió en su propia prueba de autenticidad. Vea las notas sobre los vv.1Co 12:9-10.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

12:4 — Ahora bien hay diversidad de dones – El vocablo griego puede indicar diversidad, pero también distribución. Aunque había una variedad o diferencia de dones, el ver. 11 nos lleva a pensar que a lo mejor Pablo se refiere a la distribución de ellos, cosa que es del mismo Espíritu como fuente. Los paganos acostumbraban pensar en un dios diferente para cada manifestación diferente de “poder sobrenatural”. Pablo recuerda a los hermanos corintios que Dios es uno y que todos los dones milagrosos precedían de él (para lograr diferentes resultados). Hay unidad de origen, y hay unidad de obra, en la distribución divina de los dones milagrosos.
— pero el Espíritu es el mismo – La palabra griega, charisma, dones, enfatiza la idea de gracia (charis). Véase Efe 4:7-8. Nadie debía jactarse de su don milagroso, pues no lo ganó, ni mucho menos lo mereció; le fue dado por la gracia de Dios. Véanse Heb 2:4; Mar 16:20. Uno de los dones no era más importante que otro, pues todos fueron distribuidos por el mismo Espíritu Santo. Andaban mal, pues, los corintios al pelear sobre los diferentes dones y sus supuestas importancias relativas.

Fuente: Notas Reeves-Partain

DIVERSOS DONES DE DIOS

1 Corintios 12:4-11

Hay diferencias entre las distintas clases de dones especiales, pero no hay más que un Espíritu. Hay diferencias entre las distintas clases de servicio, pero no hay más que un Señor. Y hay diferencias entre las distintas clases de obras, pero no hay más que un Dios, Que las produce en cada persona. A cada persona se le concede una manifestación del Espíritu que de es propia, aunque todas dirigidas siempre a un fin benéfico. A una persona en particular se le otorga por medio del Espíritu la palabra de sabiduría; a otra, la palabra de conocimiento por medio del mismo Espíritu; todavía a otra, la fe, por el mismo Espíritu; a otra, los dones especiales de sanidades por medio del mismo Espíritu; a otra, la habilidad de realizar obras maravillosas de poder; a otra, profecía; a otra, la habilidad de distinguir entre diferentes clases de espíritus; a otra; distintas clases de lenguas; a otra, el poder para interpretar las lenguas. Uno solo y siempre el mismo es el Espíritu que produce todos esos efectos, repartiéndolos individualmente a cada persona, como al Espíritu Le parece.

Lo que Pablo se propone en esta sección es hacer hincapié en la unidad esencial de la Iglesia. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo; y la característica de un cuerpo sano es que cada uno de sus miembros o sistemas realiza su propia función para bien del conjunto; pero unidad no quiere decir uniformidad; y, por tanto, dentro de la Iglesia hay diversos dones y funciones diferentes, que son, colectiva e individualmente, dones del mismo Espíritu diseñados, no para la gloria del miembro individual, sino para el bien de todo el Cuerpo.
Pablo empieza por decir que todos los dones especiales (jarísmata) proceden de Dios, y está convencido de que, por tanto, deben usarse en el servicio de Dios. El fallo de la iglesia, por lo menos en los tiempos modernos, es que ha interpretado la idea de los dones especiales con excesiva estrechez. Demasiado a menudo ha actuado sobre la supuesta base de que los dones especiales que puede usar consisten en cosas como hablar, orar, enseñar, escribir -es decir, más o menos dones intelectuales. Estaría bien que la iglesia se diera cuenta de que los dones de la persona que puede hacer cosas con las manos son tan dones de Dios como los otros. El albañil, el carpintero, el electricista, el pintor, el mecánico, el fontanero, todos tienen dones especiales que proceden de Dios y pueden usarse para Dios.

Es sumamente interesante examinar la lista de dones especiales que da Pablo, porque por ella podemos aprender mucho del carácter y obra de la Iglesia Primitiva.
Empieza con dos cosas que suenan muy parecidas: la palabra de sabiduría y la palabra de conocimiento. La palabra griega que traducimos por sabiduría es sofía. Clemente de Alejandría la define como » el conocimiento de cosas humanas y divinas y de sus causas.» Aristóteles la describía como » proponerse los mejores fines usando los mejores medios.» Esta es la clase superior de sabiduría; procede, no tanto de los pensamientos, como de la comunión con Dios. Es la sabiduría que conoce y reconoce a Dios. Conocimiento -la palabra griega es gnósis- es una cosa mucho más práctica. Es el saber qué hacer en una situación determinada. Es la aplicación práctica de la sofía a la vida y las cuestiones humanas. Las dos cosas son necesarias -la sabiduría que conoce las cosas profundas de Dios mediante la comunión con Él, y el conocimiento que puede poner esa sabiduría en práctica en la vida cotidiana de la iglesia y del mundo.

Lo siguiente en la lista es la fe. Pablo quiere decir más de lo que normalmente entendemos por fe. Esta clase de fe se ha definido como la fe potente, y como el poder que hace realidad lo espiritual. Es la fe que de veras produce resultados; la que, según la frase que mejor la define, puede de veras mover montañas. No es sencillamente la convicción intelectual de que una cosa es verdad, sino el creer apasionadamente en algo que le hace a una persona invertir en ello todo lo que tiene y es. Es la fe que le acera la voluntad y le infunde valor a una persona para la acción, la que hace realidad la visión.

A continuación Pablo habla de los dones especiales de sanidades. La Iglesia Primitiva vivía en un mundo en el que los milagros de sanidades eran corrientes. Cuando un judío se ponía enfermo, era más probable que fuera al rabino que al médico; y lo más probable era que se pusiera bueno. Esculapio era el dios de la sanidad en la mitología griega. A sus templos iba la gente corrientemente a pasar una noche allí para curarse, y a menudo se curaban. Frecuentemente se encuentran en las ruinas de aquellos templos inscripciones conmemorativas de sanidades y exvotos. (La definición de esta última palabra que da el D R.A E. es: «Don u ofrenda, como muletas, mortajas, figuras de cera, cabellos, tablillas, cuadros, etc., que los fieles dedican a Dios, a la Virgen o a los santos en señal y recuerdo de un beneficio recibido. Cuélganse en los muros o en la techumbre de los templos. También se dio este nombre a parecidas ofrendas que los gentiles hacían a sus dioses»). Se supone que no se molestarían ni gastarían dinero en hacer un exvoto por nada. En el templo de Epidaurus hay una inscripción que dice que un cierto Alketas, «aunque ciego, tuvo una visión en sueños. Le pareció que el dios se dirigía a él y le abría los ojos con sus dedos, y lo primero que vio fueron los árboles que había en el templo. Al amanecer se fue curado.» En el templo de Roma -hay una inscripción que dice: «A Velerius Aper, un soldado ciego, el dios le dio un oráculo para que viniera, tomara la sangre de un gallo blanco mezclada con miel y se la pusiera en los ojos como colirio durante tres días, y recibió la vista y vino a darle las gracias al dios públicamente.» Era un tiempo de milagros de curación.

No hay la más ligera duda de que los dones de sanidad existieron en la Iglesia Primitiva; Pablo no los habría citado si no hubieran sido reales. En la carta de Santiago (5:14) se da la instrucción de que, si una persona está enferma, debe dirigirse a los ancianos de la iglesia para que la unjan con aceite. Es un hecho histórico indudable que, hasta el siglo IX; el sacramento de la unción era para impartir sanidad; a partir de entonces pasó a ser la extremaunción, para preparar a morir a los fieles. La Iglesia nunca perdió del todo este don de sanidad; y en tiempos recientes se ha redescubierto en cierta manera. Montaigne, uno los escritores más sabios de todos los tiempos, decía acerca de la educación de un chico: «Me gustaría que entrenara sus miembros no menos que su cerebro. No es una mente ni un cuerpo lo que estamos educando, sino a una persona humana. Y no debemos dicotomizarla.» La iglesia ha pasado mucho tiempo dicotomizando al ser humano en cuerpo y alma, y asumiendo responsabilidad por el alma pero no por el cuerpo. Es una cosa buena que en nuestro tiempo hemos aprendido una vez más a tratar a la persona como un todo indivisible.

Lo siguiente en la lista de Pablo son las obras maravillosas de poder. Es casi seguro que se refiere a los exorcismos. En aquellos días muchas enfermedades, a menudo todas, y especialmente las enfermedades mentales se atribuían a la acción de los demonios; y era una de las funciones de la iglesia el exorcizar a esos demonios. Si eran o no reales, la persona así aquejada estaba convencida de que lo eran, y la iglesia podía ayudarla y de hecho la ayudaba. El exorcismo tiene todavía una gran importancia en el campo misionero; y en todos los tiempos es la función de la Iglesia el ministrar a las mentes perturbadas y enfermas.

Pablo pasa a mencionar la profecía. Nos daría una idea más clara del sentido de esta palabra el traducirla por predicación. Nos hemos pasado asociando la profecía con la predicción de lo que va a suceder; pero la profecía ha sido siempre proclamación más que predicción. El profeta es el que vive tan cerca de Dios que conoce Su mente y corazón y voluntad, y puede hacérselos saber a los demás. Precisamente por eso, su función es doble. (a) Aporta reprensión y advertencia, diciéndole a la gente que su manera de vivir no está de acuerdo con la voluntad de Dios. (b) Aporta consejo y dirección, buscando la manera de encaminar a la gente como Dios quiere que vaya.

Pablo menciona a continuación la habilidad de distinguir entre diferentes clases de espíritus. En una sociedad en la que la atmósfera estaba tensa y había toda clase de manifestaciones extrañas que se consideraban normales, era de capital importancia el distinguir entre lo que era real y lo que no era más que histeria, entre lo que venía de Dios y lo que del diablo. Hasta hoy en día, cuando algo está fuera de nuestra órbita ordinaria, es sumamente difícil decir si es de Dios o no. El único principio que debemos poner en práctica es entender antes de condenar.

Por último, Pablo lista el don de lenguas y la habilidad de interpretarlas. Esta cuestión de las lenguas causaba mucha confusión en la iglesia corintia. Era frecuente que, en el culto, alguien se pusiera en éxtasis y lanzara un torrente de sonidos ininteligibles en una lengua desconocida. Este era un don extremadamente codiciado, porque se consideraba que era debido a la influencia directa del Espíritu de Dios. Para la congregación era algo ininteligible. A veces la misma persona era capaz de interpretar lo que había dicho, pero por lo general se requería que otro tuviera el don para interpretarlo. Pablo no pone nunca en duda la autenticidad del don de lenguas; pero se daba perfecta cuenta de ,que tenía sus riesgos; porque el éxtasis y una cierta clase de autohipnotismo son muchas veces difíciles de distinguir.

El cuadro que se nos presenta es el de una iglesia realmente viva. Sucedían cosas; hasta cosas alucinantes. La vida era elevada e intensificada. No había nada de aburrimiento ni de rutinario en la Iglesia Primitiva. Pablo sabía que toda esa actividad viva y poderosa era la obra del Espíritu, Que daba a cada cual su don para que lo usara para bien de todos.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Rom 12:3-8; Efe 4:4-7; Efe 4:11-12.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— dones: Lit. carismas.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Lit.: “de dones de gracia; carismas”. Gr.: kja·ri·smá·ton.

REFERENCIAS CRUZADAS

g 592 Heb 2:4; 1Pe 4:10

h 593 Efe 4:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

el Espíritu…el Señor…es el mismo Dios. Esto se refiere a la unidad que existe en la Deidad al distribuir la diversidad de dones, ministerios y operaciones. Los que los reciben no deben vanagloriarse por el don que les haya sido dado, pues es producto de la gracia divina y deben ser usados para el bien común (vers. 7) y no para beneficio personal.

Fuente: La Biblia de las Américas

4 (1) Aquí la expresión ahora bien indica un contraste entre el v. 3 y el v.4. El v.3 dice que cuando ministramos hablando en el Espíritu de Dios, todos decimos: «¡Jesús es Señor!» exaltando a Jesús como Señor. Pero los dones para la manifestación del Espíritu son diferentes y variados.

4 (2) O, distinciones, variedades, repartimientos. Así también en los vs.5-6.

4 (3) Aquí la palabra dones se refiere a los dones exteriores, es decir, las habilidades o lo que nos capacita para el servicio. Algunos son milagrosos, y algunos se desarrollan de los dones iniciales mencionados en 1:7 (véase la nota 1). Todos son diferentes de los dones iniciales.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

dones… Lit. carisma. Esto es, dones divinos.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit. carisma. Esto es, dones divinos.

Fuente: La Biblia Textual III Edición