Comentario de 1 Corintios 15:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Ahora bien, si Cristo es predicado como que ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo es que algunos entre vosotros dicen que no hay resurrección de muertos?
15:12 — Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? — Aquí Pablo expresa una incongruencia, o contradicción obvia: si él continuamente está predicando la resurrección de Cristo, ¿cómo puede ser que algunos estén diciendo continuamente que no hay resurrección de muertos? Si aceptaban la resurrección de Cristo, entonces su argumentación en contra de la resurrección general era absurda. Si hubo un caso de resurrección, ¿cómo es que no puede haber otros? En cambio, la negación de parte de algunos de la resurrección general demandaba la conclusión de que Cristo no fue resucitado, y que la predicación del evangelio de muchos años era una mentira. Sobre estos “algunos”, véanse ver. 1, comentarios; y el ver. 34.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
y si Cristo es predicado. 1Co 15:4.
cómo dicen algunos. 1Co 15:13-19; Hch 26:8; 2Ts 2:17.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Algunos de los corintios enseñaban que no había resurrección. Los oponentes de Pablo negaban la realidad de la resurrección de Cristo. Quizás enseñaban que la resurrección es sólo espiritual en vez de física. O quizás enseñaban que la resurrección ya ocurrió (2Ti 2:18). Cualquiera que sea el caso, contradecían la doctrina esencial de que Cristo resucitó físicamente de la muerte y que los creyentes en Él algún día también resucitarían.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
dicen algunos entre vosotros. Los cristianos de Corinto creían en la resurrección de Cristo, de lo contrario no habrían podido ser cristianos (cp. Jua 6:44; Jua 11:25; Hch 4:12; 2Co 4:14; 1Ts 4:16). No obstante, algunos tenían cierta dificultad para aceptar y entender la resurrección de los creyentes. Esta confusión era en parte resultado de sus experiencias anteriores con filosofías y religiones paganas. Una creencia básica de esas filosofías griegas antiguas era el dualismo, el cual enseñaba que todo lo físico era malo en sí mismo, a tal extremo que la idea de un cuerpo resucitado era irracional y repugnante para un practicante del dualismo (Hch 17:32). Además, es posible que algunos judíos en la iglesia de Corinto hubieran sido influenciados en el pasado por los saduceos, quienes no creían en la resurrección aunque es enseñada en el AT (Job 19:26; Sal 16:8-11; Sal 17:15; Dan 12:2). Por otra parte, la enseñanza del NT sobre la resurrección fue abundante aun en las palabras de nuestro Señor mismo (Jua 5:28-29; Jua 6:44; Jua 11:25; Jua 14:19), y fue un tema central de la predicación apostólica (Hch 4:1-2). A pesar de toda esa claridad y evidencia, la iglesia en Corinto abrigaba dudas y reservas sobre la resurrección.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
15:12 — Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? — Aquí Pablo expresa una incongruencia, o contradicción obvia: si él continuamente está predicando la resurrección de Cristo, ¿cómo puede ser que algunos estén diciendo continuamente que no hay resurrección de muertos? Si aceptaban la resurrección de Cristo, entonces su argumentación en contra de la resurrección general era absurda. Si hubo un caso de resurrección, ¿cómo es que no puede haber otros? En cambio, la negación de parte de algunos de la resurrección general demandaba la conclusión de que Cristo no fue resucitado, y que la predicación del evangelio de muchos años era una mentira.
Sobre estos “algunos”, véanse ver. 1, comentarios; y el ver. 34.
En lugar de “resucitó”, más pegada al texto griego es la versión que como la B.A. diga, “ha sido resucitado”. Las Escrituras hablan de que Dios levantó a Cristo (Mat 16:21; Mat 26:32; Rom 8:11), como también de que Cristo resucitó (Jua 10:18; Mar 9:31; Luc 18:33).
El uso del término “Cristo” (ver. 3,12), en lugar de “Jesús”, muestra que el Mesías había de ser muerto, sepultado y resucitado (Luc 24:46).
Fuente: Notas Reeves-Partain
SI CRISTO NO HUBIERA RESUCITADO
1 Corintios 15:12-19
Si estamos proclamando constantemente que Cristo ha resucitado, ¿cómo es que algunos de vosotros dicen que la resurrección no existe? Si la resurrección no existiera, Cristo tampoco habría resucitado; y si Cristo no hubiera resucitado, la proclamación del Evangelio carecería de sentido, y vuestra fe también carecería de sentido. Si fuera así, resultaría que hemos dado un testimonio falso acerca de Dios, porque hemos testificado que Dios resucitó a Cristo, a Quien no habría resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan. Si los muertos no resucitan, Cristo tampoco ha resucitado; y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es inconsecuente: aún estáis sumidos en vuestros pecados; y si así son las cosas, los que han muerto confiando en Cristo se han perdido para siempre. Si el esperar en Cristo no sirve nada más que para esta vida, no hay gente más miserable que nosotros.
Pablo ataca la posición central de sus oponentes de Corinto que decían tajantemente: «Los muertos no resucitan.» La respuesta de Pablo es: «Si adoptáis esa posición, eso quiere decir que Jesucristo no ha resucitado; y, en ese caso, se desintegra la totalidad de la fe cristiana.»
¿Por qué consideraba Pablo tan esencial la fe en la Resurrección de Jesús? ¿Qué grandes valores y verdades conserva? Es la demostración de cuatro Hechos fundamentales que cambian radicalmente el concepto de la vida aquí y en el más allá.
(i) La Resurrección demuestra que la verdad es más fuerte que la falsedad. Según el Cuarto Evangelio, Jesús les dijo a Sus enemigos: «Ahora estáis buscando la manera de matarme por la sola razón de que os he dicho la verdad» (Jn 8:40 ). Jesús trajo la idea verdadera acerca de Dios y de la bondad; Sus enemigos procuraban Su muerte porque no querían que desaparecieran sus puntos de vista equivocados. Si hubieran conseguido deshacerse de Jesús, la falsedad habría resultado más fuerte que la verdad. En cierta ocasión, el conde de Morton, que era el regente de Escocia, mandó detener al reformista Andrew Melville. «No habrá ninguna tranquilidad en este país -le dijo- hasta que ahorquemos o desterremos a la mitad de vosotros.» «¡Venga, señor! ¡Amenazad así a vuestros cortesanos! A mí me da lo mismo pudrirme en el aire o en la tierra… Pero, ¡gloria a Dios, no está en vuestro poder el ahorcar o desterrar Su verdad!» La Resurrección es la prueba definitiva de que la verdad es indestructible.
(ii) La Resurrección demuestra que el bien es más fuerte que el mal. Para citar otra vez el Cuarto Evangelio, en él se representa a Jesús diciéndoles a Sus enemigos: «Vosotros sois de vuestro padre el diablo» (Jn 8:44 ). Las fuerzas del mal crucificaron a Jesús y, si no hubiera habido Resurrección, esas fuerzas habrían triunfado. J. A. Froude, el gran historiador, escribió: «Una lección, y sólo una, puede decirse que la Historia repite claramente: Que el mundo está fundado sobre una base moral, y que, a la larga, el bien prevalece y el mal desaparece.» Pero, si la Resurrección no hubiera tenido lugar, ese
gran principio habría fallado, y ya no podríamos estar seguros de que el bien es más fuerte que el mal.
(iii) La Resurrección demuestra que el amor es más fuerte que el odio. Jesús era la encarnación del amor de Dios. Por otra parte, la actitud de los que procuraron Su crucifixión era la del odio más virulento, tan amargo que acabó por atribuirle el encanto y la gracia de Su vida al poder del diablo. Si no hubiera habido Resurrección, eso habría querido decir que el odio humano había acabado por derrotar al amor de Dios. La Resurrección es el triunfo del amor sobre todo lo que el odio pueda hacer. Este poema resume todo el tema:
Oí hablar a dos soldados que bajaban la colina, la colina del Calvario, oscura, inhóspita y fría. Y uno dijo: » Ya es de noche, y no han muerto todavía.» Dijo el otro: «Me da miedo, no sé qué me atemoriza.»
Oí llorar a dos mujeres que bajaban la colina; una, una rosa tronchada; la otra, como una llamita. Dijo una: «Lamentaremos eternamente este día.» La otra: «¡Mi Hijo, mi Hijo!», entre lágrimas decía.
Oí cantar a dos ángeles, no era el alba todavía, vestidos con ropas blancas, tan blancas que relucían. Cantaban con voces de oro: «¡Ya la muerte está vencida! ¡Cielos y Tierra, gozaos! ¡El Amor vence y conquista!»
El Cantar de los Cantares había dicho del amor: «Fuerte como la muerte es el amor» (8:6). Pero la Resurrección de Jesús es la prueba definitiva de que el amor es más fuerte que la muerte y que el odio.
(iv) La Resurrección demuestra que la vida es más fuerte que la muerte. Si Jesús hubiera muerto y no hubiera resucitado, habría quedado claro que la muerte podía tomar la vida más admirable y perfecta que haya conocido el mundo jamás, y destrozarla cruelmente en una Cruz.
Un día durante la II Guerra Mundial, una cierta iglesia de la ciudad de Londres estaba toda decorada para la celebración del domingo de acción de gracias por la cosecha. En medio de todos los demás frutos había un haz de trigo. El culto no llegó a celebrarse, porque hubo un bombardeo brutal aquella noche que dejó la iglesita convertida en un montón de ruinas. Pasaron los meses; llegó la primavera, y algunos se dieron cuenta de que donde había estado la iglesia todo estaba verdecito. Meses más tarde se vio que eran espigas de trigo que habían crecido entre los escombros. Ni siquiera las bombas y la destrucción de la guerra habían podido matar la vida de aquellas espigas de trigo que habían traído para el culto de acción de gracias a Dios por la cosecha. La Resurrección es la prueba definitiva de que la vida es más fuerte que la muerte.
Pablo insistía en que, si la Resurrección de Jesús no fuera un hecho, el Evangelio estaría basado en una mentira, y los muchos miles que habían muerto creyéndolo se habrían perdido para siempre, porque no habría nada después de la muerte. Sin la realidad de la Resurrección, los valores más auténticos de la vida no tienen garantía de sobrevivir. «Suprimid la Resurrección -decía Pablo-, y habréis destruido la base y la realidad del Evangelio.»
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Si Cristo no resucitó. Con el uso de siete “si”, Pablo explora las consecuencias de la creencia de algunos de los cristianos de Corinto que sostenían que el cuerpo no resucita. 12 Comienza refiriéndose nuevamente al hecho de la resurrección de Cristo. ¿Cómo podía alguien afirmar que no existe tal cosa como la resurrección? 13 Si, como creían los fundadores del Areópago de Atenas, la resurrección del cuerpo era una imposibilidad en sí misma, entonces, la resurrección de Cristo era imposible. 14 Si Cristo no ha resucitado, el evangelio es inútil y los corintios pusieron su confianza en el lugar equivocado. 15 Más aun, el testimonio de los apóstoles de que Dios resucitó a Cristo es fraudulento. Pero Dios no podría hacer algo que en realidad no sucede, eso es, la resurrección de los muertos. 16 Que no haya resurrección significa que no tenemos tal cosa como un Cristo resucitado. 17 No tener un Cristo resucitado significa que la fe de los corintios está en el lugar equivocado y que sus pecados no están perdonados (cf. v. 3). 18 Además, los creyentes en Cristo que ahora están muertos y a quienes se había convencido de que abandonaran sus convicciones religiosas anteriores están perdidos; sin embargo, Pablo sí creía que aquellos que habían muerto sin Cristo estaban perdidos. 19 Si la fe cristiana es solamente una mera panacea para esta vida, entonces, dado el costo de ser cristiano en el mundo pluralista de Corinto, los cristianos eran la gente más digna de conmiseración en todo el mundo. Pablo ha traído este punto de vista falso a su conclusión lógica. Si no hay resurrección del cuerpo, deberían abandonar la fe.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) “Resurrección.” Gr.: a·ná·sta·sis, “levantarse; ponerse de pie” (de a·ná, “arriba” y stá·sis, “parar”); lat.: re·sur·réc·ti·o.
REFERENCIAS CRUZADAS
x 761 Hch 4:2; Hch 17:31
y 762 Mat 22:23; Hch 26:8
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
no hay resurrección de muertos? Aunque la mayoría de los corintios habían aceptado la predicación de Pablo sobre la resurrección de Cristo (vers. 11), había algunos que por la influencia de la filosofía griega negaban la resurrección del cuerpo físico.
Fuente: La Biblia de las Américas
12 (1) En este capítulo el apóstol confrontó la herejía de los corintios que afirmaba que no había resurrección de muertos. Los corintios eran como los saduceos ( Mat_22:23 : Hch_23:8). Este era el décimo problema que existía entre ellos. Es el más dañino y destructivo para la economía neotestamentaria de Dios, peor aún que la herejía propagada por Himeneo y Fileto con respecto a la resurrección ( 2Ti_2:17-18). La resurrección es el pulso vital y el sustento de la economía divina. Si no hubiera resurrección, Dios sería Dios de muertos, y no de vivos ( Mat_22:32). Si no hubiera resurrección, Cristo no habría resucitado de entre los muertos. Sería un Salvador muerto, y no un Salvador viviente que vive para siempre ( Rev_1:18) y que nos puede salvar hasta lo sumo ( Heb_7:25). Si no hubiera resurrección, no habría prueba viva de que fuimos justificados por Su muerte ( Rom_4:25 y la nota), ni se nos impartiría la vida ( Jua_12:24), ni habría regeneración ( Jua_3:5), ni renovación ( Tit_3:5), ni transformación ( Rom_12:2 ; 2Co_3:18), ni tampoco conformación a la imagen de Cristo ( Rom_8:29). Si no hubiera resurrección, no habría miembros de Cristo ( Rom_12:5), ni Cuerpo de Cristo como la plenitud de El ( Efe_1:20-23), ni tampoco existiría la iglesia como la novia de Cristo ( Jua_3:29) y por lo tanto, tampoco el nuevo hombre ( Efe_2:15 ; Efe_4:24 ; Col_3:10-11). Si no hubiera resurrección, la economía neotestamentaria de Dios se derrumbaría por completo y el propósito eterno de Dios sería anulado.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
no hay resurrección de los muertos. No había nada en el trasfondo griego de los gentiles convertidos de Corinto, que pudiera inducirles a creer en la resurrección de los muertos. En general, creían en la inmortalidad del alma, pero no en la resurrección del cuerpo. Para ellos, el cuerpo era la fuente de la debilidad y del pecado del hombre; la muerte por consiguiente, era el medio bienvenido por el que el alma era liberada del cuerpo. Según su modo de pensar, la resurrección sólo serviría para volver a esclavizar el alma.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
T210 Aquí aparece el uso distributivo de ἐν ὑμῖν con τινές (algunos de ustedes).