El amor tiene paciencia y es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es ostentoso, ni se hace arrogante.
13:4 — Los ver. 4-7 hablan de evidencias del amor. En éstos Pablo enseña cómo se porta el cristiano que es motivado por el amor, para mostrar que a muchos de los corintios les faltaba el amor, cosa que es permanente. El no define el amor, sino lo describe, narrando sus características. Lo personifica, diciendo lo que el amor hace y lo que no hace. Al describirlo, Pablo implica algunas de las faltas de los corintios al abusar de los dones espirituales. Al notar nosotros las características siguientes del amor, haremos bien en pensar en cada caso cómo faltarían a los corintios dichas características al causar ellos problemas referentes al uso de los dones espirituales.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
el amor es sufrido. Pro 10:12; 2Co 6:6; Gál 5:22; Efe 4:2; Col 1:11; Col 3:12; 2Ti 2:25; 2Ti 3:10; 2Ti 4:2; Stg 3:17; 1Pe 4:8.
es benigno. Neh 9:17; Pro 19:22; Pro 31:20, Pro 31:26; Luc 6:35, Luc 6:36; Efe 4:32; Col 3:12; 1Pe 3:8; 2Pe 1:7; 1Jn 3:16-18; 1Jn 4:11.
no tiene envidia. 1Co 3:3; Gén 30:1; Gén 37:11; Mat 27:18; Rom 1:29; Rom 13:13; 2Co 12:20; Gál 5:21, Gál 5:26; Flp 1:15; 1Ti 6:4; Tit 3:3; Stg 3:14-16; Stg 4:5; 1Pe 2:1.
no es jactancioso. 1Sa 25:21, 1Sa 25:22, 1Sa 25:33, 1Sa 25:34; 1Re 20:10, 1Re 20:11; Sal 10:5; Pro 13:10; Pro 17:14; Pro 25:8-10; Ecl 7:8, Ecl 7:9; Ecl 10:4; Dan 3:19-22.
no se envanece, o no es arrogante. 1Co 4:6, 1Co 4:18; 1Co 5:2; 1Co 8:1; Col 2:18; Flp 2:1-5.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Ahora Pablo avanza de la superioridad del fruto del Espíritu, el amor, a sus características más importantes. El amor es sufrido, o apoya a las personas que están propensas a renunciar. El amor es benigno, es decir, trata bien a la gente que nos ha tratado mal. El amor no tiene envidia (Gr. zeloo), no es jactancioso y no se envanece. Estas cosas plagaban a los corintios y a nosotros nos desafían cada día.
no hace nada indebido quiere decir que no actúa de una manera injusta, como Pablo lo expone en el 1Co 7:36.
no busca lo suyo (Gr. zeteo): Una persona que ama está dispuesta a dejar a un lado sus propios planes o derechos para buscar el bien de la otra persona.
no se irrita habla de no irritarse ni ser fácilmente susceptible.
no guarda rencor: Cuando amamos a alguien no suponemos inmediatamente que esa persona pueda querer nuestro mal. Además si interpretamos la palabra «guardar» como un término de contabilidad, el texto quiere decir que nosotros no mantenemos un registro de los males que nos han hecho.
no se goza de la injusticia … se goza en la verdad: El amor no se deleita en el mal en ninguna forma, incluso en la caída de un hermano o hermana. Sin embargo, el amor se deleita en todo lo que expresan los Evangelios, tanto en palabras y obra.
Todo lo sufre … todo lo cree … todo lo espera … todo lo soporta: La palabra para sufrir literalmente quiere decir «soportar». El amor es el fundamento para todos los actos que complacen a Dios. El amor cree todas las cosas, el amor nunca pierde las esperanzas. El amor soporta cualquier penuria o rechazo. El amor es el gran mandamiento (cf. Jua 13:34, Jua 13:35) y no hay otra fuerza que promueva mejor la justicia.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
EL AMOR ES SUFRIDO. Esta sección describe el amor como actividad y conducta, no sólo como sentimiento o motivación interna. Los diversos aspectos del amor señalados aquí caracterizan a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cada creyente debe aspirar a crecer en esa clase de amor.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
En los comentarios anteriores (vv. 1Co 13:1-3) el enfoque se centra en el vacío que produce la ausencia de amor en el ministerio. En estos versículos se describe la plenitud del amor, según lo que el amor produce en cada caso. El amor es acción y no abstracción. En sentido positivo, el amor es paciente con las personas y les concede gracia incondicional con generosidad. En sentido negativo, el amor nunca tiene envidia y no se jacta ni es arrogante porque eso es todo lo puesto al servicio abnegado a otros. Nunca es rudo ni abusivo, por eso la persona que ama nunca quiere salirse con las suyas. Tampoco se irrita ni se enoja al recibir ofensas personales y tampoco se complace en la caída de otra persona en pecado, así se trate de un enemigo. Otra vez en el lado positivo, el amor está consagrado a la verdad en todas las cosas. En relación con «todo» dentro de la voluntad justa y paciente de Dios, el amor protege, cree, espera y soporta lo que otros rechazan.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
13:4 – Los ver. 4-7 hablan de evidencias del amor. En éstos Pablo enseña cómo se porta el cristiano que es motivado por el amor, para mostrar que a muchos de los corintios les faltaba el amor, cosa que es permanente. El no define el amor, sino lo describe, narrando sus características. Lo personifica, diciendo lo que el amor hace y lo que no hace. Al describirlo, Pablo implica algunas de las faltas de los corintios al abusar de los dones espirituales.
Al notar nosotros las características siguientes del amor, haremos bien en pensar en cada caso cómo faltarían a los corintios dichas características al causar ellos problemas referentes al uso de los dones espirituales.
–El amor es sufrido – Algunas versiones dicen “paciente”. La N.C. dice, “longánime”. El vocablo griego es una palabra compuesta de “largo” y “templar”. Significa tener largura de ánimo. Aparece en 1Ts 5:14, “pacientes”, y en 2Pe 3:9, “paciente”. También aparece en la versión Septuaginta en Éxo 34:6 (“piadoso”) con referencia a la paciencia de Dios al no destruir de una vez a los rebeldes (aunque tampoco tiene por inocente al malvado, ver. 7). Véanse también Núm 14:18; Sal 86:15 “lento para la ira”.
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
— es benigno – Algunas versiones dicen “bondadoso” o “servicial”. “Bienhechora”, (que hace bien), dice la S.A.
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
— el amor no tiene envidia – “No es celoso”, dicen varias versiones. El mismo verbo griego se emplea en 12:31 y en 14:1 (“Procurad”, o “aspirad”) en el sentido bueno de ser celoso, o tener celo por algo bueno. Aquí en 13:4 se emplea en el sentido negativo de envidiar, o tener celos de otra persona porque la otra tiene algo que ésta desea y no lo tiene.
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
— el amor no es jactancioso – “No se vanagloria” (P.B.; H.A.; N.M.). “No es ostentoso” (ACT.; S.A.). “No quiere aparentar”(NTP.). “No presume” (ECU.).
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
— no se envanece – El verbo griego empleado aquí ya lo vimos en 4:6,18,19; 5:2; 8:1. Otras versiones dicen, “no se engríe” (LAC.; 1990; 1977; ECU.); “no se hincha” (N.M.; H.A.; N.C.); “ni orgulloso” (NVI.); “no se ensoberbece” (Mod.; P.B.; S.A.); “no es arrogante” (B.A.); “ni se hace el importante” (NTP.).
El inflarse, o hacerse importante, es la actitud que conduce a la persona a jactarse. En cambio la persona amorosa es humilde, dejando que el Señor le enaltezca (Stg 4:10; 1Pe 5:6).
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA NATURALEZA DEL AMOR CRISTIANO
1 Corintios 13:4-7
En estos versículos Pablo lista quince características del amor cristiano.
El amor es paciente. La palabra griega que se usa en el Nuevo Testamento (makrothymein) siempre describe la paciencia con las personas, y no con las circunstancias. Crisóstomo decía que es la palabra que se usa de la persona que es ofendida, y que puede vengarse fácilmente, pero no lo hace. Describe a la persona que es lenta para la ira, y en este sentido se usa de Dios mismo en Su relación con los seres humanos. En nuestra relación con los demás, por muy refractarios e inamables e insultantes que sean, debemos ejercer la misma paciencia que Dios tiene con nosotros. Tal paciencia no es una señal de debilidad, sino de fuerza; no es derrotismo, sino el único camino a la victoria. Fosdick indica que nadie trató a Lincoln con más desprecio que Stanton. Le llamaba «El astuto payaso», y le puso el mote de «El gorila original» y decía que Du Chaillu era un tonto de irse al África a tratar de capturar un gorila cuando podía encontrarlo tan fácilmente en Springfield, Illinois. Lincoln no contestaba. Hizo a Stanton ministro de la guerra porque era el mejor para ese puesto y desplegó con él toda clase de cortesía. Los años transcurrieron. Llegó la noche en la que la bala del asesino acabó con la vida de Lincoln en el teatro. En la pequeña habitación a la que llevaron el cuerpo del presidente estaba el mismo Stanton, y, contemplando el rostro mudo de Lincoln, dijo entre lágrimas: «Aquí yace el más grande regidor de hombres que ha conocido el mundo.» La paciencia del amor había obtenido la victoria al final.
El amor es amable. Orígenes decía que esto quiere decir que el amor es «dulce con todos.» Jerónimo hablaba de lo que él llamaba «la benignidad» del amor. Hay mucho cristianismo que es bueno pero inamable. No había hombre más religioso que el rey Felipe II de España, pero impuso la Inquisición y pensaba que estaba sirviendo a Dios matando a los que pensaban de otra manera que él. El famoso cardenal inglés Reginald Pole proclamó que el asesinato y el adulterio no se podían comparar en hediondez con la herejía protestante. Aparte totalmente de ese espíritu perseguidor, hay en muchas buenas personas una actitud crítica. Muchos de los buenos miembros de iglesia se habrían puesto de parte de los escribas y fariseos y no con Jesús si hubieran formado parte de un jurado para decidir sobre la mujer sorprendida en adulterio.
El amor no sabe de envidia. Se ha dicho que no hay más que dos clases de personas en el mundo: «Los que son millonarios, y los que querrían serlo.» Hay dos clases de envidia: la que codicia lo que tienen otros, que es muy difícil de erradicar a fuer de humana; y otra peor, que se reconcome de que otros tengan lo que la persona envidiosa no tiene. No es tanto el querer las cosas para sí como el querer que ningún otro las tenga. La mezquindad de espíritu no puede caer más bajo.
El amor no es fanfarrón. El amor, antes se quita los moños que se los pone. El amor verdadero siempre se da más cuenta de sus deméritos que de sus méritos. En la historia de Barrie, Sentimental Tommy solía llegar a su madre en casa después de algún éxito en el cole diciendo: «Mamá, ¿verdad que soy estupendo?» Algunas personas otorgan su amor como si estuvieran haciendo un favor. Pero el verdadero amor no acaba nunca de sorprenderse de ser amado. El amor se mantiene humilde porque se da cuenta de que nunca puede ofrecer a la persona amada nada que sea bastante bueno.
EL amor no se pavonea de su propia importancia. Napoleón siempre abogaba por la santidad del hogar y la obligación de cumplir con la iglesia -para los demás. De sí mismo decía: «Yo no soy un hombre como los demás. Las leyes morales no se me pueden aplicar.» La persona realmente grande nunca tiene presente su propia importancia. Carey, que empezó su vida como zapatero, llegó a ser uno de los mayores misioneros y uno de los mayores lingüistas que ha habido en el mundo. Tradujo por lo menos partes de la Biblia a no menos de treinta y cuatro lenguas de la India. Cuando llegó a la India, se le miraba con desagrado y desprecio. En una comida, un esnob dijo para humillarle en un tono que todos pudieran oír: «Entiendo, mister Carey, que usted trabajaba antes de fabricante de calzado.» «No era fabricante -respondió Carey-; sólo zapatero remendón.» No pretendía haber hecho zapatos; sola- mente remendarlos. A nadie le gustan las personas «importantes». El tipejo «revestido de una breve y pequeña autoridad» es de pena.
El amor jamás pierde la gracia en el camino. Es un hecho significativo que en griego la misma palabra quiere decirfavor
inmerecido y encanto, como en español. Hay un cierto tipo de cristianismo que se complace en ser hosco y casi brutal. Tiene fuerza, pero no atractivo. Lightfoot de Durham decía de Arthur F. Sim, uno de sus estudiantes: » Dejadle que se vaya adonde quiera, porque su cara es ya un sermón en sí.» Hay una gracia en el amor cristiano que nunca se olvida de que la cortesía, el tacto y los buenos modales son hermosos.
El amor no reclama sus derechos. En último análisis, no hay más que dos clases de personas en el mundo: los que no hacen más que insistir en sus privilegios, y los que siempre tienen presentes sus responsabilidades; los que siempre están pensando en lo que les debe la vida, y los que nunca se olvidan de lo que le deben a la vida. Sería la clave de la solución de casi todos los problemas que se nos presentan hoy el que todos pensáramos menos en nuestros derechos y más en nuestros deberes. Siempre que nos ponemos a pensar en «nuestro puesto», nos vamos alejando más y más del amor cristiano.
El amor no se inflama de ira. El sentido verdadero de esta frase es que el amor cristiano no se pone furioso nunca con la gente. La irritación es siempre una señal de derrota. Cuando perdemos los estribos, lo perdemos todo. Kipling decía que la prueba de un hombre era si podía mantener la cabeza cuando todos los demás la perdían y le echaban a él la culpa, y el no ceder al odio cuando se es objeto de odio. El que está en control de su genio puede estar en control de cualquier cosa.
El amor no almacena recuerdos de ofensas recibidas. La palabra que traducimos por almacenar (loguízesthai) es un término de contabilidad. Se usa para archivar algo para que no se olvide. Eso es precisamente lo que hacen muchos. Una de las grandes artes de la vida es aprender a olvidar lo que es mejor olvidar. Un escritor nos cuenta que » en Polinesia, donde los nativos pasan casi todo el tiempo de pelea o de fiesta, es costumbre el guardar algún recuerdo del odio. Se cuelgan artículos de los tejados de las cabañas para mantener viva la memoria de las ofensas recibidas, reales o imaginarias.» Eso es lo que hace mucha gente: abrigan rencores para mantenerlos calientes; rumian las ofensas hasta que se les hace imposible tragárselas. El amor cristiano ha aprendido la gran lección del olvido.
El amor no se complace en obrar mal. Sería mejor traducir que el amor no encuentra placer en nada que esté mal. No es tanto el deleitarse en hacer una mala obra lo que se quiere decir, sino el placer malicioso que nos produce a casi todos el enterarnos de algo negativo acerca de algún otro. Es uno de los raros rasgos de la naturaleza humana el que muy a menudo preferimos saber de las desgracias de los demás más que de su buena suerte. Es más fácil llorar con los que lloran que alegrarse con los que están alegres. El amor cristiano no tiene nada de la malicia humana que se complace en las malas noticias.
El amor se regocija con la verdad. Eso no es tan fácil como
parece. Hay veces que no queremos que prevalezca la verdad; y aún más veces cuando es lo último que queremos oír. El amor cristiano no desea tapar la verdad; no tiene nada que ocultar, así es que se alegra cuando la verdad triunfa.
El amor lo puede aguantar todo. Es posible que esto quiera decir que «el amor lo puede tapar todo,» en el sentido de que no saca nunca a la luz del día los trapos sucios. Estaría mucho mejor dedicarse a remendar y a remediar las cosas defectuosas que a desplegarlas y criticarlas. Recordemos también que «cubrir» el pecado es una expresión bíblica típica que quiere decir perdonarlo (cp. Salmo 32: I). Pero lo más probable es que quiera decir que el amor puede soportar cualquier insulto, o injuria, o desilusión. Describe la clase de amor que había en el corazón de mismo Jesús.
Tus enemigos Te odiaban, despreciaban e insultaban;
Tus amigos Te dejaron, cobardes y desleales.
Pero Tú no te cansabas de olvidarlo y perdonarlos;
Tu corazón no sabía más que amar y perdonar.
El amor confía ilimitadamente. Esta característica tiene un doble aspecto. (i) En relación con Dios quiere decir que el amor Le toma la Palabra a Dios, y puede tomar cualquier promesa que empieza por «Quienquiera que» y decir: «¡Eso va por mí!» (ii) En relación con nuestros semejantes quiere decir que el amor siempre cree lo mejor acerca de los demás. A menudo es verdad que hacemos a la gente lo que creemos que son. Si damos muestras de no fiarnos de nadie, puede que los hagamos infidentes. Si les hacemos ver a las personas que nos fiamos de ellas a tope, puede que las hagamos fiables. Cuando pusieron a Arnold de director de Rugby, instituyó una manera completamente nueva de hacer las cosas. Antes, aquella escuela había sido un terror y una tiranía. Amold reunió a los chicos y les dijo que iba a haber mucha más libertad y muchas menos palizas. «Sois libres -les dijo-, pero sois responsables: sois caballeros. Me propongo dejaros a vuestro aire, dependiendo de vuestro honor; porque yo creo que si se os vigila y observa y espía, creceréis no conociendo más que los frutos del temor servil; y, cuando se os otorgue la libertad, como debe suceder algún día, no sabríais qué hacer con ella.» A los chicos les resultaba difícil creer aquello. Cuando los llevaban a su presencia, seguían presentando las mismas excusas y repitiendo las viejas mentiras. «Chicos -les decía, si vosotros lo decís, tiene que ser verdad. Creo en vuestra palabra.» El resultado fue que llegó el tiempo en Rugby cuando los chicos decían: «Es una vergüenza decirle una mentira a Amold. ¡Siempre le cree a uno!» Creía en ellos y los hizo ser lo que él creía que eran. El amor puede ennoblecer hasta al más innoble creyéndole capaz de lo mejor que puede llegar a ser.
El amor nunca deja de esperar. Jesús creía que ninguna persona es un caso desesperado. Adam Clark fue uno de los grandes teólogos, pero había sido un estudiante más bien torpe. Un día, llegó un visitante distinguido a su escuela, y el profesor le señaló y dijo: «Ese es el chico más estúpido de la escuela.» Antes de marcharse, el visitante se dirigió al chico y le dijo amablemente: «No te importe, chico: tú puedes llegar a ser un gran intelectual algún día. No te desanimes, sino trata de hacerlo todo lo mejor posible. Sigue intentándolo.» El profesor había perdido la esperanza, pero para el visitante todavía había esperanza. Y, ¿quién sabe? Puede que fuera aquella palabra de esperanza lo que hizo que Adam Clark llegara a ser el que fue.
EL amor lo soporta todo con entereza triunfante. El verbo que se usa aquí (hypoménein) es una de las grandes palabras griegas. Se suele traducir por soportar o aguantar; pero lo que realmente describe no es el espíritu que puede sufrir adversidades pasivamente, sino el espíritu que, al soportarlas, las conquista y transforma. Se ha definido como «una constancia viril bajo la prueba.» George Matheson, que perdió la vista y sufrió una desilusión amorosa, escribió en una de sus oraciones que quería aceptar la voluntad de Dios, «no con muda resignación, sino con santo gozo; no sólo sin murmurar, sino con un himno de alabanza.» El amor puede soportar cosas, no meramente con resignación pasiva, sino con entereza triunfante; porque sabe que «la mano de un padre no causará nunca a su hijo una lágrima inútil.»
Una cosa falta por decir: cuando pensamos en las cualidades de este amor tal como nos las retrata Pablo, descubrimos que se hicieron realidad en la vida del mismo Jesús.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Pro 10:12; Rom 12:9-10; Rom 13:8-10; Flp 2:4; 1Pe 4:8.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) “El amor.” Gr.: he a·gá·pe.
REFERENCIAS CRUZADAS
k 653 Rom 5:5; Rom 13:10; 1Jn 4:8
l 654 1Ts 5:14; 2Pe 3:15
m 655 Efe 4:32
n 656 2Co 12:20; Gál 5:26
ñ 657 Pro 27:1
o 658 Col 2:18; 1Pe 5:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Pablo menciona aquí quince características de este amor.
Fuente: La Biblia de las Américas
4 (1) La vida es el elemento de Dios; el amor es la expresión de Dios como vida. Así que, Dios es amor ( 1Jn_4:16). Dios como vida es expresado en amor. Las quince virtudes del amor, enumeradas en los vs.4-7, son las virtudes divinas de la vida de Dios. Tal vida es diferente de los dones exteriores enumerados en el cap.12. Los corintios buscaban los dones exteriores, pero pasaban por alto el amor, que es la expresión de la vida de Dios. Por lo tanto, todavía eran carne o carnales u hombres que vivían en el alma (3:1,3; 2:14). Necesitaban crecer en vida (lo Cual se expresaría por su amor en cuidar al Cuerpo de Cristo), siguiendo el amor, y no los dones exteriores, a fin de llegar a ser espirituales (2:15).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
R1178 En los vv. 4 y sigs., los verbos siguen unos tras otros con énfasis solemne sin conectivos, sólo una vez aparece δέ.
BD108(5) El verbo περπερεύομαι significa: conducirse uno mismo como un πέρπερος (es decir, un jactancioso, presuntuoso).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, benigno
O, no es celoso