Comentario de 1 Corintios 12:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pero a cada cual le es dada la manifestación del Espíritu para provecho mutuo.
12: 7 — Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho — La palabra “manifestación” aquí se refiere a los dones de este contexto. El don manifestaba lo hecho por el Espíritu hizo. El objeto singular del don milagroso que el Espíritu daba a cada uno era el provecho de la iglesia entera. El don no tenía el propósito de envanecer al individuo para que él se jactara de poseerlo. El Espíritu Santo es uno y actúa en armonía y unidad. Distribuía diferentes dones, pero en todo caso el don distribuido era para el provecho de todos (ver. 14), y no tanto para el provecho personal del que lo poseía. (Los dones no eran propiedad privada, ni para uso exclusivo del individuo. Los Pentecosteses hablan de “usos devocionales del individuo”). La fuente del don era uno, y el objeto en su uso también era uno.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
1Co 14:5, 1Co 14:12, 1Co 14:17, 1Co 14:19, 1Co 14:22-26; Mat 25:14; Rom 12:6-8; Efe 4:7-12; 1Pe 4:10, 1Pe 4:11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
a cada uno … para provecho expresa la enseñanza principal de Pablo sobre la obra del Espíritu. Dios obra en los creyentes para beneficio del cuerpo entero, no sólo para el cristiano individual (vv. 1Co 12:25, 1Co 12:26). El cristiano es un vehículo por el cual Dios obra para la edificación y unidad de todo el cuerpo.
a éste … a otro: Las dos palabras griegas (allos … heteros) apuntan a la diversidad y comienzan una lista de karismata que Dios distribuye a través de su cuerpo. Los distintos karismata, o dones de gracia, se distribuyen para llevar diversidad al cuerpo unificado. Los diversos dones de sabiduría … palabra de ciencia … fe … dones de sanidades … hacer milagros … profecía … discernimiento de espíritus … diversos géneros de lenguas … interpretación de lenguas probablemente eran muy comprensibles para los corintios, pero su naturaleza exacta es difícil de comprender para nosotros dos mil años después. La palabra de ciencia parece ser la capacidad de conversar sobre doctrina; no el conocimiento en sí mismo sino la habilidad de expresarlo. Palabra de sabiduría es completamente lo opuesto a palabras de ciencia y se refiere a la práctica o elaboración ética del conocimiento, similar a lo que uno observa en los Proverbios. Este don ayudó al problema de la distribución de alimentos en Hch 6:1-15. Fe parece ser la capacidad de creer en Dios para actos extraordinarios. Milagros probablemente es la capacidad para hacer actos similares a los de Moisés, los profetas, o tal vez algún milagro de la naturaleza de los que uno observa en los Evangelios. Note que Dios particularmente usa los dones para confirmar la verdad que hablan los apóstoles (Heb 2:3, Heb 2:4). Profecía es la proclamación o anuncio de la revelación de Dios, ya sea una revelación «nueva» o una elucidación divina de lo que ya se conoce. Más que sólo enseñar o predicar, esta acción resulta de la entrega de poder, no de la inspiración, del Espíritu. Pedro demuestra este don en Pentecostés. Discernimiento de espíritus puede referirse a la capacidad para distinguir la obra de Dios de la actividad demoníaca en la Iglesia. Tipos de lenguas probablemente se refiere a la capacidad de hablar diversas lenguas que uno no ha estudiado. Interpretación de lenguas es la capacidad de explicar o traducir las lenguas que se hablan en la congregación para que el grupo de creyentes pueda edificarse con la oración (1Co 14:16) de la persona que habla en lenguas (1Co 14:13, 1Co 14:28).
Como él quiere, no como nosotros queramos. Debemos procurar los dones mejores (1Co 12:31).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
MANIFESTACIÓN DEL ESPÍRITU. Véase el ARTÍCULO DONES ESPIRITUALES PARA LOS CREYENTES, P. 1632. [1Co 12:7], para comentarios sobre los dones espirituales como manifestaciones del Espíritu, así como una descripción de los diversos dones que aparecen aquí.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
ARTÍCULO
Dones espirituales para los creyentes
1Co 12:7
Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
PERSPECTIVA GENERAL. El Espíritu Santo se manifiesta mediante una variedad de dones espirituales que se les da a los creyentes (1Co 12:7). Esas manifestaciones del Espíritu son para la edificación y santificación de la iglesia (1Co 12:7; véase 1Co 14:26, nota). Esos dones espirituales no son lo mismo que los dones y ministerios mencionados en Rom 12:6-8 y Efe 4:11, por los cuales el creyente recibe el poder y la capacidad para servir de manera más permanente en la iglesia. La lista de 1Co 12:8-10 no incluye todos los dones, los cuales pueden manifestarse en diversas combinaciones.
(1) Las manifestaciones del Espíritu se dan según la voluntad del Espíritu (1Co 12:11) cuando surge la necesidad y de acuerdo con el anhelo del creyente (1Co 12:31; 1Co 14:1).
(2) Algunos dones pueden manifestarse por medio de una persona de manera regular, y un creyente puede tener más de un don para necesidades especiales. El creyente debe desear los «dones» y no un solo don (1Co 12:31; 1Co 14:1).
(3) No es bíblico ni prudente suponer que porque alguien ejerza un don espectacular, esa persona es más espiritual que una que tenga dones menos espectaculares. Además, tener un don no significa que Dios aprueba todo lo que hace o enseña una persona. No deben confundirse los dones espirituales con el fruto del Espíritu, que se relaciona más directamente con la santificación y el carácter cristiano (Gál 5:22-23).
(4) Satanás o los falsos profetas que se disfrazan de siervos de Cristo pueden falsificar la manifestación del Espíritu mediante los dones (Mat 7:21-23; Mat 24:11; Mat 24:24; 2Co 11:13-15; 2Ts 2:8-10). El creyente no debe creer en toda manifestación espiritual, sino que debe probar «los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo» (1Jn 4:1; cf. 1Ts 5:20-21; véase el ARTÍCULO PRUEBA DEL GENUINO BAUTISMO EN EL ESPÍRITU, P. 1534. [Hch 10:44-45]).
DONES INDIVIDUALES. En 1Co 12:8-10, Pablo enumera la diversidad de dones que el Espíritu Santo da a los creyentes. Aunque no define aquí sus características, podemos deducirlas de otros pasajes de las Escrituras.
(1) La palabra de sabiduría. Es una declaración sabia mediante la obra del Espíritu Santo. Aplica la revelación de la Palabra de Dios o la sabiduría del Espíritu Santo a una situación o a un problema específicos (Hch 6:10; Hch 15:13-22). Sin embargo, no es lo mismo que tener la sabiduría de Dios para el diario vivir. Esta se obtiene mediante el estudio asiduo y la meditación en la Palabra y en los métodos de Dios, y mediante la oración (Stg 1:5-6).
(2) La palabra de ciencia o de conocimiento. Es una declaración inspirada por el Espíritu Santo que revela conocimiento de personas, circunstancias o verdades bíblicas. A menudo se relaciona estrechamente con la profecía (Hch 5:1-10; Hch 10:47-48; Hch 15:7-11; 1Co 14:24-25).
(3) Fe. Esta no es fe salvadora, sino una fe sobrenatural y especial impartida por el Espíritu Santo que capacita al creyente para que crea que Dios puede hacer lo extraordinario y lo milagroso. Es la fe que mueve montañas (1Co 13:2) y con frecuencia aparece combinada con otras manifestaciones tales como sanidades y milagros (véanse Mat 17:20, nota sobre la fe verdadera; Mar 11:22-24; Luc 17:6).
(4) Dones de sanidades. Estos dones se dan a la iglesia para restaurar la salud física por medios sobrenaturales (Mat 4:23-25; Mat 10:1; Hch 3:6-8; Hch 4:30). El plural («dones») indica la sanidad de diversas enfermedades y sugiere que cada acto de sanidad es un don especial de Dios. Aunque los dones de sanidad no se dan a cada miembro del cuerpo de Cristo de manera especial (cf. 1Co 12:11; 1Co 12:30), todos los creyentes pueden orar por los enfermos. Cuando hay fe, serán sanados los enfermos (véase el ARTÍCULO LA SANIDAD DIVINA, P. 1284. [Mat 8:16-17]). La sanidad también puede producirse como resultado de la obediencia a las instrucciones de Stg 5:14-16 (véanse Stg 5:15, notas).
(5) El hacer milagros. Son actos de poder sobrenatural que alteran el curso normal de la naturaleza. Incluyen actos divinos en los que se manifiesta el reino de Dios contra Satanás y los espíritus malos (véanse Jua 6:2, nota, y el ARTÍCULO EL REINO DE DIOS, P. 1302. [Mat 12:28]).
(6) Profecía. Se debe distinguir entre la profecía como manifestación temporal del Espíritu (1Co 12:10) y la profecía como un don de ministerio de la iglesia (Efe 4:11). Como don de ministerio, se da la profecía sólo a algunos creyentes, que deben desempeñarse entonces como profetas dentro de la iglesia (véase el ARTÍCULO LOS DONES DE MINISTERIO DE LA IGLESIA, P. 1690. [Efe 4:11]). Como manifestación del Espíritu, la profecía está siempre a disposición de cada creyente lleno del Espíritu (Hch 2:17-18).
En cuanto a la profecía como manifestación del Espíritu:
(a) La profecía es un don especial que capacita al creyente para dar un mensaje de revelación directa de Dios bajo el impulso del Espíritu Santo (1Co 14:24-25; 1Co 14:29-31). No es la recitación de un sermón preparado con anterioridad,
(b) Tanto en el AT como en el NT, la profecía no es primordialmente la predicción del futuro, sino la proclamación de la voluntad de Dios y la exhortación y el estímulo al pueblo de Dios a la justicia, la fidelidad y la paciencia (1Co 14:3; véase el ARTÍCULO EL PROFETA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO, P. 916. [Isa 6:8-9]).
(c) El mensaje puede poner al descubierto el estado del corazón de una persona (1Co 14:25) u ofrecer fortaleza, aliento, consuelo, advertencia y juicio (1Co 14:3; 1Co 14:25-26; 1Co 14:31).
(d) La iglesia no tiene que recibir tal profecía como un mensaje infalible, porque muchos falsos profetas entrarán en la iglesia (1Jn 4:1). Por lo tanto, toda profecía debe ser probada para su autenticidad y verdad (1Co 14:29; 1Co 14:32; 1Ts 5:20-21) preguntándose si se conforma a la Palabra de Dios (1Jn 4:1), si estimula la vida piadosa (1Ti 6:3), y si la expresa alguien que sinceramente está viviendo bajo el señorío de Cristo (1Co 12:3).
(e) La profecía se manifiesta bajo la voluntad de Dios y no de los seres humanos. El NT no indica qué la iglesia buscara la revelación o dirección de los que decían ser profetas. La profecía se daba a la iglesia sólo cuando Dios iniciaba el mensaje (1Co 12:11; 2Pe 1:21).
(7) Discernimiento de espíritus. Mediante este don especial, el Espíritu faculta para discernir y juzgar debidamente las profecías y distinguir si un mensaje es o no es del Espíritu Santo (véanse 1Co 14:29, nota; 1Jn 4:1). Hacia el fin del mundo cuando habrá un gran aumento de falsos maestros (véanse Mat 24:5, notas) y de tergiversación del cristianismo bíbl1Co (véase 1Ti 4:1, nota), será sumamente importante ese don para la iglesia.
(8) Diversos géneros de lenguas. Con respecto a las «lenguas» (gr. glossa, que significa: idioma) como manifestación sobrenatural del Espíritu, debe señalarse lo siguiente:
(a) Pueden ser lenguas humanas habladas y vivas (Hch 2:4-6) o lenguas desconocidas en la tierra, como por ejemplo «lenguas… angélicas» (1Co 13:1; véanse cap. 1Co 14:1-40, notas, y el ARTÍCULO EL HABLAR EN LENGUAS, P. 1511. [Hch 2:4]). Tal lenguaje no se ha aprendido y a menudo es incomprensible tanto para el que habla (1Co 14:14) como para los que escuchan (1Co 14:16).
(b) Al hablar en lenguas el espíritu humano y el Espíritu de Dios se encuentran de modo que el creyente se comunica directamente con Dios (i.e., en la oración, la alabanza, la adoración o la acción de gracias), expresándose con el espíritu y no con la mente (1Co 14:2; 1Co 14:14) y orando por sí mismo o por los demás bajo la influencia directa del Espíritu Santo sin que intervenga la actividad mental (cf. 1Co 14:2; 1Co 14:4; 1Co 14:15; 1Co 14:28; Jud 1:20).
(c) En la congregación las lenguas deben ir acompañadas de una interpretación dada por el Espíritu que comunique el contenido y significado del mensaje a la iglesia (1Co 14:3; 1Co 14:27-28). Puede contener revelación, conocimiento, profecía o enseñanza para la asamblea (cf. 1Co 14:6).
(d) Debe regularse el hablar en lenguas dentro de la congregación. El que habla nunca puede estar «en éxtasis» ni «fuera de control» (1Co 14:27-28; véase el ARTÍCULO EL HABLAR EN LENGUAS, P. 1511. [Hch 2:4]).
(9) Interpretación de lenguas. Mediante este don, el Espíritu faculta para comprender y comunicar el significado de un mensaje en lenguas. Cuando se interpretan para la congregación, las lenguas funcionan como una instrucción para la adoración y la oración, o como profecía. La iglesia puede entonces participar en esa revelación inspirada por el Espíritu. Las lenguas interpretadas son un medio de edificación a toda la congregación a medida que responde al mensaje (cf. 1Co 14:6; 1Co 14:13). Puede recibir el don de la interpretación de lenguas el que habla en lenguas u otro creyente. El que habla en lenguas también debe pedir el don de interpretación (1Co 14:13).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
manifestación del Espíritu. Todos los dones espirituales son del Espíritu Santo y lo dan a conocer como Dios, para que sea evidente en la iglesia y en el mundo a través del beneficio espiritual para todos los que reciben su ministerio en el cuerpo de Cristo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
12: 7 — Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho – La palabra “manifestación” aquí se refiere a los dones de este contexto. El don manifestaba lo hecho por el Espíritu hizo.
El objeto singular del don milagroso que el Espíritu daba a cada uno era el provecho de la iglesia entera. El don no tenía el propósito de envanecer al individuo para que él se jactara de poseerlo. El Espíritu Santo es uno y actúa en armonía y unidad. Distribuía diferentes dones, pero en todo caso el don distribuido era para el provecho de todos (ver. 14), y no tanto para el provecho personal del que lo poseía. (Los dones no eran propiedad privada, ni para uso exclusivo del individuo. Los Pentecosteses hablan de “usos devocionales del individuo”). La fuente del don era uno, y el objeto en su uso también era uno.
En lugar de “para provecho”, otras versiones dicen, “para el bien común” (B.A.); “para el bien general” (H.A.); “para el provecho de todos” (Mod.). El contexto lo hace obvio que estos dones no eran para uso personal y llamado “de devoción”, sino para la edificación e instrucción de todos.
Véanse 1Pe 4:10; Mat 25:14-30.
El mismo principio se aplica hoy en día respecto a nuestros “dones” nativos. Cada cristiano debe usar lo que Dios le ha dado para el provecho de todos, y no para compararse con otro con el fin de gloriarse sobre él, o para envidiarle.
Fuente: Notas Reeves-Partain
REFERENCIAS CRUZADAS
n 599 1Co 14:26; Efe 4:7
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
7 super (1) Todos los diferentes dones son la manifestación del Espíritu, en el sentido de que el Espíritu es manifestado en los creyentes que han recibido los dones. Tal manifestación del Espíritu es provechosa para la iglesia, el Cuerpo de Cristo.
7 super (2) Es decir, para el crecimiento en vida de los miembros del Cuerpo de Cristo y para la edificación del mismo.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
M53 Πρός con el acusativo tiene aquí el sentido de llevar hacia (para el provecho común).