Comentario de 1 Corintios 14:22 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Así resulta que las lenguas son señal, no para los creyentes, sino para los no creyentes; en cambio, la profecía no es para los no creyentes, sino para los creyentes.

14:22 — Las lenguas por señal a los incrédulos, ver. 22.

— Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos — La frase, ”Así que”, introduce la conclusión de lo que Pablo decía en el ver. 21. Con lo que ha probado, usando el pasaje en Isaías, Pablo hace la aplicación a los corintios con respecto a su abuso del don de lenguas. Ellos eran creyentes, no incrédulos. Las lenguas (sin interpretación, o traducción) no eran para el uso de ellos en la iglesia.

Como el asirio era lengua desconocida a los israelitas quienes eran de habla hebrea, así las lenguas habladas por el don de lenguas eran lenguas de otras gentes pero no de los corintios quienes hablaban el griego.

El don de lenguas era una señal o manifestación del poder de Dios en sus mensajeros, y la señal estaba dirigida a la persona incrédula. El propósito de hablarla era convencer al oyente que fuera de dicha habla, o lengua, que Dios estaba en la persona con un mensaje divino de salvación. (Hubo elemento de advertencia de parte de Dios en una “señal”). Esto lo vemos claramente ilustrado en el evento el día de Pentecostés (Hch 2:8-11). Véanse también a Mar 16:20; Heb 2:3-4. En Hch 10:44-46 vemos que el don de lenguas se ejercitó para convencer a “incrédulos” de entre los cristianos judíos que dudaran de que la salvación en Cristo es para los gentiles también. Este valor confirmatorio del don de lenguas se ve también en el caso de Hch 19:1-7.

Las lenguas servían de señal; no eran para facilitar la predicación del evangelio en las diferentes naciones. En aquel tiempo el griego era la lengua universal.

— pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes — La profecía era un don, y por eso una señal de Dios, pero su objetivo principal era el creyente, porque se le dirigía en la lengua del oyente, para “edificación, exhortación y consolación” (ver. 3-5). (Veremos en los ver. 24,25 que la profecía, por ser presentada en la lengua del oyente, podía beneficiar aun al inconverso).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

las lenguas son por señal. Mar 16:17; Hch 2:6-12, Hch 2:32-36.

no a los fieles. 1Ti 1:9.

sino a los infieles. 1Co 14:3.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

LAS LENGUAS SON POR SEÑAL. Las lenguas dentro de la congregación llegan a ser una señal negativa para los incrédulos, ya que ellas dan a entender que el incrédulo está separado de Dios y por eso no puede entender lo que ocurre (vv. 1Co 14:21; 1Co 14:23). En cambio, la profecía es una señal para los creyentes, porque ellos reconocen que es obra sobrenatural del Espíritu Santo y prueba de que Dios está obrando en la iglesia (vv. 1Co 14:24-25). También las lenguas pueden ser para los creyentes una señal de que se está derramando el Espíritu Santo (cf. Hch 10:44-46; Hch 11:15-17) y de que se está manifestando entre el pueblo de Dios (cf. 1Co 12:7-10).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos. Para mayor explicación, el apóstol dice de manera explícita que todas las lenguas son por causa de los incrédulos. En otras palabras, ese don no tiene propósito alguno en la iglesia si todos los presentes son creyentes. Además, tan pronto la señal cumplía su propósito de pronunciar juicio o maldición sobre Israel, y el juicio caía, ese propósito cesaba al mismo tiempo que la señal del don. La bendición de esa señal consistía en que Dios levantaría una nación nueva compuesta por judíos y gentiles para que fueran su pueblo (Gál 3:28), con el fin de dar celos a Israel y motivarle a arrepentirse algún día (vea Rom 11:11-12; Rom 11:25-27). Por esa razón se repitió la señal cuando los gentiles fueron incluidos en la iglesia (Hch 10:44-46). La señal también daba autoridad a quienes predicaban tanto el juicio como la bendición (2Co 12:12), incluido Pablo (v. 1Co 14:18). pero la profecía … a los creyentes. En el sentido opuesto por completo, el don de profetizar solo beneficia a los creyentes, quienes son capaces por medio de su nueva naturaleza y el Espíritu Santo que mora en ellos, de entender y aprovechar la verdad espiritual (cp. 1Co 2:14; 1Jn 2:20; 1Jn 2:27).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

14:22 – Las lenguas por señal a los incrédulos, ver. 22.
— Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos – La frase, ”Así que”, introduce la conclusión de lo que Pablo decía en el ver. 21. Con lo que ha probado, usando el pasaje en Isaías, Pablo hace la aplicación a los corintios con respecto a su abuso del don de lenguas. Ellos eran creyentes, no incrédulos. Las lenguas (sin interpretación, o traducción) no eran para el uso de ellos en la iglesia.
Como el asirio era lengua desconocida a los israelitas quienes eran de habla hebrea, así las lenguas habladas por el don de lenguas eran lenguas de otras gentes pero no de los corintios quienes hablaban el griego.
El don de lenguas era una señal o manifestación del poder de Dios en sus mensajeros, y la señal estaba dirigida a la persona incrédula. El propósito de hablarla era convencer al oyente que fuera de dicha habla, o lengua, que Dios estaba en la persona con un mensaje divino de salvación. (Hubo elemento de advertencia de parte de Dios en una “señal”). Esto lo vemos claramente ilustrado en el evento el día de Pentecostés (Hch 2:8-11). Véanse también a Mar 16:20; Heb 2:3-4. En Hch 10:44-46 vemos que el don de lenguas se ejercitó para convencer a “incrédulos” de entre los cristianos judíos que dudaran de que la salvación en Cristo es para los gentiles también. Este valor confirmatorio del don de lenguas se ve también en el caso de Hch 19:1-7.
Las lenguas servían de señal; no eran para facilitar la predicación del evangelio en las diferentes naciones. En aquel tiempo el griego era la lengua universal.
— pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes – La profecía era un don, y por eso una señal de Dios, pero su objetivo principal era el creyente, porque se le dirigía en la lengua del oyente, para “edificación, exhortación y consolación” (ver. 3-5). (Veremos en los ver. 24,25 que la profecía, por ser presentada en la lengua del oyente, podía beneficiar aun al inconverso).

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

e 710 Hch 2:4

f 711 Hch 2:13

g 712 Hch 2:37

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

22 (1) La expresión así que al principio de este versículo indica que, según la cita de Is 28 en el v.21, las lenguas son una señal negativa a los incrédulos, lo cual indica la miserable condición de incredulidad en que estaban, implica que dondequiera que se hable lengua extraña, allí hay incredulidad. La intención del apóstol aquí era restringir a, los corintios en su práctica excesiva de hablar en lenguas. Pero la profecía es una señal positiva a los creyentes, lo cual indica que están en la condición correcta de creer. Esto es un estímulo para la práctica de profetizar.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

M70 Εἰς con el acusativo significa: establecidas como una señal (a fin de que sirvan para -BD145[1]).

M144 Ὥστε se usa como una partícula de inferencia y significa: por tanto, de manera que.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego