Comentario de 1 Corintios 14:34 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
las mujeres guarden silencio en las congregaciones; porque no se les permite hablar, sino que estén sujetas, como también lo dice la ley.
14:34 — (Como en todas las iglesias de los santos) vuestras mujeres callen en las congregaciones (o asambleas en Corinto, ver. 26) ; Pablo continúa dirigiéndose al problema de desorden en las asambleas de la iglesia en Corinto. Otro problema consistía en que ciertas mujeres (las esposas de los profetas) participaban en la confusión, al hacer preguntas a sus maridos respecto a sus profecías, y esto de manera pública, hablando delante de la iglesia sin autorización bíblica. Se entrometían en el culto público. El texto griego no dice “vuestras” mujeres, sino “las mujeres”. Al decir Pablo “las”, tiene en mente un grupo particular de “mujeres”, que según el contexto (ver. 35) eran esposas, pues tenían maridos. ¿De quiénes eran estas esposas? Otra vez reina el contexto. En los versículos anteriores (los 29-33) Pablo se ha dirigido a los profetas. Luego aquí en este versículo dice las esposas (de éstos), y en seguida vuelve a hablar acerca del profeta (ver. 35-37). Por eso Pablo tiene que estar hablando acerca de las esposas de los profetas, y nos informa que éstas causaban parte de la confusión al hablar públicamente en las asambleas, preguntando a sus maridos, en lugar de esperar para preguntarles en casa.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
vuestras mujeres. 1Co 11:5; 1Ti 2:11, 1Ti 2:12.
no les es permitido hablar. 1Co 14:35; 1Co 11:3, 1Co 11:7-10; Efe 5:22-24, Efe 5:33; Col 3:18; Tit 2:5; 1Pe 3:1-6.
como también la ley dice. 1Co 14:21; Gén 3:16; Núm 30:3-13; Est 1:17-20.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Pablo ordena que las mujeres callen en la reunión de la iglesia. Esta es una dura declaración que se da en 1Ti 2:12. En 1 Timoteo la referencia es a la enseñanza a los hombres; aquí todo hablar parece prohibido. Sin embargo, esto parece en desacuerdo con la concesión previa del capítulo 1Co 11:1-34 de que las mujeres profeticen. Algunos han argumentado que el hablar se refiere al hablar en lenguas, otros creen que se prohíbe la interrupción al hablar. Otros creen que Pablo trata de inhibir a un grupo feminista en Corinto. La solución probablemente sea otra. El contexto inmediato concierne al autocontrol y el juicio a los profetas. La prohibición es que las mujeres no juzguen a los profetas. Tal juicio sería una expresión de autoridad sobre los hombres, lo cual era prohibido.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
VUESTRAS MUJERES CALLEN EN LAS CONGREGACIONES. Puede interpretarse este versículo a la luz del v. 1Co 14:35 en el sentido de prohibir a las mujeres que interrumpan el culto para hacer preguntas que podrían hacerse en casa. En 1Co 11:5 Pablo da por sentado que las mujeres oran y profetizan en reuniones públicas (cf. el «todos» de 1Co 14:23-24; 1Co 14:31).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
mujeres callen en las congregaciones. El principio de que las mujeres no hablen en las reuniones de la iglesia es universal. Esto se aplica a todas las iglesias y no tiene limitaciones locales, geográficas o culturales. El contexto en este versículo corresponde a la profecía, pero incluye el tema general del capítulo que es el don de lenguas. En lugar de dirigir, ellas deben ser sumisas como lo deja muy en claro la Palabra de Dios (vea las notas sobre 1Co 11:3-15; Gén 3:16; 1Ti 2:11-15). No es una coincidencia que muchas iglesias modernas en las que se habla en lenguas y se proclama el ejercicio de dones de sanidad y milagros, también se permite que las mujeres dirijan la adoración, prediquen y enseñen. Las mujeres pueden ser maestras hábiles, pero Dios no les permite «hablar» en iglesias. De hecho, es algo «indecoroso», que significa «deshonroso». Al parecer, ciertas mujeres promovían el desorden con preguntas inoportunas que contribuían al caos reinante.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
	14:34 – (Como en todas las iglesias de los santos) vuestras mujeres callen en las congregaciones (o asambleas en Corinto, ver. 26) ; Pablo continúa dirigiéndose al problema de desorden en las asambleas de la iglesia en Corinto. Otro problema consistía en que ciertas mujeres (las esposas de los profetas) participaban en la confusión, al hacer preguntas a sus maridos respecto a sus profecías, y esto de manera pública, hablando delante de la iglesia sin autorización bíblica. Se entrometían en el culto público.
	El texto griego no dice “vuestras” mujeres, sino “las mujeres”. Al decir Pablo “las”, tiene en mente un grupo particular de “mujeres”, que según el contexto (ver. 35) eran esposas, pues tenían maridos. ¿De quiénes eran estas esposas? Otra vez reina el contexto. En los versículos anteriores (los 29-33) Pablo se ha dirigido a los profetas. Luego aquí en este versículo dice las esposas (de éstos), y en seguida vuelve a hablar acerca del profeta (ver. 35-37). Por eso Pablo tiene que estar hablando acerca de las esposas de los profetas, y nos informa que éstas causaban parte de la confusión al hablar públicamente en las asambleas, preguntando a sus maridos, en lugar de esperar para preguntarles en casa.
	A estas mujeres (esposas) se les manda que callen en las asambleas. Aquí Pablo emplea el mismo verbo griego (sigao) que emplea en los ver. 28 y 30. Como en esos dos versículos el silencio mandado tiene que ver con no dirigirse al público en discurso, aquí también tiene el mismo sentido. A esas mujeres, las esposas de los profetas, se les manda callarse en el sentido de no participar en la presentación de discurso o plática en público. No es una prohibición que signifique no pronunciar palabra alguna bajo ninguna circunstancia.
	— porque – Ahora Pablo da la razón de por qué esas mujeres (esposas) debían callar en las asambleas en lugar de participar juntamente con sus maridos, los profetas, en la presentación de discursos.
	— no les es permitido hablar – El hablar que Pablo tiene en mente es el mismo hablar de los glosólalas y de los profetas; es decir, el acto de presentar discursos en público.
	Esta prohibición no es absoluta. Claro es que tanto esas mujeres como también los glosólalas y los profetas podían “hablar” en el canto (Efe 5:19), en el decir el Amén al final de las oraciones (1Co 14:16), o en el confesar pecados públicos (Hch 8:24). Ellas podían en voz baja corregir a sus niños. La Biblia no se contradice. No se trata del “hablar” de tales casos. El “hablar” y el “callar” del contexto tienen que ver con el presentar discurso público, o no.
	— sino que estén sujetas – El texto griego aquí emplea la voz media, indicando así que el sujeto ejecuta la acción para sí mismo o por su interés. (Por ej., Me lavo las manos para comer). Notemos las versiones siguientes: “que se sujeten” (B.A.), “deben mantenerse sumisas” (NVI.), “les toca … vivir sujetas” (N.C.), “que se muestren sumisas” (ECU.). Esta sumisión tiene que ser voluntaria.
	— como también la ley lo dice – La ley de Moisés lo dice en Gén 3:16. Considérense también 1Co 11:3; 1Ti 2:11-15; 1Pe 3:1; 1Pe 3:5-6; Efe 5:21-22; Col 3:18.
	 Las esposas de los profetas habían de callar (guardar silencio) mientras sus maridos ejercían el don de profecía.
Fuente: Notas Reeves-Partain
INNOVACIONES DESACONSEJABLES
1 Corintios 14:34-40
Que las mujeres guarden silencio en la congregación; porque no les está permitido hablar, sino tienen que estar sometidas como dice también la ley. Si quieren aprender algo, que les pregunten a sus maridos en casa. Es vergonzoso que una mujer hable en la congregación. ¿Es que habéis sido vosotros los originadores de la Palabra de Dios? ¿O habéis sido sus únicos destinatarios?
Si alguno se cree proclamador de la verdad, o poseedor de algún don especial, que reconozca lo que os escribo, porque es un mandamiento del Señor. Y el que no quiera entenderlo, allá él.
Así que, hermanos, mostrad interés en poseer el don de proclamar la verdad, y no prohibáis el hablar en lenguas. Pero que todo se haga como es debido y en orden.
Había algunas innovaciones que amenazaban con introducirse en la iglesia corintia que no le gustaban a Pablo. Llega a preguntarles qué derecho se creían que tenían para aceptarlas. ¿Habían sido ellos los iniciadores de la Iglesia Cristiana? ¿Tenían el monopolio de la verdad evangélica? Sencillamente, habían recibido una tradición, y tenían que seguirla.
Ninguna persona ha conseguido nunca remontarse totalmente por encima de la época en que ha vivido y la sociedad en la que se ha educado; y Pablo, en su concepción del lugar de la mujer en la iglesia, era incapaz de desembarazarse de las ideas que había conocido toda la vida.
Ya hemos dicho que la mujer ocupaba un estrato inferior en el mundo antiguo. En el mundo griego, Sófocles había dicho: «El silencio confiere gracia a las mujeres.» Las mujeres, a menos que fueran muy pobres o de una moralidad dudosa, llevaban una vida muy retirada en Grecia. Los judíos aún tenían una idea más baja de las mujeres. Entre los dichos rabínicos se encuentran muchos que minimizan su lugar en la sociedad. «En cuanto a enseñarle la ley a una mujer, es lo mismo que enseñarle la impiedad.» El enseñar la ley a una mujer era «echarles perlas a los cerdos.» El Talmud lista entre las plagas del mundo «la viuda charlatana y preguntona, y la doncella que se pasa el tiempo rezando.» Estaba prohibido hasta el hablar con una mujer en la calle. «Uno no debe pedirle un favor a una mujer, ni saludarla.»
Fue en una sociedad así donde Pablo escribió este pasaje. Lo más probable es que lo que tenía más presente en la mente era el estado moral sumamente laxo de Corinto, y el sentimiento de que no se debía hacer absolutamente nada que pudiera acarrearle a la joven iglesia la más mínima sospecha de inmoralidad. No cabe duda que sería un error injustificable el sacar estas palabras de su contexto e imponerlas como una regla universal para la iglesia.
Pablo continúa hablando con cierta gravedad. Está completamente seguro de que, aunque uno tenga dones espirituales, eso no le da derecho a rebelarse contra la autoridad. Se da cuenta de que el consejo que ha dado y las reglas que ha establecido le han llegado de Jesucristo y Su Espíritu; y, si alguien se negara a reconocerlo, lo haría a su propio riesgo; y lo mejor que se podría hacer sería dejarle en su voluntaria ignorancia.
Así llega Pablo a la conclusión. Deja bien claro que no tiene ningún interés en anular el don de nadie; lo único que le mueve de veras es el deseo del buen orden de la iglesia. La gran regla que establece en efecto es que uno ha recibido de Dios cualesquiera dones que posea, no para su propio provecho exclusivamente, sino para el de toda la iglesia. Cuando una persona puede decir: » ¡Gracias a Dios! ¡A El sea la gloria!», entonces y sólo entonces usará sus dones como Dios manda en la iglesia y fuera de ella.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
1Co 11:3; Gén 3:16; Efe 5:22; 1Ti 2:12; Tit 2:5.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
v 728 1Ti 2:11; 1Ti 2:12
w 729 1Co 11:3; Efe 5:22; Col 3:18; Tit 2:5; 1Pe 3:1
x 730 Gén 3:16
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
las mujeres guarden silencio. A la luz de lo que Pablo dice en 11:5, de que las mujeres oran y profetizan en la iglesia, esta amonestación debe referirse a alguna situación específica surgida en la adoración pública. Tal vez algunas mujeres interrumpían el servicio, discutiendo en voz alta mientras alguien profetizaba o enseñaba (1 Ti 2:12).
Fuente: La Biblia de las Américas
34 (1) Significa en las reuniones de las iglesias. Véase la nota 28 (1) . Así también en el v.35.
34 (2) Conforme a 11:5, las mujeres pueden profetizar (por supuesto, en público) teniendo su cabeza cubierta, y Hch_2:17-18 y 21:9 confirman que las mujeres sí profetizaban. Pero 1Ti_2:12 dice qué no se permite que las mujeres enseñen, es decir, que enseñen como autoridades (allí la enseñanza está relacionada con el ejercicio de la autoridad), como para definir la doctrina. Por tanto, conforme al principio neotestamentario, no permitir que las mujeres hablen en las reuniones de la iglesia, significa no permitir que enseñen con autoridad con respecto a definir doctrinas. En este sentido, deben callar en las reuniones de la iglesia. No se les permite hablar, porque deben estar sujetas a los hombres. Esto está relacionado con el asunto de la autoridad ordenada por Dios en Su gobierno. En la ordenación gubernamental de Dios, no se permite que las mujeres hablen ejerciendo autoridad sobre los hombres. Pueden orar y profetizar, que es (principalmente) hablar por el Señor y proclamar al Señor. Sin embargo, deben hacerlo bajo el resguardo de los hermanos, porque aquí se les encarga que estén sujetas.
34 (3) Se refiere a los libros de Moisés ( Mat_5:17 ; 7:12; 11:13). En los escritos de Moisés, Gén_3:16 manda que la mujer esté sujeta al varón. Esto fue lo que Dios dispuso.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
vuestras mujeres callen en las congregaciones. Cualquiera que sea el sentido de esta restricción, debe incluir las lenguas y la profecía (véanse vv. 1Co 14:27; 1Co 14:29, donde se usa el mismo verbo griego para hablar). Cp. también 1Ti 2:12.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
mujeres… El TR antepone vuestras; no les es permitido hablar… Es decir, debatir en asamblea.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
T58 El pronombre dativo αὐταῖς se usa como sujeto del verbo pasivo ἐπιτρέπεται (este verbo llega a ser impersonal en la voz pasiva): a ellas no se les permite …
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, sino de paz. Como en … de los santos, las mujeres
Fuente: La Biblia de las Américas
El TR añade vuestras.
14.34 Lit. iglesias.
14.34 Es decir, juzgar, o enseu241?ar en la asamblea.