Comentario de Gálatas 1:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
quien se dio a sí mismo por nuestros pecados. De este modo nos libró de la presente época malvada, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,
1:4 — el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, — (Efe 5:2). Aun en el saludo Pablo predica el evangelio de la gracia de Dios (Heb 10:6-8; Isa 53:4-6). Cristo se dio a sí mismo «por», es decir, para expiar, nuestros pecados (Isa 53:4-6; Isa 53:10), a fin de que Dios nos perdone los pecados. No solamente nos libra de los pecados (su culpa y dominio), sino también nos libra del presente siglo malo. La ley de Moisés no podía hacer esto, y los gálatas que se sometían a la ley se enredaban otra vez en este presente siglo. — conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, — Jua 3:16; Hch 2:23; Efe 1:4; Efe 3:11; 1Pe 1:18.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
se dió a si mismo. Gál 2:20; Mat 20:28; Mat 26:28; Mar 10:45; Luc 22:19; Jua 10:11, Jua 10:17, Jua 10:18; Rom 4:25; Efe 5:2; 1Ti 2:6; Tit 2:14; Heb 9:14; Heb 10:9, Heb 10:10; 1Pe 2:24; 1Pe 3:18; 1Jn 2:2; 1Jn 3:16; Apo 1:5.
del presente siglo malo. Gál 6:14; Isa 65:17; Jua 12:31; Jua 14:30; Jua 15:18, Jua 15:19; Jua 17:14, Jua 17:15; Rom 12:2; 2Co 4:4; Efe 2:2; Efe 6:12; Heb 2:5; Heb 6:5; Stg 4:4; 1Jn 2:15-17; 1Jn 5:4, 1Jn 5:5, 1Jn 5:19; 1Jn 5:20; Apo 5:9; Apo 7:9.
conforme a la voluntad. Sal 40:8; Mat 26:42; Luc 22:42; Jua 5:30; Jua 6:38; Jua 14:30, Jua 14:31; Rom 8:3, Rom 8:27, Rom 8:32; Efe 1:3, Efe 1:11; Heb 10:4-10.
de nuestro Dios y Padre. Mat 6:9; Rom 1:7; Efe 1:2; Flp 4:20; 1Ts 3:11, 1Ts 3:13; 2Ts 2:16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
se dio a sí mismo por nuestros pecados: Esta frase se adelanta a la discusión de Pablo por la redención en Gál 3:13, Gál 3:14. Es un rápido resumen de las buenas nuevas: la muerte de Cristo fue por nosotros (1Co 15:3).
librarnos del presente siglo malo es similar a Col 1:13, que afirma que Cristo «nos ha librado del poder de las tinieblas» y nos introdujo en su Reino. Ambos pasajes revelan esta verdad basada en la obra redentora de Cristo (Col 1:14), lo que implica que la palabra librar se refiere a la santificación ante las tentaciones de la era presente.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
PARA LIBRARNOS DEL PRESENTE SIGLO MALO. Es probable que este versículo sea una antigua confesión de fe muy conocida por las iglesias del NT. Ella relaciona la muerte de Cristo con el perdón de los pecados y la liberación «del presente siglo malo». Esencial para el propósito salvador de Cristo es la liberación de los creyentes del mal que domina la sociedad de este mundo. El primer mensaje del evangelio predicado después del derramamiento pentecostal del Espíritu Santo contenía las palabras: «Sed salvos de esta perversa generación» (Hch 2:40). Los creyentes deben vivir para Dios y no dejarse controlar por valores, sabiduría, opiniones, deseos corruptos y placeres egoístas que prevalecen entre los que son del mundo (cf. Rom 12:2, nota; Tit 2:14; véase el ARTÍCULO LA RELACIÓN DEL CREYENTE CON EL MUNDO, P. 1830. [1Jn 2:15-16]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
por nuestros pecados. Nadie puede evitar el pecado mediante esfuerzos humanos o por guardar la ley (Rom 3:20), por esa razón debe ser perdonado, lo cual Cristo logró por medio de su muerte expiatoria en la cruz (Gál 3:13; vea las notas sobre 2Co 5:19-21; 1Pe 2:24). presente siglo malo. La palabra griega que se traduce «siglo» no se refiere a un período de tiempo, sino a un orden o sistema de cosas, y en particular al sistema actual del mundo encabezado por Satanás (vea las notas sobre Rom 12:2; 1Jn 2:15-16 ; 1Jn 5:19). la voluntad de nuestro Dios. El sacrificio de Cristo para salvación fue el diseño y cumplimiento perfecto de la voluntad de Dios para su gloria; (cp. Mat 26:42; Jua 6:38-40; Hch 2:22-23; Rom 8:3; Rom 8:31-32; Efe 1:7; Efe 1:11; Heb 10:4-10).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:4 — el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, — (Efe 5:2). Aun en el saludo Pablo predica el evangelio de la gracia de Dios (Heb 10:6-8; Isa 53:4-6). Cristo se dio a sí mismo «por», es decir, para expiar, nuestros pecados (Isa 53:4-6; Isa 53:10), a fin de que Dios nos perdone los pecados. No solamente nos libra de los pecados (su culpa y dominio), sino también nos libra del presente siglo malo. La ley de Moisés no podía hacer esto, y los gálatas que se sometían a la ley se enredaban otra vez en este presente siglo.
— conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, — Jua 3:16; Hch 2:23; Efe 1:4; Efe 3:11; 1Pe 1:18.
Fuente: Notas Reeves-Partain
La referencia a la obra de Jesucristo en favor de los seres humanos contiene elementos que pueden parecer extraños en algunas culturas: el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre. Parece que también aquí Pablo recurre a una confesión de fe conocida en las primeras iglesias. La fórmula contiene tres afirmaciones: 1) Cristo se dio a sí mismo por nuestros pecados; 2) Cristo nos libera del presente tiempo malo; y 3) Cristo fue obediente a la voluntad de Dios. Se puede cambiar el orden en aras de mayor claridad: «Jesucristo siempre obedeció a nuestro Padre Dios, y se dispuso a morir para que Dios perdonara nuestros pecados y nos librara de este mundo malvado» (TLA).
La entrega voluntaria a la muerte de parte de Cristo no debe entenderse como un acto planeado y gozoso, sino como consecuencia de una forma de vivir en fidelidad a Dios. Se dio a sí mismo ha sido traducido también como «se entregó a la muerte» (DHH96) y «se dispuso a morir» (TLA). Otras posibilidades son “se sacrificó”, “murió voluntariamente” y “pagó con su vida”.
Nuestros pecados no son la causa de la muerte de Cristo, sino aquello que él quiere hacer nulo. En algunas culturas puede entenderse mejor el sentido de pecados como “faltas”, “transgresiones”, “acciones dañinas” o “fuerzas destructoras de la vida”.
Los judíos del tiempo de Pablo dividían el tiempo histórico en un “presente malo” y un “tiempo venidero” mejor. Para Pablo, la muerte y la resurrección de Jesucristo señalaban el paso de los creyentes de un tiempo al otro, cosa que Pablo concebía como una “liberación”: para librarnos, «arrancarnos» (BL), «sacarnos» (BP), «rescatarnos» (NVI). La idea se puede expresar así: “Para liberarnos del estilo de vida (de la manera de vivir) del presente tiempo malo”
RV60 traduce literalmente presente siglo malo, que no es la mejor opción, pues podría entenderse como una referencia al “siglo 21”. El presente siglo se refiere en forma amplia al tiempo anterior a la llegada de la esperada salvación en Cristo, tiempo que, según Pablo, está en su última etapa. Siglo no se refiere a un lapso de tiempo de cien años, sino a un tiempo largo, una “época”. La maldad del presente puede describirse como «estado perverso actual del mundo» (DHH96), «mundo malvado» (NVI), “sistema perverso del mundo” o “época presente donde domina la maldad”. La idea es que la muerte voluntaria de Cristo libera a los creyentes de los poderes destructivos que dominan el tiempo presente.
La voluntad de nuestro Dios no se refiere a la muerte de Cristo, sino a la liberación de los seres humanos de las consecuencias de sus obras malas. El cumplimiento de dicha voluntad de Dios por parte de Cristo puede expresarse como conforme a la voluntad, «según la voluntad» (DHH96), “en cumplimiento del designio”, “según el propósito” o “en cumplimiento del plan de salvación”.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Gál 2:20; 1Ti 2:6; Tit 2:14; Hch 2:40; 1Jn 5:19.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) O léase: “orden de cosas”. Gr.: ai·ó·nos; lat.: saé·cu·lo; J17,18,22(heb.): ha·‛oh·lám, “el orden de cosas”.
REFERENCIAS CRUZADAS
i 8 Tit 2:14; 1Jn 2:2
j 9 Jua 15:19; Rom 12:2
k 10 Eze 33:11; 1Ti 2:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
se dio a sí mismo. Cristo murió como sustituto por los pecadores (1 Ti 2:6; 2 Co 5:15).
presente siglo malo. Una referencia al mundo no redimido que está bajo el dominio de Satanás.
Fuente: La Biblia de las Américas
4 (1) Lit., arrancarnos, sacarnos, librarnos.
4 (2) Un siglo, o sea, una edad, es parte del mundo, el cual es el sistema satánico (véase la nota 2 (1) de Ef 2). Según el contexto de este libro, el presente siglo maligno se refiere al mundo religioso, a la corriente religiosa del mundo, es decir, la religión judía. Esto está confirmado en 6:14-15, donde se considera la circuncisión como parte del mundo el mundo religioso el cual le fue crucificado al apóstol Pablo. Aquí el apóstol hace hincapié en que el propósito que Cristo tenía al darse a Sí mismo por nuestros pecados era rescatarnos, o sacarnos, de la religión judía, el presente siglo maligno. Esto es librar al pueblo escogido de Dios de la custodia de la ley (3:23), para sacarlos del redil ( Jua_10:1 , Jua_10:3), según la voluntad de Dios. Esta es la razón por la cual Pablo, en su introducción, indica lo que iba a tratar: quería rescatar a las iglesias, que habían sido distraídas por el judaísmo y su ley, y hacerlas volver a la gracia del evangelio.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
siglo malo… Es decir, estado temporal del mundo desde la caída de Adam hasta hoy.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
O, sacarnos, o, rescatarnos
O, mundo
Fuente: La Biblia de las Américas
O sistema perverso del mundo.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
?V. 4, 5:? ?El cual se dio a s?í? mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme? ?a la voluntad de nuestro Dios y Padre, al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Am?é?n.? ??Cada una de estas palabras tiene una peculiar intensidad y tambi?é?n su propio ?é?nfasis; pues con ellas? ?el ap?ó?stol afirma de una manera muy general que la ley y el albedr?í?o humano no son de valor alguno si no? ?se cree en el Cristo que fue entregado por nuestros pecados.? ??«?El cual se dio?»?, dice, indicando as?í? que se trata de un don gratuito dado a quienes no lo merec?í?an;? ?no dice ?«?devolvi?ó»?, como si se tratara de una recompensa para gente que tiene un derecho a ella. Algo? ?an?á?logo se lee tambi?é?n en ?Romanos 5? (v. 10): ?«?Siendo a?ú?n enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la? ?muerte de su Hijo?»?. Mas lo que ?«?dio?»? no fue oro ni plata, pero tampoco un hombre ni todos los ?á?ngeles; no:? ?se dio ?«?a s?í? mismo?»?, lo m?á?s grande que hay y lo m?á?s grande que posee. Y un precio de tan inestimable valor? ?lo dio, digo, por nuestros pecados, algo tan despreciado y digno del m?á?s profundo odio. ?¡?Oh, c?ó?mo se? ?acerca Cristo a nosotros con su gracia, y cu?á?nto nos ama! ?¡?Y qu?é? palabras m?á?s sublimes y adecuadas? ?escogi?ó? Pablo para ensalzar la misericordia de Dios Padre, y para mostr?á?rnosla en toda su dulzura!? ??¿?D?ó?nde est?á?n ahora los que tan altaneramente alardean con el libre albedr?í?o? ?¿?D?ó?nde queda la? ?erudici?ó?n de la filosof?í?a moral,?23? y qu?é? valor y eficacia tienen las leyes, tanto las espirituales (sacrarum)? ?como las civiles (profanarum)? Si nuestros pecados son tan enormes que s?ó?lo pudieron ser liquidados? ?mediante la entrega de un precio tan alto, ?¿?qu?é? podemos lograr nosotros mientras intentemos hacernos? ?justos a nosotros mismos mediante nuestra voluntad, con leyes y ense?ñ?anzas? Lo ?ú?nico que logramos es? ?encubrir nuestros pecados bajo la enga?ñ?osa apariencia de justicia y virtud y convertirnos en hip?ó?critas? ?incurables. ?¿?De qu?é? sirve la virtud si los pecados persisten? Por lo tanto tenemos que apartar nuestra? ?esperanza de todo esto; y donde no se ense?ñ?a a Cristo, tenemos que ver en toda virtud no otra cosa que un? ?manto para cubrir la maldad y una tapa para toda inmundicia,?24? tal como dice Cristo al describir a los? ?fariseos. Nada son por lo tanto las virtudes de los gentiles, nada sino falacias, a no ser que se quiera tener? ?por cosa superflua la entrega de Cristo por nuestros pecados. ?¡?Como si ?é?l hubiera querido pagar en vano? ?semejante precio por algo que nosotros bien pod?í?amos conseguir con nuestras propias fuerzas!? ??¡?Y no me pases por alto el pronombre ?«?nuestros?»? como si fuera de poco peso! Pues de nada te? ?servir?á? creer que Cristo fue entregado ~ por los pecados de otros santos, si al mismo tiempo dudas de que? ?lo fue tambi?é?n por los tuyos; porque esto lo creen tambi?é?n los imp?í?os y los demonios (?Stg. 2:19?) . No; a lo? ?que t?ú? debes aferrarte con una confianza inamovible es al hecho de que esto rige tambi?é?n para los pecados? ?tuyos, y que t?ú? eres uno de aquellos por cuyos pecados Cristo fue entregado. Esta fe es la que te justifica, y? ?la que hace que Cristo habite, viva y reine en ti; es ?«?el testimonio que el Esp?í?ritu da a nuestro esp?í?ritu de que? ?somos hijos de Dios?»? (?Ro. 8:16?). Por esto, si pones atenci?ó?n en ello, te dar?á?s cuenta f?á?cilmente de que este? ?impulso hacia la fe no se halla en ti como producto de tus propios esfuerzos. Es preciso por lo tanto rogar? ?a Dios que nos lo conceda, con un esp?í?ritu humilde que desespera de sus propias facultades.? ??Por ende, la tesis de que no hay para el hombre una certeza de si se halla en el estado de gracia o no,? ?es una f?á?bula de los escol?á?sticos,?25? m?á?s propensos a las opiniones que a las verdades. ?¡?Cu?í?date muy bien de? ?no caer alguna vez en esta incertidumbre! Por una parte, ten la plena certeza de que en lo que de ti depende,? ?eres un hombre perdido; pero por otra parte emp?éñ?ate en estar seguro y bien fundado en la fe en el Cristo? ?entregado por tus pecados. Si esta fe est?á? en ti, ?¿?c?ó?mo puede suceder que no te des cuenta de ella? ?¿?No dice acaso San Agust?í?n?26? que es reconocida con absoluta certeza por quien la posee?? ??Pues bien, veamos: Pablo no dice ?«?por vuestros pecados?»?, sino ?«?por nuestros?»?, porque Pablo ten?í?a? ?certeza. Lo mismo ocurre con el ?«?para librarnos?»?: no dice ?«?para libraros?»?. Con el rayo de esta palabra,? ?Pablo pulveriza nuevamente la presunci?ó?n de la voluntad, de la ley, y de las obras que son fruto de nuestra? ?propia justicia. Nada de todo eso nos libra, dice, pero s?í? el Cristo entregado, con tal que creas que ?é?l te libra.? ?Mas esta liberaci?ó?n es una liberaci?ó?n espiritual, no corporal, y se produce cuando el alma ?«?muere y es? ?crucificada?»? al mundo, esto es, cuando llega a estar muerta para las concupiscencias que habitan en la carne? ?de todos los seres humanos.?27? Esto lo explica Pablo m?á?s ampliamente en ?Tito 2? (v. 12) donde dice: ?“?Renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente?”?. En este texto hace resaltar las dos cosas: la vida en este mundo o siglo (que en s?í? no es malo), y los deseos mundanos, por cuanto en este siglo los malos deseos abundan tanto.? ??Es ?é?sta la raz?ó?n por qu?é? el ap?ó?stol agrega tambi?é?n aqu?í?, al hablar del presente siglo, la palabra? ?«?malo?»?. De otra manera, si quisiera que con el ?«?siglo malo?»? se entienda el curso del tiempo como tal, de? ?hecho estar?í?a ense?ñ?ando que ya ahora mismo debieran ser arrebatados de esta vida todos los que creen en? ?Cristo. Y que no es esto lo que tiene en mente, ?é?l mismo lo aclara en ?1 Corintios 5? (v. 10) al decir: ?«?…en tal? ?caso os ser?í?a necesario salir del mundo?»?. En otras palabras: ?«?No quise que huyese de la vida sino de los? ?vicios y las concupiscencias que hay en el mundo.?»? El mismo significado tienen las palabras de 2 Pedro? ?(cap. 1: 4) ?«?… huyendo de la corrupci?ó?n que hay en el mundo a causa de la concupiscencia?»?.? ??Lo que se quiere decir con esta locuci?ó?n figurativa nos lo claran con habilidad y profusi?ó?n de? ?detalles las siguientes palabras de San Jer?ó?nimo: ?«?Los desfiladeros que atraviesan selvas oscuras adquieren? ?mala fama cuando son escenario de frecuentes asaltos; detestamos tambi?é?n la espada por la cual fue? ?derramada sangre humana, y el c?á?liz en que se prepar?ó? un veneno -no por el mal que hayan cometido la? ?espada y el c?á?liz, sino porque son merecedores de odio los hombres que los usa ron para un mal fin. Lo? ?mismo sucede tambi?é?n con nuestro siglo, en la acepci?ó?n de `espacio de tiempo?’?: no es bueno o malo de por? ?s?í?, sino que es llamado bueno o malo seg?ú?n la clase de gente que vive en ?é?l?»?.?28? An?á?logamente, San Agust?í?n? ?entiende con ?“?siglo malo?”? los hombres malos en este Siglo.?29? Sin embargo, todo esto debes aceptarlo en el? ?sentido de que t?ú? tambi?é?n te reconozcas como parte de este mal, porque ?«?todo hombre es mentiroso?»? y ?«?no? ?hay justo sobre la tierra?»?, Salmo 14;?30? por lo tanto, no te dejes inducir por la soberbia a tratar con desprecio? ?a los dem?á?s. El hecho es, pues, que si Cristo te libra de este siglo (malo), por cierto te libra de ti mismo, ya? ?que el peor de todos tus enemigos eres precisamente t?ú? mismo, conforme al dicho de Pablo en ?Romanos 7? ?(v. 18): ?«?No habita en m?í?, esto es, en mi carne, nada bueno?»?. Por lo tanto, ineptas son tus fuerzas para? ?vencer el siglo malo y los vicios tuyos, vanas son tus obras, si no te libra Cristo, y Cristo solo. Ten cuidado,? ?pues, para que los ayunos, las vigilias, el mucho estudio, la templanza, la sobriedad y otras virtudes no te? ?conviertan en un hip?ó?crita incorregible.? ??«?Conforme a su voluntad?»? quiere decir: que nosotros seamos librados, no depende del afanoso? ?correr de nuestra virtud, sino de la voluntad, llena de misericordia, de Dios (?Ro. 9:16?) . Esto se desprende? ?tambi?é?n del ?Salmo 51? (v. 18) : ?«?Haz bien, oh Se?ñ?or, con tu buena voluntad, a Sion?»? y de ?Lucas 2? (v. 14) : ?«?Y? ?en la tierra paz a los hombres de buena voluntad?»? – buena voluntad no de ellos sino de Dios, como lo? ?atestigua el t?é?rmino griego ?«?eudocia?»?.?31? En efecto: as?í? como se habla de ?«?hombres de la misericordia?»?32? y? ?«?vasos de misericordia?»? (?Ro. 9:23?) por cuanto son aceptados no en atenci?ó?n a su propio m?é?rito sino por la? ?voluntad de Dios, as?í? se habla tambi?é?n de ?«?hombres de buena voluntad?»? por cuanto son salvados no por sus? ?propias fuerzas, sino seg?ú?n el benepl?á?cito de la voluntad divina. Pues siempre debe permanecer en pie? ?aquello de que ?«?a Dios solo sea la gloria por los siglos de los siglos. Am?é?n?»?, como dice aqu?í? e1 ap?ó?stol.? ?L?ó?gicamente: si nosotros somos capaces de hacer algo, no es m?á?s que justo adjudicarlo a la gloria nuestra,? ?no a la de Dios. Pero esto no cabe aqu?í? de ninguna manera. ?¡?C?ó?mo podr?á? tener alabanza y gloria aquel que? ?es una nada, no m?á?s que polvo!? ??Te habr?á?s dado cuenta ahora de lo recio que es el golpe que el ap?ó?stol asesta ya con su solo saludo? ?a los G?á?latas y a quienes los mal ense?ñ?aron. ?¡?En verdad, un pr?ó?logo muy adecuado al contenido de la carta!? ?