En cambio, cuando vi que no andaban rectamente ante la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: “Si tú que eres judío vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a hacerse judíos?”
2:14 — Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, — Predicaban la verdad pero no andaban en conformidad con su predicación.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
que no andaban. Sal 15:2; Sal 58:1; Sal 84:11; Pro 2:7; Pro 10:9.
la conforme a verdad. Gál 2:5; Rom 14:14; 1Ti 4:3-5; Heb 9:10.
dije a Pedro. Gál 2:11; Lev 19:17; Sal 141:5; Pro 27:5, Pro 27:6; 1Ti 5:20.
Si tú, siendo judío. Gál 2:12, Gál 2:13; Hch 10:28; Hch 11:3-18.
por qué obligas. Gál 2:3; Gál 6:12; Hch 15:10, Hch 15:11, Hch 15:19-21, Hch 15:24, Hch 15:28, Hch 15:29.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El ejemplo hipócrita de Pedro daba a entender que los gentiles tenían que comportarse como judíos para recibir la gracia de Dios. De este modo, Pedro no vivía rectamente conforme a la verdad del evangelio de la gracia de Dios. Ya se había decidido (vv. Gál 2:1-5) que no era apropiado obligar a los gentiles a vivir como judíos ya que la salvación sólo es por la fe.
PERSPECTIVA
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La circuncisión
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El hecho de que a cierto grupo en la iglesia primitiva lo llamaran «la circuncisión» (Gál 2:12) refleja cuán controversial era ya esta antigua práctica en el primer siglo a.C Dios la había ordenado originalmente como una señal de la relación de pacto que tenía con Israel (Gén 17:9-14), pero la circuncisión llegó a ser una marca de exclusividad, no solo entre los judío, sino entre los primeros cristianos judíos.
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La circuncisión era la remoción del prepucio por medios quirúrgicos. Los hebreos se sentían orgullosos de este rito. Es más, llegó a ser para ellos un distintivo de su superioridad espiritual y nacional. Esta actitud fomentó un espíritu de exclusivismo en vez de compasión que llevara a alcanzar a otras naciones como Dios quería. Llegaron a llamar a los gentiles la «incircuncisión», término de desdén que implicaba que los que no eran judíos estaban fuera del círculo del amor de Dios. Por tanto, los términos «circunciso» e «incircunciso» provocaban emociones intensas, como se ve en la discordia que surgió al respecto en la iglesia primitiva.
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Hubo crisis en Antioquía cuando unos creyentes de Judea, conocidos como judaizantes, se pusieron a enseñar a los creyentes que a menos que se circuncidaran conforme a la costumbre de Moisés, no podrían ser salvos (Hch 15:6-29). Entre los presentes estaban Pablo, Bernabé, Simón Pedro y Jacobo, líder de la iglesia de Jerusalén. Insistir en que los judíos se circuncidaran, argumentó Pedro, era ponerles un pesado yugo (Hch 15:10). Estas palabras influyeron en la decisión que tomó el concilio.
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Años más tarde, para reforzar esa decisión, el apóstol Pablo escribió a los creyentes de Roma que Abraham, el «padre de la circuncisión» (Rom 4:12), fue salvo por la fe y no por la circuncisión (Rom 4:9-12). Declaró que ese rito nada valía si no estaba acompañado de espíritu de obediencia (Rom 2:25-26).
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Pablo habló también de la «circuncisión de Cristo» (Col 2:11) en referencia a su muerte expiatoria que «condenó el pecado en la carne» (Rom 8:3) y que clavó en la cruz el «acta de los decretos» (Col 2:14). En esencia, Pablo declaró que el nuevo pacto de la sangre que Cristo derramó había puesto el perdón al alcance de los judíos y los gentiles y había hecho innecesaria la circuncisión. Lo que de veras es importante lo mismo para el judío que para el gentil era tener una naturaleza transformada, esa nueva creación que los hace a ambos uno en Cristo (Efe 2:14-18).
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
rectamente. Lit. andar «derecho» o «erguido». Al apartarse de los cristianos gentiles, Pedro y los demás creyentes judíos dejaron de andar alineados con la Palabra de Dios. la verdad del evangelio. Vea la nota sobre el v. Gál 2:5. vives como los gentiles. Antes de su retirada gradual, Pedro tenía compañerismo frecuente con los gentiles y comía con ellos, con lo cual dio ejemplo del amor y la libertad ideales entre cristianos judíos y gentiles. obligas a los gentiles a judaizar. Con su preferencia por los judaizantes, declaró que esos mandatos legalistas tenían autoridad en sí mismos.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:14 — Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, — Predicaban la verdad pero no andaban en conformidad con su predicación.
— dije a Pedro delante de todos: — ¡Pablo contra todos! El no fue movido por sus sentimientos. No fue un conflicto personal entre dos predicadores. No había rivalidad entre ellos (Flp 1:16-17). Pablo le hizo a Pedro un gran favor. Esa exhortación fue una verdadera bendición para Pedro y él la aceptó. El y Pablo no se hicieron enemigos. Al hablar de Pablo, Pedro dijo, «nuestro amado hermano Pablo» (2Pe 3:15). En esta ocasión Pablo habló con denuedo como había hecho en Jerusalén (2:5). El practicó lo que enseñó a Timoteo: «Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad» (1Ti 5:21). Como él ya dijo, «lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa» (5:6).
¿Por qué Pablo no le habló en privado a Pedro? ¿No les convenía apoyarse el uno al otro? Si en algún asunto personal Pedro hubiera ofendido a Pablo, sin duda lo hubiera exhortado en privado (Mat 18:15), pero este asunto no fue un problema personal entre Pablo y Pedro, y el mal no fue cometido solamente por Pedro. Por el contrario, Pedro y Bernabé eran líderes y otros hermanos siguieron su mal ejemplo. Fue un pecado público y se requería una exhortación pública.
(Desde luego, lo que pasó en esos momentos demostró claramente que Pedro no era el «Papa» de la iglesia).
— Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar (circuncidarse) ? — ¡No la enseñanza sino la conducta de Pedro obligaba a los gentiles a judaizar (circuncidarse)! ¿Cómo? Porque al separarse de ellos, su conducta decía, «Yo ya no puedo comer con ustedes hasta que se circunciden». Que sepamos Pedro nunca predicó tal cosa y Pablo no le acusa de predicarlo, pero lo decía por medio de sus acciones. Si yo enseño que no se debe tocar instrumentos en el culto, pero yo mismo toco instrumento durante el culto, obligo a mis hermanos a adorar a Dios con música instrumental. Si yo enseño que no se debe establecer instituciones con el dinero de la iglesia, pero yo envío dinero de la iglesia a alguna institución, obligo a los miembros a participar porque ellos dan la ofrenda.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL FIN DE LA LEY
Gálatas 2:14-17
Pero cuando vi que se estaban desviando del recto sendero que establece el Evangelio, le dije a Pedro delante de todos los demás: » Si tú, que eres judío de nacimiento, escoges vivir como un gentil y no como un judío, ¿por qué obligas a los gentiles a vivir como judíos? Nosotros somos judíos por naturaleza, no somos pecadores gentiles, como se los llama; y sabemos que nadie se justifica con Dios porque haya hecho lo que establece la ley, sino solamente mediante la fe en Jesucristo: Ahora hemos aceptado esta fe en Jesucristo para estar en la debida relación con Dios, y esa fe no tiene nada que ver con las obras que establece la ley, porque nadie puede llegar a estar en relación con Dios haciendo las obras que manda la ley Ahora bien, si en nuestra búsqueda de llegar a estar en la debida relación con Dios por medio de Jesucristo nosotros también nos encontramos como los que se llaman pecadores, ¿vais a decir que Cristo está al servicio del pecado? ¡No lo permita Dios!»
Aquí se llega por fin a la verdadera raíz del asunto. Se estaba imponiendo una decisión que no se podía aplazar mucho más. El hecho del asunto era que la decisión de Jerusalén había sido una componenda; y, como todas las componendas, tenía en sí misma el germen de la discordia. En efecto, la decisión había sido que los judíos seguirían viviendo como judíos, observando la circuncisión y la ley, pero que los gentiles eran libres de estas obligaciones. Estaba claro que las cosas no podían seguir así, porque la consecuencia inevitable era que se produjeran dos tipos de cristianos, y dos clases distintas dentro de la Iglesia. El razonamiento de Pablo seguía este camino. Le dijo a Pedro: «Tú compartiste la mesa con los gentiles; tú comiste como ellos; por tanto, tú aceptaste en principio que no hay nada más que un camino tanto para los judíos como para los gentiles. ¿Cómo puedes ahora volverte atrás, y querer que los gentiles se circunciden y se sometan a la ley?» Aquello no tenía sentido para Pablo.
Aquí debemos estar seguros del sentido de una palabra. Cuando los judíos aplicaban la palabra pecadores a los gentiles, no estaban pensando en sus cualidades morales, sino en la observancia de la ley. Para dar un ejemplo: Levítico 11 establece los animales que se pueden comer, y los que no. Una persona que comiera liebre o cerdo, quebrantaba estas leyes, y se convertía en un pecador en este sentido del término. Así es que Pedro respondería a Pablo: «Pero, si yo como con los gentiles y como lo mismo que ellos, me convierto en un pecador.» La respuesta de Pablo era doble. Primero, decía: «Estuvimos de acuerdo hace mucho en que ninguna cantidad de cumplimiento de la ley puede hacer que una persona esté en la debida relación con Dios. Eso solo puede lograrse por Gracia. Una persona no puede ganar, sino que tiene que aceptar el ofrecimiento generoso del amor de Dios en Jesucristo. Por tanto, todo lo relativo a la ley es irrelevante.» A continuación decía: «Tú dices que el dejar de lado todo lo referente a reglas y normas te convertirá en un pecador. Pero eso es precisamente lo que Jesucristo te dijo que hicieras. No te dijo que trataras de ganar la salvación comiendo de este animal y no comiendo del otro. Te dijo que te rindieras sin reserva a la Gracia de Dios. ¿Vas a suponer entonces que Él te enseñó a convertirte en pecador?» Está claro que no podía haber nada más que una conclusión adecuada a este problema: Que la vieja ley había sido abolida.
A este punto se había llegado. No podía ser verdad que los gentiles vinieran a Dios por la Gracia, y los judíos por la Ley. Para Pablo no había más que una realidad: la Gracia, y era mediante el rendimiento a esa Gracia como todos los hombres tenían que llegar a Dios. .
Hay dos grandes tentaciones en la vida de la Iglesia; y, en cierto sentido, cuanto mejor sea una persona tanto más propensa está a caer. Primero: existe la tentación de tratar de ganar el favor de Dios; y segundo: la tentación de usar algún pequeño logro para compararse con los semejantes con ventaja propia y desventaja ajena. Pero un cristianismo al que le queda demasiado del yo como para pensar que por sus propios esfuerzos puede acomprar el favor de Dios, y que por sus propios logros puede mostrarse superior a otros, no es el verdadero Cristianismo de ninguna manera.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Al traducir este largo versículo es importante tener muy claro, nuevamente, que no se trata de “judíos” y “paganos”, aunque el texto use estas designaciones. Todos los involucrados son cristianos, unos de origen judío y otros no.
La expresión literal “andar por el camino derecho” contiene un verbo griego que aparece sólo aquí en el Nuevo Testamento y que significa “hacer un camino derecho”, referencia en sentido figurado a la propia conducta o actitud. La “verdad del evangelio” (cf. Gál 2:5) se refiere al mensaje de la buena noticia de salvación por medio de la fe en Cristo, sin la obligación del cumplimiento de la ley. Para Pablo, lo que él predica es idéntico a “la verdad del evangelio”, por lo cual concibe cualquier conducta que no corresponda con su enseñanza como una falsificación de la buena noticia. Esto explica la rigidez de su actitud: Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio. En muchas regiones de América Latina hay expresiones muy cercanas a la del texto griego para comunicar una forma de vida o actitud correcta. También las versiones presentan varias opciones buenas: «No procedían rectamente» (BP), «no procedían con rectitud» (BJ), «no andaban derecho» (BL), «no andaban a derechas» (NBE), “no se comportaban rectamente” (Vidal: 87). Resulta interesante el énfasis que pone TLA: «¡Esa conducta iba en contra del verdadero mensaje de la buena noticia!». Otra posible manera de traducir la expresión es la siguiente: “No se comportaban como debían de hacerlo”.
Quienes no se conducían de acuerdo con lo esperado eran todos, pero Pablo se dirigió directamente a Pedro porque consideró que él era el iniciador del mal ejemplo: Dije a Pedro delante de todos. Aquí la designación del texto original es “Cefas”, la cual recomendamos seguir en la traducción. Varias versiones prefieren hacer explícito el adjetivo “todos”: «Delante de todos los miembros de la iglesia de Antioquía» (TLA), «delante de toda la comunidad» (DHH96). Se trata de que todos escuchen una reprensión que se dirige a Pedro, pero que alude a todos por igual: “Me dirigí a Pedro para pedir cuentas por la actitud falsa en la que todos habían caído”.
La parte final del versículo es discurso indirecto, pues Pablo refiere lo que recriminó a Pedro en un tiempo pasado: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? RV95 y otras versiones colocan esta frase entre comillas para indicar su carácter de cita. Es importante recordar que aquí no se trata simplemente de “judíos” y “gentiles”, aunque el texto use tales designaciones. Todos los participantes son cristianos, unos de origen judío y otros no. Casi todas las versiones se mantienen cerca del texto original en el vocabulario. BL ofrece una opción interesante que evita términos tales como “gentiles” o “paganos”: «“Si tú, que eres judío, aceptas vivir a la manera de los demás pueblos, dejando las costumbres de los judíos, ¿por qué estás obligando a los que no son judíos a que adopten las maneras de vivir de los judíos?”»
La palabra judaizar fue adquiriendo a lo largo de la historia una connotación negativa, especialmente durante la Edad Media, y fue una de las acusaciones de la Santa Inquisición más temidas de la época. En este versículo, Pablo la usa en el sentido neutro de vivir de acuerdo con la religión judía, especialmente siguiendo las normas y las costumbres de la mesa. El reproche de Pablo consiste en que considera a Pedro inconsecuente por adquirir usanzas de los pueblos no judíos al mismo tiempo que exige a los mismos no judíos adoptar costumbres judías. Se puede traducir judaizar como «practicar el judaísmo» (NVI), «que adopten las maneras de vivir de los judíos» (BL), «comportarse como judíos» (BA), “adoptar el modo de vida judío” (Vidal: 87).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Ver Gál 2:2.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
l 85 Hch 10:15; Hch 10:34; Gál 3:28
m 86 1Ti 5:20
n 87 Hch 15:10; Hch 15:28; Gál 1:13
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
14 super (1) Lit, andaban con pies derechos.
14 super (2) Es decir, comer, vivir y tener comunión con los gentiles.
14 super (3) Es decir, vivir como los judíos, y así no comer con los gentiles ni tener comunión con ellos.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Cefas… TR registra Pedro.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R880 Ἀναγκάζεις se usa como un presente de conato (un acto comenzado, pero interrumpido): ¿… cómo puedes obligar … ?
M53 Πρός se usa con un sentido transferido, de modo que toda la cláusula significa: la conducta de ellos no cuadra con la verdad (otra alternativa: ellos no avanzan hacia la verdad).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., Cefas
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. con relación a.
2.14 TR: Pedro.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
?V. 14:? ?Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante? ?de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles, y no como judío, ¿cómo es que obligas a los gentiles? ?a judaizar??Pablo pone al descubierto la actitud hipócrita de Pedro; pues ésta sola es el motivo de su reproche. Pedro simulaba vivir no a la manera de los gentiles, sino de los judíos. Pero Pablo sostiene: «Al contrario:? ?estás viviendo a la manera de los gentiles, como lo has hecho también antes; y ahora simulas otra cosa, y? ?con esta simulación obligas a la gente a vivir no como gentiles sino como judíos, y así los fuerzas a hacerse? ?esclavos de la ley». De esto se desprende claramente que San Jerónimo interpretó mal la actitud de Pablo.?En efecto: al hablar de la «hipocresía» de Pedro, Jerónimo piensa en el hecho de que el apóstol practicaba? ?costumbres judías a causa y en bien de los judíos, y que guardaba la ley que (en opinión de Jerónimo) ya no? ?debía guardar. Pero no es ésta la «hipocresía» que Pablo censura, ni tampoco es lo que le interesa, sino que tiene en vista aquella otra hipocresía con que Pedro se apartaba de las comidas de los gentiles como si le estuviera vedado consumirlas; porque esta hipocresía era la que constituía un peligro para el evangelio, no? ?aquella otra.?Hubo quienes aseguraron que el Cefas aquí mencionado era algún otro discípulo perteneciente al? ?grupo de los Setenta (?Lc. 10:1?), de acuerdo a una referencia en la Historia Eclesiástica de Eusebio. Sin? ?embargo, San Jerónimo hizo trizas esta tesis en forma muy erudita y convincente. Era, en efecto, un intento? ?vano querer defender a Pedro, ya que estas cosas las escribió Pablo a los Gálatas con el expreso propósito? ?de tapar la boca a los que querían restarle méritos con la afirmación de que a la enseñanza de Pedro había? ?que darle preferencia sobre la de él. «Muy al contrario» -dice- «lo que yo enseño no viene de los hombres? ?sino que viene de Dios; además, mi enseñanza no sólo fue aprobada por Pedro y los demás apóstoles, sino? ?que ella sirvió incluso para corregir al propio Pedro.» Los adversarios debían quedar privados de toda? ?posibilidad de seguir importunando a Pablo con sus inculpaciones, siendo que hasta Pedro había dado un? ?traspié en cuanto a la verdad del evangelio: por temor de los judíos había tratado injustamente a otros? ?quitándoles la libertad que reclamaba para sí mismo. En esta cuestión, Pablo indudablemente se mostró? ?superior a Pedro. No obstante, esta superioridad (como la llaman) no era motivo para engreírse, puesto que? ?era algo relacionado con la apariencia personal del hombre, de la cual Dios no hace acepción. Sin embargo,? ?a raíz de ella estalló en tiempos pasados una horrible discordia entre la sede romana y la de Constantinopla,? ?como si se tratara de la única cosa necesaria para la Iglesia, y como si la unidad de la iglesia radicara en? ?prestigios personales y superioridad de poderes, y no más antes en los dones espirituales de la fe, la esperanza y el amor.?Otra cosa que no debiera pasarse por alto -aunque es ampliamente conocida- es que, según Jerónimo,? ?el término hebreo y también siriaco «Cefas» o «Cefe» es lo mismo que Peôñv O petñ|a en griego y? ?saxum o soliditas en latín, como lo indican también las decretales provenientes de León y Ambrosio. Yerra? ?por lo tanto la decretal de Nicolás (si el título es correcto) en que se establece que Cefe es lo mismo que? ?caput (cabeza). Tal afirmación es fruto de aquella asiduidad en hacer de Pedro la cabeza de la iglesia,? ?además de Cristo. La palabra griega «kephalé» es la que significa «cabeza», no la siriaca Cefe.?47? ?