Comentario de 2 Corintios 7:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito.

7:6 — «Pero Dios,… de Tito». Estando Pablo en tan grave estado mental y físico, siendo hombre humilde, Dios le consoló. Las pruebas de la vida son buenas si mantenemos la fe en el Dios que consuela. Cuando el peso de nuestros problemas parece ya insoportable, Dios trae la consolación.

En este caso lo que trajo consolación a este hombre humilde, que sufría mucha tribulación, fue la venida de Tito a Macedonia.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Pero Dios, que consuela a los humildes. 2Co 1:3, 2Co 1:4; 2Co 2:14; Isa 12:1; Isa 51:12; Isa 57:15, Isa 57:18; Isa 61:1, Isa 61:2; Jer 31:13; Mat 5:4; Jua 14:16; Rom 15:5; Flp 2:1; 2Ts 2:16, 2Ts 2:17.

nos consoló con la venida de Tito. 2Co 2:13; 1Co 16:17, 1Co 16:18; 1Ts 3:2, 1Ts 3:6, 1Ts 3:7; 3Jn 1:2-4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El Señor consoló, es decir, alentó a Pablo al permitirle ver a Tito nuevamente.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

CONSUELA A LOS HUMILDES. Por ser Dios de misericordia y de consuelo (2Co 1:3), es parte de su naturaleza consolar a los «humildes», esto es, a los que están deprimidos y abatidos. En realidad, cuanto más aflicción sufre el creyente, tanto mayores serán el consuelo y la cercanía de Cristo en su vida. Nótese que fue por medio de Tito que Dios consoló a Pablo. Siempre se debe ser sensible a la dirección que da el Espíritu para consolar a una persona necesitada.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

los humildes. Esto no se refiere a los que poseen humildad espiritual, sino a los que son humillados. Se trata de personas que están en el nivel más bajo de la sociedad, o los humillados en sentido emocional (cp. Rom 12:16).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

nos consoló con la venida de Tito … haciéndonos saber. La palabra griega que se traduce «venida» se refiere a la presencia literal de Tito junto a Pablo. Además del ánimo que le produjo la llegada de Tito, Pablo fue consolado por el informe que este le dio sobre el arrepentimiento de los corintios y su respuesta positiva a la carta apostólica que Tito les había llevado.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

7:6 — «Pero Dios,… de Tito». Estando Pablo en tan grave estado mental y físico, siendo hombre humilde, Dios le consoló. Las pruebas de la vida son buenas si mantenemos la fe en el Dios que consuela. Cuando el peso de nuestros problemas parece ya insoportable, Dios trae la consolación.
En este caso lo que trajo consolación a este hombre humilde, que sufría mucha tribulación, fue la venida de Tito a Macedonia.

Fuente: Notas Reeves-Partain

2Co 1:3-4; Isa 49:13.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— Tito: Ver nota a 2Co 2:13.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Véase Ap. 5B.

REFERENCIAS CRUZADAS

n 285 2Co 1:3

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

la llegada de Tito. Tito había traído a Pablo la noticia del amor hacia él, a pesar de la carta que les había causado tristeza (vers. 8– 10, 12; 2:3, 4).

Fuente: La Biblia de las Américas

6 super (1) Lit., humildes; por derivación, los abatidos (por causa de las circunstancias abrumadoras).

6 super (2) Debido a su profunda preocupación con respecto a cómo responderían los creyentes corintios a su primera epístola, el apóstol no tenía reposo en su espíritu (2:13) e incluso estaba abatido, anhelando ver a Tito para obtener información acerca de la respuesta dejos corintios. Ahora Tito no sólo había venido, sino que también había traído buenas nuevas de la respuesta positiva de ellos. Eso fue un gran consuelo para el apóstol.

6 super (3) Lit., presencia. Así también en el versículo siguiente.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

la venida de Tito. I.e., de Corinto, con las noticias de que la iglesia había aceptado la severa carta.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

O, humildes, o, abatidos

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. presencia.

Fuente: La Biblia Textual III Edición